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Oriente y Occidente

Te explicamos qué son Oriente y Occidente, cuál es el origen de estos conceptos y cuáles son sus diferencias. Además, la tesis del choque de civilizaciones.

Una cafetería occidental también puede encontrarse en una ciudad oriental.
La distinción entre lo oriental y lo occidental no siempre responde al lugar geográfico. [Imagen: testing]

¿Qué son Oriente y Occidente?

Oriente y Occidente son dos conceptos culturales basados, de manera aproximada, en la geografía mundial. Dividen a la humanidad en dos regiones con sus correspondientes tradiciones culturales e intelectuales. Sin embargo, dicha distinción es una construcción histórica que tiende a simplificar la realidad. Además, como la separación es más cultural que geográfica, no todos los países que pertenecen a una u otra categoría se ubican realmente en el este o el oeste.

Cada una de estas regiones abarca múltiples países y naciones, por lo que no constituyen espacios homogéneos. Sin embargo, entre ambos grupos se suelen distinguir algunas diferencias fundamentales que llevan a la siguiente clasificación:

  • Países occidentales. Se caracterizan por la herencia clásica grecorromana y, en términos más amplios, por la tradición histórica europea, así como por la influencia de la religión cristiana y la predominancia de los valores democráticos.
  • Países orientales. Agrupan a las culturas asiáticas, norteafricanas y de partes del este de Europa, que tienen sus propias tradiciones históricas y practican religiones como el islam, el hinduismo, el budismo y el cristianismo ortodoxo.

En la actualidad, es común hablar de Oriente y Occidente como si fueran categorías estables y universales, pero en realidad no lo son. Aunque existe cierto margen de consenso respecto a la separación entre una tradición política, cultural e ideológica occidental y diversas tradiciones orientales, el significado específico de estos conceptos depende en gran medida de cómo, dónde y quién los utilice.

Los términos Oriente y Occidente provienen de la Antigüedad, cuando los intelectuales grecorromanos identificaban el ámbito occidental con el concepto de civilización y agrupaban a las poblaciones que habitaban hacia el este bajo el concepto de despotismo. Años más tarde, cuando las potencias europeas se expandieron por el mundo, esta dicotomía se extendió a otras regiones y el concepto de Oriente se consolidó como sinónimo de otredad.

Puntos clave

  • Oriente y Occidente son conceptos que dividen al mundo en dos regiones según sus tradiciones culturales, históricas e intelectuales.
  • Occidente corresponde a los países con lenguas y culturas de origen europeo, asociados con la herencia grecorromana, el cristianismo, la Ilustración y la democracia.
  • Oriente se vincula con las culturas de Asia, el norte de África y partes del este de Europa, y con diversas formas de gobierno y religiones, como el islam, el hinduismo y el budismo.
  • La separación se suele usar para distinguir entre la importancia de la democracia y los derechos humanos en Occidente, y el predominio de los valores tradicionales en Oriente.
  • Se trata de una distinción eurocéntrica surgida en la antigua Grecia, que simplifica la realidad y reduce cada región a características fijas y estereotipos.

Ver además: Civilizaciones antiguas

Oriente

El concepto cultural de Oriente nació en la antigua Grecia. Originalmente, era usado por los navegantes griegos del mar Mediterráneo para distinguir las regiones conocidas de Europa de las tierras asiáticas que estaban del otro lado del mar Egeo. Pueblos como los persas, constantes rivales de las ciudades-Estado griegas, encarnaban el estereotipo de Oriente: monarquías milenarias, ambiciosas, despóticas y exóticas, que representaban un peligro para la civilización helénica.

Así surgió la imagen del Oriente inmutable, que permaneció vigente hasta entrado el siglo XIX. Esta imagen se basaba en la idea eurocéntrica de que, mientras la civilización europea cambiaba y progresaba, las culturas orientales permanecían iguales y eran, por lo tanto, atrasadas y carentes de civilización. El académico Edward Said (1935-2003) caracterizó a esta concepción como reduccionista o simplificadora, y la llamó “orientalismo”. 

Durante el siglo XX, esta imagen cambió, al menos en relación con regiones como el este de Asia. Sin embargo, otras zonas, especialmente de cultura árabe o tradición musulmana, continúan con frecuencia asociadas a este estereotipo.

Regiones de Oriente

Tradicionalmente, se divide a Oriente en tres regiones geográfico-culturales:

  • Lejano Oriente o Extremo Oriente. Abarca el este de Asia (China, Japón, las dos Coreas, Taiwán y Mongolia), el sudeste asiático y Micronesia.
  • Oriente Medio o Medio Oriente. Abarca el subcontinente indio (Pakistán, India, Nepal, Bangladés, entre otros) y países como Afganistán, Turkmenistán y, según algunas interpretaciones, Irán.
  • Oriente Próximo o Cercano Oriente. Abarca las costas orientales del Mediterráneo y zonas aledañas, como Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Jordania, Egipto, Libia, la península arábiga y, según algunas interpretaciones, Irán.

Sin embargo, no existe una delimitación exacta ni un concepto universalmente aceptado para cada una de estas regiones. De hecho, Oriente Medio y Oriente Próximo a menudo se usan como sinónimos, y a veces, incluso si se mantiene la diferencia entre ambas regiones, los países que las componen se superponen o intercambian según cada interpretación.

Occidente

El concepto cultural de Occidente surgió como una contraposición al concepto de Oriente. La idea de un “otro” oriental había surgido en la antigua Grecia como una forma de reafirmar la propia identidad griega mediante un contraste con aquello que se diferenciaba de sus principios, costumbres y valores. Esta imagen fue heredada por los romanos y, luego, por la Europa cristiana.

Desde sus inicios, el término Occidente hacía referencia a las regiones europeas que se reconocían en las tradiciones grecorromanas o cristianas. Por lo tanto, no incluía a todos los pueblos que estaban ubicados en la parte occidental del mundo conocido, como algunas poblaciones africanas, los antiguos pueblos paganos europeos (como los vikingos o los magiares) o, una vez que comenzó la conquista de América, los indígenas americanos.

Todos esos pueblos recién pasaron a integrar Occidente una vez que fueron colonizados, evangelizados e incorporados a la esfera de influencia cultural de los grandes imperios europeos. Eso fue lo que sucedió con América o incluso con Oceanía, donde países como Australia y Nueva Zelanda comenzaron a ser considerados occidentales a pesar de hallarse en la mitad oriental del mundo.

A menudo, el concepto de Occidente sirvió como una forma de aglutinar a las culturas de Europa en contra de un enemigo común. Así, en las cruzadas medievales, se opuso el Occidente cristiano al mundo islámico. Posteriormente, sirvió para justificar el colonialismo europeo, pues se consideraba a Occidente como una civilización avanzada que podía imponerse al resto de las culturas, que eran caracterizadas como atrasadas.

Finalmente, por influencia de las ideas de la Ilustración y del liberalismo político, Occidente comenzó a presentarse como el conjunto de los países de origen europeo que tenían regímenes políticos democráticos y protegían los derechos humanos. Así, durante la Guerra Fría (1947-1991), los países del bloque occidental o capitalista, liderado por Estados Unidos, se enfrentaron a un nuevo enemigo común, el bloque oriental o comunista, liderado por la Unión Soviética (URSS). 

En la actualidad, el concepto de Occidente se suele oponer a los países árabes y musulmanes, y a potencias como Rusia o China.

Diferencias entre Oriente y Occidente

Una iglesia occidental y un templo oriental reflejan diferentes culturas y tradiciones.
Las categorías Oriente y Occidente son debatibles y poco precisas. [Imagen: Sergey Dzyuba, Boris Stroujko]

Las categorías Oriente y Occidente, o “culturas orientales” y “cultura occidental”, son debatibles y poco precisas, ya que responden más a una construcción histórica que a una división geográfica del mundo. Sin embargo, en términos generales, sus diferencias se pueden resumir de la siguiente manera:

Cultura occidentalCulturas orientales
Corresponde a Europa y a los países con lenguas y culturas de origen predominantemente europeo.Corresponden a los países de Asia, el norte de África y parte de Europa oriental.
Su surgimiento se ubica en la Antigüedad grecorromana, pero también reconoce la impronta del cristianismo y de las ideas de la Ilustración.Tienen diferentes orígenes, según la región y la cultura. Por ejemplo, la antigua China, la antigua Persia, la antigua India, los antiguos árabes y la expansión del islam.
Su religión de base es el cristianismo, en su mayoría católico y protestante, pero defiende la libertad de culto.Tienen diferentes religiones y tradiciones místicas. Las más extendidas son el islam, el hinduismo, el budismo y el taoísmo. En algunos países, no hay libertad de culto.
Su composición poblacional es principalmente de origen europeo, aunque también incluye etnias autóctonas o mestizas de las regiones antiguamente colonizadas y migraciones de diversos orígenes.Abarcan un conjunto muy amplio y diverso de etnias y poblaciones, con rasgos y orígenes diferentes entre sí, como indios, árabes, chinos, mongoles y eslavos, que se distribuyen en distintas regiones y países.
Sus lenguas provienen de las lenguas indoeuropeas, como las que derivan del latín (por ejemplo, español, francés, portugués e italiano) y del germánico (por ejemplo, inglés y alemán). Suelen usar el alfabeto latino.Sus lenguas provienen de distintas familias, como la indoeuropea, la afroasiática, la túrquica y la sino-tibetana. Usan diferentes sistemas de escritura, como el devanagari en India, el alfabeto árabe, el alfabeto cirílico y los logogramas chinos.
En el panorama ideológico del siglo XXI, se identifica con la democracia liberal, la economía de mercado y los derechos humanos. Sin embargo, en la práctica, puede albergar regímenes populistas o autoritarios.En el panorama ideológico del siglo XXI, se identifican con distintas formas de gobierno, como repúblicas, teocracias, monarquías absolutas y dictaduras comunistas.

Críticas a la dicotomía entre Oriente y Occidente

La idea de una dicotomía entre Oriente y Occidente recibió distintas críticas en las últimas décadas. Por un lado, porque algunas regiones culturales resultan problemáticas para esta división en dos mitades. Por ejemplo, Rusia fue siempre un caso atípico e intermedio entre las dos, por lo que, según la perspectiva adoptada, puede aparecer ubicada en Occidente o en Oriente.

Algo parecido ocurre con América Latina. Su identidad cultural es muy diversa y reúne aspectos de la tradición occidental, impuesta por los colonos europeos y transportada por los inmigrantes, y de las culturas de los pueblos indígenas y de las poblaciones africanas que llegaron en la época del tráfico de esclavos. Casos como este han llevado a algunos estudiosos a proponer la categoría de “occidentalizado” en lugar de “occidental” para este tipo de regiones.

Por otro lado, algunos estudiosos e intelectuales critican la distinción entre Oriente y Occidente porque la encuentran poco útil y poco fidedigna para clasificar el mundo contemporáneo, cuyas culturas son mucho más diversas y están cada vez más interconectadas en el contexto de la globalización. Además, sostienen que es una concepción eurocéntrica, es decir, que refleja la mirada de Europa y de otros países occidentales sobre el resto del mundo. 

Sin embargo, a pesar de sus numerosos inconvenientes e imprecisiones, la dicotomía entre Oriente y Occidente continúa usándose tanto en el habla cotidiana como en ciertos discursos políticos y académicos de Occidente e incluso de algunos países orientales.

El choque de civilizaciones

La tesis del choque de civilizaciones afirma que, en el mundo de finales del siglo XX e inicios del XXI, los grandes conflictos internacionales no se darán entre países que compiten entre sí por razones políticas o ideológicas, sino entre culturas o civilizaciones. En especial, entre la cultura occidental y las culturas orientales, que competirán por imponer su identidad cultural y su visión del mundo.

Esta idea surgió en la década de 1990. Fue propuesta por el politólogo estadounidense Samuel P. Huntington (1927-2008) en un artículo de 1993 y, posteriormente, en su libro El choque de civilizaciones y la reconstrucción del orden mundial, publicado en 1996.

La propuesta de Huntington tenía que ver con lo que algunos autores llamaron el “fin de la historia” y el “fin de las ideologías”, es decir, la derrota del comunismo tras el fin de la Guerra Fría y la victoria de la economía de mercado. En las décadas posteriores a su publicación, la tesis ganó popularidad en los países occidentales a raíz de la creciente actividad de los grupos yihadistas del islamismo radical, especialmente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

El concepto del choque de civilizaciones recibió múltiples críticas y sigue siendo muy controvertido. Algunos estudiosos consideran que omite la posibilidad de la coexistencia pacífica y el intercambio cultural entre las poblaciones, y que subestima el hecho de que, muchas veces, las tensiones se producen entre grupos minoritarios de las respectivas culturas (gobiernos, organizaciones armadas o células terroristas) y no entre las mayorías. Además, algunos investigadores sostienen que los intereses involucrados en los conflictos no son siempre culturales, sino, con frecuencia, geopolíticos o económicos.

Sin embargo, el término es considerado útil por otros analistas y es usado por aquellos sectores de la sociedad que perciben la creciente cercanía de otras culturas, fruto de la globalización cultural, como una amenaza para su identidad tradicional y su modo de vida.


Sigue con: 

    Referencias

    • Hunt, L., Martin, T. R., Rosenwein, B. H. y Smith, B. G. (2016). The Making of the West. Peoples and Cultures. Bedford/St. Martin’s.
    • Huntington, S. P. (2015). El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Paidós.
    • Pfoh, E. (2020). Imaginar a Medio Oriente desde Occidente: orientalismo, historiografía, geopolítica. En M. Cuadro y D. Setton (Coords.), Estudios sobre el Medio Oriente desde América Latina (pp. 19-31). Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
    • Said, E. W. (2003). Orientalismo. Debolsillo.

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    Gayubas, Augusto (16 de mayo de 2025). Oriente y Occidente. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 31 de mayo de 2025 de https://concepto.de/oriente-y-occidente/.

    Sobre el autor

    Última edición: 16 de mayo de 2025
    Revisado por Augusto Gayubas
    Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

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