Te explicamos qué es un paisaje natural y cuáles son sus elementos. Además, sus principales características, ejemplos y paisaje cultural.
¿Qué es un paisaje natural?
Los paisajes naturales son aquellos espacios geográficos que no han sido modificados por el ser humano. En contraposición, los sitios alterados por la actividad humana se conocen como paisajes culturales.
El término paisaje alude a una parte de la superficie terrestre que puede ser vista en un momento dado desde un lugar determinado. Originalmente, la palabra fue usada por los artistas para referirse a las pinturas de escenas de la naturaleza (como montañas, bosques, ríos, etc.), en las que se omitía la presencia humana.
Los geógrafos tomaron el término de la pintura, y denominaron paisaje a las características de una región. En el caso de un paisaje natural, sus características incluyen el relieve, el clima y también los seres vivos que lo habitan.
En rigor, actualmente casi no existen paisajes naturales, pues la acción humana, de manera directa o indirecta, ha impactado en toda la superficie terrestre.
De todas maneras, aún se pueden registrar regiones en donde la interacción entre el clima y los elementos geológicos y biológicos se mantiene relativamente intacta. Ejemplos de ello son el Polo Norte y el Polo Sur, las cadenas montañosas del Himalaya y los Andes y zonas desérticas, como el Sahara o el Valle de la Muerte, en el desierto de Mojave.
En general, se trata de lugares que, por las características de su suelo o bien, por su clima o altura, resultan inhabitables para el ser humano, y que tampoco cuentan con materias primas que puedan ser explotadas.
Ver también: Bosque de coníferas
Características del paisaje natural
Todo paisaje natural se reconoce por una serie de características:
- Se desarrolla en un espacio geográfico determinado.
- No ha sido modificado por el ser humano (al menos, en sus aspectos constitutivos). Eventualmente, puede haber algún grado de intervención del ser humano (como un puente o un camino); incluso pueden vivir en él algunas personas (como sucede en las bases que diferentes naciones han establecido en la Antártida).
- Posee un relieve, una distribución del agua, un suelo y una vegetación particular, junto con unas condiciones de clima que le son propias y que determinan el desarrollo de ciertos animales. Estos aspectos, en conjunto, hacen que un paisaje natural sea percibido como una unidad y lo distingue de otros paisajes naturales.
- Sus rasgos distintivos se mantienen a lo largo del tiempo. Esto no significa que sea una entidad inmutable: un paisaje natural está sujeto a continuas modificaciones, como consecuencia de las interacciones entre sus diversos componentes.
Elementos del paisaje natural
Algunos de los elementos que pueden encontrarse en un paisaje natural, y que determinarán sus características únicas, son los siguientes:
- Área. Se trata del espacio entre cuyos límites se extiende el paisaje natural.
- Relieve. Comprende los diferentes accidentes geográficos que se identifican dentro de un área. Por ejemplo, una montaña, un valle, una llanura o una meseta.
- Agua. Abarca los diversos cuerpos de agua, tanto superficiales (ríos, arroyos, lagunas) como subterráneos (acuíferos). Es un factor fundamental en el modelado del relieve, además de condicionar el desarrollo de los seres vivos.
- Suelo. Es la capa más superficial de la corteza terrestre, sobre la que se asientan las plantas y en la habitan microorganismos, hongos, insectos y otros seres vivos. Según el material que predomina en su composición, se lo clasifica en varias categorías (arcilloso, arenoso, humífero).
- Flora. Es la cobertura vegetal. Junto con el relieve, constituye un elemento decisivo en la identificación de un paisaje natural. El tipo y la distribución de la flora da lugar a ciertas formaciones características, como los distintos tipos de bosque (tropical, boreal, de montaña), el pastizal, el matorral, la taiga
- Fauna. Es el conjunto de las especies animales de un paisaje natural. La diversidad y características de la fauna están íntimamente relacionadas con la flora.
- Clima. Son las condiciones atmosféricas generales del paisaje, consideradas a lo largo del tiempo. Es el resultado de la humedad, la presión atmosférica, la temperatura y las precipitaciones, entre otros indicadores.
Tipos de paisaje natural
Teniendo en cuenta su ubicación y su relieve, los paisajes naturales se pueden clasificar en:
- Paisajes costeros. Se encuentran en el borde entre la tierra y el mar. Pueden ser abruptos, como los acantilados, o llanos, como las playas; y presentar salientes terrestres, como las penínsulas y cabos, o entrantes marítimos, como las bahías y los golfos.
- Paisajes interiores. Se ubican en el interior de los continentes. Incluye, entre otras formaciones, las montañas, los valles, las mesetas, las llanuras y las depresiones.
- Paisajes marinos. Son las zonas del mar próximas a la costa y las regiones submarinas.
La conservación del paisaje natural
A mediados del siglo XIX, la evidencia de la progresiva desaparición de la vida silvestre y la domesticación de los espacios naturales condujo a la creación de parques nacionales y reservas naturales. En estas áreas se intenta mantener el paisaje natural libre de las perturbaciones derivadas de la actividad humana.
Para que un paisaje natural sea declarado un área protegida, se tiene en cuenta, entre otros criterios, que sea representativo de los diversos tipos de relieves y formaciones geológicas y que cumpla una función significativa en el desarrollo de las diversas formas de vida.
Muchos de estos paisajes naturales, por su belleza y por sus características únicas, son importantes destinos turísticos.
Ejemplos de paisaje natural
- Islas Galápagos. Ubicadas en el océano Pacífico, a unos 900 kilómetros de Ecuador, se trata de un archipiélago de origen volcánico. El paisaje de la costa presenta acantilados, cuevas y playas; en el interior, alternan volcanes con laderas empinadas y terrenos ondulados.
- Cataratas del Iguazú. Situadas entre Argentina y Brasil, se trata del grupo de cascadas más extenso del mundo. Cuenta con 275 saltos, que llegan a alcanzar los 80 metros de altura.
- Monte Vesubio. Este volcán activo, se encuentra en Italia, frente a la bahía de Nápoles. Forma parte de un grupo de volcanes que se extienden por la región de Campania.
- Gran Cañón. Se encuentra en los Estados Unidos, al norte del estado de Arizona. Es una abertura estrecha y alargada, excavada en la roca por el río Colorado, a lo largo de millones de años. Mide unos 400 kilómetros de largo y, en promedio, tiene una profundidad de 800 metros, llegando en algunos tramos a los 1600 metros. El paisaje, árido y rocoso, está formado por grutas y gigantescas formaciones rocosas con varias capas.
- La Selva Negra. Ubicado en el sudeste de Alemania, este macizo montañoso se caracteriza por su densa vegetación y los diversos ríos y lagos que la recorren.
Paisaje natural y cultural
Cualquier paisaje natural que ha sido modificado por el ser humano es un paisaje cultural. Los paisajes culturales son muy variados: puede ser un campo cultivado, un lago originado por la construcción de un dique o una ciudad.
Por lo general, un paisaje cultural se reconoce por la presencia de estos elementos:
- Población. Esto es, un conjunto de personas que viven y comparten una misma área y que interactúan entre sí.
- Infraestructura. El conjunto de instalaciones y sistemas necesarios para el desarrollo de las actividades humanas (fábricas, comercios, escuelas, redes de transporte, etc.).
- Producciones. El conjunto de productos, es decir, de materias primas que han sido modificadas para obtener algún bien o servicio.
La capacidad del hombre para modificar un paisaje natural se ha incrementado a lo largo del tiempo, gracias al desarrollo de la tecnología. Uno de los ejemplos más notables de esto ocurrió con la Revolución industrial, que produjo un aumento en la cantidad y el ritmo de extracción de materias primas, dio origen a la construcción de kilómetros de vías férreas y obras de infraestructura (puentes, canales, puertos) e impulsó el crecimiento de las ciudades, entre otros efectos sobre el paisaje.
La alteración directa de cualquier elemento de un paisaje natural tiene indirectamente efectos sobre otros de los elementos del paisaje. Por ejemplo, la tala de bosques nativos es en sí misma una modificación de la vegetación que integra un paisaje; pero, además, al hacerlo se incrementa el ritmo de la erosión del suelo que realizan la lluvia y el viento.
Más en: Paisaje cultural
Referencias
- “Natural landscape”, en Wikipedia.
- “Landscape”, en National Geography.
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