Te explicamos qué es un emperador y qué poderes tiene. Además, quiénes fueron los emperadores y emperatrices más importantes de la historia.
¿Qué es un emperador?
Emperador o emperatriz es el título que recibe un gobernante que ejerce control sobre un gran territorio y diferentes poblaciones, sobre los que se impuso a través de la conquista o la anexión. En su origen, era un título que se les daba a los gobernantes del Imperio romano en la Edad Antigua y otros monarcas de Europa en la Edad Media.
En la práctica, un emperador era un monarca o rey. Ejercía las máximas funciones de gobierno y tenía autoridad absoluta sobre el resto de los ciudadanos o súbditos. Sin embargo, el título de emperador se consideraba una dignidad superior a la del rey, porque gobernaba sobre diferentes reinos o naciones. Por ejemplo, el monarca del Imperio austrohúngaro gobernaba sobre los reinos de Austria y Hungría.
A lo largo de la historia, hubo numerosos emperadores y emperatrices de grandes Estados. Entre los más destacados se encuentran los emperadores romanos Augusto y Constantino; Amenhotep IV y Cleopatra del Antiguo Egipto; Carlomagno y Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico; Gengis Kan del Imperio mongol; Moctezuma del Imperio azteca; Catalina II de Rusia; Napoleón de Francia, y Victoria del Imperio británico.
Uso actual del término: En la actualidad, el término emperador se utiliza en las ciencias sociales para hablar de un tipo particular de gobernante, más allá de que tengan otro nombre específico en cada caso. Por ejemplo, en el Antiguo Egipto (3100-30 a. C.), el emperador o monarca absoluto era llamado faraón; en el Imperio mongol (1206-1368 d. C.), se llamaba Gran Kan; y en el Imperio ruso (1721-1917 d. C.), recibía el nombre de zar.
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Origen del término emperador
El término emperador proviene del verbo latino imperare, que significa “comandar tropas”. En la Antigua Roma, durante la época de la República (509-27 a. C.), existían tres tipos de poder: potestas (el poder de decisión de los magistrados), auctoritas (el mando que ejercía alguien por su gran experiencia o sabiduría) e imperium (el poder de la fuerza militar).
En esa época, el Senado entregaba la dignidad de imperator a los generales que dirigían batallas exitosas. En el siglo I a. C., el cónsul Octavio concentró los diferentes poderes y se consagró como gobernante absoluto de Roma. Aunque se hacía llamar princeps o augustus, se lo considera el primer emperador romano porque fundó la primera dinastía imperial.
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Poderes de un emperador
Los poderes de un emperador dependían de la estructura de gobierno de cada imperio. Sin embargo, en la mayoría de los casos concentraban el poder y eran la máxima autoridad en cada una de las áreas de gobierno.
En este sentido, los emperadores se caracterizaban por:
- Uso de la fuerza. El emperador era la máxima autoridad sobre el uso de la fuerza, ya sea en asuntos internos (policía) o asuntos externos (ejércitos).
- Autoridad religiosa. Por lo general, establecía su autoridad sobre el orden religioso, la clase sacerdotal o incluso la organización de las celebraciones. En algunos casos, se consideraba que el poder del emperador era sagrado y existía un culto especial en su honor.
- Poder legislativo. Como autoridad máxima, en muchos casos el emperador podía crear, modificar o abolir leyes. Algunas veces, debía hacerlo en acuerdo con otros magistrados del gobierno.
- Autoridad de gobierno. El emperador tenía la potestad de tomar decisiones en todos los ámbitos de gobierno y, entre ellas, designaba a sus funcionarios, asistentes o gobernadores bajo su autoridad. Además, podía otorgar privilegios a determinadas familias o instituciones.
El alcance de estos poderes dependía de la naturaleza de cada imperio y la organización política de cada sociedad. Por ejemplo, en el Antiguo Egipto, el faraón era considerado un intermediario entre la población egipcia y los dioses. Por lo tanto, tenía un carácter casi divino y una autoridad absoluta sobre todos los asuntos de gobierno. En cambio, en el Imperio británico, los máximos gobernantes eran reyes y su poder se encontraba limitado por el Parlamento.
Los emperadores romanos
En la época imperial (27 a. C.-395 d. C.) de la Antigua Roma, se sucedieron alrededor de ochenta emperadores hasta su división en Imperio Romano de Occidente (con capital en Roma) e Imperio Romano de Oriente (con capital en Constantinopla). El número exacto es debatido porque hubo numerosas guerras civiles por el poder y, en algunos casos, los pretendientes se declaraban emperadores pero no lograban mantenerse en el poder.
En el imperio occidental, hubo otros quince emperadores, hasta que en el año 476 d. C. Rómulo Augústulo fue derrocado por el rey germano Odoacro y se desintegró la estructura imperial. En cambio, el imperio oriental (también conocido como Imperio bizantino) se mantuvo hasta el año 1453 d. C., cuando fue invadido por el Imperio otomano. En total, tuvo setenta y siete emperadores y tres emperatrices.
Entre los emperadores romanos más destacados se encuentran:
- Augusto (63 a. C.-14 d. C.). Gaius Octavius Augustus fue el primer emperador romano, gobernante de Roma durante cuatro décadas. Fue heredero de Julio César, cuyo asesinato en 44 a. C. dio pie a un gobierno de triunvirato militar, integrado por Marco Antonio, Lépido y el propio Augusto. Tras la muerte del primero y el exilio del segundo, Augusto consolidó su poder y logró imponerse sobre el Senado.
- Tiberio (42 a. C.-37 d. C.). Tiberius Iulius Caesar Augustus fue el segundo emperador romano y se lo conoce como uno de los más grandes generales. Durante su reinado, el imperio extendió sus fronteras. También fue crucificado Jesús de Nazaret en Galilea.
- Calígula (12-41 d. C). Gaius Iulius Caesar Augustus Germanicus fue el tercer emperador romano, hermano menor de Tiberio, de quien heredó el trono de manera conjunta con su primo Tiberio Gemelo. Tras deshacerse de este último, Calígula reinó de manera escandalosa, acusado de relaciones incestuosas e indignas. Su gobierno emprendió una serie de reformas públicas y urbanísticas que dejaron al imperio en bancarrota.
- Nerón (37-68 d. C.). Nero Claudius Caesar Augustus Germanicus fue célebre por su reinado de extravagancia y tiranía, y por la persecución de los cristianos. El mito dice que mientras Roma ardía, Nerón tocaba su lira. Fue depuesto por un golpe de Estado.
- Adriano (76-138 d. C.). Publius Aelius Hadrianicus fue célebre por su amor a la filosofía y su buena administración del gobierno. Llevó a cabo grandes reformas, lo cual le valió una fuerte enemistad con las élites aristocráticas. Bajo su imperio, los cristianos y los extranjeros gozaron de mayor tolerancia y se mejoró la condición de los esclavos.
- Marco Aurelio (121-180 d. C.). Marcus Aurelius Antoninus fue, al igual que Adriano, conocido por su filosofía estoica. Durante su gobierno, debió enfrentar varias guerras: contra el Imperio parto, contra tribus germánicas en Europa del norte y contra distintas revueltas internas en el este del imperio.
- Constantino I (280-337 d. C.). Flavius Valerius Constantinus fue el primer emperador romano en otorgar libertad de culto a todas las religiones, y también fue el primero en convertirse al cristianismo.
Grandes emperadores de la historia
A lo largo de la historia, hubo muchos gobernantes imperiales que se destacaron por emprender extensas conquistas, defender a sus imperios ante situaciones de emergencia, llevar a cabo grandes reformas internas o incluso fomentar el desarrollo de las artes y la cultura de su civilización.
En cada época, se destacaron diferentes emperadores y emperatrices:
- Amenhotep IV (c. 1352-1335 a. C.). También conocido como Akenatón, fue un faraón del Antiguo Egipto que llevó a cabo una gran reforma religiosa e intentó imponer el culto del dios Atón como única deidad oficial del Estado (en lugar del tradicional culto politeísta que caracterizaba a la civilización egipcia).
- Jerjes I (519-465 a. C.). Sucesor de Darío I al mando del Imperio persa, fue miembro de la dinastía Aqueménida y enemigo de las polis griegas, a las que intentó conquistar durante la segunda guerra médica.
- Alejandro Magno (356-323 a. C.). También llamado Alejandro III de Macedonia, fue un célebre militar que ostentó los títulos de rey de Macedonia, hegemón de Grecia, faraón de Egipto y gran rey de Media y Persia. Extendió el imperio desde Grecia hasta el valle del Indo y Egipto, y expandió la cultura helenística por toda la región.
- Justiniano I el Grande (482-565 d. C.). Emperador del Imperio Romano de Oriente, dedicó su reinado a intentar restaurar la antigua grandeza del imperio. Reconquistó parte de los territorios perdidos en Occidente, llevó a cabo reformas legislativas y fomentó el desarrollo de la cultura bizantina.
- Carlomagno (742-814 d. C.). Fue rey de los francos y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En el año 800, fue coronado Imperator Augustus tras su conquista de Italia, y fundó las dinastías reales francesa y alemana.
- Gengis Kan (1162-1227 d. C.). Fue el fundador del Imperio mongol. Unificó las tribus nómadas mongolas e inició una serie de campañas de conquista que lo llevaron a conformar el imperio de territorios contiguos más grande de la historia: desde el oriente de Europa hasta el océano Pacífico en Asia, y desde Siberia hasta Mesopotamia. Además, estableció leyes para los mongoles, desarrolló la escritura para su lengua e impulsó el comercio entre Europa y Asia.
- Moctezuma (c. 1466-1521 d. C.). Fue huey tlatoani (máximo gobernante) del Imperio azteca. Fue un gran militar, sacerdote del dios Huitzilopochtli y tuvo una excelente educación. Como emperador, sofocó diferentes rebeliones internas y logró consolidar el poder del Estado en distintas regiones. Murió en el contexto de la conquista española del Imperio azteca.
- Luis XIV de Francia (1638-1715 d. C.). Apodado “Rey Sol”, fue el rey absoluto de Francia y Navarra. Su reinado fue el más largo de la historia y se convirtió en la imagen típica del rey absolutista. Es célebre su frase “El Estado soy yo”. Durante su reinado, Francia ejerció su poder político y militar sobre Europa, y tuvo colonias en América y Asia.
- Catalina II de Rusia (1729-1796 d. C.). Fue zarina de Rusia y promovió la grandeza del imperio a través de diferentes reformas y conquistas. Expandió sus fronteras en el sur y en el oeste, y adquirió una salida al mar Negro luego de enfrentarse con el Imperio otomano en 1768. Entre estas tierras, conquistó parte del antiguo Imperio Romano de Oriente y reconstruyó su legado. Además, impulsó la modernización política, económica y cultural del imperio.
- Napoleón Bonaparte (1769-1821 d. C.). Fue un líder militar de la Revolución Francesa que se hizo proclamar primer cónsul de la República y luego emperador de los franceses en 1804. Quiso conquistar militarmente Europa, Egipto y Siria. Las guerras napoleónicas tuvieron consecuencias en todo el mundo. Fue derrotado en la batalla de Waterloo en 1815. Tras su muerte, la monarquía se reinstauró en Francia al mando de Luis XVIII.
- Victoria del Reino Unido (1819-1901 d. C). Fue reina del Imperio británico en una época de grandes transformaciones políticas, económicas y culturales. En ese entonces, el Imperio se organizaba como una monarquía constitucional y el poder de la reina estaba limitado por el Parlamento. Durante su reinado, el Imperio brtiánico se convirtió en una de las principales potencias mundiales.
Los imperios en la actualidad
Los historiadores llaman imperialismo al período de la historia que se desarrolló entre los años 1871 y 1914. Esta época se caracterizó por el auge de los imperios coloniales europeos y la radicalización de su competencia por territorios, recursos y mercados. La principal consecuencia de estas políticas europeas fue el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Al finalizar esta guerra, se desintegraron tres de los más grandes imperios europeos: el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano. Además, en 1917, el Imperio ruso atravesó la Revolución rusa y, en su lugar, unos años más tarde se estableció el gobierno comunista, que dio origen a la Unión Soviética.
Por otro lado, en las décadas de 1920 y 1930, se expandieron los movimientos nacionalistas y de independencia en las colonias de Asia y África, que se encontraban bajo el control de los imperios británico y francés. Sin embargo, fue recién después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que la mayoría de estas naciones lograron recuperar su independencia. Esta etapa es conocida como “proceso de descolonización de Asia y África”.
En la actualidad, no existen Estados que se reconozcan a sí mismos como imperios ni gobernantes que se llamen a sí mismos emperadores. Sin embargo, debido a su influencia política, económica y cultural, algunos especialistas sostienen la idea de que China, Estados Unidos y Rusia pueden considerarse potencias imperiales.
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Referencias
- Ackerman, M., Schroeder, M. J. y Terry, J. (Eds.). (2008). Caesar, Augustus; Imperial Cult, Roman; Constantine the Great; Roman Empire. Encyclopedia of World History, vol. 1: Prehistoric Era to 600 c. e. Facts on File.
- Ackerman, M., Schroeder, M. J. y Terry, J. (Eds.). (2008). Byzantine Empire; Holy Roman Empire; Genghis Khan. Encyclopedia of World History, vol. 2: The Expanding World. 600 c. e. to 1449. Facts on File.
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- Ackerman, M., Schroeder, M. J. y Terry, J. (Eds.). (2008). Catherine the Great; Napoleon I; Victoria. Encyclopedia of World History, vol. 4: Age of Revolution and Empire. 1750 to 1899. Facts on File.
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2024). Emperor. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
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