Te explicamos qué es el sistema inmunológico, cuál es su función y los tipos de inmunidad que existen. Además, cómo está conformado y qué enfermedades lo pueden comprometer.

¿Qué es el sistema inmunológico?
El sistema inmunológico es un mecanismo defensivo del cuerpo humano y de otros seres vivos. Se encarga de diferenciar las células propias de las extrañas, así como de atacar potenciales agentes invasores (como virus, bacterias y parásitos).
La defensa del organismo ocurre a través de reacciones químicas y celulares coordinadas, en las cuales participan los glóbulos blancos o leucocitos. Entre ellos, se encuentran los linfocitos y los fagocitos.
Los linfocitos son las células más importantes del sistema inmune. Forman parte de la inmunidad adaptativa, esto es, un tipo de respuesta inmunológica muy específica que ocurre cuando la primera línea de defensa, llamada inmunidad innata, no es suficiente.
Los agentes que hacen reaccionar al sistema inmunológico no siempre son gérmenes, sino que también pueden ser sustancias químicas, como toxinas y venenos.
A veces, el cuerpo puede generar una respuesta inadecuada contra una sustancia inocua o una respuesta exagerada ante un agente poco peligroso. Estas son las principales causas de las enfermedades autoinmunes y las alergias.
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Puntos clave
- El sistema inmunológico se ocupa de la defensa del cuerpo, para lo cual identifica y ataca agentes extraños como microbios o toxinas.
- Actúa mediante glóbulos blancos, especialmente linfocitos y fagocitos.
- Hay dos tipos de inmunidad: la inmunidad innata (rápida y general) y la adaptativa (más lenta pero muy específica).
- La inmunidad adaptativa genera memoria inmunológica para futuras defensas.
- Las alergias, las enfermedades autoinmunes y los estados de inmunosupresión son fallas del sistema inmunológico.
Función del sistema inmunológico
La principal función del sistema inmunológico es protegernos contra infecciones (decir, enfermedades causadas por microbios). Aunque muchos gérmenes son beneficiosos para nuestro cuerpo, existen otros que nos pueden perjudicar.
Estos gérmenes se clasifican en tres grandes grupos: virus, bacterias y parásitos. El sistema inmunológico está preparado para defendernos de ellos, e incluso es capaz de generar una respuesta específica según el microbio del que se trate.
Además, el sistema inmunológico reacciona ante otros agentes dañinos no microbianos (por ejemplo, sustancias tóxicas). También se ocupa de eliminar células propias, en caso de que se vuelvan cancerosas. Esto último se conoce como inmunidad antitumoral y es objeto de las más recientes investigaciones.
Ver además: Microbiología
Tipos de inmunidad
El sistema inmunológico opera mediante dos tipos principales de inmunidad: la innata y la adaptativa.
Inmunidad innata
La inmunidad innata (o también “sistema inmune innato”) consiste en un conjunto de mecanismos de defensa del cuerpo que son inespecíficos. Se trata de respuestas rápidas, que actúan de manera similar independientemente de cuál sea el agente nocivo.
Forman parte de la inmunidad innata todas las barreras físicas y químicas de nuestro cuerpo (por ejemplo, la piel y las mucosas).
Además, la inmunidad innata incluye el complejo proceso de inflamación (respuesta inflamatoria), en el cual el cuerpo reacciona localizadamente ante el daño en un tejido. Esto se evidencia cuando vemos una herida hinchada, colorada, dolorosa y caliente.
Inmunidad adaptativa
La inmunidad adaptativa (otambién“sistema inmune adquirido”) es un mecanismo exclusivo de los animales vertebrados. Consiste en una respuesta muy específica según el tipo de agente que esté causando daño (por ejemplo, una bacteria o un virus). Para ello, la inmunidad adaptativa dispone de células altamente especializadas, llamadas linfocitos.
Este tipo de inmunidad se pone en marcha cuando la inmunidad innata no ha sido suficiente como primera línea de defensa. Ocurre de manera un poco más lenta, pero tiene la gran ventaja de crear memoria inmunológica.
Esto significa que el sistema inmune logra reconocer los agentes infecciosos que ya ha combatido, de modo que podrá responder más eficazmente en el futuro.
¿Cómo está conformado el sistema inmunológico?
El sistema inmunológico se compone principalmente de un conjunto de glóbulos blancos que circulan por el organismo. Estas células tienen presencia en la sangre, la médula ósea y la linfa, un fluido que recorre los ganglios linfáticos y los órganos de filtrado del cuerpo, como el bazo.
Existe una gran variedad de glóbulos blancos. A grandes rasgos, se dividen en:
- Linfocitos. Se ocupan de reconocer muy específicamente a los cuerpos extraños, así como de aprender sus características para sumarlas a la memoria inmunológica. Esto permite al cuerpo generar mejores respuestas en caso de que un microorganismo vuelva a ingresar.
- Fagocitos. Son células capaces de incorporar y destruir cuerpos extraños (fagocitar). Son fundamentales en la inmunidad innata. Actúan como una primera línea de defensa rápida y no específica.
Enfermedades del sistema inmunológico
A pesar de lo complejo y eficiente que es el sistema inmunológico, no siempre es 100 % eficaz. En muchos casos, su funcionamiento se ve comprometido.
Algunas enfermedades del sistema inmunológico son:
- Alergias. Es una reacción desproporcionada del sistema inmune. Se produce una respuesta inmunológica importante ante una sustancia inocua, como si se tratara de un agente nocivo.
- Enfermedades autoinmunes. Son reacciones del sistema inmunológico ante células o tejidos propios. Ocurren cuando existe una falla en la diferenciación entre lo que forma parte del propio cuerpo y lo que no.
- Enfermedades inmunosupresoras. Como resultado de estas enfermedades, las personas quedan inmunosuprimidas (es decir, sin defensas), de modo que otras enfermedades oportunistas pueden sacar ventaja de dicha condición.
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Referencias
- Geneser, F. (2003). Histología. Editorial Panamericana.
- Marieb, E. N. (2008). Anatomía y fisiología humana. Pearson Educación.
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