Deseo

Te explicamos qué es el deseo, el origen del término, sus diversos sentidos positivos y negativos. Además, diferencias con la necesidad.

El deseo representa un impulso, un empuje, que nos lleva a actuar.

¿Qué es el deseo?

Todos sabemos de un modo u otro qué cosa es el deseo, eso que el Diccionario de la Real Academia Española define como un “movimiento afectivo hacia algo que se apetece”. Eso se debe a que todos hemos tenido la experiencia de querer lograr u obtener algo, anhelarlo o guardar la esperanza de que ocurra.

Cuando pensamos en la palabra deseo, lo primero que nos viene a la mente es el relato infantil del genio en la lámpara, que al ser liberado le concede tres deseos a su liberador, es decir, se compromete a satisfacer mágicamente tres de sus expectativas, de sus querencias o anhelos. Esto quiere decir que el deseo, en principio, consiste en la expectativa de tener algo que no se tiene, pero se quiere.

De hecho, la historia de la palabra misma rastrea sus orígenes en el vocablo latino desidium, traducible como “ocio”, “pereza”, debido a que proviene del verbo desidere, “permanecer sentado”.

Sin embargo, a esos significados se sumó por analogía el verbo desiderare: “echar de menos” o “echar en falta”, cuya presencia es reconocible en las palabras desire o desirér (ambas traducibles como deseo o desear) en inglés y francés respectivamente. De modo que el deseo se vincula con aquello que echamos en falta, que deseamos tener.

Hoy en día, no obstante, asociamos el deseo a muchos otros sentidos. La palabra se emplea para referirse, por ejemplo, a la atracción sexual (deseo sexual), a la pulsión vital de la creatividad (deseo psicoanalítico), e incluso a las trabas de la vida mundana de las cuales es necesario deshacerse para experimentar la iluminación, como lo propone el budismo y la filosofía oriental.

Sin embargo, en todos los casos el deseo representa un impulso, un empuje, que nos lleva a actuar, a menudo comparable con el hambre y con la sed.

El deseo puede ser fuente de placeres o de sufrimientos. Se lo compara con fuerzas naturales o primitivas que anidan dentro del ser humano, empleando para ello metáforas como el mar, el fuego, etc.

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Deseo y necesidad

En el ámbito específico del marketing o mercadeo, se suele distinguir entre deseo y necesidad a la hora de analizar las pulsiones de consumo que presenta el público de un sector comercial determinado.

En este sentido, la necesidad es aquello que el consumidor necesita satisfacer, por razones biológicas, psicológicas o emocionales, y que obedece a impulsos primarios, básicos, de su supervivencia. El hambre, por ejemplo, es una necesidad a satisfacer.

En cambio, los deseos se refieren al consumo de un objeto específico para satisfacer a través de él una necesidad. En el caso de la satisfacción del hambre, las ganas de hacerlo comiendo pizza constituyen un deseo específico, diferente por ende del deseo de comer sushi, o del deseo de comer comida mexicana.

Esta clasificación opera en distintos niveles y se adapta a las características de cada público consumidor, las cuales pueden ser inmensamente diferentes entre sí, de acuerdo a rasgos culturales, étnicos, socioeconómicos y etcétera.

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Referencias

¿Cómo citar?

"Deseo". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/deseo/. Última edición: 15 de enero de 2024. Consultado: 20 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 15 enero, 2024

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