Riesgos de internet

Te explicamos cuáles son los riesgos de internet con respecto a la privacidad, las interacciones, la información falsa y las consecuencias de su mal uso.

Un grupo de jóvenes mira sus teléfonos en la calle mientras una de ellos muestra preocupación.
Internet trajo nuevas oportunidades pero también nuevos peligros.

¿Cuáles son los riesgos de internet?

Internet es una gigantesca red de computadoras que intercambian información de manera rápida y masiva entre usuarios que pueden estar muy lejos uno del otro. Esta herramienta le brindó a la humanidad contemporánea grandes posibilidades sociales, laborales, comerciales e incluso interpersonales, a un nivel únicamente comparable con los grandes inventos previos de la humanidad.

Sin embargo, junto con estas grandes posibilidades, internet también trajo consigo nuevos desafíos y nuevos peligros, especialmente para aquellos usuarios poco familiarizados con su empleo y su terminología, así como para jóvenes y adolescentes que pueden ser más manipulables por terceros. Los riesgos de internet pueden ser de muy distinta naturaleza, pero a grandes rasgos se pueden clasificar de la siguiente manera:

  • Riesgos de privacidad y manejo de la información confidencial. Son aquellos que tienen que ver con la preservación de los datos personales del usuario, como números de tarjeta de crédito, direcciones postales o contraseñas.
  • Riesgos propios de la interacción con terceros. Son aquellos que tienen que ver con la manipulación sexual, el ciberacoso y otras actividades sociales peligrosas realizadas en línea.
  • Riesgos de acceso a información falsa o sensible. Son aquellos que tienen que ver con el acceso a la pornografía, el material cruento y mórbido, o también la información falsa (fake news).
  • Riesgos derivados del mal uso de internet. Son todos aquellos otros riesgos derivados del mal uso de internet, como pueden ser la adicción psicológica, el aislamiento social, entre otros.

Ver además: Riesgos y peligros de las redes sociales

Riesgos de privacidad y manejo de la información confidencial

Los riesgos vinculados con la privacidad y la seguridad de la información son probablemente los más comunes para todo tipo de usuarios de internet, y consisten en la pérdida del control sobre información personal importante, sensible de ser utilizada por terceros para su beneficio. Son ejemplos de este tipo de riesgos:

  • El phishing o fingimiento de identidad. Ocurre cuando terceros se hacen pasar por una institución u organización de confianza en correos electrónicos y páginas web fraudulentas, para tener acceso a la información confidencial del usuario, como claves bancarias o números de tarjeta de crédito.
  • El malware y virustroyanos. Se trata de programas informáticos diseñados para descargarse e infiltrarse en la computadora del usuario y adueñarse de sus datos sin su consentimiento, o abrir puertas para que un tercero pueda espiar su información.
  • Estafas, robos y engaños en línea. Así como ocurre en la vida offline, en internet existen personas que ofrecen servicios falsos, venden productos engañosos o solicitan donaciones para causas ficticias, con el fin de enriquecerse ilegalmente.
  • Hackeo o pirateo cibernético. Se trata de usuarios con un alto nivel de conocimiento técnico y especializado que utilizan distintos programas para tener acceso a computadoras ajenas y robar información. Esto puede ocurrirle a un usuario cualquiera, instituciones o incluso grandes corporaciones, razón por la cual estas invierten mucho dinero en seguridad informática.

Más en: Privacidad digital

Riesgos propios de la interacción con terceros

Internet es una herramienta de comunicación masiva, de modo que, en la mayoría de los casos, nuestras interacciones en línea se dan con otros usuarios que están conectados a través de su teléfono o computadora, a menudo usando cuentas anónimas o ficticias. Esto se da especialmente en el mundo de las redes sociales, los foros y aplicaciones sociales o de citas. Son ejemplos de este tipo de riesgos:

  • Ciberacoso o ciberbullying. Se trata de la versión en línea del bullying o acoso, que si bien no suele incluir violencia física (dado que las interacciones son a distancia) sí suele abarcar diferentes formas de violencia psicológica y social, como la humillación pública, el acoso masivo a través de cuentas de redes sociales y la publicación en línea de contenidos personales sensibles (direcciones, números telefónicos, fotografías íntimas).
  • Manipulación sexual o grooming. Se trata de la manipulación y el engaño sin fines económicos claros, sino en busca de placer personal, sexual o de otros tipos. Ya sea que se le haga a un adulto o a un menor de edad (en este caso se suele hablar de grooming), este tipo de interacciones suele ser muy riesgosa ya que normalmente conduce a encuentros en la vida real, en los que la persona contactada puede resultar muy distinta de lo que decía ser en línea.
  • Cibersecuestros, extorsión y otras formas de delito informático. Ocurre cuando un usuario pierde el control de su correo electrónico o cuenta de redes sociales, y normalmente se utiliza su información para fingir un secuestro real y extraerles dinero a sus familiares, o bien para extorsionar al usuario bajo amenaza de divulgar datos sensibles de sus cuentas personales.

Riesgos de acceso a información falsa o peligrosa

Internet ofrece una gran cantidad de información, sin embargo, no todo el contenido al que se puede acceder mediante sus páginas es confiable, legítimo o adecuado para el usuario en cuestión, especialmente cuando se trata de un niño o adolescente. Son ejemplos de este tipo de riesgos:

  • Pornografía, crueldad y contenidos morbosos. El libre acceso de los niños y adolescentes a información que no sean capaces de comprender cabalmente, especialmente en ausencia de acompañamiento parental, constituye un importante riesgo de internet y las redes sociales. Existen todo tipo de contenidos en línea, por lo que resulta importante contar con algún tipo de control parental o de dinámica familiar de confianza para hacerles frente.
  • Radicalización y exposición a contenidos tóxicos. En la era de las redes sociales, el florecimiento de comunidades de usuarios organizados en torno a creencias radicales o conductas sociales tóxicas se ha convertido en un verdadero problema, ya que estos cultos fomentan las conductas fanáticas en torno a causas políticas y sociales (grupos antivacunas, teóricos de la conspiración, cultos pseudoreligiosos, entre otros) a través de contenidos ficticios o manipuladores.
  • Compras inducidas y otras formas de publicidad engañosa. Dado que mucha de la información disponible en internet es gratuita, la publicidad es el principal mecanismo a través del cual se rentabiliza la atención de los usuarios. Esto, junto a la falta de una legislación en línea, permite el florecimiento de publicidad engañosa y todo tipo de promesas para llevar al usuario a concretar, voluntaria o involuntariamente, compras reales en las que tiene poco o ningún control.

Riesgos derivados del mal uso de internet

Existen algunos riesgos que no resultan inherentes a internet, sino al uso que hagan de ella los usuarios. Es decir, al mal uso de esta herramienta, que al igual que cualquier otra, puede convertirse en un peligro si se usa de modo indebido. Son ejemplos de este tipo de riesgos:

  • La adicción a internet. Se han descrito diferentes formas de adicción psicológica a internet, tanto en las redes sociales, los videojuegos en línea u otras plataformas que le brindan al usuario una gratificación instantánea y un sentido de pertenencia a los que puede resultar difícil renunciar para algunos usuarios. En estos casos, el usuario adicto sacrifica otros aspectos importantes de su vida (familia, amigos, trabajo) con tal de continuar jugando o conectándose a la red social.
  • Aislamiento social y conductas alienantes. La socialización en línea puede ser rica y compleja, tanto como la socialización real, pero esto puede resultar problemático cuando los usuarios renuncian a la vida real, invirtiendo el máximo de tiempo posible a estar en internet. Esto implica salir poco o nada de casa, renunciar a la familia y otras relaciones sociales reales significativas, y concentrar el total de la atención y la energía mental a la red, lo cual trae consigo, además, problemas físicos de salud asociados a la vida sedentaria.

¿Cómo prevenir los usos riesgosos de internet?

Aunque no existe una solución mágica para prevenir el uso peligroso o ilícito de internet, sí existen un conjunto de premisas que un usuario responsable puede emplear como guías o directrices, mediante las cuales hacer un empleo saludable de la llamada “red de redes”. Algunas de estas premisas son:

  • Emplear un antivirus, un cortafuegos (firewall) y otros programas de seguridad informática. Con estos se podrá proteger la computadora de la mayoría del software malicioso, los hackeos y los virus.
  • Educarse tecnológicamente. En todos los casos se puede hacer un curso de informática, un taller de uso de internet o solicitar la supervisión de un familiar más instruido si se siente que la interfaz supera las propias capacidades.
  • Instalar un programa de control parental. Con este tipo de software es posible bloquear páginas pornográficas, de contenido ilícito o inmoral, para impedir que los niños accedan a ellas. Otra opción sería tener sesiones con contraseña para cada quien, cada una con cierto tipo de permisos asignados.
  • Poner límites al tiempo de navegación. Hay que saber cuándo parar, ya sea que estemos en redes sociales o jugando en línea, conviene tener algún tipo de alarma o señal que nos permita tener control sobre el tiempo que invertimos en línea. En ningún momento internet debe suplantar la vida real, ni convertirse en una forma de escapar de las situaciones reales, por desagradables o retadoras que sean.
  • Desconfiar de lo que se ve o se lee. No todo lo que está en internet, ni todo lo que comparten nuestros amigos en redes sociales, es fidedigno y confiable. Una actitud prudente hacia la información en línea pasa por una dosis de escepticismo, una mínima verificación y, en la medida de lo posible, por el sentido común: si una oferta es demasiado buena para ser verdad, seguramente no lo sea.
  • Conversar sobre los asuntos de internet. Ninguna medida supera el beneficio de una buena y honesta conversación familiar en torno a temas difíciles, pero necesarios. Especialmente cuando se trata de niños o adolescentes: lo ideal es que acudan a sus padres ante cualquier sospecha de riesgo o eventualidad, y para esto los padres también deberán prestar especial atención a lo que sus hijos cuentan sobre su actividad en línea.

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Referencias

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Equipo editorial, Etecé (19 de noviembre de 2023). Riesgos de internet. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 18 de noviembre de 2024 de https://concepto.de/riesgos-de-internet/.

Sobre el autor

Última edición: 19 de noviembre de 2023

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