Te explicamos qué es el orgullo y su sentido positivo o negativo. Además, cómo es una persona orgullosa y qué es el amor propio.
¿Qué es el orgullo?
Al hablar de orgullo podemos referirnos a dos sentimientos muy distintos entre sí, uno dotado de connotaciones negativas y otros de connotaciones positivas. Esta doble posibilidad se debe, en gran medida, a los significados que esta palabra ha tenido a lo largo del tiempo.
El término orgullo llegó al español a través del francés orgueil y éste del franco urguoli, que se puede traducir como “insigne” o “excelente”, de modo que en sus inicios estaba asociado a aquello que resalta por encima del resto. En ese sentido, puede estar próximo a la soberbia, palabra que a menudo se ofrece como sinónimo del sentido negativo del orgullo, o también a la satisfacción, vinculada con el sentido positivo.
Vayamos por partes: la soberbia se puede definir como el deseo de resaltar siempre sobre los demás, o sea, de una forma de vanidad o de ego inflado. Un individuo soberbio es aquel que mira a los demás por encima del hombro, que se piensa más y mejor que el resto, y que, por lo tanto, comete uno de los pecados capitales que la doctrina del cristianismo castiga, y que los antiguos griegos llamaban hybris.
Así, la soberbia está asociada al sentido negativo del orgullo: las personas orgullosas son inflexibles en su conducta de superioridad respecto a los demás. Es decir, soberbias.
Pero al mismo tiempo, el orgullo es un sentimiento feliz que puede sentirse ante una tarea bien hecha, o ante el éxito de un ser querido. Es una forma de satisfacción, de alegría, que incluso puede ser disimulada, de modo que, paradójicamente, puede conducir a la humildad.
De modo que, en resumen, el sentido que demos al término orgullo depende en buena parte del contexto. Si tiende al enamoramiento propio, a la inflexibilidad de criterios y a pensarse que se está por encima del resto, entonces se trata de soberbia o vanidad. Mientras que, si es algo más noble, próximo a la satisfacción, se tratará en cambio de una forma de autoestima.
Ver además: Arrogancia
¿Cómo es una persona orgullosa?
En general, cuando consideramos a una persona como orgullosa (y no simplemente de haberse sentido orgullosa por algo o alguien), nos estamos refiriendo al sentido negativo del término. Las personas orgullosas, a grandes rasgos, pueden describirse de la siguiente manera:
- Vigilan su reputación. Los orgullosos le otorgan mucha atención a lo que otros piensen o digan de ellos, pero no necesariamente porque valoren la opinión ajena, sino porque se sienten merecedores de halagos y admiración, y no soportan la crítica. Esto muchas veces esconde la moneda contraria: un sentimiento de inferioridad escondido.
- Les cuesta pedir disculpas. La idea de disculparse o de admitir las propias faltas ante un tercero es difícil de asumir para la gente orgullosa, porque lo viven como un fracaso o como una humillación: ¿cómo es posible que ellos, tan elevados y perfectos, deban disculparse con un cualquiera que está tan por debajo de su nivel?
- Se sienten fácilmente amenazados. Los logros ajenos, las sugerencias, las críticas honestas, son vividas por un orgulloso como ataques contra su persona, ya que le hacen cuestionarse si realmente será un individuo tan superior como le gusta pensar de sí mismo.
- Les gusta tener la última palabra. Esto se desprende del amor que los orgullosos tienen por su reputación: les mortifica la idea de haber “perdido” una discusión y de que, por lo tanto, su reputación de saberlo todo o entenderlo todo quede mancillada para siempre. En el fondo, esto termina siendo poco más que terquedad o necedad.
- Les cuesta pedir ayuda. ¿Cómo podría un orgulloso rebajarse a pedirle ayuda a alguien que está muy por debajo de sí? ¿Y si alguien se entera y se arruina su reputación de poder hacerlo todo por propia cuenta?
- Tienden a la vanidad. Esto no significa que pasen el día entero frente al espejo, sino que tienden a posicionarse respecto a los demás en una posición de superioridad real o fingida. Hablar constantemente de los logros pasados, controlar la conversación para que gire en torno a los propios intereses, no mostrar curiosidad respecto a los demás… suelen ser formas de orgullo.
Amor propio
El amor propio o la autoestima es un concepto limítrofe con el orgullo. Tanto así, que a menudo uno y otro pueden confundirse. A fin de cuentas, el orgullo puede muy bien comprenderse como un exceso aparente de amor propio.
Cuando no es así, el amor propio se manifiesta a través de la autoaceptación, o sea, la capacidad de lidiar en buenos términos con quienes somos, sin necesidad de agrandarnos ni castigarnos. La autoestima debe permitirnos reconocer nuestros logros y celebrar nuestras virtudes, así como entender nuestras debilidades y asumirlas como retos.
De esta manera, la autoestima nos confiere una sensación de seguridad y tranquilidad ante los demás, además de facilitar la tarea de apuntar hacia lo que queremos ser en la vida. Por otro lado, evita los sufrimientos de quien no se valora a sí mismo o quien siente que, al contrario de los orgullosos, no tiene valor en sí mismo y constantemente necesita de los demás para cumplir las metas más básicas de la vida cotidiana.
Sigue con: Valores sociales
Referencias
- “Soberbia” en Wikipedia.
- “Orgullo” en el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española.
- “Orgullo” en Wikcionario.
- “Autoestima” en Wikipedia.
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