Absolutismo

Te explicamos qué fue el absolutismo, el contexto histórico en que surgió y sus características. Además, los monarcas que lo practicaron.

absolutismo luis XIV
El absolutismo fue el régimen político de las monarquías europeas en la Edad Moderna.

¿Qué fue el absolutismo?

El absolutismo fue un régimen político que caracterizó a las monarquías europeas entre los siglos XVI y XVIII. El término “absolutismo” proviene de la noción de que la autoridad del rey era absoluta y, por lo tanto, concentraba todas las funciones del poder.

Los ideólogos absolutistas sostenían que la única fuente de poder legítimo era Dios y que el monarca ejercía la soberanía (autoridad) en su nombre. Por lo tanto, el rey era considerado una figura sagrada y su mandato era divino. Los habitantes del reino eran considerados súbditos y debían acatar las decisiones del rey.

En síntesis, las monarquías del absolutismo se definían por el ejercicio de la autoridad indiscutible del rey. El monarca establecía las leyes del reino y decidía sobre todos los ámbitos de gobierno: guerra, política interna, orden social, administración económica y finanzas.

Los reyes absolutistas disponían de instituciones y designaban funcionarios para ejercer las diferentes funciones de gobierno. Quienes ocupaban estos cargos pertenecían a la nobleza y, en muchas ocasiones, debían residir en la corte real. De esta manera, los monarcas buscaban controlar su accionar y mantener su autoridad en todos los ámbitos de gobierno.

Ver también: Monarquía absoluta

Puntos clave

  • El absolutismo fue el régimen político de las monarquías europeas entre los siglos XVI y XVIII, en las que el rey tenía autoridad absoluta y concentraba todas las funciones del poder.
  • Sus principales características fueron el crecimiento del poder monárquico, la ausencia de instituciones autónomas y el desarrollo de la soberanía del rey por mandato divino.
  • El contexto histórico del absolutismo se caracterizó por la consolidación del poder de los reyes europeos a costa de los señores feudales, las guerras territoriales, la expansión colonial y el crecimiento del comercio.
  • En las monarquías absolutistas, la organización social era estamental. Los nobles y el clero gozaban de privilegios, mientras que el pago de impuestos y el trabajo recaían sobre los ciudadanos comunes.
  • Los ideólogos absolutistas argumentaban que el rey era una figura sagrada y que su mandato era divino. Esto implicaba que los habitantes del reino debían acatar sus decisiones como súbditos.
  • El fin del absolutismo se dio con las revoluciones liberales de fines del siglo XVIII y del siglo XIX. Estas llevaron a la creación de diferentes formas de gobierno que limitaban el poder del rey o incluían instituciones de representación ciudadana.

Contexto histórico del absolutismo

Durante la Edad Media, el poder político en Europa se encontraba distribuido en manos de señores feudales que ejercían como gobernantes de sus propias tierras. Hacia finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, algunas monarquías europeas comenzaron a concentrar el poder e imponerse sobre los diferentes poderes locales ejercidos por la nobleza feudal.

Hubo diferentes elementos que favorecieron esta situación. Entre ellos, se pueden destacar las guerras entre los reinos europeos por el control de territorios, su expansión a otros continentes, la creación de redes mercantiles con Asia, África y América, el crecimiento del comercio y la consolidación de la burguesía como nueva clase social.

Durante el auge del absolutismo, las monarquías europeas se enfrentaron en decenas de guerras. Los reinos más poderosos, como España, Francia, Inglaterra o Portugal, competían por controlar los territorios y el comercio en África, América y Asia. Los enfrentamientos se fueron complejizando y los diferentes reinos establecieron sistemas de alianzas.

Entre las guerras más importantes del periodo, se encuentran la guerra de los Treinta Años (1618-1648), la guerra de los Nueve Años (1688-1697), la guerra franco-holandesa (1672-1678) y la guerra de Sucesión española (1702-1713).

Características del absolutismo

Los defensores del absolutismo sostenían que el poder de los reyes era sagrado.

Entre las principales características del absolutismo, se encuentran la concentración del poder en los reyes, la ausencia de instituciones autónomas y de división de poderes, el derecho divino de la soberanía monárquica y la organización social estamental del Antiguo Régimen.

Las características del absolutismo se pueden describir de la siguiente manera:

  • Concentración del poder. La autoridad real era absoluta y el monarca gobernaba sobre todo el reino. Esto implicó la pérdida de poder de parte de la nobleza, que ostentaba el gobierno de sus tierras como señores feudales en los siglos anteriores.
  • Instituciones y burocracia real. Para ejercer el gobierno, el rey disponía de instituciones y designaba funcionarios a los que imponía su autoridad. En algunos casos, los monarcas obligaban a los funcionarios a residir en las cortes reales para mantener su influencia.
  • Ejércitos permanentes. El crecimiento de los ejércitos permanentes del reino fue un factor fundamental para la concentración del poder monárquico. De esta manera, el rey podía mantener la integridad del territorio y reprimir las amenazas a su poder.
  • Soberanía por mandato divino. Para los defensores del absolutismo, existía una única autoridad que era la de Dios. Para regir los asuntos mundanos, Dios confería la soberanía al rey, que actuaba como su representante. Por lo tanto, el mandato de los reyes absolutistas era considerado divino e indiscutible.
  • Antiguo Régimen. La sociedad de los regímenes absolutistas era estamental y estaba dividida en grupos estáticos: los nobles, el clero y los comunes. Parte de la burguesía más adinerada se integró a la nobleza a través de su incorporación a la burocracia real (se los llamaba “nobles de toga”).
  • Mercantilismo. Durante el auge del absolutismo europeo, se difundió el mercantilismo. Se trató de una doctrina económica que sostenía que la riqueza del reino se basaba en la acumulación de metales preciosos (como el oro y la plata).

Representantes del absolutismo

Los reyes más importantes del absolutismo fueron:

  • Luis XIV de Francia, el “Rey Sol” (1638-1715).
  • Pedro I de Rusia, “Pedro el Grande” (1672-1725).
  • Carlos XII de Suecia (1682-1718).
  • Felipe V de España, “el Animoso” (1683-1746).
  • Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico (1685-1740).
  • Federico I de Prusia, el “Rey Sargento” (1688-1740).
  • Gustavo III de Suecia (1746-1792).
  • Fernando VII de España, el “Rey Felón” (1784-1833).

Por otra parte, entre los principales pensadores e intelectuales que escribieron y defendieron el absolutismo, se encuentran Jean Bodin (1530-1596), Thomas Hobbes (1588-1679) y Jacques Bossuet (1627-1704).

La sociedad del absolutismo

La sociedad europea del siglo XVII conservaba características que venían de la Edad Media y, por eso, es conocida como la sociedad del “Antiguo Régimen”. Se trataba de una sociedad dividida en estamentos (niveles) que establecían obligaciones y derechos diferenciados. El rey era considerado una figura sagrada y, por lo tanto, estaba por encima del resto de la sociedad.

Los tres estamentos eran los nobles, el clero y los comunes. Los nobles y el clero eran estamentos que contaban con privilegios. Es decir, tenían ciertos derechos que los diferenciaban de los comunes. Por ejemplo, no debían pagar impuestos, debían ser recibidos en las cortes reales y tenían un trato especial.

Los comunes constituían la gran mayoría de la población y el estamento en el que recaían todas las tareas productivas. Además, pagaban impuestos reales y los campesinos debían pagar rentas a los nobles que poseían las tierras que trabajaban.

Los reyes eran los únicos que podían otorgar títulos de nobleza. En muchas ocasiones, otorgaban títulos o funciones burocráticas a los miembros más ricos de la burguesía y, de ese modo, los incorporaban a la nobleza.

El fin del absolutismo

absolutismo final 1848 revolucion
En el siglo XIX, hubo una oleada de revoluciones liberales en contra de las monarquías.

Hacia finales del siglo XVIII, la Revolución francesa derrocó al régimen absolutista del rey Luis XVI con el objetivo de establecer un gobierno republicano, con división de poderes e inspirado en los principios de Ia Ilustración. Este movimiento intelectual cuestionaba la noción de soberanía por mandato divino y sostenía que la soberanía residía en el pueblo.

El proceso revolucionario francés alarmó a todas las monarquías europeas, que en pocos años se enfrentaron a la expansión territorial iniciada por Napoleón Bonaparte, un general que tomó el poder en Francia. En 1814, Napoleón fue derrotado, se restableció la monarquía y se inició un periodo conocido como “la Restauración”.

Las potencias europeas buscaron evitar nuevas revoluciones sociales y políticas. Sin embargo, la sociedad europea venía atravesando profundas transformaciones, y los regímenes absolutistas no satisfacían las demandas de gran parte de la población.

En consecuencia, en el siglo XIX, hubo diferentes revoluciones liberales en contra de las monarquías. Si bien en algunos países la figura del rey se mantuvo, se establecieron sistemas políticos con división de poderes y nuevas instituciones. Además, las revoluciones liberales destruyeron las bases estamentales del Antiguo Régimen.

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Referencias

  • Ackermann, M. E., Schroeder, M. J. y otros. (2008). Absolutism, european. Encyclopedia of World History. The First Global Age: 1450 to 1750. Vol III. Facts on File.
  • The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2023). Absolutism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
  • Rizzi, A. y Raiter, B. (Eds.). (2008). El absolutismo. Una historia para pensar. Moderna y Contemporánea. Norma.

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Kiss, Teresa (24 de octubre de 2024). Absolutismo. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 18 de noviembre de 2024 de https://concepto.de/absolutismo/.

Sobre el autor

Última edición: 24 de octubre de 2024
Revisado por Teresa Kiss
Profesorado de Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires)

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