Te explicamos qué es la misoginia, en qué se diferencia del machismo y cómo es su historia. Además, te contamos cuáles son sus causas.
¿Qué es la misoginia?
La misoginia es el sentimiento de desprecio, desconfianza u odio hacia las mujeres, que se manifiesta en conductas muy distintas, que pueden ir desde la denigración y el rechazo, hasta la violencia sexual y la violencia de género. A las personas que incurren en este sentimiento, se las llama misóginas o misóginos.
El término “misoginia” proviene de las voces griegas miséin (“odiar”) y gyné (“mujer”), y tuvo su origen en la Grecia Antigua, alrededor del siglo IV a. C. La misoginia en la Antigüedad clásica era representada en la comedia y la tragedia, y fue considerada como una enfermedad en el siglo V d. C., cuyo principal síntoma era la incapacidad de un varón para obtener el disfrute sexual con una mujer.
Puede considerarse misógina cualquier actitud o razonamiento que atribuya rasgos de inferioridad a las mujeres o que asocie lo femenino con un rol pasivo, subordinado, secundario y de sometimiento a la voluntad masculina. Esto aplica tanto en áreas laborales, académicas y profesionales como las interpersonales y sexuales.
Ver además: Sociedad patriarcal
Historia de la misoginia
Aunque no es fácil dar con un punto de inicio para la historia de la misoginia, algunos estudiosos suponen sus comienzos en la prehistoria remota, antes de la Revolución Neolítica, en algún momento en el que un orden matriarcal y primitivo fue derrocado por el patriarcado y la ley de los hombres. Sin embargo, existe poca evidencia concreta al respecto y el tema es sujeto de debate.
En todo caso, las actitudes misóginas eran muy comunes en las culturas de la Antigüedad, incluso en aquellas de gran desarrollo cultural, como la Grecia Antigua. En aquel entonces las mujeres no eran ciudadanos de derecho, sino ciudadanos de segunda clase, y a menudo eran repartidas junto al botín de guerra para servir como esclavas o amantes forzosas. De hecho, según muchos filósofos antiguos, el amor era un sentimiento que alcanzaba su intensidad únicamente entre hombres, y el rol de la mujer era meramente producir la descendencia.
En otras culturas, el prejuicio hacia la mujer era aún peor, como en la tradición hebrea, cuyo relato fundacional, el Génesis, le atribuye a la primera mujer la pérdida del paraíso terrenal y el castigo del ser humano con la muerte.
En las escrituras religiosas del judaísmo (y en sus herederas cristianas) a menudo se hace alusión a la debida obediencia de la mujer a su marido y otros rasgos de marcada sumisión femenina, presentes también en el islam. En esta última religión el sometimiento de la mujer puede ser todavía constatado, en las naciones fundamentalistas que le exigen a la mujer cubrir su cuerpo o sufrir penas de castigo físico y rechazo social.
La normalización de la misoginia fue duramente combatida en el Occidente moderno por los movimientos feministas, que reivindicaron el rol de la mujer en la sociedad y su derecho a tener potestad sobre su cuerpo, sus opiniones políticas y a aspirar a las mismas recompensas que los hombres. Gracias a estos movimientos, grandes avances se dieron con el tiempo, como el voto femenino entre los siglos XIX y XX, o la visibilización del llamado “techo de cristal” que impide el ascenso de las mujeres a los cargos directivos de las empresas en el mundo laboral contemporáneo.
Causas de la misoginia
La misoginia puede tener causas muy distintas, dado que en algunos casos individuales puede deberse a la incapacidad de la persona de superar un trauma o alguna experiencia que le haya dejado una aversión abierta o disimulada hacia las mujeres.
Pero, en general, la misoginia es fruto de una larga tradición cultural de dominación machista, tal y como lo han señalado numerosos estudiosos de la cultura. Esta herencia cultural puede justificar el patriarcado en mandatos religiosos, supuestos rasgos evolutivos de la especie o cualquier otro discurso que permita naturalizar o normalizar la subalternidad femenina.
Ejemplos de misoginia
Son ejemplos de misoginia o de actitudes misóginas:
- La idea de que las mujeres son más frágiles y emocionales que los hombres, y por lo tanto no pueden ocupar roles que requieran de una mentalidad lógica y racional.
- La discriminación de una mujer para un cargo laboral para otorgárselo a un hombre, ya sea por razones ideológicas o por conveniencia económica de la empresa (al no querer cubrir costos durante la licencia por maternidad).
- La idea de que la responsabilidad reproductiva le corresponde a la mujer exclusivamente y de que el varón no debe hacerse cargo de los embarazos indeseados que ocasione.
- La representación ficcional y erótica (pornografía) de la mujer como un objeto sexual descartable, sometida a la satisfacción del deseo masculino, y no como un copartícipe de un acto sexual que debe ser mutuamente satisfactorio.
- El rechazo a abordar temas de interés de las mujeres y el mundo femenino por considerarlo “banal” o “superficial”.
- La obligación impuesta a las mujeres de países fundamentalistas de cubrirse el cabello, el rostro o el cuerpo entero, so pena de sufrir castigos.
- La eliminación en países fundamentalistas religiosos de los derechos al voto, a la tenencia de propiedad y a la libre circulación de las mujeres, a las cuales se asigna un “representante” (su esposo, su padre o su hermano).
Diferencia entre machismo y misoginia
Si bien el machismo y la misoginia tienen muchos terrenos comunes, dado que son actitudes y lógicas que privilegian al hombre por encima de la mujer, no son necesariamente lo mismo. El machismo es la tendencia a privilegiar al hombre por encima de la mujer en las distintas circunstancias de la vida, mientras que la misoginia es un rechazo y una desvalorización de la mujer por el simple hecho de ser mujer.
Esta diferencia se puede resumir de la siguiente manera:
- El machismo es una tendencia cultural bastante generalizada, mientras que la misoginia tiende a ser un asunto individual.
- El machismo puede asumir formas “amables”, que infantilizan a la mujer al tratar de protegerla o tratarla de manera especial. La misoginia, en cambio, es una forma de aversión, o sea, de odio, que rara vez asume formas más discretas.
- En general, el machismo se considera un fenómeno de menor grado o menor intensidad que la misoginia.
Más en: Machismo
Misoginia interiorizada
Se habla de misoginia interiorizada para referirse a las actitudes y acciones misóginas cometidas por las propias mujeres, ya sea en contra de otras o de sí mismas. La misoginia internalizada es aquella que no es fácilmente identificable en la superficie, pero que muy por dentro, continúa actuando, a veces a un nivel inconsciente, y que puede llevar a las mujeres a aceptar malos tratos o reproducir esquemas machistas, pues a pesar de su género sufren de un desprecio arraigado e inconsciente hacia lo femenino.
Sigue con: Equidad de género
Referencias
- “Misoginia” en Wikipedia.
- “Etimología de Misoginia” en el Diccionario Etimológico Castellano En Línea.
- “Misoginia” en el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española.
- “Misoginia” en el Glosario para la igualdad del Gobierno de México.
- “¿Cómo luce la misoginia?” por Nina Renata Aron en The New York Times en español.
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