Ciudadanía

Te explicamos qué es la ciudadanía, cómo se manifiesta y cómo es un buen ciudadano. Además, te contamos qué es la ciudadanía digital.

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La ciudadanía es ser reconocido como un miembro activo de una nación.

¿Qué es la ciudadanía?

La ciudadanía es la condición de pertenencia legal, social y cultural de un individuo a una comunidad organizada, como puede ser un país o una ciudad.

Se trata de un término muy utilizado en el derecho y en la sociología, proveniente del vocablo latino civis, con el que en la Antigua Roma se designaba a los hombres libres, dotados de derechos y obligaciones frente al Estado, a diferencia de los extranjeros (peregrini) y los esclavos (servi). Así, quienes incumplían con sus obligaciones fundamentales podían perder su condición de ciudadanos como castigo.

Hoy en día se utiliza el término ciudadanía para nombrar tanto a la condición de ser un ciudadano de algún país, o sea, a ser reconocido como un miembro activo de dicha nación, dotado de derechos y deberes ante la ley; como al conjunto de los ciudadanos que integran una ciudad o una nación (“La ley fue derogada ante las protestas de la ciudadanía”, por ejemplo).

A lo largo de la historia, los requisitos para ser considerado ciudadano han cambiado enormemente de un pueblo a otro y de una época a otra. En la actualidad, la noción de ciudadanía está estrechamente vinculada a la de nacionalidad, es decir, a la relación legal y formal de pertenencia que se tiene respecto de un país u otro.

Así, por ejemplo, cuando se habla de la “ciudadanía europea”, se hace referencia a la nacionalidad europea, es decir, a la identidad legal de aquellos que han nacido en Europa o que, según las leyes europeas, tienen legalmente la identidad de dicho lugar.

Sin embargo, existen otros usos del término ciudadanía que resultan menos descriptivos, es decir, que se refieren al vínculo que los ciudadanos ejercen respecto a la cosa pública (res publica): qué tan responsables son, qué tan obedientes de la ley, qué tan preocupados están por los designios del país, entre otros aspectos.

Según este punto de vista, la ciudadanía vendría a ser el grado de integración comunitaria y de proactividad en la defensa de los asuntos comunes que exhibe un colectivo humano. En este sentido, se suele hablar de “hacer ciudadanía” (en el mismo sentido de “hacer patria”, esto es, de contribuir con el bienestar general de la comunidad nacional).

En resumen, y según lo propuso el sociólogo británico Thomas Marshall (1893-1981) en su libro Ciudadanía y clases sociales (1950), la ciudadanía se manifiesta en tres dimensiones diferentes:

  • En la pertenencia a una comunidad que le confiere al individuo un sentimiento de identidad colectiva.
  • En la capacidad de dicho individuo de tomar parte activa en las decisiones políticas y ser un agente decisorio del destino de la comunidad.
  • En el estatus legal que dicha condición otorga y de la que son reflejo los documentos de ciudadanía (como el DNI o el pasaporte).

Ver además: Participación ciudadana

Importancia de la ciudadanía

La ciudadanía es un concepto fundamental para la vida en sociedad, ya que está vinculado con el ejercicio de los derechos y la responsabilidad ante los deberes. Los ciudadanos de una nación gozan de la protección de la ley, por ejemplo, pero también están sujetos a ella en asuntos del bienestar colectivo.

Esto se debe al contrato social, el acuerdo tácito que rige la vida en sociedad, en la que se sacrifican ciertas libertades naturales (el llamado “estado de naturaleza”) a cambio de seguridad, pertenencia y orden.

Por lo tanto, la ciudadanía es mucho más que un documento de identificación legal: es una manera de pertenecer a un colectivo organizado. Es por esto que, a lo largo de la historia, muchas minorías lucharon por agrandar la noción vigente de ciudadanía, de la cual estaban totalmente excluidos, y poder contar ellos también con derechos y libertades.

Ejemplos de ciudadanía

Algunas formas de ejercer la ciudadanía son:

  • Participar en las votaciones nacionales o regionales, para elegir autoridades políticas, decidir en referendos y formar parte de la toma de decisiones del país.
  • Identificarse con los documentos nacionales en los que consta la propia ciudadanía, cuando se viaja al extranjero.
  • Cumplir con las leyes tributarias de nuestro país, es decir, pagar impuestos para financiar el Estado y ayudar a los más necesitados.
  • Acudir a asambleas y cabildos para informarnos respecto de los debates que se dan en nuestra comunidad.

Ciudadanía activa y pasiva

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La distinción entre una ciudadanía activa y una ciudadanía pasiva está en el grado de compromiso.

La distinción entre una ciudadanía activa y una ciudadanía pasiva tiene que ver con el grado de compromiso que el individuo, un grupo o una organización asumen de cara a la colectividad y a la resolución de las necesidades del bienestar colectivo.

Así, una ciudadanía activa se refiere a la participación entusiasta, responsable y con iniciativa en aquellos asuntos que se refieren al bien común; mientras que una ciudadanía pasiva es aquella que se contenta con ejercer sus derechos individuales y que se involucra lo menos posible en la conducción de la sociedad.

Por ejemplo, una empresa puede perfectamente cumplir con el mínimo exigido, pagar sus impuestos y desentenderse del resto de las necesidades de la comunidad en la que forma parte y gracias a la cual produce dinero. Este es un caso de ciudadanía pasiva.

En cambio, una empresa que reconoce su entorno humano y natural, y que por lo tanto invierte dividendos y esfuerzo no solo en enriquecer a los accionistas, sino también en mejorar la vida de la comunidad y ser responsable frente a sus necesidades, está promoviendo la ciudadanía activa, involucrada y responsable.

Ciudadanía digital

La ciudadanía digital es un concepto sociológico surgido a partir de finales del siglo XX y comienzos del XXI, gracias a las nuevas tecnologías de información y telecomunicaciones (TIC), en especial a internet. La ciudadanía digital, también llamada ciudadanía 2.0, consiste en el empleo de estas nuevas tecnologías para poner a disposición de las personas la información pública, facilitar sus trámites burocráticos y legales, y permitir el ejercicio de sus derechos y deberes a través de plataformas digitales.

Un aspecto clave de la ciudadanía digital tiene que ver con las competencias digitales, esto es, con las capacidades de manejo tecnológico necesarias en la población para sacar provecho a las herramientas ciudadanas a su disposición, como las redes sociales y otros canales digitales de atención ciudadana.

La adquisición de estas competencias es también parte de las directrices educativas de un Estado contemporáneo, es decir, son algunas de las nociones que deben impartirse a las generaciones venideras (y a las actuales también) para garantizar el correcto ejercicio de la ciudadanía digital.

Más en: Ciudadanía digital

Características de un buen ciudadano

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Un buen ciudadano está involucrado e informado en los asuntos colectivos que nos competen.

Las características exactas de un buen ciudadano pueden variar dependiendo del contexto y de la cultura, pero de cara a la comunidad global gestándose a comienzos del siglo XXI, podemos decir que se resume en:

  • Ser respetuoso de las leyes. Esto implica cumplir con nuestras obligaciones de manera proactiva, atenta y a tiempo, no únicamente respetar las prohibiciones básicas (no robar, no matar, entre otras).
  • Ser respetuoso del medio ambiente. Esto significa velar porque nuestras actividades tengan la menor huella medioambiental posible, y aplicar lo más posible las llamadas “Tres R”: reducir, reutilizar y reciclar.
  • Cultivar los valores cívicos. Esto significa cumplir con los requisitos mínimos indispensables para garantizarnos a nosotros y a los demás a nuestro alrededor una buena calidad de vida. Algunos de estos valores son el respeto, la tolerancia, la igualdad ante la ley y la consideración por el que sufre.
  • Participar activamente en las consultas ciudadanas. Esto implica tomar un rol activo, involucrado e informado en los asuntos colectivos que nos competen, como votar en las elecciones, participar en referendos, acudir a cabildos y asambleas, o simplemente estar informado de los debates que se dan a nivel nacional.
  • Exigir a las autoridades su justa labor. Esto implica denunciar las irregularidades, ejercer la protesta y velar porque las autoridades cumplan su trabajo y organizarse colectivamente para hacer oír la voz propia, ya que el sistema social y político debe cumplir con las necesidades de la población, pero a la vez las ciudadanías pasivas toleran y permiten el mal gobierno.

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Referencias

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Equipo editorial, Etecé (13 de julio de 2022). Ciudadanía. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 18 de noviembre de 2024 de https://concepto.de/ciudadania/.

Sobre el autor

Última edición: 13 de julio de 2022

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