Texto narrativo

Te explicamos qué es un texto narrativo, sus características, estructura, tipos y elementos. Además, su función, ejemplos y cómo escribir uno.

texto narrativo
Los textos narrativos existen desde la Antigüedad.

¿Qué es un texto narrativo?

Un texto narrativo es cualquier texto, relato o narración que cuente una anécdota determinada, o sea, una sucesión de acciones en un período de tiempo limitado. Puede tener fines literarios o meramente comunicativos. Además, los textos narrativos pueden tener muchas formas y pueden estar en diferentes soportes, tanto orales como escritos.

Las narraciones forman parte importante de la vida cotidiana y han acompañado al ser humano desde la Antigüedad más remota. Los mitos antiguos, los relatos históricos y las anécdotas religiosas son ejemplos de textos narrativos ancestrales.

Asimismo, en la actualidad, los textos narrativos continúan siendo importantes y jugando un rol comunicativo esencial. Desde novelas y reportajes hasta chistes, anécdotas e incluso relatos escritos en redes sociales son ejemplos de narraciones contemporáneas.

Ver también: Narración

Características de los textos narrativos

Los textos narrativos suelen caracterizarse por:

  • Contar una anécdota, o sea, un conjunto de acciones y situaciones repartidas en un período de tiempo y en un lugar determinados, y que puede ser real o ficticia.
  • Tener diferentes personajes (protagonistas, antagonistas, primarios o secundarios) que interactúan entre sí mediante diálogos y acciones.
  • Tener un narrador, que es la voz que cuenta la anécdota desde un punto de vista específico y empleando un lenguaje particular. No debe confundirse con el autor.
  • Relatar eventos reales, fantásticos o una combinación de ambas posibilidades.
  • Generar en el lector tensión, interés o alguna otra sensación que motive a seguir la trama hasta el final.

Estructura de un texto narrativo

Todo texto narrativo se compone de tres fases claramente diferenciadas, de acuerdo con lo propuesto antiguamente por el filósofo griego Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.). Estas etapas son:

  • Planteamiento o inicio. Es la parte inicial donde se presentan al lector la situación, los personajes y se le cuenta todo lo que necesita saber para empezar el relato sin extravíos.
  • Complicación o nudo. Es la parte donde las acciones comienzan a desarrollar algún tipo de problema que aqueja a los personajes e impide la realización de sus deseos. Este problema genera, además, tensión o inquietud en el lector.
  • Desenlace. Es el instante final del relato, en el que las complicaciones se resuelven de un modo u otro y se establece un nuevo estado de cosas. El desenlace puede ser feliz, triste o agridulce.

Puede servirte: Texto descriptivo

Tipos de texto narrativo

Los textos narrativos pueden ser de diferentes tipos, dependiendo de si poseen una intención literaria o no. Así, podemos distinguir entre narraciones literarias y no literarias.

Narraciones literarias

Las narraciones literarias son aquellas que persiguen un fin estético o artístico, es decir, que buscan conmover al lector a través de lo que cuentan o de la manera de contar. Con este objetivo, utilizan distintos recursos poéticos para embellecer el relato. Dependiendo de sus reglas de composición, estas narraciones pueden pertenecer a diferentes géneros, como son:

  • Novelas. Son extensos relatos de ficción provistos de muchos personajes y muchas veces divididos en capítulos, que requieren de una lectura más o menos larga y continua. Por ejemplo: Don Quijote de la Mancha (1605) de Miguel de Cervantes.
  • Cuentos. Son relatos breves e intensos de ficción que se leen en una sentada y que involucran menos personajes y eventos que una novela. Por ejemplo: “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” (1940) de Jorge Luis Borges.
  • Crónicas literarias. Son narraciones más apegadas a la realidad que los cuentos y que tienen como cometido mostrar algún evento real usando técnicas literarias. Se caracterizan por incorporar la mirada subjetiva del narrador. Por ejemplo: Nuestra América (1891) de José Martí.
  • Microrrelatos. Son relatos brevísimos de ficción, escritos en muy pocas palabras y que dejan mucho a la imaginación del lector. Por ejemplo: “El dinosaurio” (1959) de Augusto Monterroso.
  • Fábulas. Son relatos ficticios o fantásticos que cuentan una serie de eventos sencillos, a menudo protagonizados por animales, y que conducen a una enseñanza o moraleja. Por ejemplo: la fábula de la hormiga y la cigarra de Esopo.
  • Mitos. Son relatos fundacionales, normalmente de la Antigüedad, en los que se ofrece una explicación fantástica o religiosa respecto a los orígenes de las cosas o el mundo. Por ejemplo: el Popol Vuh de los mayas.
  • Leyendas. Son relatos fantásticos de creación popular, que cuentan un hecho imaginario dentro de un contexto histórico real. Por ejemplo: la leyenda galesa del rey Arturo.
  • Diarios. Son relatos compuestos por viñetas y fragmentos tomados de la vida real y contados en orden cronológico, para recrear la vida del autor. Por ejemplo: El diario de Ana Frank (1947).

Narraciones no literarias

Las narraciones no literarias son aquellas que no persiguen fines estéticos, sino prácticos o de otra naturaleza, como informar o educar al lector. Dentro de este grupo, podemos hallar diferentes géneros de textos narrativos, como son:

  • Reportajes. Son piezas periodísticas en las que se relatan eventos reales de la manera más minuciosa y objetiva posible, con el fin de exponer un tema a la luz pública.
  • Biografías. Son relatos de vida de una personalidad histórica o un individuo famoso, que se construyen a partir de una investigación exhaustiva y que tienen como fin conocer la historia del biografiado.
  • Noticias. Son piezas periodísticas de alto impacto que cuentan un evento reciente, real y de interés inmediato para el público lector, pero que pierden su relevancia una vez pasado el tiempo.
  • Crónicas periodísticas. Son narraciones de eventos reales relatados en orden cronológico. Pueden usar algunas técnicas literarias, pero siempre tienden a la objetividad, como en el caso de las crónicas informativas o las policiales.
  • Chistes. Son relatos muy breves y jocosos, de autoría anónima y propósito humorístico, que se cuentan en situaciones de confianza para causar gracia o risa en el oyente.

Ver además: Tipos de texto

Elementos de un texto narrativo

Los textos narrativos pueden ser muy diversos entre sí, pero cuentan en general con los siguientes elementos fundamentales:

  • Narrador. El narrador es la voz que cuenta la historia y que se encarga de ponerle el tono en lo referente al lenguaje. Puede o no ser, a su vez, un personaje, pero en ningún momento debe confundirse con el autor del texto. Existen narradores en primera (yo), segunda (tú) y tercera persona (él, ella, ellos), dependiendo del punto de vista gramatical que usen al contar el relato.
  • Personajes. Los personajes son seres humanos, animales, criaturas fantásticas o cualquier otro tipo de entidades imaginarias que aparecen en la historia. Pueden ser de dos tipos: principales, cuando son a quienes les ocurren los eventos (como los protagonistas y sus rivales o antagonistas), y secundarios, cuando intervienen en la historia para cumplir un papel menor.
  • Trama. La trama de una historia es la secuencia de acciones y eventos relatados por el narrador, a lo largo de tres etapas esenciales: el inicio o la presentación, el conflicto o complicación y el final o desenlace.
  • Escenario. El escenario es cualquiera de los lugares en los que ocurren las acciones de la trama dentro del relato. Pueden ser lugares reales o del todo imaginarios.
  • Tiempo narrativo. El tiempo narrativo es la cantidad de tiempo que abarcan todos los hechos de la trama, desde que el relato comienza hasta que termina. Su duración puede ir desde unos pocos segundos hasta siglos enteros, según convenga a la historia contada.

Ver también: Texto literario

¿Cómo hacer un texto narrativo?

Para elaborar un texto narrativo, conviene seguir una serie de pasos:

  • Saber qué tipo de narración se desea escribir. El punto de partida en la composición de un texto narrativo es saber a qué tipo de relato se apunta. Un cuento, una novela, un chiste y una crónica son casos radicalmente distintos, de modo que resulta importante definir de antemano qué tipo de narración se desea abordar.
  • Conocer la anécdota que va a contarse. Una vez elegido el tipo de texto, conviene escoger la temática que se abordará. ¿Se trata de una historia romántica, policial o de terror? ¿Se busca relatar la experiencia real de un viaje o se pretende imaginar uno hacia destinos remotos? Por otro lado, debe elegirse dónde y cuándo tienen lugar estos eventos. ¿En la antigüedad remota? ¿En un futuro distópico? ¿En el presente inmediato?
  • Conocer a los personajes. Una vez escogido el tema del relato, se puede hacer un inventario de los personajes principales (a quiénes les ocurre la trama) y los secundarios (quiénes intervienen de manera tangencial en los sucesos contados). Este inventario puede ser útil para el próximo paso.
  • Elegir un punto de vista para narrar. Cuando ya se sabe qué es lo que se va a contar, es fundamental elegir un punto de vista, es decir, un lugar desde el cual se abordarán los hechos de la historia. Un mismo relato se puede contar desde la mirada de quien vive los hechos, de un testigo que lo acompaña o incluso desde una perspectiva general y omnisciente.
  • Escribir un borrador y luego corregirlo. El siguiente paso es simplemente escribir. Se trata de escribir un borrador de la historia sobre el cual pueda luego trabajarse. Esta versión tentativa deberá corregirse, pulirse y leerse de corrido, para verificar que funcione, que cuente lo que se desea contar y que no tenga fallas de coherencia, cohesión y verosimilitud.

Función de un texto narrativo

El propósito de todo texto narrativo es hacer que el receptor imagine lo que se le cuenta del modo más vívido posible, es decir, de manera tal que experimente la narración como una vivencia propia.

Este propósito es fácil de observar en la narración literaria, ya que se trata de una forma de entretenimiento escrito. Sin embargo, también se encuentra detrás de textos narrativos mucho más cotidianos, como los chistes, las anécdotas o los recuerdos, y de alguna manera, también en los reportajes y las noticias, que buscan transmitir al lector la importancia de algo ocurrido.

Según distintos abordajes antropológicos, la capacidad de narrar del ser humano es uno de los rasgos fundamentales que lo distinguen de los animales. Esto se debe a que le permite ponerse en el lugar de otro y fomentar lazos de empatía y de igualdad, incluso cuando se trata de seres completamente distintos, como los animales o las formas de vida imaginaria.

Ejemplos de textos narrativos

Los siguientes son algunos ejemplos de textos narrativos:

  • 1. Fragmento del cuento corto “El camaleón” (1884), de Antón Chéjov:

El inspector de policía Ochumélov, con su capote nuevo y un hatillo en la mano, cruza la plaza del mercado. Tras él camina un municipal pelirrojo con un cedazo lleno de grosellas decomisadas. En torno reina el silencio… En la plaza no hay ni un alma… Las puertas abiertas de las tiendas y tabernas miran el mundo melancólicamente, como fauces hambrientas; en sus inmediaciones no hay ni siquiera mendigos.

—¿A quién muerdes, maldito? —oye de pronto Ochumélov—. ¡No lo dejen salir, muchachos! ¡Ahora no está permitido morder! ¡Sujétalo! ¡Ah… ah!

Se oye el chillido de un perro. Ochumélov vuelve la vista y ve que del almacén de leña de Pichuguin, saltando sobre tres patas y mirando a un lado y a otro, sale corriendo un perro. Lo persigue un hombre con camisa de percal almidonada y el chaleco desabrochado. Corre tras el perro con todo el cuerpo inclinado hacia delante, cae y agarra al animal por las patas traseras. Se oye un nuevo chillido y otro grito: “¡No lo dejes escapar!”. Caras soñolientas aparecen en las puertas de las tiendas y pronto, junto al almacén de leña, como si hubiera brotado del suelo, se apiña la gente.

  • 2. Fragmento de la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605) de Miguel de Cervantes:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba «Quijana». Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.

  • 3. Fragmento de Diario de a bordo (1492) de Cristóbal Colón en su viaje a América:

Miércoles, 19 de Setiembre

Este día, a las diez oras, vino a la nao un alcatraz y a la tarde vieron otro, que no suelen apartarse 20 leguas de tierra. Aquí descubrieron sus puntos los pilotos: el de la Niña se hallaba de las Canarias 440 leguas, el de la Pinta 420, el de la donde iva el Almirante 400 justas.

Sábado, 22 de Setiembre

Navegó al Güesnorueste más o menos, andarían 30 leguas acostándose a una y otra parte. Dize aquí el Almirante: “mucho me fue neçessario este viento contrario, porque mi gente pensavan que no ventavan en estos mares vientos para bolver a España”.

  • 4. Fragmento de la crónica “Génova” (1900) de Rubén Darío:

Paseo por la rada. El agua está serena y el horizonte está histórico como diría Roberto Montesquieu.  Amarrados a los muelles, los barcos descansan, esperando sus cargas. Un acorazado italiano, el Garibaldi, está de estación. Al lado, están remendando la cáscara de hierro de un buque de guerra turco. Advierto que en una de las planchas de popa, un salaz obrero sin duda, ha pintado, con tiza, con visible irrespeto por la media luna, una figura obscena que cualquiera puede notar de lejos.

El bote que me conduce se dirige al lado opuesto, hacia la barrera de piedra que se ha alzado a la rabia del mar, y que éste en ocasiones ha mordido y despedazado por algunos puntos.

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Referencias

  • Calatrava Valles, J. (2008). Teoría de la narrativa. Una perspectiva sistemática. Iberoamericana.
  • Garrido Domínguez, A. (1993). El texto narrativo. Síntesis.
  • Llorca Marimón, C. (2006). El texto narrativo. Liceus.

¿Cómo citar?

"Texto narrativo". Autor: Gilberto Farías. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/texto-narrativo/. Última edición: 20 de marzo de 2024. Consultado: 27 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 20 marzo, 2024
Revisado por Gilberto Farías
Licenciado en Letras (Universidad Central de Venezuela)

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