Te explicamos cuáles son las regiones naturales de México, cómo se distinguen entre sí y cuáles son las características de cada una.
¿Cuáles son las regiones naturales de México?
Las regiones naturales son las unidades territoriales en que se puede dividir un país o una región, según un conjunto de rasgos determinantes del relieve, la hidrografía, el clima, la vegetación y otras características naturales.
Cada una de estas regiones presenta una identidad geográfica que permite estudiarlas por separado, ya que están determinadas por ciertas condiciones climáticas, topográficas y bióticas.
En el caso del territorio mexicano, estas regiones naturales son seis:
- La selva húmeda, presente en las regiones de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Veracruz.
- El bosque templado, presente en las regiones de Baja California, Oaxaca, Chiapas y a lo largo de la Sierra Madre y del Eje Neovolcánico.
- El bosque nublado, presente en las regiones de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Jalisco.
- El matorral, presente en las regiones de Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Zacatecas, parte de Puebla y parte de Oaxaca.
- El pastizal, presente en Chihuahua, Coahuila, Sonora, Durango, Zacatecas, Jalisco y San Luis Potosí.
- La selva seca, presente en las regiones de Sinaloa, Baja California y la llanura costera del Pacífico.
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Mapa de las regiones naturales de México
La selva húmeda
También llamada bosque tropical, la selva húmeda se caracteriza por la abundancia y exuberancia de su vegetación, que alcanza grandes dimensiones a lo largo de distintos estratos. En estas regiones suele hacer calor y llover abundantemente durante todo el año, y habita la mayor concentración de especies animales y vegetales del país, o sea, son regiones de altísima biodiversidad.
La vegetación de las selvas mexicanas suele ser siempre verde, abundante en árboles de hasta 30 metros de altura, así como en lianas, epífitas y palmas. Entre sus especies animales más frecuentes están el jaguar, el mono araña, la guacamaya roja, el cocodrilo de pantano, la boa mazacuata, el águila real, el oso hormiguero y una gran variedad de especies de insectos y arácnidos.
Las selvas húmedas ocupaban tradicionalmente alrededor del 9 % del territorio mexicano, cifra que en años recientes ha disminuido a un 4,7 % (equivalente a unos 91.566 km2). En la actualidad, se hallan casi limitadas a la región atlántica del territorio, desde San Luis Potosí hasta Veracruz, Tabasco y la Península de Yucatán, aunque también se encuentran en la región de la Selva Madre del Sur de Oaxaca y Guerrero.
El bosque templado
Los bosques templados son propios de las regiones climáticas templadas, es decir, que tienden a lo frío. Suelen hallarse en regiones montañosas, en las que existe una gran diversidad vegetal, con más de 7.000 especies de árboles diferentes.
Entre dichas especies abundan en México el pino y el encino, a tal punto que habitan en el país alrededor del 50 % (50 especies) y 33 % (200 especies) respectivamente de las especies del mundo, en comunidades vegetales siempre verdes, incluso durante el invierno. Si bien estos árboles resultan más similares a los de Canadá y Estados Unidos, en México existen también numerosas especies endémicas, como el oyamel, el ayarín o pinabete.
Por otro lado, en estas regiones habita también una fauna variada e importante, entre cuyas especies destacan los lobos mexicanos, los osos negros, el venado cola blanca, las truchas arcoíris o las mariposas monarca.
En la actualidad, los bosques templados cubren el 16 % del territorio mexicano (equivalente a unos 323.300 km2). Se concentran en las regiones de entre 2.000 y 3.400 metros de altitud, especialmente en Baja California, la Sierra Norte de Oaxaca, el sur de Chiapas, la Sierra Madre Oriental y Occidental, y también el Eje Neovolcánico.
El bosque nublado
El bosque nublado, selva nublada o bosque mesófilo de montaña es una región intermedia entre la selva húmeda y el bosque templado. Tal y como su nombre revela, estos bosques se encuentran buena parte del año cubiertos de brumas y nieblas, por lo que hay mucha humedad ambiental y las precipitaciones tienden a ser constantes. Eso implica también que las temperaturas oscilan entre 12 y 23 °C a lo largo del año, aunque pueden descender todavía más durante el invierno.
Los bosques nublados pueden albergar una importante variedad de especies vegetales y animales, ya que constituyen un ecosistema de transición entre la selva y la montaña. Abundan los árboles de varios estratos, buena parte de los cuales pierden sus hojas durante el invierno (o sea, son caducifolios), además de los helechos y las epífitas, y las plantas parásitas como las orquídeas, las bromelias y las lianas.
Los bosques son poco abundantes en México, ya que requieren de zonas muy húmedas para su sostén. Ocupan apenas un 1 % del territorio nacional (equivalente a 18.534 km2) y se distribuyen en pequeñas regiones de 20 estados, mayormente en las inmediaciones de la Sierra Madre Oriental, la Sierra Norte de Chiapas y la Sierra Madre del Sur.
El matorral
Los matorrales o matorrales xerófilos son regiones desérticas, con muy bajas tasas de precipitación y climas áridos o semiáridos, en los que hace mucho calor de día y frío durante la noche. Los desiertos mexicanos, sin embargo, pueden ser muy diferentes entre sí, dependiendo de su ubicación geográfica.
La escasez del agua en estas regiones no es obstáculo para la vida vegetal, que se ha adaptado a estas condiciones y abunda en especies de poca altura, como arbustos, cactus, chaparrales y magueyales. Algunas tienen espinas, otras hojas gruesas y jugosas, o al contrario muy pequeñas y livianas, que pierden durante cierta época del año.
La vida animal puede resultar escasa comparativamente, pero existen numerosas especies adaptadas al clima, como los correcaminos, los coyotes, las víboras de cascabel, los pájaros carpinteros, las tarántulas y otros animales.
Los matorrales cubren el 29,7 % de la superficie mexicana (equivalente a 576.747 km2). Especialmente en las regiones áridas del norte del país, como Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Sonora o Coahuila, pero también tienen presencia más al sur, en regiones específicas de Puebla y Oaxaca.
El pastizal
Equivalentes a las praderas, estepas o pampas, en estas regiones abundan los pastos, o sea, las hierbas, árboles y arbustos, como el huizache, el mezquite y el ocotillo. Son regiones semiáridas en las que hace mucho calor durante el día y frío durante la noche, por lo que buena parte de la fauna lleva una vida crepuscular (es decir, al amanecer o al anochecer).
En México los pastizales pueden darse en dos condiciones: en tierras bajas y cálidas, o en lo alto de los páramos. La falta de humedad de los suelos hace que los árboles sean escasos y estén dispersos, mientras que la fauna se mantiene relativamente abundante: berrendos, bisontes, hurones de patas negras, perritos llaneros, codornices y águilas reales figuran entre las especies más comunes.
Los pastizales ocupan alrededor del 6.1 % del territorio mexicano (equivalente a 118.320 km2), en regiones de clima templado, frío y seco. Abundan especialmente en el norte del país (por ejemplo en Chihuahua, Coahuila, Sonora, Durango, Zacatecas) y especialmente en zonas de entre 1.100 y 2.500 metros de altura.
La selva seca
Las selvas secas o selvas bajas caducifolias son regiones en que se dan las estaciones de manera muy marcada, de lluvias escasas y condiciones cercanas a la desertificación. En ellas habitan numerosas especies vegetales endémicas, en su mayoría árboles pequeños (menos de 15 metros de alto) o medianos (entre 30 y 15 metros de alto) que pierden sus hojas pequeñas durante el invierno y se llenan, en cambio, de flores. Estas selvas reverdecen durante la temporada de lluvias y es común encontrarlas a nivel del mar, aunque es posible hallarlas también hasta a 1.500 metros de altura.
El apamate, el pelo mulato, el copal y el frijol son ejemplos de especies vegetales nativas, así como las iguanas verdes, los murciélagos trompudos, las chachalacas pálidas y una buena variedad de insectos y reptiles componen la fauna usual de estas regiones.
En México las selvas secas ocupan alrededor de un 11,7 % del territorio (equivalente a 226.898 km2) y predominan en la región costera del Pacífico, desde el sur de Sonora y suroeste de Chihuahua hasta Chiapas, aunque también se pueden hallar en la región norte de la península de Yucatán.
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Referencias
- “Las regiones naturales de nuestro país” en la Secretaría de Educación de Campeche del Gobierno de México.
- “Mexico” en The Encyclopaedia Britannica.
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