Te explicamos qué es el Neoclasicismo y sus manifestaciones en literatura, arquitectura, pintura y música. Además, sus representantes.
¿Qué es el neoclasicismo?
El Neoclasicismo (o “nuevo clasicismo”) fue un movimiento artístico que surgió en el siglo XVIII como una reacción a la abundancia de formas y la sensualidad frívola del Barroco y del rococó, imperantes en Europa desde el siglo anterior. Permaneció vigente hasta el siglo XIX.
Rescataba los valores estéticos de la Antigüedad grecorromana, es decir, aspiraba a continuar o retomar lo propuesto por el clasicismo.
El Neoclasicismo es, sin embargo, mucho más que una simple repetición del clasicismo. Nacido en plena era de la Ilustración francesa, aspiraba a reflejar los valores de racionalidad, rigor y sobriedad propios de la época.
Ya no se trataba solo de estética: recuperar los valores de la Antigua Grecia y Roma servía también a un propósito político. El Neoclasicismo fue la corriente artística de la Ilustración y del llamado “siglo de las luces”, pues contribuyó a difundir los ideales ilustrados de la razón, el progreso, la libertad individual y la búsqueda del conocimiento, así como las ideas políticas de democracia y ciudadanía, heredadas de la Antigüedad clásica.
La estética neoclásica se manifestó en diversas formas de arte como la literatura, la pintura, la arquitectura y la música. A principios del siglo XIX, con el ascenso del Romanticismo y la caída de Napoleón, comenzó su declive.
- Ver también: Clasicismo
Origen del Neoclasicismo
El Neoclasicismo surgió a mediados del siglo XVIII en Europa como una reacción contra el Barroco, que había dominado las artes durante el siglo XVII. La exuberancia, ornamentación y teatralidad del Barroco se asociaban con la extravagancia y los excesos de las élites.
En paralelo se desarrollaba la Ilustración, que se centraba en la razón como forma de comprender todos los fenómenos y cuestionó las formas de organización social, económica y política de la época. Esto provocó el estallido que dio lugar a la Revolución francesa, el establecimiento de la República y los ideales de libertad, igualdad y fraternidad.
En este contexto, y en parte gracias a los descubrimientos de sitios arqueológicos y piezas de arte griego y romano, se renovó el interés por valores de la Antigüedad clásica como la simplicidad, la armonía, la razón y el orden.
Estos valores, junto con otras ideas grecorromanas como la democracia y la república, resultaron adecuados para la nueva realidad. Fueron así elevados a la categoría de “universales” y adoptadas oportunamente por filósofos, escritores, políticos y artistas, lo que dio forma al Neoclasicismo.
Características generales del Neoclasicismo
El Neoclasicismo se caracteriza, a grandes rasgos, por lo siguiente:
Puso énfasis en la razón
El Neoclasicismo tenía por principio la racionalidad y el orden, y rechazaba la exuberancia barroca. Esto se tradujo en claridad de formas, colores sobrios, espacios llanos, líneas verticales y horizontales fuertes y una apuesta por la sencillez y la linealidad en general.
Tuvo preferencia por la forma
En el Neoclasicismo fueron predominantes la corrección del trazo, el dibujo y la forma, así como el uso de tonos neutros y claros, sin demasiado contraste. Estos elementos se destacaron sobre el colorido y las pinceladas de autor, tan apreciadas en la pintura del Barroco.
Se inspiró en los valores clásicos
El Neoclasicismo implicó una vuelta al imaginario clásico grecorromano, pero a diferencia de lo que ocurrió en el clasicismo, no se trató solamente un estilo artístico, sino de todo un nuevo orden cultural.
La mitología, la épica, los valores, formas jurídicas y políticas como la democracia y la noción de ciudadanía, e incluso las costumbres y la lengua configuraron toda una corriente de pensamiento basada en la virtud y en la grandeza moral atribuidas a la Antigüedad clásica.
Tomó el ideal grecorromano de belleza
La belleza neoclásica se basaba en el ideal grecorromano de las proporciones perfectas. Los artistas procuraban alcanzar este ideal a través del uso de armonía y equilibrio matemático en las obras, cualidades que eran vistas como un reflejo de las proporciones del universo. En este sentido, la belleza neoclásica se asumió como un ideal universal y total.
Neoclasicismo literario
La literatura neoclásica estuvo fuertemente influenciada por la filosofía dominante de la época, que rechazó el pensamiento religioso y promovió el culto a la razón humana.
Con el mismo objetivo educativo de la Enciclopedia (el compilado de conocimientos generales que fue un hito de la Ilustración), la literatura se hizo más accesible al público y se ofreció como instrumento social contra las formas barrocas, que podían ser difíciles de comprender.
La literatura neoclásica ofrecía una reflexión sobre las costumbres, analizaba el papel de la mujer y destacaba la importancia de la educación contextos que solían tener moraleja. El ensayo fue el género más cultivado e hizo énfasis en la intención didáctica, aunque también resurgieron la poesía y las fábulas.
En España, debido a la gran tradición barroca y a la resistencia de algunos sectores de la sociedad a los cambios propuestos por la Ilustración, el Barroco persistió en la literatura del siglo XVIII, sobre todo en la poesía y el teatro. Sin embargo, con el tiempo muchos dramaturgos terminaron siguiendo el modelo francés, que recuperaba principios de Aristóteles y Horacio.
Neoclasicismo en la arquitectura
La arquitectura neoclásica respondió a la idea de la Enciclopedia (obra cumbre de la Ilustración, publicada entre 1751 y 1772) de que el espacio podía influir en la manera de pensar y en las costumbres de la gente. Predominaron las construcciones conectadas con la vida ciudadana (bibliotecas, hospitales, museos, teatros o parques), siempre diseñadas con un carácter monumental y en materiales como piedra, granito y mármol.
Lejos de los excesos del Barroco, la arquitectura volvió a lo clásico en busca de patrones simétricos, regulares, matemáticos y simples, que pudieran considerarse “universales”, en los que primaba la funcionalidad por encima del decorado. Los arquitectos abrazaron un modelo racional, inspirado en el pasado grecorromano, egipcio y de Asia menor.
Los arquitectos que apostaron por edificaciones con formas geométricas fueron llamados arquitectos utópicos o revolucionarios del Neoclasicismo.
Neoclasicismo en la pintura
Situado entre el Rococó (ornamentado, excesivo y dinámico) y el Romanticismo (individualista, imaginativo e impetuoso) en la historia de la pintura, el estilo neoclásico tuvo rasgos muy semejantes a ambos. Por esta razón, es difícil trazar límites entre una corriente y otra: algunos artistas llegaron a pasar por los tres estilos.
Sin embargo, es claro el predominio de temas grecorromanos (propios del clasicismo), combinados con motivos medievales o de civilizaciones asiáticas, con tintes exóticos y ancestrales (heredados del Romanticismo).
En la pintura del Neoclásico predominaron el dibujo y la forma sobre el color, lo que generó obras con una luz fría y cristalina. La historia y los motivos clásicos (mitológicos y alegóricos) fueron los principales temas, y aunque hubo frescos, en líneas generales predominó el óleo sobre lienzo.
Neoclasicismo en la música
Lo que se conoce como “música clásica”, coincidió temporalmente con el estilo neoclásico (finales del siglo XVIII y comienzos del XIX). Esta aparición tardía se debe a que, a diferencia de lo que sucedía con la arquitectura o la escultura, la música de la Antigüedad clásica no tuvo partituras ni métodos que permitieran dejar registros para preservarla.
Sin embargo, los músicos neoclásicos basaron sus composiciones en los principios de sobriedad, racionalidad, armonía y orden que se reprodujeron en las otras artes. Las composiciones clásicas se caracterizaron por ser moderadas con la expresión de las emociones y por tener frases musicales bien estructuradas.
Por otro lado, en el siglo XX, luego de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), compositores como Igor Stravinski y Paul Hindemith iniciaron un movimiento denominado “música neoclásica”. Este nombre se debe a que compusieron obras que pretendían recuperar la música clásica, particularmente la de Franz Joseph Haydn (1732-1809) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Sin embargo, los historiadores no vinculan este movimiento con el Neoclasicismo de los siglos XVIII y XIX.
Autores y representantes del Neoclasicismo
Algunos artistas y representantes del Neoclasicismo fueron los siguientes:
- Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867). Fue un pintor francés, considerado uno de los mayores exponentes del neoclásico y una figura central del arte occidental. Fue clave para la renovación del interés por el arte clásico y su obra es conocida por su belleza formal y su impecable técnica.
- Voltaire (1694-1778). De nombre real François-Marie Arouet, fue un escritor, filósofo, historiador y abogado francés y uno de los mayores referentes de la Ilustración. En 1746 fue elegido miembro de la Academia francesa. Su obra fue variada y tuvo presencia mayormente en el ensayo y el teatro.
- Montesquieu (1689-1755). Fue un filósofo, jurista y ensayista francés, perteneciente al movimiento de la Ilustración. Es célebre por sus contribuciones fundamentales a la cultura moderna, entre ellas la tesis de la separación de los poderes del Estado, que rige las repúblicas de hoy en día.
- Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). Fue un escritor, pedagogo, filósofo, músico, botánico y naturalista suizo. Es considerado un representante de la Ilustración y del prerromanticismo al mismo tiempo, pues sus diferencias con el movimiento ilustrado fueron notorias y le ganaron la rivalidad de otros autores, como Voltaire. Sus ideas políticas contribuyeron enormemente con la Revolución francesa y una de sus obras más célebres es un texto fundamental de la política: El contrato social (1762).
- Jacques-Louis David (1748-1825). Fue un pintor francés, cuya importancia en la época no solo tuvo que ver con su contribución al Neoclasicismo, sino también con su participación en la Revolución francesa. Llegó a ser líder de las artes de la República Francesa.
- Denis Diderot (1713-1784). Fue una figura decisiva de la Ilustración, escritor, filósofo y enciclopedista francés, reconocido por su erudición y su espíritu crítico. Escribió piezas revolucionarias en sus géneros como la novela Jacques el fatalista (1780) y el proyecto divulgativo más importante de la época: la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios (1751).
- Francesco Milizia (1725-1798). Fue un arquitecto italiano y teórico de la arquitectura, importante defensor del Neoclasicismo. Su obra se preocupaba por las dinámicas urbanas de la higiene, los espacios verdes y la apertura de los espacios públicos.
- Antonio Canova (1757-1822). Fue un escultor y pintor italiano, cuya obra llegó a compararse con la mejor producción de la Antigüedad y le otorgó el título de mejor escultor de Europa desde el gran escultor del Renacimiento Lorenzo Bernini (1598-1680). Canova no tuvo discípulos directos, pero influyó enormemente en el Neoclasicismo y fue una referencia durante todo el siglo XIX, especialmente dentro de la comunidad académica.
Neoclasicismo latinoamericano
Tras las guerras de independencia que marcaron el inicio del siglo XIX en Latinoamérica, el aporte hispanoamericano al Neoclasicismo se inspiró en los actos heroicos de los libertadores y en la construcción de las nuevas naciones.
Figuras como Simón Bolívar, José de San Martín y Antonio José de Sucre fueron inmortalizadas en obras de arte que las emparentaban con héroes clásicos, símbolos de la libertad de los nuevos tiempos.
En el Río de la Plata, surgió la poesía gauchesca, un género literario que narraba las peripecias del gaucho pampeano en un lenguaje rústico y coloquial. Por ejemplo, la obra Martín Fierro de José Hernández combinaba elementos neoclásicos con la idiosincrasia y el habla del gaucho, y se convirtió en un ícono de la literatura latinoamericana.
La mayoría de los himnos nacionales hispanoamericanos son ejemplos de la influencia neoclásica en la música. Las letras alusivas a los ideales de libertad, heroísmo y patriotismo se enmarcan en una estructura musical solemne y grandilocuente, inspirada en los modelos clásicos europeos.
Neoclasicismo y Romanticismo
El Romanticismo fue una reacción contra el Neoclasicismo, que reemplazó sus deseos de orden y racionalidad por la búsqueda de la libertad individual y el culto a los sentimientos, las subjetividades y el genio del artista.
El Romanticismo puede considerarse una reacción al rigor clásico y a los valores racionales de la Ilustración. Mientras el neoclásico aspiraba a lo universal y lo sobrio, el Romanticismo apostaba por lo local y lo sentimental, lo popular y lo original.
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Referencias
- Gombrich, E. H. (2016). The story of art. Phaidon Press.
- Hauser, A. (2015). Social history of art. Routledge.
- Site officiel du musée du Louvre. (s.f.). Louvre.fr. Recuperado el 19 de junio de 2024 de https://www.louvre.fr/
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