Inquisición

Te explicamos qué fue la Inquisición, su origen y cómo actuaba. Además, sus objetivos y su vínculo con la quema de brujas.

La Inquisición juzgaba los delitos de herejía, brujería y hechicería.

¿Qué fue la Inquisición?

Se conoció como Santa Inquisición (o simplemente Inquisición), a un conjunto de instituciones pertenecientes a la Iglesia cristiana entre los siglos XII y XIX. El objetivo de la Inquisición era mantener el orden socio-religioso en los territorios católicos.

La Inquisición actuaba frente a acusaciones de herejía, brujería, hechicería y otras prácticas que eran consideradas peligrosas para el bienestar de las sociedades cristianas. Ejercía como un tribunal de justicia y enviaba representantes (llamados “inquisidores”) que llevaban a cabo investigaciones y juicios.

Los juicios de la Inquisición se hicieron famosos por la crueldad de algunos inquisidores, que aplicaban la tortura como método para obtener confesiones en los interrogatorios. Tal es el caso del inquisidor español Tomás de Torquemada, un fraile dominico que se dedicó a la persecusión de judíos y musulmanes conversos al cristianismo durante el siglo XV.

La Inquisición también es conocida por su labor en contra de estudiosos, alquimistas y pensadores cuyas ideas sobre la naturaleza y el mundo desafiaban los preceptos de la Iglesia. Por ejemplo, Galileo Galilei fue acusado de herejía por plantear que la Tierra no era el centro del universo.

Es común que se asocie la Inquisición con un fenómeno llamado la “caza de brujas”. Entre los siglos XV y XVII, miles de mujeres fueron condenadas a muerte en la hoguera bajo la acusación de brujería. Sin embargo, esta persecución no fue organizada desde la Inquisición, sino que se trató de un accionar llevado a cabo por autoridades laicas e iniciativas populares.

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El objetivo de la Inquisición

El objetivo principal de la Inquisición era mantener un orden ortodoxo en las diferentes comunidades cristianas, es decir, procurar que el comportamiento social se mantuviera dentro de los valores y los parámetros de las creencias promovidas por la Iglesia.

En ese marco, las diferentes instituciones que conformaron la Inquisición a lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna se enfocaron en erradicar diferentes tipos de prácticas que amenazaban el estatus quo cristiano.

Durante la Edad Media, la principal lucha de los inquisidores europeos fue por erradicar las “herejías internas”. Buscaban evitar que existieran diferentes interpretaciones del dogma cristiano y mantener una unidad de creencias ortodoxa establecida por la Iglesia de Roma.

Las herejías más importantes reprimidas por la Inquisición medieval fueron la de los cátaros (cristianos rechazaban algunos de los sacramentos y la autoridad de los clérigos) y la de los valdenses (cristianos que estaban en contra de las riquezas materiales de la Iglesia).

Por otro lado, a comienzos de la Edad Moderna se fundó la Inquisición española bajo el amparo de los Reyes Católicos. El trabajo de esta institución se enfocó en la persecución de musulmanes y judíos que se habían convertido al cristianismo pero que eran acusados de mantener sus prácticas religiosas de origen. En América colonial, buscó erradicar los rituales y las ceremonias paganas de las sociedades americanas que habían sido evangelizadas. 

Además, durante el siglo XVII la Inquisición actuó en contra de la expansión del pensamiento racional que amenazaba los principios elementales del dogma cristiano. Bajo la acusación de herejía y brujería se investigó a estudiosos de la naturaleza y la ciencia.

¿Cómo actuaba la Inquisición?

La Inquisición actuaba a través de representantes llamados inquisidores. Los inquisidores viajaban a la localidad del acusado, hacían interrogatorios y buscaban pruebas a favor y en contra de los acusados.

Los acusados que eran declarados culpables eran sentenciados a diferentes penas de humillación con el objetivo de disciplinarlos. Entre los castigos más comunes estaban la peregrinación a lugares sagrados, la utilización de insignias en la ropa, la flagelación ritual, el pago de multas económicas, la confiscación de bienes y la prisión.

El inquisidor tenía el deber de explicar la doctrina ortodoxa y corregir la actitud de los inculpados. Cuando el acusado se negaba a mostrar arrepentimiento, la Iglesia lo entregaba a las autoridades laicas, que aplicaban sus propias leyes. En estos casos, las penas podían implicar mutilaciones y diferentes formas de muerte.

Origen de la Inquisición

La primera aparición formal de la Inquisición tuvo lugar en el siglo XII, en el sur de Francia. En la región del Languedoc, se estaba extendiendo un grupo conocido como “los cátaros”. Los cátaros eran cristianos dualistas: creían que existían dos dioses, uno bueno y uno malo. Además, negaban la validez de algunos de los principales sacramentos cristianos y la autoridad de los sacerdotes.

Para acabar con la herejía cátara y restablecer la ortodoxia cristiana en el sur de Francia, el papa Lucio III emitió la bula Ad abolendam en 1184 les otorgó a los obispos locales la potestad de juzgar y condenar en su nombre. A esta organización se la llamó “Inquisición episcopal”.

Sin embargo, esta primera organización inquisitorial fracasó porque no pudo controlar el crecimiento de la herejía cátara ni sentenciar a sus principales exponentes.

Décadas más tarde, el papa Gregorio IX creó la “Inquisición pontificia” con el propósito de ordenar los procesos en que se juzgaban las prácticas heréticas. En algunos lugares (como en el sur de Francia), los encargados de controlar la ortodoxia eran corruptos o ineficaces, y en otros (como en Alemania) existía una tendencia a castigar a los acusados sin siquiera hacer un juicio previo.

Para tener mayor control sobre este tipo de procesos, la nueva Inquisición fue organizada como un tribunal y respondía a la autoridad directa del papa. Los inquisidores eran enviados desde Roma a hacer la investigación y un juicio público local en el que debían mostrar evidencias a favor y en contra de los acusados.

La Inquisición española

Tomas de Torquemada fue un inquisidor español famoso por su crueldad.

En 1478, los Reyes Católicos (Fernando de Aragón e Isabel de Castilla) fundaron la Inquisición española con el amparo y la autoridad del papa Sixto IV. En esta institución, el papa designaba un inquisidor general que observaba los procesos inquisitoriales pero el resto de la estructura y la organización quedaba bajo la influencia de la monarquía española.

Los Reyes Católicos habían logrado la “Reconquista” del territorio español y para consolidar su poder persiguieron especialmente a los grupos no católicos. En 1492, los reyes expulsaron de manera definitiva a todos los judíos. En ese contexto, muchos se convirtieron al cristianismo.

La Inquisición española tuvo como principal objetivo la persecusión de judíos y musulmanes que se habían convertido al cristianismo (llamados “conversos” y “moriscos” respectivamente) pero mantenían su fe original y sus ceremonias de manera secreta.

El primer y más conocido inquisidor español se llamó Tomás de Torquemada. Fue famoso por su crueldad y por el uso de la tortura para obtener confesiones. Si bien la Inquisición española debía actuar con los mismos procedimientos de la Inquisición de Roma (por ejemplo, debía establecer pruebas a favor y en contra del acusado), en los juicios de Torquemada casi todos los acusados fueron declarados culpables y sentenciados a la muerte por hoguera.

La abolición de la Inquisición española se decretó en 1812, en las Cortes de Cádiz, pero no se concretó en España hasta 1834. Ya en las naciones hispanoamericanas, independientes en su mayoría o en proceso de serlo, había perdido presencia y poder hasta que fue abolida formalmente en 1820.

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La inquisición y la caza de brujas

Entre los siglos XV y XVII, hubo una persecución sistemática llamada la “caza de brujas”. Se trató de la ejecución de miles de personas, especialmente mujeres, bajo acusación de brujería, prácticas diabólicas y pactos satánicos. La persecución se hacía en nombre de Dios y en defensa del orden moral cristiano.

Se suele asociar a la Inquisición como la principal instigadora de la caza de brujas, por la publicación del Malleus maleficarum (“El martillo de las brujas”) en Alemania en 1487, un exhaustivo manual para la identificación, persecución y caza de brujas.

Sin embargo, la participación de la Inquisición dentro del fenómeno general de persecución fue menor. En la mayoría de los casos, los tribunales que llevaban a cabo los juicios eran laicos.

Puede servirte:  

Referencias

  • Ackermann, M. E., Schroeder, M. J. y otros (2008). “Inquisition”. Encyclopedia of World History. Vol II. Facts on File.
  • Escudero, J. A. (2005). Estudios sobre la Inquisición. Marcial Pons Historia.
  • Hamilton, Bernard and Peters, Edward (2023). «Inquisition». Encyclopedia Britannica https://www.britannica.com/

¿Cómo citar?

"Inquisición". Autor: Teresa Kiss. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/inquisicion/. Última edición: 20 de febrero de 2024. Consultado: 18 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 20 febrero, 2024
Revisado por Teresa Kiss
Profesorado de Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires)

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