Ateísmo

Te explicamos qué es el ateísmo, los tipos de ateísmos y su relación con el agnosticismo. Además, ateísmo práctico y teórico.

ateismo
El ateísmo fue más valorado gracias al librepensamiento y el escepticismo científico.

¿Qué es el ateísmo?

El ateísmo es la crítica o negación de todo tipo de creencia metafísica, mística o espiritual, o sea, es la negación de la existencia de un Dios o de divinidades. Se considera el pensamiento contrario al teísmo, como su nombre lo indica.

A quienes adhieren al ateísmo se les conoce como ateos. Este término que proviene del griego antiguo (a-, “sin”; theos, “Dios”), y se empleaba en su época de manera despectiva para referirse a los pueblos que no reverenciaban al panteón de los Dioses griegos.

Posteriormente, fue empleado también con una connotación casi peligrosa por el cristianismo. De hecho, durante el Medioevo los ateos eran vistos como pecadores, herejes e indignos de confianza. Sin embargo, el término se resignificó enormemente con la aparición del librepensamiento y el escepticismo científico.

Así fue posible que numerosos pensadores de la Ilustración del siglo XVIII se anunciaran a sí mismos como ateos. Incluso la Revolución Francesa de 1789 fue considerada portadora de un “ateísmo sin precedentes”, debido a que se oponía al que hasta entonces era considerado el orden natural de las cosas: la monarquía absolutista.

Existen muchos argumentos a favor y en contra del ateísmo, y muchas formas también de comprenderlo y ejercerlo. No es siempre lo mismo ser ateo que ser no religioso, ni es lo mismo ser ateo que ser agnóstico.

En todo caso, los ateos representan un 2,3% de la población mundial (datos de 2007) y en su mayoría se concentran en Asia oriental: China (47%) y Japón (31%), así como en Europa occidental (14% en promedio).

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Tipos de ateísmo

Existen distintas formas de clasificar y pensar el ateísmo, ya que no existe una institución oficial o central que ordene o configure este tipo de creencia. Algunos autores proponen pensarlo en base a categorías contrapuestas, tales como:

  • Ateísmo positivo y negativo. También conocidos como ateísmo fuerte y débil, fueron propuestos por filósofos como el británico Antony Flew (1923-2010) o el estadounidense Michael Martin (1932-2015), dependiendo del grado de vehemencia con que se asuma la ausencia de Dios. Así, tenemos:
    • Ateísmo positivo. Es el que asume una postura activa y convencida respecto a la ausencia de Dios, asumiendo como una verdad la proposición de que “Dios no existe”.
    • Ateísmo negativo. La forma más común de ateísmo, no consiste tanto en la creencia o el convencimiento de que Dios no existe, como en el descreimiento o la incredulidad frente a la posible existencia de un Dios.
  • Ateísmo implícito y ateísmo explícito. Esta otra distinción fue propuesta por el educador estadounidense George H. Smith (1949), y se fundamenta en la posición del individuo frente a su propia creencia. De este modo, tenemos:
    • Ateísmo implícito. Cuando el individuo carece de creencias teístas por completo, sin por ello profesar un abierto y consciente rechazo a las mismas. Es decir, en su orden mental no existe la preocupación en torno a la existencia de Dios, porque está naturalmente asumida su ausencia.
    • Ateísmo explícito. Cuando el individuo ha tenido oportunidad de pensar y reflexionar sobre la existencia de Dios de manera consciente y deliberada, y ha terminado por asumir su ausencia como el criterio más razonable o verdadero.

Ateísmo, agnosticismo y ateísmo agnóstico

No debemos confundir los conceptos de ateísmo, o sea, la negación de la existencia de Dios, con el de agnosticismo, que es algo bastante diferente.

Los agnósticos no niegan de entrada la existencia de Dios y de lo divino, pero lo comprenden como un asunto ajeno a la experiencia de lo humano. Es decir, sostienen que no es cognoscible ni es comprensible por la humanidad, sino que está en un plano distinto e inaccesible, y por ende no debería preocuparnos.

Sin embargo, existe también una variante de pensamiento que constituye una síntesis de lo anterior, conocida como ateísmo agnóstico o agnosticismo ateo. Dicha síntesis sirve para contraponerse al agnosticismo teísta, que proclama no tener cómo demostrar la existencia de Dios, pero cree en ello.

Así, el ateísmo agnóstico parte de la imposibilidad para comprobar la existencia de Dios, y, empleando eso como argumento, asegura su inexistencia.

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Ateísmo práctico y ateísmo teórico

Otra distinción entre las vertientes del ateísmo es la que plantea la existencia de un ateísmo práctico o pragmático, y otro teórico, que se diferencian en:

  • Ateísmo práctico. Se llama así a una forma de ateísmo que está implícita en el actuar, o sea, que no es tanto un enunciado formal o parte de un debate filosófico, sino que está presente en una forma de vivir la vida que no toma en cuenta para nada la posible existencia de un Dios.
  • Ateísmo teórico. Al contrario del anterior, no es una forma de actuar, sino una forma de pensar, o sea, de razonar y debatir. De este modo, plantea argumentos ontológicos sobre la existencia de Dios o de los dioses, y combate los argumentos teístas en un plano discursivo, reflexivo y de los saberes.

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Referencias

¿Cómo citar?

"Ateísmo". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/ateismo/. Última edición: 2 de junio de 2022. Consultado: 19 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 2 junio, 2022

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