Te explicamos qué es el níquel, cómo fue su descubrimiento, cómo se obtiene, se utiliza y otras propiedades. Además, la alergia al níquel.
¿Qué es el níquel?
El níquel es un elemento químico metálico, ubicado en el grupo 10 de la Tabla Periódica y representado por el símbolo Ni. Su número atómico es 28 y forma parte de los llamados “metales de transición”, como el zinc, el cadmio o el mercurio.
Junto con el cobre, es uno de los metales más conocidos y utilizados por la humanidad a lo largo de su historia. El níquel posee cinco isótopos en la naturaleza, y es el más liviano (58Ni) y también el más abundante (68 %), y dieciocho isótopos radiactivos, de los que el 59Ni es el que tiene mayor período de semidesintegración (76.000 años). El período de semidesintegración es el tiempo necesario para que se desintegre la mitad de una muestra de núcleos radiactivos.
Su nombre se remonta al vocablo alemán Kupfernickel (cuyos orígenes son debatidos), que significa “falso cobre”. Algunas explicaciones lo atribuyen al sobrenombre que los mineros daban al diablo (“el viejo Nick” o Nikolaus), pues asumían que el níquel, semejante en apariencia al cobre, era una forma de engaño a los codiciosos.
Vea también: Enlace metálico
Descubrimiento del níquel
El níquel fue conocido por la humanidad desde el siglo IV a. C. Se sabe que su descubrimiento fue simultáneo al del cobre, dado que es frecuente hallarlo en los minerales en los que abunda este último metal.
Por ejemplo, se utilizaba en la antigua Mesopotamia (Siria) donde se hallaron bronces que poseen niveles superiores al 2 % de contenido de níquel. Muchos manuscritos chinos antiguos sugieren que el “cobre blanco” empleado en oriente entre 1700 y 1400 a. C. no era en realidad sino níquel.
Importancia del níquel
El níquel fue despreciado durante mucho tiempo, apodado “falso cobre” y tenido por un metal inútil o poco valioso. Hoy en día eso ha cambiado. Aunque no se trate ciertamente de un metal precioso, sí es uno de los más demandados en la industria para la fabricación de monedas y como material para aleaciones con hierro, plata y otros metales.
Además, es fundamental para el metabolismo microbiano, ya que el 87 % de las hidrogenasas, enzimas dedicadas a la oxidación del hidrógeno en los microbios, contienen altos porcentajes de níquel como componente activo.
Obtención del níquel
El níquel es el segundo metal más abundante de la Tierra (el hierro es el primero). De hecho, el núcleo de nuestro planeta posee niveles muy puros de ambos metales.
Es frecuente hallarlo en el interior de ciertos meteoritos, aleado con hierro y formando los minerales kamacita y taenita. Además, en combinación con otros metales puede hallarse en los minerales garnierita, millerita, pentlandita, niquelina y pirrotita.
Las principales minas de níquel en el mundo se encuentran en Canadá, Cuba y Rusia, países que satisfacen el 70 % de la demanda mundial de este metal. Otros importantes productores son Bolivia, Colombia, Nueva Caledonia y República Dominicana.
Propiedades del níquel
El níquel posee un típico color blanco amarillento, capaz de confundirse con el cobre (como de hecho ocurría antiguamente). Muchas de sus propiedades son semejantes a las del hierro, metal con el cual comparte una enorme densidad, así como con el osmio y el iridio.
Es un buen conductor de la electricidad y del calor, ferromagnético a temperatura ambiente. Dado que es sumamente dúctil y maleable, se lamina, pule y forja con suma facilidad.
Su estado de oxidación usual es de +2, aunque también se lo ha visto en otros estados (0, +1 y +3), y es generalmente resistente a la corrosión, sin sufrir el llamado efecto “galleo”. Al mismo tiempo, es cancerígeno y altamente tóxico.
Usos del níquel
El níquel es muy empleado en la metalurgia, en aleaciones del hierro, la plata y otros metales, a los que protege contra la corrosión. Se obtiene así el acero inoxidable, entre otras superaleaciones, como cobre-níquel (“monel”), níquel-titanio (“nitinol-55”), níquel-hierro (“mu-metal”) y el alnico (aleación de aluminio-níquel-cobalto) del que se fabrican los imanes.
También es muy utilizado en la fabricación de monedas, y es tan común que en los Estados Unidos se emplea el término nickel para referirse a la moneda más pequeña y de menor valor.
Se usa también en la relojería y, en la joyería, es un componente del llamado “oro blanco”. Sin embargo, el uso de enchapados de níquel es desaconsejable dado el alto nivel de toxicidad del metal. Es parte de la fabricación de las baterías recargables. Además, es un elemento catalizador común en distintas reacciones químicas.
Alergia al níquel
El níquel es un metal tóxico y cancerígeno, especialmente sus vapores y el sulfato de níquel, así como el carbonilo de níquel (Ni(CO)4), un gas común pero extremadamente tóxico. Asimismo, hay muchas personas sensibles al níquel en estado de pureza, capaces de manifestar alergias ante el contacto.
Por eso, los niveles de este metal presentes en objetos destinados a entrar en contacto con la piel humana suelen estar regulados nacional e internacionalmente. Se considera 0,05 mg/cm3 como el máximo nivel de níquel al que puede exponerse una persona durante ocho horas diarias y cuarenta semanales sin sufrir riesgos serios para su salud.
Referencias
- “Níquel” en Wikipedia.
- “Níquel” en LennTech.
- “Níquel” (video) en Aula24 Ciencias.
- “Níquel” en Enciclopedia.us.
- “Nickel (Chemical element)” en The Encyclopaedia Britannica.
¿Te fue útil esta información?
Sí No¡Genial! Gracias por visitarnos :)