Te explicamos cuáles son las diferencias entre el socialismo y el comunismo, qué tienen en común y cuál es la historia de ambos términos.
¿Cuál es la diferencia entre socialismo y comunismo?
Los términos comunismo y socialismo se utilizan con frecuencia como sinónimos para referirse a cualquier postura política de izquierda que se considere más o menos radical.
La razón de ello es que ambos conceptos provienen de una misma tradición filosófica, política y económica, desarrollada a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX como una respuesta a los problemas de desigualdad y explotación de la clase obrera que caracterizaron a la expansión mundial del capitalismo industrial. En sus inicios, tanto el socialismo como el comunismo proponían abolir la propiedad privada de los medios de producción, que eran controlados por la burguesía, y establecer el control social, obrero o comunitario de dichos medios.
Sin embargo, a pesar de las similitudes entre ambos términos, existen diferencias que los distinguen. En particular, si bien el comunismo suele ser considerado una forma particular de socialismo, desde la Revolución bolchevique de 1917 quedó fuertemente asociado a las experiencias revolucionarias y los regímenes políticos inspirados en la doctrina marxista de la lucha de clases. En cambio, el socialismo está principalmente vinculado actualmente a los partidos socialdemócratas que defienden el parlamentarismo político, el reformismo económico y la organización sindical, si bien existe una gran variedad de expresiones políticas e intelectuales socialistas (tanto centralistas como horizontalistas).
A lo largo del siglo XX, hubo muchos intentos de aplicación del comunismo que condujeron al establecimiento de dictaduras y regímenes de partido único, e incluso a genocidios. Por otro lado,algunas variantes modernas y democráticas del socialismo lograron impulsar políticas de relativo éxito bajo la forma de la socialdemocracia, es decir, a través de su convivencia con el libre mercado y con el sistema político democrático.
Sin embargo, según algunos analistas, en un sentido estricto no existió ningún grupo político capaz de implementar el comunismo o el socialismo en sus formas teóricas originales, de manera sostenida en el tiempo, en ninguna nación del mundo.
Puntos clave
- El socialismo y el comunismo tienen muchos puntos en común, pues provienen de una misma tradición filosófica nacida en el siglo XIX con la intención de superar la desigualdad provocada por el capitalismo industrial.
- El socialismo abarca una multiplicidad de expresiones políticas, desde la socialdemocracia hasta el socialismo libertario, mientras que el comunismo se asocia a la doctrina marxista de la lucha de clases y la dictadura del proletariado.
- En la actualidad, el socialismo suele defender el parlamentarismo y la intervención del Estado en la economía de mercado, mientras que el comunismo postula la abolición de la propiedad privada, la planificación estatal de la economía y el control de la política por un único partido.
- Entre algunos intelectuales marxistas, el socialismo es entendido como una fase teórica de transición entre el capitalismo y el comunismo.
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Historia de los términos “socialismo” y “comunismo”
Históricamente, el primer término en surgir fue “socialismo”, cuyas primeras menciones se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII, cuando fue usado por el monje Ferdinando Facchinei (1725-1814) y el religioso Appiano Buonafede (1716-1793) para criticar a los defensores de la teoría del contrato social. Posteriormente, pasó a ser usado por los seguidores del filántropo galés Robert Owen (1771-1858), quien predicaba la doctrina de la fraternidad humana y la cooperación obrera.
Con su sentido actual, el término socialismo se difundió en Europa en la década de 1830, tanto entre los seguidores de Robert Owen como de Henri de Saint-Simon (1760-1825), Charles Fourier (1772-1837) y otros pensadores mayormente franceses. Con el nombre de socialismo se agrupaba a las posturas posteriores a la Revolución francesa que criticaban las desigualdades introducidas por la Revolución Industrial y el sistema capitalista.
Por su parte, el término “comunismo” comenzó a usarse alrededor de diez años después, en Francia, por parte de pensadores como Étienne Cabet (1788-1856), que desde 1839 lo emplearon como sinónimo de socialismo y comunitarismo. También se lo utilizó para describir un banquete de más de mil comensales mayoritariamente obreros que se organizó en París en 1840, y en el que se discutió la necesidad de impulsar cambios sociales y políticos para alcanzar una “igualdad verdadera”.
En la década de 1840 se consideraban “comunistas” los cabetistas o icarianos (seguidores de Cabet) y los neobabuvistas (partidarios del revolucionario François Babeuf, ejecutado en 1797). Sus ideas y esfuerzos cobraron tanta notoriedad nacional e internacional que el término “comunista” comenzó a ganar popularidad y a diferenciarse en algunos casos del término “socialista”.
En general, los comunistas se distinguían de otros socialistas en que profesaban una visión política más confrontativa, que daba a la lucha de clases un lugar central en su propuesta de revolución obrera. Por esta razón, Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), los filósofos alemanes que reinventaron esta terminología, prefirieron en general hablar de comunismo en sus escritos.
Marx rebautizó a las tendencias socialistas previas a su obra filosófica como “socialismo utópico”, pues sostenía que proponían caminos al socialismo que no se sustentaban en el estudio científico de la realidad ni en la proposición de un método riguroso para transformar la sociedad. En cambio, Marx llamaba a su propia propuesta -hoy conocida como marxismo– “comunismo científico” o simplemente comunismo.
En la obra de Marx, la historia marchaba hacia una sociedad sin clases sociales. Esta sociedad fue llamada de diversas formas: “humanismo positivo”, “reino de la individualidad libre”, “asociación libre de productores”, “socialismo” y “comunismo”.
Estudiosos posteriores de su obra consideraron que los términos socialismo y comunismo debían entenderse como etapas diferentes en el camino histórico trazado por Marx, y propusieron que el socialismo sería una etapa de transición entre el capitalismo y el comunismo.
El estallido de la Revolución rusa en 1917, que llevó al poder a los bolcheviques liderados por Vladimir Lenin y dio origen al primer Estado comunista de la historia, provocó una diferenciación más clara entre socialistas y comunistas. La Segunda Internacional, que desde 1889 agrupaba a los partidos socialistas de todo el mundo, sufrió una ruptura. Y en 1919 nació la Tercera Internacional o Komintern, integrada por los partidos comunistas, que rechazaban el parlamentarismo socialista y defendían la dictadura del proletariado.
En adelante, el comunismo quedó mayormente asociado al marxismo-leninismo soviético y a la ideología oficial de los partidos comunistas de diversas partes del mundo, mientras que el socialismo pasó a referir a una diversidad de expresiones políticas e intelectuales, entre ellas la socialdemocracia.
Diferencias entre comunismo y socialismo
Las diferencias concretas entre el socialismo y el comunismo pueden variar según quién las enuncie o en qué contexto histórico sean discutidas. En la actualidad, la diferencia entre comunismo y socialismo puede resumirse en los siguientes términos:
Comunismo | Socialismo |
---|---|
Es la doctrina de grupos políticos que llegaron al poder mediante la violencia revolucionaria, en nombre de las clases obreras y campesinas, y que formaron dictaduras que prohíben o persiguen todo intento de oposición. | Es una ideología menos rígida y con más variaciones doctrinarias. En su forma reformista y democrática plantea la posibilidad de incorporar procesos paulatinos de reforma y transformación, en vez de un estallido revolucionario y la instauración de una dictadura. |
Su objetivo es eliminar totalmente la propiedad privada, y que todos los bienes pasen a ser propiedad comunitaria, administrada por un Estado centralizado. | Respeta la propiedad privada, pero plantea que las dinámicas de producción y distribución de la riqueza deben ser reguladas por el Estado para garantizar el bienestar común. |
El Estado central decide qué recibe cada ciudadano, según un cálculo burocrático de las necesidades básicas de alojamiento, alimentación, educación y cuidados médicos. | Sostiene un sistema de libre mercado en el que se recompensa el esfuerzo individual, pero el Estado dispone de su autoridad para redistribuir la riqueza y garantizar un acceso más igualitario a recursos básicos. |
El Estado central controla y dirige la producción económica y cultural, lo que da lugar a sociedades más o menos totalitarias. | El Estado puede patrocinar y subsidiar los bienes que se consideran de interés social, y tomar acciones para interferir en el mercado, pero lo hace bajo el amparo de la ley y el respeto del orden democrático. |
Actualmente, cinco países son considerados regímenes comunistas, si bien se vieron obligados a incorporar reformas de relativa liberalización económica: China, Cuba, Corea del Norte, Laos y Vietnam. | Actualmente, la socialdemocracia (entendida como la coexistencia entre aspectos del socialismo, la democracia y la economía de libre mercado) funciona en países como Noruega, Dinamarca, Suecia y otras naciones europeas. |
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Referencias
- Ball, T. y Dagger, R. (2024). Communism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Bobbio, N. et al. (Dirs.). (2015). Diccionario de política. Nueva edición enteramente revisada y ampliada. Siglo XXI.
- Cappelletti, A. J. (2007). Etapas del pensamiento socialista. Libros de Anarres.
- Dagger, R. y Ball, T. (2024). Socialism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Paniagua, J. (2010). Breve historia del socialismo y del comunismo. Segunda edición. Nowtilus.
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