Te explicamos qué es el liberalismo social y cuáles son sus características políticas, económicas y sociales. Además, cómo fue su origen.
¿Qué es el liberalismo social?
El liberalismo social o socioliberalismo es una corriente política afiliada a las ideas del liberalismo clásico, pero con un notorio enfoque progresista, que incorpora las ideas de justicia social y democracia liberal en un enfoque reformista. Esta corriente se conoce como liberalismo moderno (modern liberalism) en Estados Unidos y Canadá, y como nuevo liberalismo (new liberalism) en Europa y el Reino Unido.
El socioliberalismo puede entenderse como una corriente moderada tanto del liberalismo como del socialismo, es decir, una postura centrista, intermedia, que aboga por la reforma paulatina de la sociedad de cara al desarrollo humano y material de la población. Así, comprende el Estado como una entidad necesaria para sostener un marco regulatorio que garantice la igualdad de oportunidades y la libertad de los ciudadanos, pero que no los sustituya en la toma de decisiones de ningún tipo.
Por lo tanto, el socioliberalismo es crítico con las corrientes del socialismo y comunismo, que considera autoritarias y paternalistas, a la par que con las corrientes del liberalismo clásico, a las que entiende como un camino hacia los monopolios y la concentración de la riqueza en pocas manos.
En el centro del pensamiento socioliberal se encuentra la obra del filósofo, político y economista inglés John Stuart Mill (1806-1873), considerado uno de los pensadores más ilustres del liberalismo británico. Se consideran corrientes del socioliberalismo el solidarismo francés, el krausoinstitucionalismo español, así como partidos políticos actuales como el Partido Liberal Demócrata británico, los españoles Ciudadanos y Unión Progreso y Democracia, los Radicales en Italia, los Partidos de Centro de Finlandia, Suecia y Estonia, y el Partido Demócrata en Estados Unidos, por citar algunos ejemplos.
Ver además: Liberalismo económico
Origen del liberalismo social
El socioliberalismo tiene antecedentes claros en el racionalismo ilustrado de Europa, especialmente en el pensamiento filosófico del alemán Immanuel Kant (1724-1804) y del francés Voltaire (1694-1778), así como en el liberalismo ilustrado británico, especialmente la teoría política de John Locke (1632-1704). También es posible rastrear algunas de sus ideas en el iusnaturalismo de Tomás de Aquino (1224-1274) y la Escuela de Salamanca, en España.
Sin embargo, puede tomarse como punto de partida de la doctrina socioliberal el momento en que John Stuart Mill se separó de la corriente liberal clásica y comenzó a interesarse en el saint-simonismo, es decir, en cierto pensamiento socialista, y a pensar un nuevo estado social que contemplase la igualdad de género, una propiedad común de las materias primas del mundo, garantizase la participación igualitaria de los beneficios de la asociación laboral, y a la vez preservara la mayor carga de libertades individuales posible.
Stuart Mill se adelantó así a un importante sector del liberalismo que, en el siglo XIX, se percató de la importancia de incorporar a la clase obrera a la sociedad liberal, mediante una educación laica y obligatoria, para así alcanzar el beneficio colectivo. Esto significó, naturalmente, ganarse la oposición de los sectores conservadores y neoconservadores, que abrazaban los preceptos clásicos liberales.
Características políticas del liberalismo social
La visión política del liberalismo social parte de la oposición al autoritarismo, es decir, busca la preservación de las libertades civiles e individuales, para impedir que el Estado usurpe la autonomía individual. Para esto, defiende los preceptos de la democracia liberal, según los cuales la soberanía reside en la ciudadanía y la institucionalidad del poder debe siempre defenderse, es decir, el republicanismo.
El socioliberalismo busca una democracia pluripartidista, federal y descentralizada, que se defiende a través de leyes fuertes la vida, la propiedad privada y la libertad individual. Es decir que, al mismo tiempo, entiende al Estado como un actor importante en la protección y garantía de los derechos individuales y colectivos, tanto en materia política y social como económica. La intervención del Estado debe estar orientada siempre a preservar un marco de justicia y soberanía, frente al egoísmo y el monopolio.
Además, el socioliberalismo piensa el Estado en términos internacionalistas, cosmopolitas y universales, ajenos al nacionalismo y la xenofobia. Es partidario del multilateralismo, tanto como de la defensa de los derechos humanos y la democracia.
Características económicas del liberalismo social
El socioliberalismo persigue la construcción de un capitalismo social, es decir, una economía social de mercado, que se propone como una tercera vía entre el laissez faire (“dejar hacer” en francés) de los liberales clásicos y la economía planificada de los socialistas. Por lo tanto, defiende un modelo económico de libre mercado, con un sistema libre de asignación de precios y una propiedad privada sobre los medios de producción, y una intervención estatal mínima, pero significativa.
Es decir, que el Estado juega un rol regulatorio activo, con políticas de combate del monopolio y de fomento de mercados competitivos, así como planes de bienestar social que compensen las inequidades producidas por el mercado, para garantizar así la igualdad de oportunidades. El rol del Estado es impedir los llamados “fallos del mercado” y garantizar la mejor seguridad social posible, a través de planes de empleo, de vivienda y de protección medioambiental.
Esto significa que las empresas públicas pueden existir, pero siempre serán minoritarias frente al sector privado, que se verá favorecido mediante bajos impuestos, una infraestructura mayormente privada y un mercado de servicios básicos no monopólico. Por lo demás, el Estado ha de procurar la mayor disciplina fiscal y mantener su tamaño al mínimo, ocupándose exclusivamente de fomentar los sectores económicos en los que el desarrollo no recaiga sobre la iniciativa privada.
Características sociales del liberalismo social
En el plano social, el socioliberalismo se proclama progresista, secular y humanitario, y fomenta la tolerancia, el pluralismo, el multiculturalismo y el respeto por la libertad individual. Esto quiere decir que apoya temas tradicionalmente rechazados por los sectores conservadores, como el matrimonio igualitario, la educación sexual, los derechos LGBT, el aborto legal, la eutanasia legal y la legalización de la marihuana, mientras que se opone firmemente a medidas como la pena capital y el servicio militar obligatorio.
La visión del Estado del socioliberalismo es amoral (o sea, sin moral), pues el Estado no tiene la tarea de educar a los ciudadanos en temas morales, ya que son un asunto exclusivamente privado. La libertad de culto, por ejemplo, convive con la separación total entre Iglesia y Estado en asuntos administrativos, educativos y legales.
La justicia social es comprendida, en este contexto, como una herramienta indispensable para poder lograr la igualdad de libertades, sin por esto convertir al Estado en un actor social protagónico. El rol del Estado es administrar los fondos públicos de la mejor manera posible y gestionar las políticas sociales del modo más eficiente, para que cada quien sea libre de opinar lo que desee y tomar sus propias decisiones sin verse cuestionado por la autoridad.
Principales representantes del liberalismo social
Entre los principales representantes del socioliberalismo, aparte del mencionado John Stuart Mill, se pueden considerar a los siguientes políticos y pensadores:
- Thomas Hill Green (1836-1882), filósofo idealista inglés y desarrollador del “liberalismo orgánico”.
- Lujo Brentano (1844-1931), economista y reformador social de origen alemán.
- Woodrow Wilson (1856-1924), político y académico estadounidense y vigésimo octavo presidente de su país.
- Émile Durkheim (1858-1917), sociólogo, pedagogo y filósofo francés, padre fundador de la sociología.
- Leandro N. Alem (1842-1896), abogado y político argentino, fundador de la Unión Cívica y diputado nacional.
- Friedrich Naumann (1860-1919), político y pastor protestante de origen alemán.
- José Ortega y Gasset (1883-1955), filósofo, político y ensayista español.
- Isaiah Berlin (1909-1997), político, filósofo e historiador de las ideas británico de origen judío, considerado entre los principales pensadores liberales del siglo XX.
- Jürgen Habermas (1929-), filósofo y sociólogo alemán, perteneciente a la segunda generación de la Escuela de Frankfurt.
- Martha Nussbaum (1947-), filósofa y escritora estadounidense.
Neoliberalismo
Con el término “neoliberalismo” se conoce hoy en día a la teoría política y económica que sostiene la necesidad de reducir siempre que se pueda el tamaño y las potestades del Estado, para favorecer así la desregulación y la privatización. Así, se posiciona en abierta oposición a las doctrinas del keynesianismo dominante en Occidente a mediados del siglo XX.
El neoliberalismo representa un intento de volver a los preceptos económicos del liberalismo clásico y se lo asocia a diferentes pensadores y escuelas económicas, entre ellas a Milton Friedman, la Escuela de Economía de Chicago (y los “Chicago Boys”), Alexander Rüstow, Friedrich von Hayek, entre otros.
Más en: Neoliberalismo
Referencias
- “John Stuart Mill” en Wikipedia.
- “Liberalismo social” por Juan Carlos Montero-Bagatella en Revista Convergencia.
- “Modern Liberalism Overview” en History Crunch.
- “New Liberalism (british history)” en The Encyclopaedia Britannica.
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