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Sumiso

Te explicamos qué significa ser sumiso, cuáles son las características de las personas sumisas y algunos ejemplos. Además, consejos para dejar atrás la sumisión.

Alguien sumiso asume con facilidad una posición de subordinación ante los demás.

¿Qué significa ser sumiso?

Ser sumiso significa adoptar una actitud de obediencia y sometimiento ante los demás, incluso cuando no existe una razón válida para hacerlo. Es decir, se trata de alguien que asume con facilidad una posición de subordinación ante la voluntad ajena, otorgando poder y autoridad sobre su vida, a veces de manera excesiva.

A lo largo de la historia, la sumisión ha estado presente en las dinámicas de poder. Por ejemplo, en las monarquías absolutas, las dictaduras y otras formas de gobierno opresivas, los ciudadanos son sometidos mediante el uso del miedo, el castigo y la violencia

Sin embargo, no se debe confundir la sumisión con la aceptación de la ley y de la legitimidad de ciertas autoridades, ya que toda sociedad necesita cierto grado de organización y liderazgo para funcionar.

Aun así, algunas personas asumen un rol sumiso de forma habitual, no por obligación, sino por una predisposición psicológica o emocional relacionada con características de su personalidad. En estos casos, la sumisión aparece en relaciones familiares, de amistad o de pareja.

Etimología de “sumiso”
La palabra “sumiso” proviene del latín submissio, formado por el prefijo sub- (“debajo”) y mittere (“enviar”), lo que sugiere la idea de “ponerse por debajo”. Culturalmente, esta posición se asocia con el sometimiento y la pérdida de autonomía. Por ejemplo, los líderes suelen ubicarse en lo alto de una tarima, mientras sus seguidores los observan desde abajo.

Puntos clave

  • Ser sumiso significa adoptar una actitud de obediencia ante los demás, asumir un rol en el que otras personas deciden y ejercen control sobre aspectos importantes de la propia vida.
  • Las personas sumisas suelen evitar el conflicto, tienen baja autoestima, buscan complacer a los demás y tienden a establecer relaciones de dependencia en las que sus propias necesidades quedan en segundo plano.
  • Algunas estrategias para superar la sumisión incluyen fortalecer la autoestima, practicar la comunicación asertiva, aprender a disentir con respeto y buscar apoyo profesional para identificar y modificar patrones de comportamiento.

Ver además: Teorías de la personalidad

Características de las personas sumisas

Las personas con una personalidad sumisa suelen presentar algunos de los siguientes rasgos:

  • Evitan los conflictos a costa de su bienestar. Prefieren mantener la armonía, aunque eso implique tolerar maltratos, injusticias o renuncias personales.
  • Se esfuerzan por pasar desapercibidas. Tratan de no llamar la atención o de integrarse al grupo, incluso cuando al hacerlo dejen pasar oportunidades importantes. 
  • Forman vínculos de dependencia. Suelen establecer relaciones en las que otorgan al otro la responsabilidad de sus necesidades, lo cual puede derivar en situaciones de codependencia emocional.
  • Tienen una autoestima baja. Les cuesta reconocer sus logros, se enfocan en sus errores y tienden a aceptar situaciones abusivas creyendo que las merecen.
  • Tienden a ser tímidas y retraídas. Les incomoda enfrentarse a otros, especialmente en situaciones nuevas. Su lenguaje corporal puede mostrar inseguridad y duda.
  • Priorizan el bienestar de los demás. Se esfuerzan por agradar y complacer, dejando de lado sus propios deseos y necesidades, lo que puede generar frustración y agotamiento.

No todas estas características se presentan al mismo tiempo ni con la misma intensidad. Además, algunas personas pueden actuar de forma sumisa en ciertos ámbitos (por ejemplo, en el trabajo) y no en otros (como en su vida personal).

Más en: Baja autoestima

Ejemplos de sumisión

Algunos ejemplos de sumisión que pueden aparecer en situaciones cotidianas son:

  • Un estudiante que acepta hacer siempre el trabajo de todo el grupo por miedo a discutir con sus compañeros.
  • Una persona que deja que su pareja elija por ambos en todo momento para evitar conflictos.
  • Un adolescente que no expresa lo que quiere por temor a ser rechazado por sus amigos.
  • Alguien que nunca dice que no en el trabajo, aunque se sienta agotado, por miedo a quedar mal.
  • Una hija que sigue las decisiones de su familia aunque no las comparta, para no generar tensión.
  • Una joven que deja de lado sus planes personales porque otra persona no los aprueba.

Consejos para dejar atrás la sumisión

Para adoptar una postura más autónoma y saludable en las relaciones, se pueden tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Consultar con un profesional. La psicoterapia es un espacio seguro para revisar experiencias, identificar patrones de comportamiento y trabajar en la construcción de una autoestima más sólida.
  • Practicar la asertividad. Se trata de comenzar a expresar deseos o necesidades simples para entrenar la capacidad de hablar con claridad, sin miedo ni culpa.
  • Distinguir desacuerdo y confrontación. Es posible expresar un desacuerdo sin ser agresivo. Se puede disentir con respeto, sin que eso implique un conflicto.
  • Ejercitar la autoconfianza. Es importante reconocer los logros propios, valorar las fortalezas y aprender de los errores, para construir una imagen más realista y positiva de uno mismo.

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    Referencias

    • Diccionario Etimológico Castellano En Línea. (s. f.) Radicación de la palabra Sumisión. https://etimologias.dechile.net
    • García-Grau, E., Fusté, A., Ruiz, J., Arcos, M., Balaguer, G, Guzmán, D. y Bados, A. (2019). Entrenamiento en asertividad y habilidades sociales. Dipòsit Digital Universitat de Barcelona, Col·lecció OMADO, document de treball. https://diposit.ub.edu
    • Real Academia Española. (s. f.). Sumiso, sa. Diccionario de la lengua española. https://dle.rae.es

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    Gómez, María Inés (16 de mayo de 2025). Sumiso. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 16 de mayo de 2025 de https://concepto.de/sumiso/.

    Sobre el autor

    Última edición: 16 de mayo de 2025
    Revisado por María Inés Gómez
    Psicopedagoga (IES Alicia Moreau de Justo). Arteterapeuta (SEUBE-UBA y UCAECE).

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