Sociedad

Te explicamos qué es la sociedad, sus características y su origen. Además, cómo se relaciona con el Estado y la cultura.

Sociedad
Una sociedad está compuesta por un número variable de individuos. [Imagen: Ryan DeBerardinis]

¿Qué es la sociedad?

La sociedad es un conjunto de individuos que viven juntos bajo una serie de normas comunes. En este sentido, el término “sociedad” suele hacer referencia al conjunto de personas que conforman un país, un pueblo o una comunidad

Sin embargo, en un sentido biológico, la sociedad es toda agrupación natural de aquellos animales que son considerados sociales, como las abejas, las hormigas o distintas especies de mamíferos. Y en algunos casos, también se llama así a ciertas organizaciones empresariales y a algunas asociaciones culturales o recreativas.

El término “sociedad” proviene del latín societas, que significa “unión” o “asociación”, y deriva de la voz socius, que se traduce como “aliado” o “acompañante”. Es decir que el rasgo central de la sociedad es la existencia de un conjunto amplio de personas organizadas sobre la base de la cooperación o la interacción mutua, sujeta a normas sociales que favorecen la convivencia.

Esto no significa que en las sociedades reine un orden perfecto. De hecho, en toda sociedad existen conflictos, luchas y tensiones, ya sea por motivos personales o familiares, por intereses económicos o políticos, por desacuerdos sociales, culturales o ideológicos, o por el deseo de algunas personas de conservar, modificar o transformar la estructura social.

También existen personas que transgreden las normas sociales y suelen recibir algún tipo de apercibimiento o castigo. En cualquier caso, para los seres humanos, la vida en sociedad es una condición indispensable, pues dependen de la interacción con sus congéneres para sobrevivir y prosperar.

Características de las sociedades

En líneas generales, las características de las sociedades son las siguientes:

  • Están compuestas por un número variable de individuos, que se relacionan entre sí de acuerdo con una serie de normas de convivencia. Sin embargo, las sociedades son más que la suma de los individuos que las componen, pues imponen a estos valores, costumbres y pautas de comportamiento.
  • A menudo se organizan en estratos y jerarquías, es decir, en clases sociales determinadas por la división del trabajo o por el nivel de ingresos, y en roles que asignan mayor capacidad de decisión a algunos individuos por encima de otros (por ejemplo, en el gobierno, la administración, la justicia o la religión).
  • Se organizan para la satisfacción de las necesidades de los individuos, pues estos dependen de la interacción social y la diversidad de funciones para asegurar su participación en la producción, distribución y consumo de recursos, y para acceder a los servicios.
  • Incluyen redes de solidaridad y relaciones confiables a pequeña escala, entre personas cercanas o unidas por vínculos afectivos, como la familia, la vecindad o los amigos. Estos vínculos conviven con las relaciones políticas, legales y económicas.
  • Tienden a sostenerse en el tiempo, es decir, a conservar muchas de sus prácticas, costumbres e instituciones, lo que garantiza su reproducción como conjunto social. Sin embargo, no se mantienen inmutables, sino que cambian a lo largo del tiempo.

Origen de la sociedad

La sociedad como fenómeno natural existe desde que existen formas de vida complejas y sociales. En la medida en que los individuos de una especie necesitaban vivir en grupos para protegerse y reproducirse, se constituyeron en sociedades animales que formaron enjambres, colonias u otras formas de organización cooperativa, algunas más básicas y otras más desarrolladas, generalmente basadas en el instinto o la imitación.

En el caso de la sociedad humana, existe desde el inicio de la especie, pues el ser humano es un animal social, predispuesto genéticamente a vivir en sociedad. 

En los comienzos, esta vida social era simple, formada por grupos reducidos, generalmente organizados como unidades familiares o interfamiliares mínimas, como las bandas o las tribus. Dependían de la cooperación tanto para cuidar a las crías y protegerse de los depredadores o de otros grupos humanos, como para proveerse de alimento mediante la actividad carroñera, la cacería y la recolección.

Con el tiempo, los grupos humanos se hicieron más grandes y las formas de organización social más complejas. En ese proceso, se fueron incluyendo nuevos métodos de producción (como la agricultura y la ganadería), nuevos mecanismos de intercambio, nuevas formas de expresión cultural (como las creencias religiosas, las costumbres y las realizaciones artísticas) y nuevos modos de organización política (como el Estado).

Sociedades humanas

Las sociedades humanas constituyen la forma en que los seres humanos se organizan para garantizar de forma colectiva la satisfacción de sus necesidades. A diferencia de otras sociedades animales, suelen tener niveles muy complejos de organización, que no dependen tanto del instinto, sino del aprendizaje y de la transmisión del conocimiento de generación en generación.

Por lo tanto, en las sociedades humanas, tiene un rol fundamental la cultura. Se trata de un conjunto de costumbres, valores y creencias que varían de unas sociedades a otras y que permiten identificar a unos individuos como pertenecientes a una comunidad en contraposición a los miembros de otras comunidades o culturas.

En su origen, las sociedades humanas eran comunidades tribales, en las que sus miembros compartían los recursos, se repartían las tareas e intentaban protegerse de los elementos de la naturaleza y de posibles depredadores. Gracias al lenguaje, a las innovaciones tecnológicas y al desarrollo cultural, estas comunidades lograron integrarse en unidades mayores, mejorar sus capacidades productivas y transmitir y ampliar sus conocimientos, por lo que fueron modificando radicalmente sus formas de vida.

Así, las distintas sociedades fueron desarrollando sus propias concepciones del mundo, creencias, lenguas y relatos fundacionales, que promovieron un sentido de pertenencia. Como parte de este largo proceso, el surgimiento de la agricultura contribuyó a consolidar su cohesión interna y a incrementar su población, al provocar el abandono de la vida nómada de los cazadores-recolectores a favor de un estilo de vida sedentario.

Posteriormente, aparecieron las ciudades, las jerarquías políticas, el Estado y las religiones organizadas. Las sociedades humanas comenzaron a desarrollar distintas formas de gobierno, expresiones artísticas y formas de producción e intercambio, incluido el capitalismo que dio forma a la sociedad industrial a partir del siglo XVIII.

Ver también: Organización social

Relación entre sociedad y Estado

En la actualidad, prácticamente no existen sociedades sin Estado. [Imagen: Mircea Moira]

Hoy en día, resulta difícil imaginar una sociedad sin la existencia de un Estado que la gobierne y administre. Si bien durante la mayor parte de la historia las sociedades humanas carecieron de instituciones estatales, en la actualidad los conceptos de sociedad y Estado están íntimamente vinculados.

En la prehistoria, las sociedades no tenían Estado, es decir, no tenían instituciones permanentes que ejercieran el poder político y administraran la sociedad con base en la burocracia y el monopolio de la violencia. En cambio, se basaban en formas de organización horizontales y comunitarias, que permitían garantizar la supervivencia y satisfacer las necesidades y aspiraciones de sus miembros.

Con la revolución neolítica, la agricultura permitió generar suficiente alimento para sostener tanto a quienes trabajaban la tierra como a aquellas personas que se dedicaban a otras actividades, como artesanos, comerciantes y otros especialistas. Gracias al sedentarismo, surgieron las primeras ciudades, hace alrededor de 5500 años, y con ellas los primeros Estados, con sus gobernantes, sacerdotes, administradores y ejércitos.

Los Estados de la Edad Antigua eran generalmente monárquicos y tenían un fuerte componente bélico y religioso. Los monarcas eran acompañados por una élite militar y sacerdotal que permitía gobernar a la sociedad con base en una combinación de coerción y consenso.

A lo largo de la historia, la dominación estatal se expandió y consolidó, al punto que en la actualidad casi no existen sociedades sin Estado. Además, la relación del Estado con la sociedad fue variando con el correr de los siglos. 

Por ejemplo, en la Edad Antigua surgieron algunas experiencias democráticas y republicanas, como las que tuvieron lugar en la antigua Grecia y la antigua Roma. Estas influyeron en la formación de los Estados democráticos contemporáneos, en los que la soberanía reside en el pueblo, que elige a sus representantes en el gobierno mediante el sufragio.

La sociedad tiene importantes niveles de participación en los asuntos de un Estado democrático. Sin embargo, los reclamos de un mayor compromiso ciudadano, las luchas contra los abusos de poder de las autoridades o funcionarios del Estado, y los debates sobre la relación entre las instituciones estatales y los efectos sociales del capitalismo (como la desigualdad social) siguen siendo un desafío en muchos países.

Sociedad y cultura

La cultura puede ser entendida como el conjunto de costumbres, valores, creencias, tradiciones y formas de vida y de expresión de una sociedad, que los individuos aprenden y asumen como propio al crecer en un determinado entorno social.

La cultura abarca las creencias y prácticas religiosas, los relatos fundacionales, los ritos, las celebraciones, el folklore, los valores morales, las prácticas culinarias, el idioma y las expresiones artísticas, entre otros elementos. En este sentido, caracteriza y singulariza a una sociedad. De hecho, ninguna sociedad humana es igual a otra, debido a la diversidad cultural que es típica de la especie.

Ver además: Fenómenos sociales

Sociedades animales

sociedad animal
Las sociedades animales se organizan para la reproducción, la alimentación y la protección. [Imagen: Lehrer]

Las sociedades animales son aquellas que involucran a individuos de determinadas especies animales. Si bien el término puede incluir a los seres humanos, generalmente se usa para referir a las agrupaciones de animales no humanos. 

Este tipo de sociedades se componen y organizan de acuerdo con diversas pautas de conducta. Generalmente, tienden a la defensa mutua frente a los depredadores, a la alimentación compartida y a alguna forma de organización para asegurar la reproducción. Sin embargo, y a diferencia de las sociedades humanas, en ninguna de ellas existe una cultura.

Algunos ejemplos de sociedades animales son:

  • Las colmenas de abejas, los hormigueros y los nidos de termitas.
  • Las manadas de leones, lobos y otros depredadores sociales.
  • Las colonias de pingüinos y las bandadas de loros u otras aves gregarias.
  • Las comunidades o grupos de chimpancés, gorilas y bonobos.

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Referencias

  • Bobbio, N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Dirs.). (2015). Diccionario de política. Siglo XXI.
  • Form, W. y Wilterdink, N. (2024). Social structure. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com
  • Gallino, L. (2005). Sociedad. En L. Gallino, Diccionario de sociología (pp. 803-807). Siglo XXI.
  • Viveiros de Castro, E. (2002). Society. En A. Barnard y J. Spencer (Eds.), Encyclopedia of Social and Cultural Anthropology (pp. 774-785). Routledge.

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Gayubas, Augusto (15 de agosto de 2025). Sociedad. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 2 de septiembre de 2025 de https://concepto.de/sociedad/.

Sobre el autor

Última edición: 15 de agosto de 2025
Revisado por Augusto Gayubas
Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

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