Te explicamos qué son los prejuicios, cómo se originan, su relación con los estereotipos y varios ejemplos. Además, diferencias con perjuicio.
¿Qué son los prejuicios?
Un prejuicio es una idea u opinión preconcebida (y generalmente negativa) respecto de algo o alguien, es decir, un juicio formado antes de tener la oportunidad de experimentar la realidad directamente. Quienes son dados a este tipo de opiniones o puntos de vista, son llamados prejuiciosos.
Los prejuicios forman parte de los procesos mentales inconscientes del ser humano, que modifican subjetivamente su capacidad de percibir la realidad. Han sido estudiados ampliamente por la psicología, dada su importancia en la formación de movimientos, políticas y personalidades extremistas, fanáticas e intolerantes a lo largo de la historia.
Ello se debe a que, a diferencia de otras formas de razonamiento, los prejuicios suelen tener raíces en lo afectivo y a través de ellas refuerzan ideas infundadas, que poco o nada tienen que ver con lo que puede experimentarse en la vida real.
Es frecuente que traigan consigo sensaciones de miedo, desprecio, aversión u hostilidad, que a menudo conducen a acciones del mismo tipo. No obstante, es posible también que se trate de lo contrario: de actitudes de favoritismo y aceptación previa.
Por último, los prejuicios son axiomáticos: se aceptan o se rechazan, pero es difícil discutirlos racionalmente, dado que carecen de argumentos de ningún tipo, basándose más bien en un reacción emocional, irracional, subjetiva.
Ver también: Preconcepto
¿Cómo nacen los prejuicios?
Los prejuicios se desprenden de la necesidad de anticiparse a la realidad para responder rápidamente, un mecanismo natural de pensamiento del ser humano. Es decir que forma parte de los mecanismos de defensa de nuestra mente primitiva, cuyo sentido es protegernos de posibles peligros en base al conocimiento previo.
Esto, sin embargo, no significa que los prejuicios sean “naturales”, ni mucho menos. Si bien se explican a través de una respuesta biológica, son enteramente culturales: normalmente tienen su origen en la crianza, a menudo en la cultura que heredamos o aprendemos de nuestros progenitores, o también en traumas personales, sociales o históricos.
Por ejemplo, es posible que una persona nacida en una nación que posee una historia de enfrentamientos y guerras con su nación vecina, aprenda desde una edad muy temprana a pensar lo peor de cualquiera que tenga la nacionalidad enemiga.
Esa persona puede pensar que son agresivos, altaneros, odiosos, y asociar con ellos ciertas tendencias negativas, especialmente si ello le sirve para justificar los errores propios o para no tener que pensar en las propias dificultades que enfrenta su nación, su vida o su cultura.
También es posible que, al hacerlo, sacrifique potenciales relaciones de amistad o de compañerismo, al no darse la oportunidad de conocer a esas personas independientemente de su nacionalidad.
Ejemplos de prejuicios
Son típicos caso de prejuicio:
- El racismo. Esto es, la valoración positiva y negativa de ciertas razas, en lugar de las personas individuales según sus acciones y conductas.
- La xenofobia. Es decir, los sentimientos de aversión y desconfianza hacia lo extranjero o lo perteneciente a otras culturas, sin que haya razón alguna más que, posiblemente, la inseguridad o la compensación de una baja autoestima a través de discursos nacionalistas.
- La homofobia. Lo cual significa el desprecio y la aversión por las personas homosexuales, encajonándolas en un perfil predeterminado en lugar de tenerlas por individualidades.
Prejuicios y estereotipos
Los estereotipos son patrones sociales previos que, paradójicamente, cumplen al mismo tiempo un papel importante en nuestra organización de la humanidad en categorías, para responder rápida y ágilmente a las situaciones de interacción social, y un papel negativo pues contribuyen a la formación de prejuicios.
Los estereotipos son simplificaciones y generalizaciones, que tienden a pensar a los individuos en base a las colectividades a las que pertenecen, en lugar de sus pensamientos, acciones y su personalidad individual (por ejemplo: los negros, los homosexuales, los mexicanos, los blancos, etc.).
La frontera que separa los estereotipos de los prejuicios es muy delgada, pero comienza en el momento en que pensamos que un estereotipo es cierto o verdadero, en lugar de entender que se trata de una generalización útil y que nadie encaja a la perfección en ella.
Más en: Estereotipo
Prejuicio y perjuicio
Aunque estas dos palabras suenen de modo muy similar, se trata en realidad de términos y significados muy distintos. Ya hemos visto que un prejuicio es un juicio a priori respecto de algo o alguien. En cambio, la palabra perjuicio es sinónimo de daño, en el sentido de “perjudicar”: causar un perjuicio, o sea, ocasionar un daño o una pérdida de algún tipo. Es una palabra muy empleada en el argot legal o jurídico.
La semejanza se debe a que ambas palabras provienen de un mismo término en latín: praeiudicium, que era usado en la Antigua Roma para los juicios de primera instancia, o sea, los interrogatorios previos a que un juicio se llevara a cabo. La diferenciación entre “prejuicio” y “perjuicio” se dio posteriormente a lo largo de la historia.
Sigue con: Problemas sociales
Referencias
- “Prejuicio” en Wikipedia.
- “Prejuicio” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “¿Cuándo se convierten los prejuicios en realmente peligrosos?” en Casa Anna Frank.
- “¿Cómo nacen los prejuicios?” en Instituto Superior de Estudios Psicológicos (Argentina).
- “Perjuicio o prejuicio” en Criteris de la Universidad de Barcelona (España).
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