Identidad nacional

Te explicamos qué es la identidad nacional, sus elementos y diversos ejemplos. Además, su importancia en la actualidad.

¿Qué es la identidad nacional?

La identidad nacional es el sentimiento de pertenencia a una comunidad histórica, cultural, lingüística y social, que se corresponde en mayor o menor medida con un país, una región o una comunidad política.

La existencia de una identidad nacional supone la manifestación de ciertos sentimientos de amor, orgullo y compromiso con la nación o la patria. Si bien los sentimientos de pertenencia a una comunidad tienen una larga historia, la identidad nacional surgió en la Edad Moderna, cuando comenzó la formación de los Estados-nación en Europa, y se consolidó con la difusión del concepto de soberanía nacional y las ideologías nacionalistas tras la Revolución francesa de 1789.

Para reconocerse como parte de una misma comunidad, las personas hacen hincapié en una serie de costumbres y creencias comunes, en el hecho de haber nacido en un mismo territorio (por extenso que sea) y en sentirse parte de una historia nacional compartida. Algunos autores, como el politólogo Benedict Anderson, definen a esta idea de nación como una “comunidad imaginada”.

Es decir que la identidad nacional se construye principalmente sobre la base de la pertenencia, por nacimiento o adopción, al territorio de un Estado-nación, y forma parte de los discursos patrios que se instauran desde las instituciones del Estado, de acuerdo con la retórica del nacionalismo.

En ocasiones, la idea de nación se asocia con la identidad étnica de un pueblo, más que con todos los ciudadanos que pertenecen a un Estado-nación, y puede darse el caso de un Estado que se considere a sí mismo como plurinacional por integrar a diversos pueblos con sus propias costumbres y tradiciones (por ejemplo, el Estado Plurinacional de Bolivia).

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Elementos de la identidad nacional

La identidad nacional abarca un conjunto variado de elementos, que pueden producirse en simultáneo o manifestarse por separado. Estos elementos suelen ser:

• Idioma. Aunque un individuo puede aprender a hablar múltiples idiomas, su lengua materna suele ser la que maneja con más soltura y con la que se identifica más profundamente. La identidad nacional se basa en gran medida en el idioma hablado en el seno de una comunidad.
• Etnia. En muchos casos, la existencia de una identidad étnica, entendida como una herencia cultural compartida transmitida de generación en generación, contribuye a identificar a un grupo humano como una comunidad nacional. A veces, esta identidad no coincide con los límites políticos de un Estado, por lo que puede promover luchas por constituir un Estado propio. En otros casos, como en muchos Estados de América Latina, los siglos de conquista, colonización y mestizaje, sumados a migraciones más recientes, produjeron sociedades muy diversas, desde un punto de vista étnico y cultural, que desarrollaron su propia identidad nacional a partir de la labor educadora del Estado.
• Tradiciones e historia. Diversos aspectos de la cultura de una población contribuyen a construir una identidad común, como la sensación de compartir una misma historia (generalmente enseñada en las escuelas), la celebración de rituales patrios, la conmemoración de un panteón de próceres, el folklore, los relatos tradicionales, proverbios y juegos de palabras, la gastronomía, los estilos musicales, determinadas preferencias artísticas o deportivas, entre muchos otros.
• Geografía. La pertenencia a un territorio suele generar una sensación de identidad con sus paisajes y recursos naturales, aun cuando el lugar concreto en el que nace o vive una persona es mucho más acotado que el territorio nacional que define políticamente a un Estado. La geografía, el paisaje rural o urbano y el clima suelen formar parte de la identidad nacional, así como de las identidades regionales dentro de la nación.
• Religión. La religión es un elemento importante en la configuración identitaria de las culturas y los países. Tanto si sus Estados son laicos como si tienen una religión oficial, las tradiciones culturales vinculadas con un sistema de creencias y valores suelen conservar su influencia en la sociedad. Por ejemplo, las naciones católicas de Occidente difieren en muchos aspectos morales y filosóficos de las naciones protestantes, y ambas a su vez de las naciones budistas de Asia. En algunos casos, la identidad religiosa forma parte de una identidad étnica o está íntimamente integrada con la identidad nacional a nivel político, como en el Estado de Israel o en diversas naciones islámicas.
• Símbolos patrios. El conjunto de signos y símbolos convencionalmente elegidos para representar a la patria suele despertar emociones asociadas con la pertenencia a la nación, pues son difundidos desde temprana edad en las escuelas, las familias y otras instituciones sociales. Estos símbolos suelen ser una bandera, un escudo, un himno y otras insignias alusivas, como determinadas flores o aves, o canciones patrióticas y marchas militares.

Importancia de la identidad nacional

A lo largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los movimientos nacionalistas y la exaltación del sentimiento nacional permitieron consolidar Estados-nación basados en la idea de soberanía nacional y unificar territorios previamente fragmentados (como Italia o Alemania). En América, contribuyeron a organizar los Estados independientes luego de siglos de dominación colonial. Sin embargo, también promovieron el chovinismo (una manifestación desmesurada de nacionalismo) y la xenofobia (rechazo o temor a los extranjeros), que condujeron con frecuencia a enfrentamientos bélicos, conquistas territoriales y la persecución de minorías étnicas, religiosas o nacionales.

Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y luego de los crímenes cometidos por movimientos nacionalistas, como el fascismo italiano y el nazismo alemán, los aspectos más beligerantes del nacionalismo fueron fuertemente cuestionados. Por otro lado, desde finales del siglo XX, en el contexto de la globalización, la existencia de identidades nacionales se vio desafiada. En algunos casos, el intercambio económico y cultural a escala mundial fue de la mano de una conciencia global, es decir, el sentimiento de pertenecer al mundo entero más que a una sola nación. También tuvieron cierto éxito ciertas ideologías integradoras, como la que permitió la creación de la Unión Europea.

Sin embargo, la identidad nacional persiste en múltiples aspectos, pues las sociedades se siguen organizando sobre la base de los Estados-nación, sus ciudadanos se siguen identificando como parte de una misma patria y sus instituciones mantienen en general el compromiso con la defensa de los intereses nacionales. En algunos casos, la identidad nacional se enaltece discursivamente como una forma de contrarrestar la introducción de productos culturales extranjeros, especialmente provenientes de Estados con economías más fuertes, o con el argumento de evitar que la globalización anule las tradiciones culturales nacionales.

Ejemplos de identidad nacional

Algunos ejemplos de identidad nacional son:

• La identidad alemana. Alemania no solo se define por su lengua, que comparte con países como Austria y Suiza, sino también por su historia, sus instituciones y su idiosincrasia. Por otro lado, el sur de Alemania posee una identidad regional muy fuerte, que en ocasiones sirve de lugar común para representar al país hacia el exterior. Esta incluye la recuperación de aspectos tradicionales bávaros, como el traje con pantalones cortos y gorro característico para los hombres, los vestidos largos y escotados para las mujeres, y la celebración de festivales con consumo de cerveza, como el Oktoberfest (que fue exportado a otros países).
• La identidad argentina. La población que habita el extenso territorio de la República Argentina tiene orígenes diversos. Su identidad como una comunidad nacional es producto del trabajo de adoctrinamiento desplegado por el Estado desde mediados del siglo XIX y de las particularidades culturales resultantes de la integración entre españoles, criollos e indígenas en la época colonial y de los inmigrantes provenientes mayormente de Italia y España a finales del siglo XIX y principios del XX. Las efemérides patrias y ciertos eventos deportivos tienden a exaltar el sentimiento de unidad nacional en Argentina, pero esta también se destaca por su diversidad regional, como se manifiesta en las prácticas culturales de origen indígena y mestizo en las provincias del norte o en las tradiciones de la región rioplatense, especialmente influida por la inmigración italiana en su gastronomía y en su forma de hablar (por ejemplo, el típico acento porteño).
• Las identidades indígenas. Los pueblos indígenas de América en general se integraron en los Estados-nación como ciudadanos, pero en ocasiones conservaron sus tradiciones ancestrales o incluso mantuvieron sus comunidades separadas de las ciudades o pueblos criollos. Estas comunidades muchas veces se identifican como parte de una determinada nación indígena, es decir, tienen una identidad étnica definida por su propia lengua, tradiciones, historia y costumbres. Debido a que forman parte de un mismo Estado, en ocasiones se habla de Estados plurinacionales, como sucede en Bolivia, debido a su amplia población de etnias quechua y aymara que convive con otras etnias indígenas, mestizos y descendientes de europeos.

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Referencias

• Anderson, B. (1993). Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. Fondo de Cultura Económica.
• Bobbio, N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Dirs.). (2015). Diccionario de política. Siglo XXI.
• Gellner, E. (2008). Naciones y nacionalismo. Alianza.
• Kohn, H. (2024). Nationalism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/