Te explicamos cuáles son los tipos de ecosistema, qué subtipos de ecosistemas terrestres, acuáticos y mixtos existen, y sus características.
¿Cuáles son los tipos de ecosistema?
Los tipos de ecosistemas se clasifican según el entorno específico en el que tienen lugar y pueden ser ecosistemas terrestres, acuáticos, mixtos, subterráneos, microbianos y artificiales. Cada una de estas categorías comprende un conjunto específico de condiciones ambientales y alberga ciertas formas de vida.
Un ecosistema es el conjunto de interrelaciones que existen en un espacio determinado entre los seres vivos y su entorno físico-químico. Dichas relaciones ocurren de manera continua, constante y recíproca, e involucran factores bióticos (provenientes de la vida, como plantas y animales) y factores abióticos (no provenientes de la vida, como minerales, aire y agua), que interactúan en distintos ciclos o circuitos de intercambio de materia y energía.
La totalidad de los ecosistemas del mundo componen la biosfera, esto es, la porción del planeta en donde tiene lugar la vida.
Origen del concepto: El concepto de ecosistema surgió a mediados del siglo XX y se le atribuye al ecólogo inglés Arthur Tansley (1871-1955), uno de los pioneros en notar y describir la manera compleja en que se relacionan la vida y su entorno.
Ver también: Hábitat y nicho ecológico
Ecosistemas terrestres
Los ecosistemas terrestres son aquellos que tienen lugar en la superficie continental, o sea, en los que la flora y la fauna habitan en el suelo o el subsuelo terrestre. Se trata del tipo de ecosistemas más variado que existe, ya que factores como el relieve, la humedad ambiental, la altitud y el tipo de suelo modifican profundamente las condiciones para su desarrollo.
Según las condiciones ecológicas y el tipo de vegetación que predomina, los ecosistemas terrestres pueden ser forestales, arbustivos, desérticos o herbáceos.
Ecosistemas forestales
Los ecosistemas forestales, también conocidos como bosques o selvas, son los ecosistemas terrestres que mayor cantidad de vida albergan en toda la biósfera terrestre, y en los que suele haber mayor biodiversidad. En ellos, abundan los árboles y las plantas de altura.
Los ecosistemas forestales que existen son los siguientes:
- Selvas. Están formadas por extensas y densas acumulaciones de árboles frondosos, de altura y copa ancha. Presentan abundantes especies animales y vegetales. Se suelen ubicar en regiones de clima cálido y húmedo. Las hay de diversos tipos: selva tropical húmeda (como la selva amazónica en Sudamérica), selva monzónica (como la selva subhúmeda de Madagascar) y selva de montaña (como la selva de Santa Elena en Costa Rica).
- Bosques secos. También llamados selvas secas o bosques xerófilos, son zonas de vegetación frondosa, ubicadas en las regiones tropicales y subtropicales, generalmente entre las selvas húmedas y los desiertos. Por ejemplo, el bosque seco chaqueño, en el norte de Argentina, o el bosque Chiquitano, en Bolivia.
- Bosques templados de frondosas. Son bosques presentes en gran variedad de climas, en sitios de precipitaciones medias. Por ejemplo, el bosque de Soignes en Bélgica o los bosques mediterráneos de Murcia en España.
- Bosques boreales. También llamados taigas, son bosques sumamente extensos, pero de menor biodiversidad en comparación con otros. Abundan en regiones frías, cercanas a la zona polar. Por ejemplo, el bosque del Yukón en Canadá, la taiga siberiana en Rusia o el bosque subpolar magallánico en el sur de Chile y Argentina.
- Bosques templados de coníferas.Son bosques ubicados en latitudes medias y climas templados o subalpinos, generalmente en zonas de gran altitud. Por ejemplo, el parque nacional Conguillío en Chile o los bosques de Secuoyas en Estados Unidos.
- Bosques subtropicales de coníferas. También conocidos como bosques de pino, son típicos de zonas con clima subtropical semihúmedo. Por ejemplo, los bosques de pino de México y del Himalaya.
Ecosistemas arbustivos
Los ecosistemas arbustivos, también denominados de matorral, son aquellos que se caracterizan por la presencia de plantas de pequeño tamaño, es decir, arbustos o matorrales. Se ubican generalmente en zonas de poca humedad y escasas precipitaciones.
Estos ecosistemas pueden ser de tres tipos:
- Arbustales. Se caracterizan por la presencia de arbustos y plantas de mediano tamaño. Por ejemplo, el matorral chileno en América del Sur y la fynbos costera del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica.
- Matorrales xerófilos. Son propios de las regiones semidesérticas, donde las precipitaciones son escasas y las plantas están adaptadas para conservar el agua, como los cactus, las bromelias y otras plantas espinosas. Por ejemplo, la Caatinga en el nordeste de Brasil, la vegetación de las islas Galápagos en Ecuador o el matorral xerófilo de Etiopía en la costa del mar Rojo.
- Matorrales de páramo. También llamados matorrales de montaña, se encuentran en regiones secas de altura, generalmente en latitudes ecuatoriales. Por ejemplo, el páramo de Sumapaz en Colombia y el páramo de Papallacta en Ecuador.
Ecosistemas herbáceos
Los ecosistemas herbáceos, también llamados herbazales o pastizales, son aquellos en los que predomina la vegetación de gramíneas y de hierbas. Se desarrollan en zonas de clima mayormente templado y de precipitaciones moderadas.
En función del clima en el que se encuentren, se pueden clasificar en:
- Praderas. También llamadas pastizales templados, tienden al verdor la mayor parte del año y son sumamente propicias para el pastoreo. En ellas predominan las gramíneas y los juncales. Suelen encontrarse en el interior de los continentes. Por ejemplo, la pradera nacional de Oglala en Estados Unidos, la región pampeana en Argentina y el Veld sudafricano.
- Estepas. Son propias de climas extremos, con precipitaciones muy escasas y suelos con poca materia orgánica. Suelen hallarse lejos del mar y la costa, en climas áridos continentales. Por ejemplo, las estepas del oeste de Kazajistán, el outback australiano y el desierto de Chihuahua en México.
- Sabanas. Son una combinación de bosque y pastizal, con árboles eventuales y de altura, pero largos intermedios de gramíneas y arbustos. Son propias de regiones tropicales y subtropicales con clima seco, donde a menudo funcionan como zonas de transición entre selvas y semidesiertos. Por ejemplo, la sabana de Tanzania en África, la Gran Sabana del sureste de Venezuela y los llanos de la costa del Pacífico mexicana.
Más en: Tundra
Ecosistemas desérticos
Los ecosistemas desérticos se encuentran en regiones sumamente secas. La vida debe adaptarse a las temperaturas extremas y la falta de precipitaciones. La vegetación de los desiertos es escasa, pero en algunas regiones se ha adaptado gracias a la capacidad de algunas plantas de retener la poca agua de la atmósfera.
Estos ecosistemas pueden clasificarse en dos tipos:
- Desiertos cálidos. Se ubican en lugares donde la temperatura diurna es muy elevada y la nocturna baja, debido a la acción directa del sol y a la escasez de agua. Son propios de climas tropicales y subtropicales, y pueden hallarse en cualquier altitud. Por ejemplo, el desierto del Sahara en casi todo el norte de África y el desierto de Sonora entre México y Estados Unidos.
- Desiertos fríos. Son desiertos congelados, propios de las regiones polares, en los que la humedad es nula. En sus zonas limítrofes, puede existir vida vegetal y animal, pero en sus centros helados la vida es casi imposible. Por ejemplo, el desierto de Gobi, entre China y Mongolia, y el desierto de Atacama en el norte de Chile.
Más en:
Ecosistemas acuáticos
Los ecosistemas acuáticos son aquellos en los que predomina el agua, y tienen lugar en mares, lagos y ríos. Ya sean de agua dulce o salada, sus condiciones físicas dependen del cuerpo de agua en el que están emplazados. En estos ecosistemas se originaron las primeras formas de vida, y siguen siendo los que mayor cantidad de seres vivos albergan.
Los ecosistemas acuáticos pueden clasificarse dependiendo de si son de agua dulce o agua salada.
Ecosistemas marinos o de agua salada
Los ecosistemas de agua salada son aquellos que tienen lugar en mares y océanos, y son los de mayor tamaño de la Tierra. Representan el 90 % del espacio habitable del planeta y abarcan desde las costas hasta las profundidades oceánicas. Dependiendo de la cantidad de luz solar que reciban, pueden clasificarse en ecosistemas fóticos y afóticos.
Ecosistemas fóticos. Son ecosistemas en los que la luz solar permite la fotosíntesis por parte de algas y microorganismos que flotan en la superficie o se encuentran emplazados hasta los 200 metros de profundidad. Entre estos ecosistemas se pueden distinguir:
- Ecosistemas coralinos. También llamados arrecifes de coral, consisten en grandes concentraciones de vida submarina en torno a colonias de coral. Por ejemplo, la Gran Barrera de Coral en Australia, la barrera de coral de la isla Roatán en Honduras o los atolones coralinos en Maldivas.
- Estuarios. Son regiones donde se encuentran el agua salada y el agua dulce de los ríos, lo cual da origen a un tipo único de vida submarina, adaptada a las condiciones semidulces del agua. Por ejemplo, el estuario del Río de la Plata en Buenos Aires (Argentina) o el estuario del río Massa en el Parque Nacional Souss-Massa de Marruecos.
- Lagunas costeras. Están separadas de un cuerpo mayor de agua salada (como el mar) por una barrera natural, lo cual les permite tener márgenes de salinidad y temperatura distintas. Suelen ser lagunas poco profundas, en las que habitan numerosas especies animales y vegetales. Por ejemplo, la laguna costera Kara Bogaz Gol en Turkmenistán, la laguna de los Patos en Brasil o la laguna Nichupté en Cancún, México.
- Ecosistemas costeros. Se desarrollan en lugares con poca profundidad, alrededor de las costas. Tienen fuerte presencia humana, debido a las actividades recreativas, de transporte y de pesca que realizan las personas. Por ejemplo, la playa de Cox’s Bazar en Bangladesh, la playa de Varadero en Cuba o la playa de Encarnación en Paraguay.
Ecosistemas afóticos. Son ecosistemas en los que la luz tiene poca o nula presencia debido a la profundidad a la que se encuentran. La vida vegetal desaparece en estas regiones y cede su lugar a los otros reinos, lo cual no significa que la vida sea inexistente. Generalmente, se distinguen dos ecosistemas de este tipo:
- Ecosistemas abisales. Se encuentran a gran profundidad en el mar, por debajo de los 200 metros y hasta varios kilómetros hacia abajo, en regiones de escasa presencia de luz.
- Ecosistemas de fosa oceánica. Son profundas hendiduras en el suelo marino, donde se encuentran las regiones más ignotas del planeta. Las especies que habitan allí soportan la gigantesca presión, la ausencia de luz y la baja oxigenación de las aguas, y están entre las más extrañas observadas. Por ejemplo, la fosa de las Marianas o la fosa de Puerto Rico en el mar Caribe.
Ecosistemas de agua dulce
Los ecosistemas de agua dulce son propios de lagos, ríos y lagunas. Sus aguas tienen una baja presencia de sal y pueden estar en mayor o menor contacto con la vida terrestre. Este tipo de ecosistemas se clasifican normalmente en:
- Ecosistemas lénticos. Son cuerpos de agua donde el movimiento es mínimo o casi nulo. Incluyen lagos, lagunas y estanques, que pueden variar en tamaño y profundidad. Su estratificación térmica (es decir, sus diferentes capas de temperatura) influye en la distribución de nutrientes y organismos. Por ejemplo, el lago Victoria en África, uno de los más grandes del mundo, o la laguna de Chascomús en Argentina.
- Ecosistemas lóticos. Son cuerpos de agua que están en continuo cambio físico, conforme el agua fluye. Existe una gran diversidad de ecosistemas de este tipo. La vida en ellos está adaptada a la corriente y a los materiales que esta arrastra consigo. Por ejemplo, el río Orinoco en el sudeste de Venezuela, el río Amazonas en Brasil o el río Po en Italia.
Más en: Ecosistema acuático
Ecosistemas mixtos
Los ecosistemas mixtos son aquellos que combinan rasgos de ecosistemas acuáticos y de ecosistemas terrestres. Por lo tanto, tienen lugar en las regiones de contacto entre la tierra y los mares, lagos y ríos.
Estos ecosistemas pueden ser muy diversos, por lo que su flora y fauna, y las relaciones que tejen con el entorno, son muy cambiantes. Están formados por especies típicas tanto de la vida terrestre como de la vida acuática y, además, por especies anfibias que viven en el agua y en la tierra.
Los principales ecosistemas de tipo mixto son:
- Marismas. Son ecosistemas húmedos de poca profundidad, con abundantes plantas herbáceas que crecen en el agua. El agua puede ser dulce o salada, dependiendo del lugar, pero el suelo es casi siempre arenoso. Albergan una inmensa variedad de especies vegetales y animales. Por ejemplo, las marismas de Florida en Estados Unidos o las de isla Cristina en Andalucía, España.
- Manglares. Están ubicados en estuarios y desembocaduras de cursos de agua dulce. Son de agua salada o salobre. Albergan diversas especies de plantas y árboles tolerantes a la sal, que se alzan con sus raíces sumergidas en el agua. Son un punto de encuentro entre especies acuáticas, anfibias y terrestres. Abundan en regiones tropicales y subtropicales. Por ejemplo, los manglares de Bangladesh, los de La Restinga en la isla de Margarita (Venezuela) o los del delta del río Salom en Senegal.
- Ciénagas. Son similares a las marismas, pero en ellas, además de plantas herbáceas, se pueden hallar árboles y arbustos, lo cual ocasiona una mayor densidad de materia orgánica en el agua estancada. Por esta razón, sus aguas son bajas en oxígeno y ricas en microorganismos bacterianos. No suelen albergar muchos peces ni especies subacuáticas, pero son un lugar propicio para reptiles, anfibios y aves, adaptados tanto al agua dulce como salada. Por ejemplo, el Pantanal de Brasil, los Esteros del Iberá en Argentina y el Pantano de Benínar en Almería, España.
- Bofedales. Se trata de humedales de altura presentes en mesetas y llanuras que forman parte de un complejo montañoso. Se forman por deshielos glaciares, precipitaciones o afloramientos de aguas subterráneas. Suelen ser muy poco profundos y albergar poca vida vegetal, como musgos, líquenes y hierbas. Por ejemplo, los bofedales de las mesetas andinas en Bolivia, Chile y Argentina.
- Llanuras inundables. Se ubican en áreas adyacentes a ríos o lagos que se anegan de manera periódica debido a las precipitaciones estacionales o al desbordamiento de los cursos de agua. Durante los períodos de inundación, las llanuras se convierten en ambientes acuáticos temporales, donde se desarrollan especies vegetales y animales adaptadas a las fluctuaciones del nivel del agua. Por ejemplo, los bosques de Várzea en la cuenca del Amazonas y el delta del Okavango en África.
Ecosistemas microbianos
Los ecosistemas microbianos están formados por organismos microscópicos que habitan en prácticamente todos los ambientes. Estos incluyen bacterias, hongos y otros microorganismos. Son fundamentales para los ciclos biogeoquímicos que se desarrollan en el planeta, y cumplen funciones vitales para la descomposición de materia orgánica y la fijación de nutrientes.
Además, los microorganismos se utilizan en otras aplicaciones, como la depuración de agua, la medicina y la agricultura.
Ecosistemas subterráneos
Los ecosistemas subterráneos están ubicados bajo la superficie terrestre. Se forman en cuevas, acuíferos y suelos profundos. Están compuestos por organismos adaptados a la ausencia de luz solar, una limitada disponibilidad de nutrientes y fluctuaciones en factores como la humedad y la temperatura.
Además, estos ecosistemas constituyen importantes reservorios de biodiversidad, y están estrechamente vinculados con la dinámica de los ecosistemas superficiales. Por ejemplo, los acuíferos subterráneos no solo sustentan comunidades biológicas propias, sino que también suministran agua a los ecosistemas terrestres y marinos.
Ecosistemas artificiales
Los ecosistemas artificiales, también llamados antrópicos, son aquellos construidos por la intervención humana. En ellos, pueden existir diferentes especies animales, vegetales y fúngicas, pero el rasgo dominante y notorio es la densidad de la presencia humana.
En general, estos ecosistemas se clasifican en dos subtipos:
- Ecosistemas urbanos. Son ciudades o regiones urbanas, en las que la edificación humana ha alterado drásticamente el paisaje, imponiendo su presencia sobre las demás especies. Se caracteriza por la gran densidad de población humana, los altos índices de contaminación y la baja presencia animal.
- Ecosistemas rurales. Son granjas, zonas de cultivo, minas y otras regiones en las que el ser humano habita, pero en mucha menor densidad. Allí tienen lugar actividades humanas de tipo productivo y de gran impacto medioambiental, como la agricultura y la minería, entre otras.
Sigue con:
Referencias
- Biodiversidad Mexicana. (2020). ¿Qué es un ecosistema? https://www.biodiversidad.gob.mx/
- National Geographic. (2022). ¿Qué es un ecosistema? https://www.nationalgeographicla.com/
- Roldán, L. (2024). Tipos de ecosistemas. EcologíaVerde. https://www.ecologiaverde.com/
¿Te fue útil esta información?
Sí No¡Genial! Gracias por visitarnos :)