Te explicamos quiénes fueron los 10 líderes más influyentes de la historia, cuáles fueron sus logros, su impacto en la sociedad y sus vidas.
Los líderes más influyentes de la historia
A lo largo de la historia, los grandes líderes han jugado un rol protagónico. Sus hazañas cambiaron el curso de la historia y contribuyeron a la unificación de pueblos, la fundación de naciones o la superación de obstáculos sociales, económicos y políticos. Es por esto que algunas personas los consideran modelos de inspiración en distintos ámbitos de la vida.
No resulta fácil definir lo que constituye a un líder influyente, más allá de cierta capacidad de acción y la visión para conducir a sus seguidores hacia un destino considerado mejor. Por otro lado, existieron muchos líderes carismáticos y conductores de masas que, una vez en el poder, condujeron a sus pueblos a escenarios oprobiosos, como la guerra, la miseria y el sufrimiento.
Sin embargo, los líderes influyentes son en general recordados por la contribución que hicieron al bienestar de su pueblo o a alguna causa en particular, y a veces incluso por el aporte que realizaron a la humanidad en su totalidad. En este sentido, puede tratarse de dirigentes políticos o militares, guías religiosos o activistas sociales, entre otros.
Algunos de los grandes líderes políticos y militares de la historia se detallan a continuación.
- Ver además: Tipos de liderazgo
Julio César (100 a. C.-44 a. C.)
Cayo Julio César fue un orador, escritor, político y militar romano que se destacó como uno de los mayores líderes de la Antigua Roma, tanto en el campo de batalla como en la magistratura del Estado.
Era patricio de nacimiento (es decir, un ciudadano con capacidad de voto y de ocupar cargos públicos) y comenzó su servicio a Roma con un cargo religioso. Después fue soldado en Asia y luego se abrió paso en la política ocupando cargos menores (cuestor en Hispania, donde se encargaba de asuntos fiscales, y edil curul en Roma, donde se dedicaba a tareas organizativas).
A los 37 años fue elegido pontifex maximus (sacerdote principal) y luego pretor urbano (magistrado con jurisdicción en Roma). Cuatro años más tarde, ocupó el cargo de cónsul, o sea, magistrado máximo de la República romana, y en 58 a. C. comenzó a dirigir la campaña militar contra Galia.
Como líder militar, Julio César fue sumamente exitoso: sometió a los pueblos celtas en Galia y expandió el control de Roma hacia el territorio de los actuales Francia, Bélgica y Países Bajos, e incluso una parte de Alemania.
También fue el primer general romano en explorar Britania y Germania, regiones ocupadas por tribus hostiles a Roma. Sin embargo, tras conquistar Galia, el Senado le exigió que dejara el mando de sus tropas, pero Julio César decidió volver con ellas a la capital. Cruzó el río Rubicón, que en ese entonces separaba Galia de Italia, y este hecho fue considerado un acto hostil, pues estaba prohibido que un general romano ingresara con su ejército en territorio italiano.
Así comenzó la segunda guerra civil de la República romana entre los partidarios de Julio César y los sectores tradicionalistas del Senado, encabezados por Pompeyo. También de este conflicto emergió victorioso, y continuó sus conquistas en el Bósforo y en Egipto.
Tras vencer en la guerra civil, Julio César se proclamó a sí mismo dictador vitalicio, lo que le valió la enemistad de buena parte del Senado romano. Por otro lado, durante su gobierno emprendió una serie de reformas administrativas, urbanísticas y económicas, como el reparto de tierras entre ciudadanos pobres y veteranos de guerra, que le ganaron la simpatía de muchos sectores sociales de Roma.
Los rivales de Julio César intuían que acabaría convirtiéndose en un monarca y destruiría así la República romana, por lo que tramaron un complot en su contra y, en los idus de marzo (día 15) del 44 a. C., lo emboscaron y asesinaron en el Senado romano. Sin embargo, los herederos de Julio César, que formaron luego un triunvirato, acabaron instituyendo el Imperio romano, la mayor organización política, social y económica de Occidente en la Antigüedad.
Cleopatra VII (69 a. C.-30 a. C.)
La célebre reina Cleopatra VII de Egipto, última monarca de la dinastía ptolemaica, fue una hábil política, diplomática y comandante naval de la Antigüedad. Hija de Ptolomeo XII, Cleopatra ascendió al trono en medio de un panorama de inestabilidad en la región, fruto de guerras civiles. Pudo consolidar su posición gracias al apoyo de Julio César, dictador de Roma con quien la reina tuvo una relación amorosa y un hijo llamado Cesarión.
Fue monarca y principal autoridad religiosa de Egipto desde los 19 años, aunque inicialmente lo hizo en medio de una guerra civil librada contra su hermano menor, Ptolomeo XIII, en la que la propia reina condujo a sus tropas hasta alcanzar la victoria en la batalla del Nilo, con el apoyo de Julio César. Su reinado fue difícil, pues coincidió con el asesinato de Julio César en 44 a. C. y la tercera guerra civil de la República romana, de la que Egipto era un reino vasallo.
Aun así, Cleopatra impulsó una importante obra religiosa y constructiva mediante la edificación de templos para los dioses griegos y egipcios, e incluso hizo construir un templo en honor a Julio César, conocido como el Caesareum de Alejandría. También patrocinó una casa de oración judía. Asimismo, durante un período de sequía que amenazó con provocar una hambruna, instruyó que se abrieran los graneros reales y se alimentara a la población.
Finalmente, el conflicto romano le costó el trono: aliada con su amante, el romano Marco Antonio, Cleopatra hizo frente a las tropas de Octavio, quien luego se convirtió en el primer emperador romano, y fue derrotada en la batalla de Accio. Poco después cometió suicidio: según cuenta la tradición, se dejó morder por una serpiente venenosa.
Boudica (c. 26-61)
Durante el reinado del emperador romano Nerón, tuvo lugar un famoso levantamiento en la provincia romana de Britania, protagonizado por los icenos (una tribu que habitaba el actual condado inglés de Norfolk) y sus vecinos trinovantes (una tribu celta).
Esta insurrección fue dirigida por la reina de los icenos, Boudica (o Boadicea, según otras fuentes), cuyo nombre significa “victoria”. Hija de aristócratas icenos, Boudica fue descrita por los historiadores romanos como una mujer muy inteligente, de cabello rojizo y mirada feroz, que vestía una túnica de muchos colores y un collar grueso de oro.
Junto con su esposo Prasutago, Boudica gobernaba a los icenos y era defensora de sus tradiciones y su autonomía, que habían podido conservar parcialmente a pesar de haberse convertido en una tribu cliente de los romanos. Sin embargo, tras la muerte de Prasutago, los romanos decidieron anexionarse los territorios de los icenos como si hubieran sido conquistados, ya que no reconocían el liderazgo formal de Boudica. Además, se cobraron las deudas que tenía Prasutago mediante el saqueo de sus aldeas, por lo que desataron la ira de los icenos.
Fue así que Boudica se erigió como líder de la insurrección contra los invasores romanos y condujo a sus tropas a la ciudad de Camulodunum (actual Colchester), donde derrotaron a las veteranas tropas romanas e incendiaron la ciudad. Posteriormente, se dirigieron a Londinium (actual Londres), que fue incendiada y saqueada.
El ejército bajo el mando de Boudica era muy numeroso, posiblemente compuesto por hombres, mujeres, ancianos y niños, enfrentados a los disciplinados soldados romanos. Finalmente, en lo que se conoce como la batalla de Watling Street, las tropas de Boudica fueron derrotadas y masacradas. Se cree que la reina de los icenos, ante la perspectiva de ser capturada por los romanos, prefirió ingerir veneno y morir.
Gengis Kan (c. 1162-1227)
Gengis Kan fue el fundador y primer gran kan (emperador) del Imperio mongol, la entidad imperial de mayor extensión territorial contigua de toda la historia (es decir, no separada por mares y océanos). Fue un guerrero mongol de extraordinarios logros militares, cuyo nombre de nacimiento era Temujin, que según algunas interpretaciones significa “de hierro”.
Entre 1181 y 1206, unificó las dispersas tribus mongolas, que quedaron sometidas a su liderazgo, y las condujo a la conquista de un territorio inmenso que, tras su muerte, llegó a abarcar alrededor de 24 millones de kilómetros cuadrados, desde la península de Corea hasta el río Danubio. Los mongoles llegaron incluso a someter a otros Estados importantes de la época, como China o las regiones de Persia y Mesopotamia, que pertenecían al califato abasí de Bagdad.
La reputación de Gengis Kan como un conquistador cruel que sometió a pueblos enteros al exterminio y el saqueo se combinó con su labor de gobernante eficiente, pues logró que algunos líderes y guerreros locales se sometieran voluntariamente y le rindieran fidelidad. De este modo, diferentes pueblos asiáticos se convirtieron en vasallos mongoles.
Además, en el Imperio mongol se practicó la tolerancia religiosa y se estableció la alfabetización de los funcionarios con un sistema de escritura basado en los caracteres uigures, para facilitar la administración de un territorio tan amplio. También se implementó un código escrito de justicia conocido como yasa, donde se disponían reglas y castigos.
Asimismo, durante el reinado de Gengis Kan floreció la Ruta de la Seda gracias a la estabilidad política en la región y se impulsó el comercio internacional. Por otro lado, las ciencias y las artes fueron respetadas y fomentadas, lo que le valió la simpatía de distintos intelectuales europeos.
Gengis Kan murió a los 65 años, aunque no está clara la causa.
Isabel I de Inglaterra (1533-1603)
Conocida como la Reina Virgen o la Buena Reina Bess, Isabel I fue la reina de Inglaterra e Irlanda desde su ascenso al trono a sus 25 años hasta su fallecimiento a los 69 años. Fue la última monarca inglesa de la dinastía Tudor.
Durante su mandato, conocido como la era isabelina, Inglaterra floreció en las artes y la literatura, y pasó de tener una cultura de base católica a ser una nación mayormente protestante. Asimismo, este período fue célebre por la exploración de los océanos y el desempeño naval de Inglaterra.
Isabel I fue una reina carismática pero cautelosa, pragmática, que hizo de la defensa de su nación el objetivo principal de su mandato. De hecho, su participación en distintas guerras europeas fue más bien moderada, y prefirió la prudencia incluso cuando el papa Pío V la excomulgó y declaró ilegítima en 1570, o cuando distintas conspiraciones atentaron contra su vida. Desde 1585 se enfrentó con España, en una guerra en la que la Armada Invencible española intentó sin éxito invadir Inglaterra.
En un contexto de inestabilidad de las monarquías vecinas, el reinado de Isabel I fue particularmente estable, y fue uno de los reinados más extensos de la historia de su nación.
Catalina II de Rusia (1729-1796)
Catalina II, conocida como Catalina la Grande, fue la emperatriz reinante del Imperio ruso durante 34 años ininterrumpidos, desde que derrocó a su esposo Pedro III de Rusia.
Continuadora del legado de Pedro I (llamado Pedro el Grande), quien quiso modernizar el imperio zarista según el modelo de Occidente, Catalina importó de Europa algunos aspectos de la filosofía jurídica, política y moral, la medicina, el arte y la educación occidentales, lo que supuso una verdadera transformación cultural en su nación.
Catalina se consideró a sí misma como “una filósofa en el trono” y dejó escritas sus memorias, una importante fuente de información sobre su gobierno y su gestión cultural. Fue amiga de filósofos ilustrados como Voltaire y Denis Diderot, pero su interés por la Ilustración francesa y la naciente Europa liberal no le impidieron ser en Rusia una gobernante implacable, que expandió las fronteras del imperio hacia el mar Negro (con la conquista de la península de Crimea) y hacia Europa Oriental (con la conquista de las actuales Polonia y Lituania). Por esta combinación de filosofía ilustrada y autoritarismo político, se la considera una de las principales representantes del despotismo ilustrado.
A pesar de haberse convertido al cristianismo ortodoxo, Catalina concedió asilo a la Compañía de Jesús (que pertenecía a la Iglesia católica). Por otro lado, fomentó el sentimiento cristiano del pueblo ruso en contra de sus rivales, los otomanos, que profesaban la fe musulmana. También intentó establecer relaciones con el shogunato de Japón, pero no tuvo éxito. Finalmente, falleció a los 67 años de un derrame cerebral.
Napoleón Bonaparte (1769-1821)
Napoleón Bonaparte, quien en 1804 se coronó como Napoleón I de Francia, fue un destacado líder militar francés de la época republicana de la Revolución francesa, es decir, desde el momento en que se derrocó a la monarquía, en 1792. Se lo considera uno de los más importantes estrategas militares de la historia y un ejemplo de autócrata moderno que seguía las ideas de la Ilustración.
Como militar de la República francesa, Napoleón consiguió importantes éxitos en Austria, Italia y Egipto, que lo convirtieron en un destacado símbolo patriótico, en un tiempo muy convulso de luchas de intereses políticos en Francia y conflictos militares con países vecinos en Europa.
Durante el período conocido como el Directorio, Bonaparte regresó de Egipto y encabezó un golpe de Estado, que contó con cierto apoyo popular y militar. Su cometido era supuestamente acabar con la corrupción del gobierno anterior, y así instauró el Consulado, en el que compartió el título de cónsul junto con los políticos revolucionarios Emmanuel-Joseph Sieyès y Roger Ducos.
Sin embargo, el Consulado no duró mucho y pronto Napoleón se proclamó cónsul vitalicio y luego emperador de los franceses, títulos con los que libró una serie de guerras contra los gobiernos enemigos de la Revolución francesa y del Imperio francés en Europa. En poco más de una década, Bonaparte llevó a su ejército a conquistar casi todo el continente, mediante operaciones militares inéditas hasta entonces en la historia. Incluso asumió el título de rey de Italia.
En el ámbito interno, una de las reformas más significativas del gobierno de Napoleón fue la instauración del Código Napoleónico, un cuerpo de leyes que codificó algunos principios de la Revolución francesa, como las libertades individuales o la igualdad ante la ley, y otros aspectos como la protección de los derechos de propiedad.
Las guerras de Bonaparte determinaron a comienzos del siglo XIX el destino de Europa, especialmente cuando su imperio llegó a su fin en 1815, tras la derrota de su ejército en la batalla de Waterloo, en Bélgica, pues eso contribuyó a cambiar el mapa de todo el continente.
Simón Bolívar (1783-1830)
Líder de la independencia de Venezuela y de los territorios que hoy pertenecen a Colombia y Ecuador, Simón Bolívar, llamado “el Libertador”, fue un militar y estadista nacido en Caracas (en ese momento parte del Imperio español). Se formó en España y Francia, donde fue influenciado por las ideas de la Ilustración.
Además, fue un líder político que se desempeñó como presidente de la Gran Colombia (un territorio que incluía Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), de la cual también fue fundador. Bolívar tenía una visión integradora de Hispanoamérica, a la que quería convertir en una sola confederación, aunque este proyecto no llegó a cumplirse.
Asimismo, fue un estratega militar sobresaliente y un líder carismático. También fue autor de textos jurídicos, legislador y redactor de constituciones. Fue responsable de la liberación de Perú (junto con José de San Martín) y fuente de inspiración para los revolucionarios bolivianos, que nombraron a su país en su honor. Se trata de una figura fundamental de la independencia sudamericana y es considerado un prócer en diversas naciones de la región.
La vida de Bolívar fue de grandes victorias militares, pero también de adversidades. Vivió períodos de exilio y cosechó en la misma medida devotos y detractores. Incluso muchos de sus antiguos partidarios le dieron la espalda en los últimos años de su vida. Murió de tuberculosis en diciembre de 1830, luego de haber abandonado la presidencia de la Gran Colombia, al mismo tiempo que esta se desmembraba.
Abraham Lincoln (1809-1865)
Político y abogado estadounidense, y decimosexto presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln fue el líder del bando de la Unión durante la guerra de Secesión (1861-1865) contra los Estados Confederados de América (también llamados “la Confederación”). A pesar de que su formación fue mayoritariamente autodidacta, es uno de los políticos más recordados de su país.
Su presidencia se caracterizó por una rápida modernización económica y una lucha continua por la abolición de la esclavitud. Además, pronunció una serie de discursos célebres, entre los que destaca el discurso de Gettysburg.
El gran logro de Lincoln durante la guerra civil fue mantener unificado su país, que atravesaba el conflicto interno más sangriento de su historia. Para ello, no solo necesitó buenas tropas a su mando, sino también un gran talento político, que le permitió emprender una política de reconciliación, indispensable para la reconstrucción de la nación. Gracias a esto, fue reelecto en 1864, pero un año después fue asesinado por un simpatizante de la causa de la Confederación, en el teatro Ford de Washington D. C.
Lincoln fue un político hábil, líder del ala moderada del Partido Republicano, cuyo mandato transcurrió en medio de difíciles condiciones, asediado por sus rivales dentro y fuera del partido, y por los representantes del bando de la Confederación. Aun así, se considera como uno de los mejores presidentes de la historia de Estados Unidos.
Mahatma Gandhi (1869-1948)
Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido por el nombre honorífico de Mahatma Gandhi, fue el líder del movimiento de independencia de la India en contra del Raj británico (el régimen colonial del Reino Unido en dicho país).
Fue abogado, pensador y político, de religión hinduista y creador de varios métodos pacifistas de desobediencia civil. Su liderazgo abogó por el nacionalismo indio contra el gobierno colonial británico y por la reforma de la sociedad india, a la que consideraba muy tradicional y conservadora.
Gandhi promovió el vegetarianismo para no dañar a otros seres vivos y la resistencia no violenta como método de lucha contra las injusticias coloniales. Esto último consistía en huelgas de hambre, negativas al trabajo y otras formas de protesta que no recurrían a la lucha armada, sino a la desobediencia civil. Actualmente, se lo considera un símbolo de la cultura india, de la medicina tradicional alternativa y de la organización popular.
La independencia de la India se alcanzó en 1947 y dio origen a dos Estados: India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. El rol de Gandhi en esta división fue complejo. Si bien fue una figura necesaria para llevar a cabo este plan de partición y así evitar una guerra religiosa entre musulmanes e hindúes, fue al mismo tiempo abiertamente opositor a la división de su país en dos o más naciones distintas.
Finalmente, poco después de que se concretara la partición de la India, Gandhi fue asesinado por un fanático hinduista, miembro de un partido ultranacionalista, quien lo acusaba de debilitar al nuevo gobierno indio y de favorecer a Pakistán.
Características comunes de los grandes líderes
Es posible identificar al menos cinco elementos comunes en todo gran líder histórico:
- Visión. Los líderes deben tener un plan de futuro, una meta a mediano o largo plazo que perseguir y comunicar a los demás, para que ellos puedan asumirla como propia.
- Carisma o liderazgo. Los líderes deben ser capaces de convencer a los demás, o sea, de sumarlos a su causa y transmitirles la visión de futuro (del país, de la tribu, de la empresa) que están intentando construir.
- Autoconfianza. Los líderes deben creer en sí mismos y en su causa, no solo porque deben estar dispuestos a hacer sacrificios y esforzarse para conseguirla, sino también para inspirar a los demás a hacer lo mismo.
- Determinación. Los líderes deben estar dispuestos a actuar sin titubeos, sin dudas que lleven a sus seguidores a cuestionar su liderazgo o dudar de sus intenciones. Los grandes líderes han estado siempre dispuestos a aprovechar el momento.
- Responsabilidad. Los líderes deben cargar sobre sus hombros el peso de su liderazgo, lo que rara vez es una tarea sencilla. Deben asumir la responsabilidad de mantenerse al frente y tomar las decisiones con valentía.
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Referencias
- Díez, F.,Aurrekoetxea, M. y Martínez, P.(2021). 6 características que identifican a grandes líderes a lo largo de la historia. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/
- Historyplex. (s.f.). Great Leaders in History. https://historyplex.com/
- Larousse y La Nación. (2007). Hicieron la historia. Larousse y La Nación.
- Mamchii, O. (2023). 40 Influential and Famous World Leaders in History. Best Diplomats. https://bestdiplomats.org/
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