Workaholic

Te explicamos qué es un workaholic o trabajólico y sus características. Además, te contamos cuáles con las causas de la adicción al trabajo.

¿Qué es un workaholic o trabajólico?

Un trabajólico, también llamado workaholic (del inglés work, “trabajo”) es una persona que tiene una relación de adicción al trabajo, es decir, que se vincula con su mundo laboral de una manera compulsiva, incesante y poco saludable. Este término se ha hecho popular desde finales del siglo XX, sobre todo en su forma anglosajona, a pesar de que posee equivalentes válidos en español, como laboradicto o ergomaníaco.

A pesar de que esta condición no está descrita ni psicológica ni médicamente, ni constituye un problema de adicción reconocido formalmente como el alcoholismo o la drogadicción, la adicción al trabajo surgió como término en el habla inglesa a mediados del siglo XX. Aunque posee claras connotaciones negativas, a menudo se lo emplea en el habla cotidiana para indicar que alguien está muy comprometido con su trabajo o que da prioridad a la carrera profesional sobre los demás aspectos de la vida.

El primer uso formal registrado del término workaholic data de 1968, pero su popularización se debe al libro Confessions of a Workaholic (“Confesiones de un adicto al trabajo”) del estadounidense Wayne Oates. Posteriormente, en 1990, fue un término muy empleado en la jerga de la autoayuda y el New Age, se utilizó para describir la creciente fijación en el trabajo y la vida de oficina que experimentó desde entonces el mundo occidental.

Ver además: Salud ocupacional

Características típicas del workaholic

A grandes rasgos, algunas características de un trabajólico son:

• Concibe el trabajo como el aspecto central, fundamental y vital de su existencia, por encima de otros temas tradicionalmente importantes como el amor, la familia, el entretenimiento, etc., por los que demuestra desinterés.
• Dedica tiempo y esfuerzo al trabajo incluso en días feriados, períodos vacacionales o estando enfermo.
• Trabaja en jornadas laborales tremendamente largas, tanto en solitario como teletrabajando desde su casa. Esto se debe a la dificultad para poner límites al trabajo.
• Demuestra conductas ansiosas o depresivas cuando le resulta imposible trabajar o ante faltas laborales, aunque estén justificadas.
• Es incapaz de negarse a nuevas responsabilidades laborales, sin importar el costo que estas nuevas responsabilidades tengan en su vida personal.
• Demuestra avidez de reconocimientos en el campo profesional y dificultad para recibirlos en otras áreas.
• Demuestra sentimientos de superioridad respecto de los demás, incluidos los compañeros de trabajo, y a menudo también actitudes soberbias o autoritarias ante ellos.

¿Cómo saber si alguien es workaholic?

Una persona workaholic es distinta de una persona trabajadora y comprometida, y esta es una diferencia que todo el mundo puede notar excepto, justamente, un trabajólico. Existen grados de adicción al trabajo, y ello se refleja, generalmente, en aspectos fundamentales: la vida personal, los placeres y hobbies, y el modo afectivo de vivir y comprender los éxitos y fracasos del trabajo.

Un trabajólico hace del trabajo su vida entera, tal como lo hace un adicto con la sustancia  que consume. Por lo tanto, a modo de autoevaluación al respecto, podemos hacernos las siguientes preguntas:

• ¿Invertimos en el trabajo el tiempo que amerita o dejamos que invada todos los espacios de nuestra existencia?
• ¿Qué tan a menudo sacrificamos asuntos centrales y vitales de nuestra vida por el trabajo? ¿Qué sentimos al hacerlo? ¿Lo reconocemos como un sacrificio?
• ¿Cuántas relaciones sociales significativas tenemos por fuera del trabajo? ¿Cuánto de nuestra vida nos resulta interesante, apasionante o relevante por fuera del trabajo?
• ¿Qué implicaría para nosotros la pérdida de nuestro trabajo, más allá del aspecto socioeconómico?

Causas de la adicción al trabajo

Un adicto al trabajo es una persona que trabaja incluso cuando se encuentra fuera del trabajo, es decir, que tiene problemas para poner límites a su vida laboral. Esto puede deberse a distintos factores.

Muchas personas trabajólicas han aprendido a valorar su trabajo por encima de todo lo demás en su vida. Esto puede suceder debido a situaciones personales de falta de recursos económicos en el pasado, por ejemplo. En ese sentido, el exceso de trabajo se debe a una angustia fuertemente instalada en el individuo.

Esta angustia, además, puede revelar otros factores subyacentes, que no se relacionan necesariamente con experiencias intensas o traumáticas vinculadas con el trabajo. Por ejemplo, muchos trabajólicos sufren de una autoestima baja y un sentimiento de minusvalía que los convence de tener que dedicar el 100 % de sus vidas al trabajo, pues de otro modo corren el riesgo continuo de ser despedidos.

Otras posibilidades tienen que ver con el mundo extralaboral de la persona con adicción al trabajo: es común que un trabajólico se refugie en la oficina para no tener que afrontar temas personales o cotidianos que le resultan desgarradores, y que constituyen para él grandes fracasos vitales: la incapacidad para hallar el amor o la amistad, la ausencia de una familia, entre otros.

Estas personas, pues, se refugian en el trabajo y acaban cumpliendo su propia profecía, ya que al dedicar todo al trabajo se dificulta conocer gente nueva, visitar a la familia, e incluso atender aspectos emocionales en psicoterapia.

Formas de tratamiento

Para combatir la adicción al trabajo, lo más recomendable es acudir a un especialista: un psicoterapeuta o psicólogo que pueda desentrañar las causas de la adicción y tratarla. Es necesario el esfuerzo del paciente, tal como con otro tipo de adicciones, y el proceso a menudo puede ser facilitado con el uso de terapias médicas o alternativas, a criterio del especialista.

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Referencias

• “Trabajólico” en Wikipedia.
• “Trabajólico” en Fundéu.
• “¿Eres una persona de alto rendimiento o un trabajólico?” en BBC News Mundo.
• “Adicción al trabajo: el síndrome trabajólico” en el diario Nueva Tribuna (España).
• “7 signs you might be a workaholic” en Forbes.