Justicia social

Te explicamos qué es la justicia social, sus principios, características y ejemplos. Además, la equidad y la justicia social en México.

¿Qué es la justicia social?

La justicia social es el intento por lograr una situación de equidad entre los individuos y grupos sociales que integran una sociedad. Si bien las definiciones e interpretaciones suelen variar, el concepto está generalmente relacionado con temas como la igualdad social, la igualdad de oportunidades, el Estado de bienestar, las reivindicaciones laborales, la inclusión social y la lucha contra la pobreza.

En este sentido, se suele considerar la justicia social como un tipo de política impulsado por los movimientos políticos y sociales que aspiran a construir una sociedad más equitativa a partir de las instituciones del Estado.

Desde mediados del siglo XX, el concepto de justicia social suele ser identificado con la igualdad de oportunidades, el reconocimiento generalizado de los derechos básicos (como educación, vivienda y trabajo digno) y la aplicación de medidas dirigidas a mejorar el nivel de vida de los trabajadores y a distribuir más equitativamente la riqueza.

Estas políticas se suelen dirigir a compensar tanto a las personas con escasos recursos como a los grupos sociales que son víctimas de discriminación o marginación. Aunque muchos intelectuales defienden este tipo de medidas, otros las rechazan porque consideran que otorgan un poder abusivo al Estado sobre los derechos de propiedad o que no resuelven los problemas estructurales de la desigualdad social.

En 2007, la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) proclamó el 20 de febrero como el Día Mundial de la Justicia Social. Según el organismo, el objetivo de esta conmemoración es subrayar que “el desarrollo social y la justicia social son indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad en las naciones”.

• Ver también: Igualdad de derechos

Origen del término “justicia social”

Según algunos estudiosos, la justicia social tiene un antecedente en el concepto de “justicia distributiva” propuesto por Aristóteles (384-322 a. C.) en la Antigua Grecia. Este término hace referencia a lo que es correcto o justo en la distribución de los bienes dentro de una sociedad.

Aristóteles introdujo la idea de que la distribución está relacionada con la justicia, pero algunos autores sostienen que su concepto no es equivalente al de justicia social. Esto se debe a que, para Aristóteles, un reparto justo es aquel que toma en cuenta las virtudes y los méritos de cada ciudadano, mientras que las nociones modernas de justicia social hacen hincapié en las medidas tomadas para favorecer a las personas más desfavorecidas en un contexto de desigualdad (es decir, para lograr una distribución más equitativa de la riqueza y los derechos básicos).

Una idea cercana a la de justicia social apareció en la época de la Ilustración, cuando diversos filósofos que promovían la búsqueda de la felicidad para todos los seres humanos plantearon que era una obligación de los monarcas europeos garantizar una mayor justicia en la sociedad.

En el siglo XIX, la expansión del capitalismo y las nuevas formas de desigualdad económica derivadas de la Revolución Industrial motivaron ciertas reflexiones sobre la llamada “cuestión social”. En este contexto, el sacerdote jesuita Luigi Taparelli (1793-1862) dio un renovado vigor al concepto de “justicia social” en la década de 1840 e influyó en la posterior doctrina social de la Iglesia, que a fines del siglo XIX y comienzos del XX planteó que la justicia social estaba relacionada con la dignidad humana y, por lo tanto, debía alentarse la redistribución económica según los méritos y las necesidades de las personas.

En la segunda mitad del siglo XIX, filósofos utilitaristas como John Stuart Mill (1806-1873) siguieron una idea similar a la de justicia distributiva de Aristóteles, pues defendieron el derecho de cada individuo a recibir lo que le correspondía. Por otro lado, el concepto de justicia social fue incorporado por algunos movimientos socialistas que aspiraban a construir una sociedad más igualitaria, especialmente por la Sociedad Fabiana británica, que proponía introducir reformas graduales dentro del capitalismo. Este aspecto del socialismo fabiano influyó en el laborismo y la socialdemocracia.

A lo largo del siglo XX, el significado de la justicia social fue variando e incorporando diversas reivindicaciones políticas, sociales, económicas y jurídicas. En general, se la asoció con los intentos por mitigar la desigualdad social mediante una redistribución de los recursos económicos mediada o supervisada por el Estado, lo que en ocasiones fue presentado como un camino alternativo al liberalismo y al comunismo. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un organismo dedicado a mejorar las condiciones laborales en el mundo, incluyó en su documento inaugural de 1919 el término “justicia social”.

Características de la justicia social

La justicia social puede ser comprendida de distintas formas pero siempre gira en torno a la idea de que las sociedades pueden mejorar y garantizar un reparto más justo de las riquezas. En general, apunta a disminuir los márgenes de exclusión y discriminación y a combatir la pobreza y la desigualdad, que son caracterizados como indicadores de “injusticia social”.

Muchas y muy diversas organizaciones políticas toman este término como consigna, pero no todas le dan el mismo significado ni coinciden en los caminos que hay que recorrer para alcanzarla. Por esta razón, las características de la justicia social varían según la perspectiva que se adopte.

En términos generales, existen dos grupos de interpretaciones:

• Igualdad de oportunidades. Algunos sugieren que la justicia social se trata de garantizar la igualdad de oportunidades para que cada individuo reciba de acuerdo a sus propios méritos en unas condiciones que sean similares para todos, en las que se garantice cierto nivel educativo y no se promueva la discriminación por ningún motivo.
• Igualdad de posiciones. Otros plantean que la justicia social se trata de garantizar la igualdad de posiciones, es decir, satisfacer las necesidades básicas de todos los ciudadanos mediante el acceso a condiciones dignas de educación, vivienda y empleo y a algún mecanismo de redistribución de la riqueza que favorezca a los más vulnerables y reduzca la desigualdad social.

A estas diferencias se suman los distintos métodos propuestos. Algunos apuestan por la acción revolucionaria para conquistar el poder y promover una redistribución forzosa de los recursos económicos. Otros proponen un proceso de reforma paulatina que amplíe derechos desde las instituciones del Estado. Estos derechos pueden promover la igualdad de oportunidades, en un contexto dominado por la iniciativa privada, o adjudicar un rol más activo al Estado en la redistribución de la riqueza y en la implementación de políticas de bienestar social, como sucede en los modelos del Estado de bienestar y en las democracias que favorecen una fuerte inversión social del sector público.

Importancia de la justicia social

La importancia de la justicia social radica en que apunta a garantizar la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, independientemente de su origen, etnia, nivel socioeconómico, género y otras características. Además, tiende a garantizar la satisfacción de las necesidades básicas y el respeto de los derechos fundamentales de las personas, lo que puede contribuir a reducir la desigualdad social y promover la construcción de sociedades más pacíficas y prósperas.

La promoción de la justicia social es considerada una forma de combatir la pobreza y la falta de oportunidades entre los sectores más postergados de la población. En este sentido, organismos como la OIT (Organización Internacional del Trabajo) entienden que la justicia social implica un acceso equitativo a oportunidades y derechos, en especial a un trabajo digno, y que mientras todas las personas reciban una parte de las riquezas se promoverá un crecimiento económico equitativo y sostenible.

Principios de la justicia social

Los principios de la justicia social no son universales ni permanecen invariables a lo largo del tiempo. Pero a grandes rasgos, pueden resumirse en:

• Igualdad social. Es la situación en la que todos los ciudadanos de una sociedad, sin exclusión, tienen garantizados sus derechos humanos, civiles, políticos, sociales y económicos, lo que incluye la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades. En un sentido estricto, también implica la inexistencia de desigualdades sociales y económicas significativas, aunque en las sociedades contemporáneas esto es solo un ideal, y la igualdad social se suele manifestar más bien en políticas orientadas a garantizar condiciones de vida dignas.
• Igualdad de oportunidades. Es la garantía de que todos los individuos, independientemente de su clase social, etnia, género, entre otros factores, tengan las mismas oportunidades de desarrollo personal y de sacar provecho a sus habilidades para mejorar su posición social y económica. Este concepto hace hincapié en el mérito personal y en la existencia de una situación de base que garantice unas condiciones universales, como un acceso generalizado a la educación y a las oportunidades de empleo, y que no se vean obstaculizadas por ninguna forma de discriminación.
• Estado de bienestar. Es un modelo de organización estatal en el que el Estado es el encargado de proveer una serie de servicios a sus ciudadanos con el objetivo de garantizar el cumplimiento de sus derechos sociales, fomentar el bienestar social y disminuir la desigualdad social generada por las diferencias en los ingresos económicos. Esto incluye los sistemas de salud y educación públicas, las pensiones y seguros de desempleo y diversas formas de ayuda social.
• Redistribución de la renta. Es el principio por el que se trata de enfrentar la desigualdad generada por los diferentes niveles de ingreso económico dentro de una sociedad mediante el reparto de las rentas que se generan en la sociedad, especialmente de los sectores más enriquecidos a los más vulnerables. Esto puede hacerse de muchos modos, especialmente mediante los impuestos progresivos (que aumentan la carga tributaria según la capacidad económica de quien paga el impuesto) y las ayudas sociales (que otorgan recursos a los sectores más desfavorecidos).
• Defensa de los derechos laborales. Es la protección de la actividad de los sindicatos y otras organizaciones gremiales y el respeto a las leyes laborales, que permiten a los trabajadores defender sus intereses y mejorar su nivel de vida en un contexto marcado por la desigualdad económica entre empleadores y empleados. En este sentido, el Estado suele actuar como mediador en la materia.

Ejemplos de justicia social

Algunos ejemplos de políticas inspiradas en la idea de justicia social son los siguientes:

1. Planes de becas para estudios. Apuntan a mejorar el acceso a la educación de niños y jóvenes provenientes de sectores de bajos recursos, con el objetivo de igualar sus oportunidades laborales con las de los sectores sociales más favorecidos y recompensar el esfuerzo independientemente de las condiciones socioeconómicas.
2. Derechos laborales. Tienden a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y a limitar los posibles abusos de patronos o empleadores, como las leyes que garantizan la jornada laboral de ocho horas, el descanso semanal, las indemnizaciones por despido, el salario mínimo, la seguridad social o la sindicalización.
3. Promoción de la igualdad de género. Se orienta a promover la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en los ámbitos del trabajo, la educación y la función pública. También involucra medidas para evitar la violencia de género, incentivar la equiparación salarial y establecer cupos para garantizar el acceso a determinados puestos de mujeres y personas trans.
4. Acceso a la salud. Implica garantizar que todas las personas puedan recibir atención médica, independientemente de sus condiciones socioeconómicas. Puede tratarse de un sistema de salud pública (administrado por el Estado), la otorgación de subsidios o la implementación de planes para la reducción de costos en la atención médica o la compra de medicamentos, la instalación de servicios de salud en áreas marginales, entre otros.
5. Inclusión social. Supone la aplicación de políticas que favorecen la inclusión de personas vulnerables o con discapacidad en diversos ámbitos de la sociedad, como la educación, el empleo, la política y las actividades culturales. Por ejemplo, las políticas de accesibilidad garantizan un acceso universal a edificios, servicios o bienes mediante la adecuación a ciertas normas establecidas, que evitan la exclusión de personas con movilidad reducida u otras características.

Justicia social y equidad

La justicia social se plantea como uno de los caminos hacia la equidad, entendida como la repartición justa de las riquezas generadas en una sociedad, lo que implica dar a cada persona lo que merece y necesita con el objetivo de construir una sociedad menos desigual.

La equidad apunta a reconocer la diversidad que puede existir en una sociedad y tomar medidas para garantizar la igualdad de oportunidades, como la posibilidad de tener un trabajo digno.

Para ello, se invierten recursos en fomentar el crecimiento económico de los sectores menos favorecidos, principalmente de aquellos que nacen en condiciones de pobreza y que requieren más atención para tener garantizada su participación en la igualdad de oportunidades. De esta manera, las personas pueden recibir de acuerdo a su esfuerzo y no a sus condiciones de nacimiento. Del mismo modo, se adoptan políticas de accesibilidad para asegurar una vida y empleo dignos a personas con discapacidad.

• Más en: Equidad

Justicia social en México

México es uno de los países más desiguales de América Latina. Además, la pobreza en México es mayor entre los sectores indígenas de la sociedad, por lo que la desigualdad tiene un componente no solo social sino también étnico.

Según cifras de 2022, el 36,3 % de la población de México se encuentra bajo la línea de pobreza, lo que supone unos 46,8 millones de personas. De ellos, 8,3 millones pertenecen a etnias indígenas, lo que significa que el 65 % de la población indígena de México vive bajo la línea de pobreza. Finalmente, 3,3 millones de indígenas (26,3 % de la población indígena total) se encuentran en situación de pobreza extrema, es decir, al margen de indicadores de bienestar tan elementales como acceso a servicios básicos o a la educación.

Los sucesivos gobiernos han implementado programas de ayuda social con la intención de erradicar la pobreza extrema y promover la inclusión social, como el programa Prospera, vigente entre 2014 y 2019, y las Becas para el Bienestar Benito Juárez, iniciadas en 2019. Sin embargo, estos programas no disminuyeron la desigualdad social ni eliminaron la pobreza, por lo que la justicia social sigue siendo un desafío en México.

Sigue con:

Referencias

• Bobbio, N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Dirs.). (2015). Diccionario de política. Siglo XXI.
• Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. (2023). Documento de análisis sobre la medición multidimensional de la pobreza, 2022. https://www.coneval.org.mx/
• Dubet, F. (2011). Repensar la justicia social. Contra el mito de la igualdad de oportunidades. Siglo XXI.
• Duignan, B. (2024). Social justice. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
• Naciones Unidas (s.f.). Día Mundial de la Justicia Social – 20 de febrero. Naciones Unidas. https://www.un.org/
• Pérez-Garzón, C. A. (2019). ¿Qué es justicia social? Una nueva historia de su significado en el discurso jurídico transnacional. Revista Derecho del Estado, (43), 67-106. https://revistas.uexternado.edu.co/