Te explicamos qué es el poder público, cuáles son sus ramas, su relación con el poder político y otras características.
¿Qué es el poder público?
Los poderes públicos son los distintos poderes del Estado en una República, es decir, cuando el Estado ejerce el monopolio de la violencia. Dicho poder nace de la necesidad de los seres humanos de vivir entre nuestros pares, y de hacerlo en relativa paz y orden. Por eso, es necesaria la presencia de una autoridad consensuada, que suplante a la ley del más fuerte.
Todo poder público emana del Estado, y en un sentido más fáctico o material, de los órganos e instituciones que lo conforman. Se rige estrictamente por un ordenamiento jurídico, es decir, por un conjunto de leyes mediante el cual la sociedad ha acordado regirse. Es decir que el poder público es legítimo sólo si proviene de un ente Estatal y actúa en conformidad con la ley.
Por otro lado, también se llama poder público a la facultad del Estado de coaccionar a los ciudadanos para que sigan las leyes y de tomar decisiones en pro del bienestar colectivo. O sea, es la capacidad que tiene el Estado para defenderse y regularse a sí mismo.
Por lo tanto, se encuentra repartido de manera desigual entre los organismos públicos de la sociedad, jerarquizando así a algunos por encima de otros, dependiendo de su nivel de importancia colectiva.
Ver también: Poderes del Estado
Características del poder público
Las sociedades son verdaderas “constelaciones” de poderes, en el sentido de que los grupos humanos adquieren y ejercen poder sobre los demás a medida que ganan recursos o influencia.
Factores como la religión, la prensa y los grupos económico ejercen una cuota de poder en la vida real de la población. En medio de dicho concierto de voluntades, el poder público del Estado está allí para garantizar un marco mínimo de orden y funcionamiento.
El poder público es:
- Coercitivo. Ya que puede imponérsele a un individuo sin su consentimiento.
- Externo. Porque proviene de instancias diferentes a sí mismo, que son las instituciones.
- Autónomo. Dado que las instituciones gozan de autonomía dentro de una jerarquía de poderes, y se encuentran organizadas generalmente en tres ramas distintas, encargadas de vigilar a las demás y sostener un equilibrio o contrapeso.
Gracias a la autonomía de las ramas del Estado ningún poder público puede gobernar la totalidad del Estado. Dichas ramas son: ejecutiva, legislativa y judicial.
Ramas del poder público
Según la teoría de la separación de los poderes públicos, las tres ramas del poder público tienen la misión de vigilarse mutuamente y servir de contrapeso a las decisiones de las demás, así como legitimarse las unas a las otras y crear un Estado equilibrado, libre de autoritarismos. Dichas ramas del poder público son:
- Poder ejecutivo. Representa la conducción política del gobierno, que recae en manos de un presidente, primer ministro o afines, electo por voluntad popular (al menos en los gobiernos democráticos). Forman parte de él también el tren ministerial, los gobernadores, alcaldes e intendentes y los presidentes de los distintos organismos públicos designados por el presidente. Todas estas figuras pueden ser removidas de su cargo por los demás poderes, mediante procedimientos establecidos en la Constitución.
- Poder legislativo. Se ocupa de redactar las leyes que regulan el funcionamiento de la sociedad y del Estado mismo, lo cual implica crearlas, derogarlas o corregirlas. Dichas leyes pueden ser temporales o permanentes, y en ocasiones pueden ser vetadas por el presidente, o declaradas inconstitucionales por los tribunales judiciales, cuando contradicen lo establecido en la Constitución. Este poder recae sobre el parlamento, cuyos miembros son elegidos por votación popular entre las distintas fuerzas políticas del país.
- Poder judicial. Es el encargado de la administración de la justicia, o sea, de interpretar lo establecido en la Constitución y las leyes, para hacerlo valer. Esto implica evaluar casos, llevar adelante investigaciones, imponer sanciones y otorgar compensaciones. Este poder suele estar constituido por un árbol jerárquico de tribunales y jueces, designados generalmente por el poder legislativo o el ejecutivo, y estructurado en distintas salas o cortes para atender cada asunto específico que requiera de la ley.
Poder público y poder político
El poder político es aquel que manejan los distintos actores políticos de una nación, y que les permite influir en el modo en que se conduce la sociedad, siempre dentro de los marcos de lo establecido por la ley. De hecho, si no se adapta a lo establecido en el ordenamiento jurídico, cualquier poder político es ilegítimo, incluso cuando se trata de las instituciones del Estado.
Por ejemplo, tanto el ejecutivo como el legislativo dependen de la legitimación del voto público, y no pueden nunca ser designados de un modo contrario a lo contemplado en la ley. En cambio, el poder ejecutivo se legitima mediante su designación por los otros poderes públicos.
Sin embargo, se puede tener poder político y no formar parte del Estado, como ocurre con los gremios o sindicatos, con los grupos económicos o la sociedad civil organizada. Ello convierte a la sociedad en una constelación de poderes políticos, que el Estado tiene la difícil misión de orquestar.
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Referencias
- “Poderes públicos” en Wikipedia.
- “Poder público” en Filosofía.net.
- “Poder público” en Diccionario Jurídico.
- “Poder público” en Enciclopedia Jurídica.
- “Funciones de las ramas del poder público” en eduteka.
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