Te explicamos qué es el alcoholismo y qué tipos de alcoholismo existen. Además, cuáles son sus causas, síntomas y consecuencias.
¿Qué es el alcoholismo?
Se denomina alcoholismo a la adicción al alcohol. Es un padecimiento crónico, progresivo y mortal, que se caracteriza por un consumo desmedido, constante y dañino de dicha sustancia, en cantidades y formas superiores a las aceptadas socialmente o a las consideradas alimenticias. Es una enfermedad que no sólo afecta al individuo, sino a su entorno, pues entre los efectos del alcohol se registra a menudo la pérdida de inhibiciones y conducta errática.
No existe una cantidad fija de alcohol consumido que determine si se padece o no de alcoholismo, ya que las personas afectadas pueden seguir patrones de consumo muy diferente. Sin embargo, en todos los casos se presenta un consumo continuado y creciente de la sustancia, a medida que el cuerpo desarrolla tolerancia, tal y como con otras drogas.
Accidentes y conductas riesgosas derivadas del alcoholismo constituyen algunas de las principales causas de muerte en el mundo entero, tales como choques, atropellamientos o suicidios. La población adolescente es particularmente vulnerable a este fenómeno, dado el uso común del alcohol como desinhibidor socialmente aceptado y a las inestabilidades propias de este período de crecimiento.
Se estima que unas 3,3 millones de personas al año fallezcan en el mundo debido al consumo dañino de alcohol, un 5,9% de todas las muertes anuales. Existen numerosas organizaciones sociales y sanitarias avocadas a combatir este flagelo a lo largo del mundo, tales como Alcohólicos Anónimos. De hecho, en la mayoría de las naciones de religión musulmana, el consumo de alcohol está simplemente vetado.
Ver además: Vicio
Tipos de alcoholismo
Existen dos formas de alcoholismo, según su población vulnerable:
- Alcoholismo Tipo I. Usualmente afecta a personas adultas, que presentan etapas de alto consumo seguidas de períodos de sobriedad, los cuales a medida que la enfermedad avanza se hacen más y más breves. Suele estar acompañado de enfermedades hepáticas y de trastornos sociales.
- Alcoholismo Tipo II. Es más usual en la adolescencia, y suele estar asociado a conductas violentas y asociales. A diferencia del tipo I, no se caracteriza por un incremento gradual en el consumo, sino que opera más como un consumo masivo y frontal.
Síntomas del alcoholismo
Los síntomas usuales del alcoholismo pueden variar según el individuo, pero tienen por lo general que ver con:
- Síndrome de abstinencia. Cuando se le priva del acceso al alcohol, el individuo responde sintiéndose físicamente mal o psicológicamente perturbado. Esto se remedia de inmediato al beber un trago.
- Síntomas físicos. A la larga, se presenta mareos, sudoración, problemas de coordinación, náuseas y vómitos.
- Cambios de personalidad. Al consumir, el paciente puede tomar decisiones impulsivas, variar drásticamente su personalidad, presentar euforia, rabia o descontentos sin motivo aparente.
- Delirio. El individuo puede presentar crisis de miedo, depresión, paranoia o comportamiento errático, así como comportamientos autodestructivos, inestabilidad y pensamientos erráticos.
- Problemas hepáticos. Un síntoma que llega muy tarde suelen ser las complicaciones del hígado, como el hígado graso o la cirrosis hepática, potencialmente letales.
Causas del alcoholismo
Las causas del alcoholismo son variadas, dado que se ha determinado cierto factor hereditario en la propensión al mismo, así como en la capacidad de digestión y asimilación de los alcoholes. Se considera un trastorno hereditario, aunque por lo general está desencadenado por el consumo masivo y constante de la sustancia, lo cual es claramente una decisión de conducta.
Aun así, el 80% de los casos de alcoholismo encubren otras dolencias emocionales y psicológicas (e incluso psiquiátricas) de base, cuando no situaciones de alto estrés o depresión crónica, ya que el paciente consume para evadir la realidad.
Consecuencias del alcoholismo
Las consecuencias del alcoholismo son graves y pueden conducir a la muerte. Además, el consumo durante el embarazo puede tener incidencias graves en el desarrollo del feto, ocasionándole retardo mental, malformaciones, bajo peso al nacer, epilepsia y otras deficiencias en su formación.
Por otro lado, los estados de conciencia alterada que ocasiona el alcoholismo pueden conducir a los individuos a correr riesgos innecesarios y a causar daño a sí mismos o a otras personas. Esto es particularmente importante en lo que respecta al manejo de automóviles o maquinaria pesada. También puede desencadenar conductas suicidas, o empujar a los individuos a tomar decisiones irresponsables, todo lo cual tiene un costo social, económico, emocional y psicológico elevado.
En último lugar, el alcoholismo acarrea a la larga daños físicos irreversibles, como el deterioro de las células del hígado y otros órganos vitales, o daños neuronales que se traducen en lagunas mentales, desorientación o fallos de aprendizaje.
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