Te contamos qué son las explicaciones y cómo se clasifican según diferentes criterios. Además, cómo se relacionan con la razón.
¿Qué es una explicación?
Una explicación es una exposición o declaración que se hace de algún tema o asunto, con la finalidad de que otra persona lo entienda o lo mire desde una perspectiva semejante. En general, toda explicación tiene el propósito de hacer más perceptible el asunto explicado, o sea, de aclararlo, brindando para ello ejemplos, conceptos, argumentos y comparaciones.
La palabra “explicación” deriva del verbo hispano “explicar”, cuyos orígenes se remontan a la voz latina explicare, compuesta a su vez por el prefijo ex- (“afuera” o “que sale”) y el verbo plicare (“plegar”). Explicar, figuradamente, equivale entonces a desplegar algo, o sea, a quitarle sus pliegues y complejidades, hacerlo simple y evidente, dejando sus contenidos a la vista. De esa forma, quien explica algo hace que un determinado contenido sea comprensible.
Las explicaciones normalmente sirven para conectar elementos conceptuales, como causas y efectos, acciones y motivaciones, y así darle un sentido a la experiencia vivida. Solemos pedir explicaciones cuando existe algo que no logramos descifrar por cuenta propia, o que sospechamos puede ser distinto desde otro punto de vista, dado que requerimos de un contexto más amplio o de una información adicional.
La filosofía, la psicología y la oratoria, entre otras disciplinas, han estudiado las explicaciones para comprender sus mecanismos y su importancia en el sistema de aprendizaje del ser humano. Así, se ha propuesto que la explicación ideal es aquella que conduce a un aprendizaje objetivo, es decir, a comprender una serie de relaciones de causa y efecto que nos permitan prever con bastante certeza lo que ocurrirá en futuras situaciones similares.
Este es el principio que rige la racionalidad humana y también la posibilidad de un lenguaje compartido: poder comprender la experiencia ajena y usar ese conocimiento para nuestro beneficio.
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Razón y explicación
La existencia de las explicaciones depende en primer lugar de la razón humana y el afán de nuestra especie por comprender. De hecho, puede pensarse el acto mismo de comprender la realidad como el darle una explicación a las cosas que pasan, ya sea una explicación científica, religiosa, fantástica o del tipo que sea. En ese acto de asociar una causa y un efecto, la racionalidad humana se pone en práctica.
De hecho, una de las motivaciones más importantes de la razón humana son las experiencias inexplicables, esto es, aquellas cosas que no se pueden explicar o que desafían a la lógica que hasta entonces guiaba nuestro entendimiento del mundo. Desde tiempos remotos la humanidad ha diseñado métodos y sistemas de pensamiento para dar sentido a esas experiencias: la religión y la ciencia son las más conocidas, y cada una plantea su propia clase de explicaciones.
De allí que lo comprendido pueda variar radicalmente a partir de un contexto más amplio o de un conjunto de razones no previstas anteriormente.
Ver también: Razonamiento
Tipos de explicaciones
Las explicaciones pueden clasificarse de acuerdo a su naturaleza en:
- Explicaciones empíricas. Son aquellas obtenidas mediante el análisis directo de la experiencia vivida, y que se limitan a lo que permiten percibir los sentidos. Por ejemplo, una persona sube a una montaña y mira el horizonte a su alrededor, y al volver le explica a su hijo que la Tierra es plana e infinita, pues por ningún lado pudo ver la curvatura del globo.
- Explicaciones científicas. Son aquellas obtenidas mediante la aplicación del método científico o aprendidas a partir de la divulgación científica. Por ejemplo, una persona lee la explicación de cómo el filósofo griego Eratóstenes (276-195 a. C.) calculó la curvatura de la Tierra a partir de la sombra de un obelisco en Siena y en Alejandría, y decide replicar el experimento. Una vez obtenido el resultado, le explica a su hijo que la Tierra es redonda, pues él mismo ha hecho los cálculos matemáticos.
- Explicaciones religiosas. Son aquellas obtenidas mediante la aplicación de un credo o dogma místico o divino, es decir, mediante una verdad revelada por Dios a los seres humanos. Por ejemplo, una persona muy religiosa lee en la Biblia, el texto sagrado de su religión, que la Tierra es redonda pero que tiene apenas 4 mil años, pues así lo dice la palabra sagrada.
- Explicaciones fantásticas. Son aquellas obtenidas mediante la inventiva y la creación, y que no se sustentan en ningún basamento deductivo real. Por ejemplo, una persona se ve en aprietos para explicar a su hijo por qué la Tierra es redonda y decide darle una explicación imaginaria: que la forma del planeta se debe a que una civilización extraterrestre muy antigua y poderosa decidió darle esa forma y dejarlo en su sitio para que la vida floreciera.
Por otro lado, las explicaciones se pueden clasificar según el tipo de razonamiento formal que utilizan para llegar a sus conclusiones. Así, entonces, se puede distinguir entre:
- Explicaciones causales o deductivas. Son aquellas que obtienen sus conclusiones a partir de una deducción formal de las premisas, o sea, que las deducen o extraen de ellas. Por ejemplo, una persona puede preguntarse por qué si todos los demás planetas son redondos, la Tierra podría no serlo, y concluir entonces que debe haber una fuerza común a todos los planetas que ocasiona la redondez.
- Explicaciones probabilísticas o estadísticas. Son aquellas que extraen sus conclusiones aplicando la lógica formal, pero ya no a partir de premisas universales, sino de postulados probabilísticos, o sea, de porcentajes de posibilidad de que las cosas ocurran o sean como son. Por ejemplo, una persona puede estudiar los planetas visibles por la humanidad y determinar el porcentaje de redondez compartida, para concluir que es muy poco probable que la Tierra sea el único planeta no redondo que existe.
- Explicaciones funcionales o teleológicas. Son aquellas que en lugar de preguntarse “por qué”, se preguntan “para qué”, es decir, que se centran en la función o el cometido de las cosas (telos, en griego). De este modo, una persona podría explicar la redondez de la Tierra afirmando que esa forma es la que le permite al planeta existir como lo hace hoy, con su movimiento de rotación que produce el día y la noche.
- Explicaciones genéticas o históricas. Son aquellas que apelan al origen de las cosas para explicar su forma de ser o su existencia. Por ejemplo, una persona podría explicar la redondez de la Tierra diciendo que esa fue la forma que obtuvo al formarse a partir de los restos del sistema solar hace miles de millones de años.
- Explicaciones estructurales. Son aquellas que obtienen sus conclusiones a partir del estudio de la estructura de las cosas, es decir, de los mecanismos que permiten la producción del fenómeno estudiado. Por ejemplo, una persona explica la redondez de la Tierra a través del estudio de la densidad de los materiales que la componen, argumentando que las capas del subsuelo tienden a recubrirse unas a otras de manera circular.
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Referencias
- “Explicación” en Wikipedia.
- “Etimología de Explicar” en el Diccionario Etimológico Castellano En Línea.
- “Diferentes tipos de explicación” por Félix Schuster en Explicación y predicción. La validez del conocimiento en las ciencias sociales (tomado de la Biblioteca CLACSO).
- “Explicación” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
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