Emperador

Te explicamos qué es un emperador y qué poderes tiene. Además, quiénes fueron los emperadores romanos y otros emperadores de la historia.

Una escultura retrata al emperador romano Augusto.
Augusto fue el primer emperador romano y gobernó durante cuatro décadas.

¿Qué es un emperador?

Un emperador (emperatriz en el caso femenino) es el monarca o gobernante supremo de un imperio, que puede tener a otros reyes y soberanos como vasallos, y que gobierna dentro de un extenso territorio. A lo largo de la historia hubo numerosos imperios y emperadores, y en su gran mayoría fueron soberanos absolutistas, a la cabeza de grandes fuerzas militares e importantes centros económicos y culturales.

Los imperios fueron grandes estructuras políticas, económicas y militares que fueron gobernadas más o menos verticalmente por sus respectivos emperadores. El título de “emperador”, que no necesariamente se expresaba con esa palabra (en Japón, por ejemplo, se le conoce como tenno), normalmente era hereditario y se extendía parcialmente a las esposas o esposos (emperatriz o emperador consorte) e incluso madres (emperatriz viuda). Además, muchos emperadores eran también autoridades religiosas en sus naciones.

Ver además: Monarquía

Origen del término “emperador”

El término “emperador” proviene del latín imperator, derivado del verbo imperare, o sea, “comandar las tropas”. Este término formaba parte de las tres formas de poder en la Antigua Roma: potestas (el mando civil de los magistrados electos), auctoritas (la autoridad de los expertos y sabios del Senado Romano) y finalmente el imperium o mando militar.

Justamente, el mando militar recaía, en la República Romana, sobre los cónsules y pretores, excepto en casos especiales de guerra o conflicto en los que se le otorgaba el mando supremo de las fuerzas militares a un imperator.

Cuando la República Romana pasó a convertirse en una autocracia, es decir, pasó a ser comandada por un poder central, llamado princeps, dominus y augustus. Estos gobernantes tenían el control del Estado y por ende de las tropas, de modo que eran también el imperator romano.

En realidad no se llamó a los gobernantes romanos “emperadores”, ya que eran primus inter pares (“primeros entre sus iguales”) y a menudo eran poco más que testaferros del poder. Este título empezó a usarse luego de la caída del Imperio romano de Occidente (en la Edad Media), a menudo con la intención de restaurar la plenitud del imperio en la Europa cristiana.

Poderes de un emperador

En el mausoleo del emperador Qin hay un ejército de soldados de terracota.
Los roles específicos del emperador dependían en buena medida de la naturaleza misma del imperio.

Los emperadores eran monarcas absolutos, en cuya voluntad recaía el mando pleno del Estado. Esto normalmente dependía de la estructura del gobierno, cosa que variaba dependiendo de cada cultura y civilización. Aun así, entre los poderes más comunes de un emperador estaban:

  • El mando de las fuerzas militares y de orden público del imperio.
  • El mando de la organización religiosa como sacerdote supremo.
  • El dictado de las leyes y los edictos de cumplimiento obligatorio en todo el imperio.
  • La asignación (e incluso creación) de cargos políticos o títulos nobiliarios.
  • La organización de la economía y la impartición de justicia en casos de importancia excepcional.

Es importante notar que los roles específicos del emperador dependían en buena medida de la naturaleza misma del imperio. Por ejemplo, los emperadores egipcios eran considerados deidades reinantes en la Tierra, mientras que los emperadores bizantinos estaban limitados al gobierno de la vida civil y militar, pues el Patriarca de Constantinopla regía sobre los asuntos de la fe ortodoxa.

Los emperadores romanos

Los emperadores romanos fueron algunos de los más célebres gobernantes de la historia, dado el lugar central que el Imperio romano ocupó en la historia de Europa y el Asia Menor. A lo largo de la historia de este imperio, desde el 27 a. C. hasta el 476 (en el caso del Imperio romano de Occidente) o el 1453 (en el caso del Imperio romano de Oriente), hubo numerosos gobernantes, no todos con las mismas características ni con el mismo título y poderes. Algunos de los más destacados fueron:

  • Augusto (Gaius Octavius Augustus, 63 a. C. – 14 d. C.). Fue el primer emperador romano, gobernante de Roma durante cuatro décadas. Fue heredero del célebre senador Julio César, cuyo asesinato en 44 a. C. dio pie a una dictadura militar, dirigida por Marco Antonio, Lépido y el propio Augusto. Tras la muerte del primero y el exilio del segundo, Augusto asumió el poder autocráticamente.
  • Tiberio (Tiberius Iulius Caesar Augustus, 42 a. C. – 37 d. C.). Fue el segundo emperador romano y uno de los más grandes generales romanos en su juventud. Durante su reinado el Imperio extendió sus fronteras y fue crucificado Jesús de Nazaret en Galilea.
  • Calígula (Gaius Iulius Caesar Augustus Germanicus, 12 – 41 d. C). Fue el tercer emperador romano, hermano menor de Tiberio, de quien heredó el trono de manera conjunta con su primo Tiberio Gemelo. Tras deshacerse de este último, Calígula reinó de manera escandalosa, acusado de relaciones incestuosas e indignas. Su gobierno emprendió una serie de reformas públicas y urbanísticas que dejaron al Imperio en bancarrota.
  • Nerón (Nero Claudius Caesar Augustus Germanicus, 37-68 d. C.). Fue un emperador romano célebre por su reinado de extravagancia y tiranía, así como la implacable persecución de los cristianos. El mito dice que mientras Roma ardía, Nerón tocaba su lira. En el 68 d. C. fue depuesto por un golpe de Estado y obligado a suicidarse.
  • Adriano (Publius Aelius Hadrianicus, 76-138 d. C.). Fue el tercero de los “buenos emperadores” romanos y practicante de la filosofía estoica y epicúrea, fue un importante administrador y reformador del sistema burocrático, lo cual le ganó la enemistad de las élites aristocráticas. Durante su mando los cristianos y extranjeros gozaron de mayor tolerancia y se mejoró sustancialmente la condición de los esclavos.
  • Marco Aurelio (Marcus Aurelius Antoninus, 121-180 d. C.). Fue el último de los llamados “cinco buenos emperadores” y un importante representante del estoicismo romano. Su gobierno se enfrentó al Imperio parto y a las tribus bárbaras germánicas en Europa del norte, así como a distintas revueltas en el este del Imperio.

Más en: Imperio romano

Importantes emperadores de la historia

Una estatua recuerda a la zarina Catalina II de Rusia.
Bajo el gobierno de Catalina II, Rusia expandió sus fronteras en el sur y en el oeste.

A lo largo de la historia hubo muchos gobernantes imperiales de renombre, como es el caso de:

  • Amenhotep IV (c. 1352-1335 a. C.). Décimo faraón egipcio de la dinastía XVIII del Imperio Nuevo, también conocido como Akenatón, fue el primer reformador religioso y administrativo del Antiguo Egipto. Su primera esposa también fue muy célebre, la reina Nefertiti, y ambos se consideran figuras clave de la historia del Antiguo Egipto.
  • Jerjes I (519-465 a. C.). Sucesor de Darío I al mando del Imperio persa, fue miembro de la dinastía aqueménida y un célebre enemigo de los pueblos griegos, a los que intentó infructuosamente conquistar durante la Segunda Guerra Médica. Es mencionado en la Biblia bajo el nombre Asuero (en hebreo Aḥashverosh).
  • Alejandro Magno (356-323 a. C.). También llamado Alejandro III de Macedonia, fue un célebre militar de origen macedónico, que ostentó los títulos de rey de Macedonia, hegemón de Grecia, faraón de Egipto y gran rey de Media y Persia, construyendo un imperio propio desde Grecia hasta el valle del Indo y Egipto, en apenas 32 años de vida.
  • Constantino I (c. 272-337 d. C.). Emperador romano y refundador de la ciudad de Bizancio, a la cual denominó Constantinopla, fue el responsable de detener la persecución de los cristianos en la Antigua Roma y dar libertad de culto al cristianismo, por lo que a menudo se le considera como el primer emperador romano de fe cristiana.
  • Justiniano I el Grande (482-565 d. C.). Emperador del Imperio romano de Oriente (llamado también Imperio bizantino), dedicó su reinado a intentar restaurar la antigua grandeza del Imperio romano clásico, para lo cual reconquistó parte de sus territorios perdidos. En ese sentido, se le apoda como el “último de los romanos”. Fue, además, un importante jurista en el ámbito del derecho civil.
  • Carlomagno (742-814 d. C.). Rey de los francos y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, nombre que dio a la unidad política creada a partir de la expansión de los reinos francos, ocupando buena parte de Europa central y occidental. Posteriormente fue coronado Imperator Augustus tras su conquista de Italia en el año 800, y fundó las dinastías reales francesa y alemana (que aún lo llaman Carlos I), lo que sentó las bases para lo que fue la Europa de la Edad Media.
  • Luis XIV de Francia (1638-1715). Apodado Luis El Grande o “El Rey Sol”, fue el rey absoluto de Francia y Navarra hasta su muerte, durante 72 años de reinado. La suya se ha convertido en la imagen típica del rey absolutista, y es célebre su frase “El estado soy yo” (en francés: “L’etat c’est moi”). Durante su reinado, Francia ejerció su poder político y militar sobre Europa, y tuvo colonias en América y Asia.
  • Catalina II de Rusia (1729-1796). Zarina de Rusia durante 34 años consecutivos, se consideró heredera del legado de Pedro I de Rusia, por lo que fue promotora de la occidentalización del entonces Imperio ruso. Bajo su gobierno Rusia expandió sus fronteras en el sur y en el oeste, y adquirió una salida al mar Negro luego de enfrentarse al Imperio otomano en 1768. Con esto, logró renovar el Imperio romano de Oriente bajo control ruso.
  • Napoleón Bonaparte (1769-1821). Líder militar de la Revolución Francesa y primer cónsul de la República, se proclamó emperador de los franceses en 1804, y se dispuso a conquistar militarmente Europa, Egipto y Siria. Finalmente fue derrotado en la batalla de Waterloo, en Bélgica en 1815, y condenado al exilio en la isla de Santa Elena, donde falleció. Tras su muerte, la monarquía se reinstauró en Francia al mando de Luis XVIII.

Los imperios en la actualidad

La familia imperial japonesa saluda a la población en Tokio.
El emperador de Japón es una figura diplomática y no gobierna sobre su nación.

Los imperios modernos difieren en muchos aspectos de sus predecesores, especialmente en la ausencia de un emperador. La única nación que conserva aún a su emperador, pero como una figura de funciones diplomáticas y representativas, es Japón. A partir de 1945, tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, esta nación reestructuró su sistema de gobierno y abandonó el nombre de Imperio japonés, adoptando en cambio la monarquía parlamentaria.

En la actualidad, ninguna nación del planeta se anuncia a sí misma como un imperio, ni es gobernada por un emperador. Eso no impide que las grandes potencias económicas y militares del mundo actúen de manera imperial con naciones menores. Tal es el caso de Estados Unidos, China y Rusia, por ejemplo.

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Referencias

¿Cómo citar?

"Emperador". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/emperador/. Última edición: 6 de febrero de 2023. Consultado: 19 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 6 febrero, 2023

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