Te explicamos qué es el equilibrio ecológico, sus características y factores que lo interrumpen. Además, te contamos el origen del concepto.
¿Qué es el equilibrio ecológico?
El equilibrio ecológico, equilibrio natural o balance natural es la idea de que existe un equilibrio estable en la naturaleza, o sea, una situación de homeostasis en la que cualquier cambio de parámetros biológicos es rápidamente compensado por una reacción contraria, lo que mantiene así un balance continuo. Por ejemplo, el crecimiento poblacional inesperado (por un número inusual de nacimientos) es compensado por sus depredadores naturales, de modo tal que no llega a producirse una sobrepoblación.
Desde esta perspectiva, la misma dinámica de acción y reacción se ha producido a lo largo de la historia del planeta, involucrando no solo a las distintas formas de vida, sino también a factores ambientales (físico-químicos) con los cuales la vida tiene una relación estrecha y dependiente, como la composición de los mares o de la atmósfera. Entonces, sería la acción humana (o las catástrofes naturales) lo que introduce los desbalances que atentan contra el equilibrio ecológico.
La noción del equilibrio ecológico ha sido duramente cuestionada e incluso desmentida por diversos estudiosos, con el argumento de que en el pasado ha habido numerosas situaciones catastróficas fruto del aumento indiscriminado de las poblaciones.
Se trata de una idea emparentada con la hipótesis de Gaia, que propone el funcionamiento de la biósfera como un sistema autorregulado y que tiende al equilibrio. En el siglo XX esta perspectiva se reemplazó en el sector académico por la teoría de las catástrofes y la teoría del caos, como modelos de comprensión del funcionamiento del mundo.
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Origen del concepto “equilibrio ecológico”
La idea de que la naturaleza se rige por un balance propio e inmutable es muy antigua. Se puede rastrear hasta la Antigüedad clásica grecorromana y la religión estoica, que comprendía el mundo como un orden superior que el ser humano debía replicar. Filósofos e historiadores como el griego Heródoto (484-425 a. C.) o el romano Cicerón (106-43 a. C.) fueron muy entusiastas de esta perspectiva y vieron en ella una evidencia de la sabiduría de la creación.
Inicialmente, la idea de equilibrio ecológico se limitaba a la relación de dependencia recíproca entre presas y depredadores (la cadena alimenticia). Con este sentido surgió en el siglo XX, cuando la ecología daba sus primeros pasos como disciplina científica, y con el tiempo se extendió al resto de las relaciones naturales.
Luego se convirtió en la perspectiva más popular para pensar la relación entre el ser humano y la naturaleza: conservar regiones en estado salvaje pasó a ser el mejor método de conservación, y la intervención y contaminación humana pasó a comprenderse como una ruptura del balance natural.
Los primeros cuestionamientos al concepto del equilibrio ecológico surgieron a mediados del siglo XX, pero el concepto y el término siguieron siendo muy populares durante décadas, y siguen siéndolo todavía.
Características del equilibrio ecológico
Tradicionalmente, al equilibrio ecológico se le atribuyen las siguientes características:
- Comprende un ciclo o un conjunto de ciclos en los que participan los seres vivos y su entorno físico-químico, y que tienden al equilibrio y a la compensación de cualquier alteración paulatina.
- Las alteraciones radicales, o sea, muy rápidas, muy masivas o muy destructivas, sin embargo, no pueden ser compensadas y producen, por lo tanto, desbalances que pueden ser menores, o catastróficos.
- Su principal fuente de perturbación son las actividades humanas, especialmente aquellas de mayor impacto ambiental, como la industria pesada, la obtención de materia prima y la producción energética.
- Es indispensable para todas las especies, ya que de un modo directo o indirecto se encuentran vinculadas con las demás especies a su alrededor. La pérdida del balance ecológico trae consigo la extinción, destrucción de ecosistemas y otras consecuencias negativas.
- Se encuentra muy emparentado con la cadena alimenticia y las relaciones biológicas interespecíficas, así como con las relaciones entre seres vivientes y materia inorgánica.
- Una vez roto el balance, sería muy difícil de volver a conseguir, y para esto han de pasar cientos o miles de años.
Importancia del equilibrio ecológico
La noción del equilibrio biológico supone que el mundo existe en un estado más o menos estable, que los seres humanos somos capaces de subvertir. En ese sentido, se trata de una visión muy crítica con las actividades humanas y muy favorable al ecologismo y al conservacionismo.
A pesar de que ha sido una teoría científicamente desacreditada, sigue siendo una visión popular a la hora de repensar las relaciones entre la naturaleza y la humanidad. Se basa en la noción principal de que los seres humanos debemos conservar el mundo más o menos como lo encontramos, dado que cualquier cambio significativo en su naturaleza repercutirá en nosotros también.
Factores que interrumpen el equilibrio ecológico
Los factores que interrumpen o destruyen el equilibrio ecológico se pueden agrupar en dos tipos distintos:
Factores de origen humano. Son consecuencia de la actividad del ser humano y de su modelo de existencia. Entre ellos figuran:
- La extracción de materias primas y minerales del suelo, a través de la minería, la agricultura, la deforestación, entre otras actividades económicas.
- La presencia en los ecosistemas de sustancias altamente dañinas que la naturaleza tarda mucho en procesar y descomponer. O sea, la contaminación.
- El consumo energético desmedido, que requiere de la combustión de materiales contaminantes para la atmósfera.
- La introducción de especies invasoras, como ha ocurrido a menudo en la historia, con la introducción de especies de un continente al otro.
- La sobreexplotación de los recursos naturales.
Factores de origen natural. Son factores que no se desprenden de la actividad humana, sino que son fruto de condiciones naturales catastróficas. Entre ellos figuran:
- Las erupciones de volcanes, que modifican el paisaje y arrojan toneladas de materiales tóxicos a la atmósfera, los mares y los suelos, además de cambiar el balance de temperatura del agua y la atmósfera con su lava ardiente.
- Los terremotos, incendios y otros desastres naturales, capaces de alterar drásticamente el relieve o el bioma, y destruir hábitats enteros.
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Referencias
- “Equilibrio ecológico” en Wikipedia.
- “Equilibrio ecológico: indispensable para las especies” en la Universidad Nacional del Litoral (Argentina).
- “El ‘equilibrio natural’, un concepto antiguo pero erróneo” en National Geographic.
- “Ecological Balance” en World Wildlife Fund.
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