Lenguaje coloquial

Te explicamos qué es el lenguaje coloquial, sus características, diferencias con el lenguaje formal y ejemplos de sus expresiones.

¿Qué es el lenguaje coloquial?

Se llama lenguaje coloquial, habla coloquial o registro coloquial al modo de habla que solemos usar en la vida común y cotidiana, en situaciones en las que no necesitamos prestar una atención particular al lenguaje, ni hacer un esfuerzo adicional a la hora de comunicarnos, como sí ocurre en el habla formal o registro formal.

Este modo de habla es el que mayor variedad presenta dentro de un mismo idioma, ya que no hablamos del mismo modo en las distintas regiones geográficas existentes, ni en los distintos estratos dentro de una misma ciudad. Dado que se trata del habla coloquial, no existen regulaciones, ni normas rígidas que lo administren, sino que lo más importante es que sirva para comunicarnos de manera eficaz en el día a día.

Así, la práctica cotidiana de la lengua puede resultar muy diferente a lo que se puede ver en los libros texto. El habla coloquial es difícil de registrar por escrito, dado que está en constante cambio, y desde cierto punto de vista es el uso del lenguaje más real y más concreto, incluso cuando se aleja de las normas y convenciones del idioma. Por esa misma razón, es inadecuado su uso en situaciones formales, académicas o de prestigio.

Ver además: Comunicación

Características del lenguaje coloquial

El lenguaje coloquial se caracteriza por lo siguiente:

  • Es una manifestación diaria, informal y poco cuidadosa del idioma, que se da en situaciones de intercambio social de confianza, o en aquellas en las que priva la necesidad de comunicarse rápida y efectivamente, en lugar de hacerlo correctamente y con esmero.
  • Es fundamentalmente oral, difícil de transcribir, ya que depende en gran medida de elementos contextuales y paralingüísticos: la gestualidad, el tono, la situación, el entorno, etc.
  • Puede presentar poco respeto por las reglas gramaticales, la lógica del idioma e incluso la correcta pronunciación de las palabras, siempre y cuando logre comunicarse de manera eficaz. En ella prima el uso por encima de la norma al 100%.
  • En ella pueden abundar los modismos, barbarismos, neologismos y vulgarismos (groserías). Sin embargo, no debemos equiparar necesariamente el lenguaje coloquial o cotidiano con el lenguaje soez o vulgar.
  • Es común a todos los estratos sociales, niveles educativos y lugares de proveniencia, pero en cada caso presenta importantes márgenes de variedad, creatividad e innovación.
  • Es espontáneo, breve y eficaz.
  • Se permite desprolijidades como la elipsis (omisión de partes de la oración), la redundancia, la repetición, la digresión, etc.

Diferencias con el lenguaje formal

La diferencia fundamental entre el lenguaje coloquial y el lenguaje formal tiene que ver con el cuidado de las formas, es decir, con el respeto que se preste a las reglas gramaticales y a la cuidadosa selección de las palabras. En ello es equivalente a las normas de etiqueta en el vestir: hay situaciones para usar camisetas y pantalones cortos, y hay situaciones para usar traje y corbata.

De esa manera, el lenguaje formal equivale a un uso más cuidadoso, planificado y correcto del idioma, típico de situaciones en las que se necesita cierta corrección: actividades académicas, conferencias, exposiciones, etc. Las transgresiones que en el lenguaje coloquial están permitidas, en el formal no lo están, como los modismos, los vulgarismos o las expresiones poco cuidadas.

Ejemplos de expresiones y palabras coloquiales

En español, forman parte del lenguaje coloquial expresiones y giros como los siguientes:

  • Uso del plural en lugar de la segunda persona: “Hola, Manuel, ¿cómo andamos?” o “¡Vamos a calmarnos!”.
  • Repetición del sujeto: “Ayer me vi con María y también le dije a María que te llamara”.
  • Preguntas retóricas o “frases-eco”: “¿Sabes? Ayer vimos a tu padre”
  • Uso especial de ciertas conjunciones: “¡Conque estás de novio y no me dijiste nada!” o “¡Pero qué grande está Miguelito!”
  • Uso de interjecciones con distintos sentidos, como “¿eh?”, “¿ah?”, “ay”, “oh”, “¡vaya!”, etc.
  • Uso de imperativos “fosilizados” o de sentido enfático, como “venga”, “vamos”, “oye” o “mira”, por ejemplo: “¡Mira, muchacho, a mí no me hables así!” o “¿Vas a volver a apostar todo? ¡Vamos!”.
  • Uso de muletillas, como en: “Entonces llegó el profesor y nos dijo tipo que nos esforzáramos más”.

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Farías, Gilberto (31 de octubre de 2024). Lenguaje coloquial. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 18 de noviembre de 2024 de https://concepto.de/lenguaje-coloquial/.

Sobre el autor

Última edición: 31 de octubre de 2024
Revisado por Gilberto Farías
Licenciado en Letras (Universidad Central de Venezuela)

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