Crimen

Te explicamos qué es un crimen, qué tipos existen y en qué se diferencia del delito. Además, te contamos qué es el crimen organizado.

crimen
La consideración sobre qué es y qué no es un crimen puede cambiar en cada país.

¿Qué es un crimen?

Un crimen es una acción contraria a la ley y considerada socialmente nociva, peligrosa o reprobable, que se comete de manera voluntaria. En el lenguaje común es un término más o menos equivalente al de delito, pero que normalmente se asocia con los delitos más graves y significativos, aquellos que no solo lesionan a una víctima, sino también a la comunidad entera.

No existe una definición única de “crimen” en la jerga jurídica. La consideración sobre qué es y qué no es un crimen puede cambiar en distintos países y ordenamientos jurídicos. Por su parte, el término “crimen” proviene del derecho romano, en el que se usaba como sinónimo de “acusación” o “falta”. Es un término compuesto por el verbo cernere (“analizar” o “cernir”) y el sufijo -men (que implica medio o resultado).

La instancia encargada de establecer qué constituye un crimen es la ley y para dictar un castigo o una reparación adecuada al delito cometido se encuentra el aparato de justicia (los tribunales y los jueces). En general, los crímenes son juzgados y castigados mediante una acción proporcional y ejemplarizante, que no solo brinde un resarcimiento a quien fue violentado por el crimen (o a sus familiares y allegados), sino que al mismo tiempo enseñe al común de la sociedad a no cometer acciones similares.

El comportamiento criminal ha sido objeto de estudio y prevención por distintas disciplinas y ciencias, como la psicología, la antropología y las ciencias jurídicas y forenses, y también por los primeros mandatos de conducta propuestos por las religiones antiguas y por los modernos códigos penales de las repúblicas occidentales. De allí que muchas conductas antiguamente consideradas como criminales hoy en día no lo sean, o que lo sean en algunos países y en otros no, como es el caso de la homosexualidad.

También es posible usar el término “crimen” o “criminalidad” para referirse de manera genérica al conjunto de las organizaciones e individuos que se dedican a la vida delictiva.

Ver también: Criminalística

Diferencias entre crimen y delito

No existe diferencia alguna entre los términos “delito” y “crimen” en la jerga jurídica del español. De hecho, “delincuente” y “criminal” son enteramente sinónimos.

Sin embargo, es común asociar en el lenguaje ordinario la idea de “crimen” con algo más que las consecuencias legales de violar la ley: el crimen abarca también un aspecto social, moral, de impacto comunitario, del cual un delito menor puede estar desprovisto. Sin embargo, estas distinciones son populares y no están sustentadas formalmente.

Más en: Delito

¿Qué es el crimen organizado?

crimen organizado
El crimen organizado permite que los delincuentes actúen de manera coordinada e inteligente.

Se habla de “crimen organizado” o “delincuencia organizada” para referirse a las organizaciones clandestinas que operan en una sociedad con el fin de enriquecerse a través de acciones ilegales. Es decir, el crimen organizado lo constituyen el conjunto de los criminales que no actúan por cuenta propia, sino que conforman una o varias organizaciones y actúan de manera coordinada e inteligente.

Un buen ejemplo del crimen organizado lo constituye la mafia siciliana: familias de origen italiano que compiten entre sí por el control de ciertos circuitos ilegales de extorsión, contrabando, ventas de estupefacientes o de alcohol (en la era de la prohibición), entre otros asuntos ilegales.

El crimen organizado es uno de los delitos tipificados en la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada (conocida como la Convención de Palermo), adoptada en el 2000. Con ella se espera poder combatir de manera coordinada el crimen organizado sin distinción de los países en que opere.

Tipos de crimen

Existen muchas formas de clasificar el delito, dependiendo del punto de vista. Por ejemplo, a juzgar por la forma de culpabilidad demostrada, se puede distinguir entre:

  • Delitos dolosos. Aquellos en los que el criminal comete la acción con plena conciencia de lo que hace y obtiene los resultados que se había propuesto, es decir, cuando no interviene el azar ni se trata de un delito accidental. Por ejemplo, un asesinato premeditado y ejecutado por mano propia.
  • Delitos culposos o imprudentes. Aquellos en los que el criminal comete una acción o inacción que le ocasiona daños a un tercero o a la sociedad, a pesar de que no estuviese en sus intenciones hacerlo. Por ejemplo, un conductor ebrio que atropella y mata a alguien.
  • Delitos preterintencionales. Aquellos en los que el criminal se proponía llevar a cabo una acción de mucha menor intensidad o envergadura, y en el trayecto las cosas se salen de control. Por ejemplo, una persona durante una pelea agrede a otra y sin quererlo le causa la muerte.

También se suele distinguir entre delitos dependiendo de cuál fue la acción cometida y de cómo esté tipificada en la ley. En este sentido, algunos de los crímenes más comunes que se cometen en la actualidad son:

  • Abuso sexual. La violación, el acoso y el abuso sexual son crímenes contra la libertad sexual de los individuos, que consisten en forzar o coaccionar a la víctima a participar en actos sexuales o eróticos sin su consentimiento. Pueden darse a través de la violencia física, la amenaza de violencia o el ejercicio de una cuota de poder (laboral, profesional, familiar, entre otros).
  • Allanamiento de morada. Consiste en el delito de irrumpir en la vivienda de otra persona sin su consentimiento, ya sea con fines de robar, introducir elementos o cualquier otro propósito. El ingreso ilegal a una vivienda se considera una violación a la propiedad privada y a la privacidad de las personas, lo mismo que ingresar a una vivienda y negarse a abandonarla cuando así lo solicita el dueño u ocupante legal.
  • Asalto. Consiste en agredir físicamente a una persona o amenazarla con daño físico o con la muerte para reducirla y obligarla a hacer algo. Puede darse el asalto simple o el asalto con lesiones, ya que en este último caso se le ocasiona a la víctima lesiones permanentes o de importancia que agravan el delito cometido, como heridas de arma blanca, golpizas o disparos.
  • Asociación para delinquir. Consiste en el delito en el que incurren individuos que se juntan con fines ilegales, es decir, que se organizan para cometer delitos de mejor manera. Aplica tanto para bandas criminales, grupos terroristas y otras agrupaciones delictivas, y a menudo funciona como agravante de otras acciones ilegales cometidas, ya que denota una clara intención de preparar el escenario para un crimen.
  • Conspiración. Consiste en la organización de varios individuos para derrocar el poder instituido y es un crimen que no atenta contra un individuo, sino contra el Estado y el orden público. Esto puede incluir el atentado contra la vida de personalidades públicas, la destrucción de espacios e instalaciones públicas o incluso acciones de tipo terrorista.
  • Delitos cibernéticos (cibercrimen). Consisten en aquellos delitos que se cometen a través de medios digitales e informáticos, como internet o las plataformas 2.0. Se trata de una variada gama de delitos informáticos, como el fraude, la estafa, la violación de la privacidad, el ciberacoso y otros similares.
  • Detención ilegal o secuestro. Consisten en formas de impedir el derecho al libre tránsito de los demás. El primero se basa en impedir física o logísticamente la movilidad de otra persona, mientras que el secuestro implica el sometimiento físico de alguien y su retención, generalmente con fines de solicitar el pago de un rescate. En ambos casos la voluntad de la víctima está siendo vulnerada, pero en el segundo existe además una intención extorsiva, o sea, de lucrar a costa de la detención ilegal de otra persona.
  • Evasión fiscal. Consiste en la evasión de impuestos, o sea, en acudir a diversas artimañas y estratagemas para pagar menos impuestos de los que corresponde. Esto incluye esconderle al fisco propiedades y dinero que se tiene, hacer declaraciones fraudulentas o abiertamente falsas, entre otras acciones destinadas a reducir la cuota con que se contribuye al Estado.
  • Falsificación. Consiste en un delito cometido contra la sociedad y el orden público, así como contra un tercero, en el que se crea una imitación o una copia de un bien preciado, un documento legal o algún otro elemento de importancia, y se lo hace pasar por el original, con fines de lucro. Es muy común la falsificación, por ejemplo, de billetes, cheques y tarjetas de crédito, ya que con estos instrumentos financieros de imitación se pueden adquirir bienes y servicios de manera ilegal.
  • Fraude. Consiste en engañar a los demás, manipularlos o aconsejarlos de mala fe, para así sacarles dinero o convencerlos de llevar a cabo operaciones que van en contra de sus intereses. Son comunes los fraudes en los que se pide dinero para una organización o una inversión fraudulentas, es decir, inexistentes, con la excusa de ayudar a los desfavorecidos o la promesa de un retorno cuantioso e inmediato. También puede tratarse de ventas fraudulentas, en las que se da al comprador algo distinto (o de peor calidad) a lo prometido.
  • Homicidio y asesinato. Consiste en uno de los más serios crímenes que se pueden cometer: quitarle la vida a otro ser humano. Dependiendo de cómo esto ocurra, podrá tratarse de un tipo u otro de homicidio, es decir, dependiendo de si se trata de una muerte accidental, por descuido o más bien de algo planificado con la clara intención de matar a alguien. En general, el término “asesinato” se reserva para los homicidios intencionales.
  • Incendio provocado. Consiste en quemar o incendiar las propiedades de terceros o las propiedades públicas, ya sea con fines de lucro fraudulento (para cobrar un seguro, por ejemplo) o simplemente para causar mal a alguien, sin pensar en los daños que esto traiga consigo o en las vidas que se puedan poner en riesgo.
  • Incitación al delito. Consiste en empujar a alguien a cometer otro crimen, es decir, cuando se fomenta directa o indirectamente el delito. Por ejemplo, cuando se contrata a alguien para cometer un robo o un asesinato, o cuando se soborna a alguien para que no cumpla con sus funciones, no se está cometiendo el crimen principal con la propia mano, pero se comete el delito de provocarlo indirectamente.
  • Impersonificación de la autoridad. Consiste en hacerse pasar por una autoridad pública, como un policía, un militar, un político o un médico, especialmente cuando al hacerlo se pone en riesgo las vidas de los demás o se utiliza la jerarquía falsamente adquirida para el propio beneficio o el propio lucro.
  • Malversación de fondos. Consiste en un crimen que solo puede ser cometido por una persona que se encuentra a cargo del dinero de otras, ya sea dinero de fondos públicos o dinero de organizaciones privadas, e implica el uso de dicho dinero para beneficio del administrador, en lugar de sus propósitos originales.
  • Posesión ilegal de armamento. Consiste en poseer armamento obtenido de manera ilegal, por ejemplo, una pistola robada, o manipular armas para las cuales no se tiene un permiso legal, lo que pone a los demás en riesgo, dado que pueden producirse accidentes o la persona puede no estar facultada para hacer un uso racional del arma.
  • Robo y hurto. Consisten en apropiarse de los bienes ajenos, ya se trate de objetos, propiedades o capitales. Sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos términos, ya que el hurto se produce sin que medie la violencia, mientras que en el robo se emplea la fuerza o la amenaza de fuerza para despojar al otro de sus bienes. Así, un ladrón que rompe el vidrio de un automóvil para llevarse el reproductor está hurtando, mientras que un asaltante que obliga al conductor con una pistola a entregarle el automóvil está robándole.
  • Trabajo ilegal. Consiste en hacer trabajar a terceros en condiciones ilegales, es decir, en situaciones opresivas, de vulnerabilidad, bajo coacción o llevando a cabo acciones no debidas. Incurren en este delito quienes contratan trabajadores en contra de lo establecido en las leyes del trabajo, o poniendo en riesgo innecesariamente la vida y el bienestar del trabajador. En algunas ocasiones, este tipo de delito puede imputarse también a trabajadores autónomos que incurren en trabajos indebidos o ilegales, como es el caso de la prostitución.
  • Tráfico de drogas. Consiste en la tenencia, movilización y/o comercialización de estupefacientes y drogas ilegales, como la cocaína, la heroína, entre otras. Dependiendo de lo estipulado en las leyes de cada país, este delito puede o no abarcar al consumidor o a quien incurre en la tenencia de drogas con fines de autoconsumo.
  • Violencia de género. Consiste en un delito que se comete generalmente contra la mujer y que puede tener lugar tanto en el interior del hogar como fuera de este, y tanto dentro de una relación de pareja como fuera de esta. El delito en sí consiste en el maltrato físico y abuso emocional y/o sexual vinculados con el sometimiento femenino y la supremacía machista. En ocasiones puede también afectar a personas transexuales o sexodiversas, cuando son agredidas únicamente como resultado de la libre expresión de su identidad.

Crímenes de lesa humanidad

crimen de lesa humanidad
Los crímenes de lesa humanidad requieren una supervisión internacional.

Los crímenes o delitos de lesa humanidad, también llamados crímenes contra la humanidad, son aquellas acciones particularmente atroces, terribles e inhumanas, que se consideran demasiado graves para ser juzgadas por tribunales ordinarios y requieren, por lo tanto, de una supervisión y evaluación internacional, que actúe en nombre de toda la humanidad.

Junto con el crimen de genocidio, los crímenes de guerra y el crimen de agresión, los crímenes de lesa humanidad forman parte de los delitos más graves que se pueden cometer contra las personas y los pueblos, tales como la esclavitud, la violación, el homicidio masivo, la segregación racial, la persecución religiosa o política y la tortura física o psicológica.

Los crímenes de lesa humanidad no prescriben, es decir, no caducan, y pueden ser juzgados por cualquier Estado independientemente de dónde hayan sido cometidos, según lo establece el principio de jurisdicción universal. Para ello, sin embargo, existen instancias como el Tribunal Penal Internacional (TPI) fundado en 1998, a pesar de que este no cuente con la adhesión de las principales potencias militares del planeta, como Estados Unidos, China y Rusia.

Ver además: Homicidio doloso y culposo

Referencias

¿Cómo citar?

"Crimen". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/crimen/. Última edición: 2 de septiembre de 2022. Consultado: 24 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 2 septiembre, 2022

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