Te explicamos qué es el marxismo, su origen, principales ideas y otras características. Además, por qué es criticado.

¿Qué es el marxismo?
El marxismo es la doctrina política y filosófica que se basa en la interpretación de la historia y la sociedad propuesta en el siglo XIX por Karl Marx (1818-1883), filósofo, sociólogo, economista, periodista y revolucionario alemán. Este modelo de pensamiento transformó el modo de entender el capitalismo y la lucha de clases desde una perspectiva socialista.
Además, fue la base teórica para posteriores aportaciones o reinterpretaciones de parte de revolucionarios, pensadores y políticos, como Vladimir Ilich Lenin (1870-1924), León Trotski (1879-1940), Rosa Luxemburgo (1871-1919), Antonio Gramsci (1891-1937), Mao Zedong (1893-1976), Georg Lukács (1885-1971), Theodor Adorno (1903-1969), Louis Althusser (1918-1990), entre otros.
El marxismo deriva su nombre del apellido de Marx, cuya obra compuesta en gran medida junto a su compañero Friedrich Engels (1820-1895) formó la base teórica de este modelo e influyó en numerosos movimientos políticos y procesos revolucionarios del siglo XX, como la Revolución rusa (1917), la Revolución Comunista china (1949) y la Revolución cubana (1959).
La lectura marxista de la historia se conoce como materialismo histórico y es un modelo economicista que hace hincapié en la producción. Plantea que, a lo largo de la historia, existieron distintos modos de producción que se sucedieron unos a otros (primitivo, asiático, esclavista, feudal y capitalista). El motor del cambio de un modo de producción a otro habría sido la lucha de clases. Según el marxismo, en el modo de producción capitalista, las clases sociales enfrentadas son la burguesía y el proletariado, y la lucha entre ambas debería llevar al reemplazo del capitalismo por el comunismo, una sociedad sin propiedad privada ni división en clases sociales.
Muchos de los postulados clásicos del marxismo siguen siendo defendidos por autores y organizaciones marxistas de distintas partes del mundo, y parte del pensamiento de Marx y de los marxistas sobrevive en doctrinas posteriores, surgidas principalmente a partir de la década de 1970, conocidas como post-marxistas. Sin embargo, el marxismo también fue objeto de innumerables críticas, tanto a nivel teórico como a nivel político.
El adjetivo “marxista” se suele usar para todo lo relacionado con el marxismo en un sentido amplio, aunque a veces se reserva para los autores que siguieron a Marx (llamados “marxistas”) y se emplea el adjetivo “marxiano” para lo referente exclusivamente al trabajo y las ideas de Marx y Engels.
Puntos clave
- El marxismo es una doctrina política y filosófica originada en el siglo XIX a partir de la obra de Karl Marx y Friedrich Engels.
- Se basa en el materialismo histórico, un modelo teórico que presenta la historia como una sucesión de modos de producción impulsada por la lucha de clases.
- Defiende un análisis crítico del capitalismo, entendido como un modo de producción que consiste en la explotación del proletariado por la burguesía.
- Propone el reemplazo del capitalismo por el comunismo (una sociedad sin clases sociales) a través de la toma del poder por el proletariado.
- A lo largo del siglo XX, inspiró revoluciones que instauraron regímenes comunistas y fue objeto de reinterpretaciones que fundaron diversas corrientes marxistas.
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Características del marxismo
El marxismo se puede caracterizar de la siguiente manera:
- Es a la vez una perspectiva filosófica, una teoría de la historia y un programa político y económico, basado en las ideas de Marx y Engels, y enriquecido por el pensamiento de innumerables teóricos marxistas a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI.
- Se centra en una visión filosófica materialista, que plantea que la única realidad es la material, y que las ideas, pensamientos, creencias, leyes y formas de organización política son solo subproductos de las relaciones sociales de producción, que constituyen la base o estructura económica de una sociedad.
- Promueve el materialismo histórico como modelo para comprender el desarrollo de las sociedades a lo largo de la historia. En este modelo, la historia avanza debido a la lucha entre las clases sociales por el control de los medios de producción. Por lo tanto, la historia según el marxismo es una historia de conflictos, y cada cambio importante provoca el paso de un modo de producción a otro.
- Interpreta el capitalismo como un sistema de explotación, en el que la burguesía (propietaria de los medios de producción) explota a la clase obrera (desprovista de los medios de producción). Según el marxismo, la superación del capitalismo es el comunismo, un modo de producción basado en la propiedad común de los medios de producción y en la eliminación de las clases sociales.
- Inspiró la formación de organizaciones sindicales, partidos políticos y grupos guerrilleros, especialmente durante el siglo XX, centrados en el principio de la lucha de clases y la defensa de los intereses del proletariado. Con el tiempo, algunas de estas agrupaciones abandonaron el impulso revolucionario y clasista. En la actualidad, son frecuentes los partidos de inspiración trotskista, que rescatan el pensamiento de León Trotski.
- Sus antecedentes filosóficos son las obras de Ludwig Feuerbach (1804-1872) y de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831). Del primero, Marx tomó la visión materialista de la realidad, que aplicó al estudio de la sociedad y la historia, y del segundo incorporó la dialéctica (la idea de que, en todo proceso de transformación, se enfrentan dos opuestos, tesis y antítesis, que resultan en una síntesis).
- En el plano económico y social, se vio fuertemente influido por economistas como David Ricardo (1772-1823) y por varios representantes del socialismo francés, como Henri de Saint-Simon (1760-1825), François Babeuf (1760-1797) y Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865).
- Su corpus de pensamiento se compone de varias obras: Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 (1844, publicada en 1932), La ideología alemana (1846, publicada en 1932), El Manifiesto del Partido Comunista (1848), El 18 de brumario de Luis Bonaparte (1852), Una contribución a la crítica de la economía política (1859), El capital. Crítica de la economía política, 3 tomos (1867-1894) y El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884).
Origen del marxismo

El marxismo surgió a mediados del siglo XIX, con la publicación de las primeras obras de Marx y Engels, incluido el Manifiesto del Partido Comunista (1848). Sin embargo, se consolidó como cuerpo de doctrinas a finales del siglo XIX, cuando las ideas de ambos pensadores alemanes se volvieron populares entre muchos intelectuales socialistas, y en algunas organizaciones obreras, en distintas partes del mundo.
En el contexto de la organización mundial del movimiento obrero y de la expansión de las ideas socialistas, Marx y Engels participaron en la Asociación Internacional de Trabajadores, también llamada Primera Internacional (1864-1876), donde defendieron sus posiciones teóricas y políticas y mantuvieron intensos debates con pensadores y activistas anarquistas (como Pierre-Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin).
A pesar de sus críticas al anarquismo y a otras corrientes del socialismo, las ideas de Marx y Engels se inspiraban en las reflexiones de diversos pensadores socialistas anteriores. Sin embargo, se diferenciaban de estos en algunos aspectos importantes: por ejemplo, en la formulación de un enfoque teórico con pretensiones científicas, en la centralidad concedida a la economía y la lucha de clases, y en la convicción en la necesidad de una organización vertical y autoritaria para transformar la sociedad a través de la toma del poder. Para legitimar la propuesta marxista, Marx y Engels la definieron como un “socialismo científico”, y Engels incorporó luego el término “socialismo utópico” para referirse a sus predecesores.
Principales ideas del marxismo
Las principales ideas del marxismo pueden resumirse en sus cuatro postulados fundamentales, que son:
- El análisis materialista de la historia
Según el marxismo, la historia humana es una historia de la lucha de clases, es decir, del enfrentamiento entre sectores sociales con intereses económicos contrapuestos.
En esta interpretación, cada modo de producción de la historia está encabezado por una clase dominante, que posee los medios de producción e impone un determinado tipo de relaciones de producción a su conveniencia, en detrimento de las clases explotadas.
Estos fueron el modo de producción esclavista en la Edad Antigua; el modo de producción feudal en la Edad Media; y el modo de producción capitalista en la sociedad industrial burguesa. Marx consideraba que el final de este proceso llegaría con el modo de producción socialista, que aboliría las clases sociales y establecería el comunismo.
- La crítica a la economía capitalista
En su análisis del capitalismo, Marx emplea varios conceptos para describir las relaciones de producción que favorecen a la burguesía. En su argumento, la ganancia y la reproducción del capital de los burgueses, dueños de los medios de producción, se basa en la explotación del proletariado, que, al carecer de la propiedad de los medios de producción, debe vender a los capitalistas su fuerza de trabajo (con la que se producen los bienes de consumo) a cambio de un salario.
El salario solo le alcanza al obrero para consumir los bienes que necesita para su subsistencia. Marx llamó “plusvalía” a la parte del producto del trabajo realizado por el obrero que no forma parte de su salario y que es apropiado por el capitalista. La plusvalía puede invertirse y generar más capital, a disposición del capitalista, mientras que la clase trabajadora no participa de las ganancias.
Por otro lado, Marx llamó “fetichismo de la mercancía” al énfasis de la sociedad burguesa en la búsqueda económica del beneficio, y dio el nombre de “alienación” a la situación del obrero, que no es dueño de los medios de producción ni del producto de su propio trabajo.
- La noción de “ideología”
El marxismo sostiene que el aspecto más importante de toda sociedad es su base material y económica, a la que llama estructura. Todo lo demás (la política, las ideas, las normas jurídicas, las instituciones y la cultura) es solo un derivado de la base económica, por lo que recibe el nombre de superestructura.
Según esta interpretación, toda ideología es la expresión de los intereses de una clase social, pues las ideas forman parte de la superestructura y, por lo tanto, están determinadas por las relaciones de producción que constituyen la base económica de la sociedad.
Cuando algunos sectores de la clase explotada comparten la ideología de la clase dominante, esta ideología recibe el nombre de “falsa conciencia” (un concepto introducido por autores posteriores a Marx). En cambio, la “conciencia de clase” es el reconocimiento de la propia condición de clase (por ejemplo, la pertenencia al proletariado) y del antagonismo con otra clase (por ejemplo, la burguesía).
- La llegada del comunismo
Marx proyectó su concepción de la historia hacia el futuro y conjeturó que la sociedad que reemplazaría al capitalismo sería el comunismo: una sociedad sin propiedad privada ni clases sociales, en la que no existiría la “explotación del hombre por el hombre”.
Consideraba que esta sociedad sería el resultado inevitable del devenir histórico, pues nacería de la contradicción entre las relaciones sociales de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas dentro del capitalismo, o del conflicto entre los intereses de la burguesía y del proletariado. Sin embargo, también planteaba que era necesaria la intervención de una dirección política de la clase obrera que llevara a cabo el proceso mediante la actividad revolucionaria, la toma del poder y el establecimiento de una dictadura del proletariado.
Si bien defendía que esto debía realizarse en los países más industrializados del mundo, la primera experiencia de una revolución exitosa y un régimen comunista se produjo en un país mayoritariamente campesino (Rusia a comienzos del siglo XX).
Clases sociales según el marxismo
Según el marxismo, la sociedad capitalista está conformada por dos clases sociales con intereses antagónicos, enfrentadas en una lucha constante por el control de los medios de producción. Estas clases son:
- La burguesía. Es la clase dominante en la sociedad capitalista. Se trata de los dueños de los medios de producción: fábricas, tiendas, minas, tierras. Se enriquecen mediante la apropiación de la plusvalía generada por el trabajo de los obreros, a quienes les retribuyen con el pago de un salario.
- El proletariado. Es la clase explotada en el capitalismo. Está conformada por los trabajadores de diversos rubros que no poseen los medios de producción y, por lo tanto, solo cuentan con su fuerza de trabajo (especializada o no), que ofrecen al capitalista a cambio de un salario. Se la conoce también como clase obrera o trabajadora.
A ellas se suman otros dos sectores sociales, que pueden ser considerados clases o fracciones de las dos clases principales:
- La pequeña burguesía. Es una clase intermedia, situada entre la burguesía y el proletariado, que puede poseer alguna propiedad pero que no acumula grandes riquezas ni suele emplear a trabajadores asalariados, o que, si lo hace, emplea a muy pocos. Se trata de artesanos, comerciantes, dueños de talleres, pequeños propietarios de tierras o profesionales.
- El lumpenproletariado. Es una clase improductiva, que reúne a los individuos marginales que no forman parte de las relaciones de producción del capitalismo, como los mendigos o los criminales. Suelen ser sectores de escasos recursos y, en la interpretación marxista, son objeto de desprecio o desconfianza porque se considera que no tienen conciencia de clase.
Críticas al marxismo
El marxismo recibió muchas críticas a lo largo del tiempo, tanto desde un punto de vista académico y filosófico como desde una perspectiva política y práctica.
Por un lado, su visión del capitalismo se demostró limitada a la sociedad industrial del siglo XIX y principios del XX, y su predicción sobre la inminente crisis del capitalismo y la consecuente llegada del comunismo resultó desacreditada por los hechos, ya que el sistema capitalista se adaptó a las exigencias laborales de la clase obrera y pudo superar las distintas crisis económicas y financieras que atravesó hasta la actualidad.
En cambio, los regímenes comunistas inspirados en la obra de Marx tuvieron más dificultades para adaptarse a los cambios, y en general colapsaron (por ejemplo, la Unión Soviética) o se vieron forzados a incorporar algunos principios de la economía de mercado (por ejemplo, la República Popular China).
En la segunda mitad del siglo XIX, muchos socialistas y anarquistas criticaron al marxismo por su programa político, que consideraban autoritario. La idea de Marx y Engels de construir un Estado socialista administrado por una dirigencia política que concentrara el poder en nombre del proletariado fue considerada como una forma de perpetuar la dominación y la opresión ejercida sobre la clase trabajadora.
A lo largo del siglo XX, muchos intelectuales consideraron El capital un manual obsoleto, y algunos plantearon que se había convertido en un nuevo texto sagrado para sus militantes, poco dispuestos a cuestionar su validez o a admitir sus imperfecciones. Por ejemplo, Sigmund Freud (1856-1939) comparó el lugar que ocupaba la obra de Marx en la cultura contemporánea con el lugar que ocupaban la Biblia y el Corán en las comunidades de creyentes. Otros criticaron su determinismo económico, que subestimaba el papel de la política, la cultura y las ideas en los procesos históricos.
Por otro lado, los regímenes marxistas que surgieron en el siglo XX, años después de la muerte de Marx y Engels, no cumplieron el objetivo de establecer una sociedad sin clases sociales, más igualitaria y más próspera. Si bien en este caso las críticas se dirigen a los activistas e intelectuales que protagonizaron dichos procesos revolucionarios, en ocasiones se responsabiliza al modelo teórico formulado por Marx y Engels, cuya propuesta política incluía la construcción de Estados autoritarios, dirigidos por una élite centralizada en representación del pueblo o de la clase trabajadora.
La Unión Soviética, la China de Mao Zedong, la Cuba de Fidel Castro, Camboya durante el gobierno de los Jemeres Rojos o Corea del Norte son algunos ejemplos de regímenes comunistas que se organizaron como dictaduras y adoptaron sistemas autoritarios o totalitarios, basados en la represión, el unipartidismo, la censura y, en algunos casos, la perpetración de genocidios.
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Referencias
- Aragües, J. M. (2019). Introducción a Marx. Gredos.
- Bobbio, N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Dirs.). (2015). Diccionario de política. Siglo XXI.
- McLellan, D. T. y Chambre, H. (2024). Marxism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Paniagua, J. (2010). Breve historia del socialismo y del comunismo. Segunda edición. Nowtilus.
- Wilczynski, J. (1981). An Encyclopedic Dictionary of Marxism, Socialism and Communism. Macmillan Reference Books.
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