Te explicamos qué es la gratitud, sus beneficios y diferencias con la deuda moral. Además, cómo es vista por diferentes religiones.

¿Qué es la gratitud?
En un sentido general, la gratitud es un sentimiento o emoción de reconocimiento por un beneficio que se ha recibido. Se puede tener gratitud hacia alguien, hacia un objeto (un libro) o hacia una entidad abstracta (por ejemplo, la vida).
La gratitud también puede ser entendida como una actitud general de agradecimiento, o sea, una disposición a considerarse afortunado por lo vivido y lo recibido, en lugar de hacer foco en los deseos insatisfechos y en las frustraciones.
De manera más precisa, la gratitud ha sido definida por los psicólogos estadounidenses Robert Emmons y Michael McCullough como un “estado afectivo-cognitivo asociado a la percepción de que uno ha recibido un beneficio personal que no es merecido ni ganado, que se debe a las buenas intenciones de otra persona”.
La gratitud es objeto de estudio de la psicología, pero ha ocupado el interés del pensamiento filosófico en lo que atañe a la ética y la moral, y forma parte de la doctrina de muchas religiones. En épocas recientes, se han dedicado esfuerzos a comprender los efectos de la gratitud en las relaciones personales y la salud.
Ver además: Lealtad
Concepción sobre la gratitud
A lo largo de la historia, y en distintos ámbitos, la gratitud ha sido entendida de diferentes maneras. Al respecto, las diversas concepciones pueden sintetizarse en cuatro posturas básicas:
- La gratitud como emoción. Las emociones son reacciones afectivas que surgen como respuesta a determinadas situaciones. Desde este punto de vista, la gratitud es una reacción de aprecio que alguien manifiesta ante un beneficio que ha recibido.
- La gratitud como rasgo psicológico. Los rasgos son el conjunto de características que definen a una persona. A diferencia de las emociones, que son breves, los rasgos son estables y consistentes. Bajo esta perspectiva, la gratitud es un rasgo que predispone a reconocer los favores o bienes recibidos.
- La gratitud como medio para mejorar las relaciones. En este caso, la gratitud es concebida como una forma de reciprocidad, que consiste en la correspondencia de un individuo a un acto de generosidad o bondad de la otra parte, manifestando el deseo de iniciar o mantener una relación amistosa.
- La gratitud como virtud o valor. Las virtudes son hábitos o disposiciones estables para actuar de acuerdo con ciertos principios morales (por ejemplo, hacer el bien). Así considerada, la gratitud es la virtud por la cual nos sentimos obligados moralmente a recompensar de alguna manera a quien nos ha dado un beneficio.
Aspectos de la gratitud
La gratitud es un fenómeno psicológico y social complejo. En él intervienen creencias, sentimientos y actitudes. Los aspectos o elementos de la respuesta de agradecimiento pueden agruparse en cuatro categorías:
- Aspectos cognitivos. Comprenden las creencias o juicios involucrados en el acto de gratitud. La creencia básica es la de que alguien o algo nos ha beneficiado. Otros contenidos de las creencias pueden variar, de acuerdo a la naturaleza del beneficio recibido (por ejemplo, pueden incluir la creencia de que quien nos ha otorgado el beneficio es valiente o abnegado).
- Aspectos afectivos. Son los sentimientos que, en cierto modo, exige la gratitud o se espera que tenga el agradecimiento. Por lo general, se trata de sentimientos agradables y positivos. También suele incluir el deseo de desearle lo mejor a quien ha otorgado el favor o el bien.
- Aspectos comunicativos. Son las manifestaciones de las creencias y los sentimientos de agradecimiento al benefactor. Estas creencias, por lo general, consisten en palabras, frases y expresiones (Muchas gracias, Te agradezco infinitamente, No tengo palabras para agradecerte).
- Aspectos de comportamiento. Son las actitudes y los gestos de gratitud del beneficiario hacia su benefactor, como darle un regalo o hacerle un favor. Estos gestos pueden prolongarse en el tiempo si el favor o beneficio recibido se considera de gran importancia.
Gratitud y deuda moral
Con frecuencia, se distingue la gratitud de la deuda moral. Esta última se relaciona con la sensación de estar comprometido con alguien por algo que se recibió, o que se debe un favor a otra persona. En este último caso se trata más bien de resarcir una ayuda recibida, devolverla o saldar una deuda, impresiones que no suelen estar asociadas a la gratitud en absoluto.
De hecho, la gratitud suele provenir de la gratuidad de la ayuda, de la generosidad del otro, mientras que la sensación de deuda puede llegar incluso a impedir que uno acepte ciertas ayudas, solamente por no sentirse obligado luego a retribuirlas. Habitualmente, la gratitud mejora la relación entre quien da y quien recibe.
Frente a esta postura, que plantea una oposición entre gratitud y deuda moral, hay quienes consideran que la gratitud conlleva efectivamente una deuda moral cuando se trata de una relación que no está asociada a obligaciones formales (por ejemplo, pagar un trabajo realizado), como sucede en los vínculos afectivos o de confianza (por ejemplo, en la amistad y en el amor). En estos casos, responder con gratitud a los amigos, socios o benefactores fortalece la relación; por el contrario, no hacerlo puede perjudicar y destruirla. En este sentido, la gratitud es una forma de reciprocidad que permite construir confianza.
La gratitud en la religión
La gratitud es un elemento central de todas las religiones, en las que la oración no solo tiene el propósito de invocar la ayuda o la protección de la divinidad, sino también de agradecerle la vida y todo lo recibido.
- Según el judaísmo, la gratitud debe ser una parte esencial de la vida del creyente, pues todas las cosas provienen de Dios. Muchas plegarias incluyen fórmulas explícitas de agradecimiento a la divinidad. Un judío ortodoxo, a lo largo del día, dará a Dios más de cien agradecimientos al día a través de bendiciones breves llamadas berakhots.
- Según el cristianismo, la gratitud no es una mera emoción, sino una virtud que influye en el modo de pensar, sentir y actuar. Los cristianos rinden gratitud, ante todo, a Dios, considerado un padre amoroso, que atiende a cada quien de manera personal e individual. Pero, además, intentan practicarla en su vida diaria, a través de sus acciones y hechos, agradeciendo los bienes recibidos de los demás, como provenientes de Dios mismo.
- Según el islam, los musulmanes deben ser agradecidos continua y constantemente en sus vidas, dado que –según la enseñanza del Corán– solo así serán recompensados con grandes placeres (Sura 14). Muchos dichos tradicionales musulmanes ponen a los agradecidos a la cabeza de los convocados por Dios al paraíso, y el pilar de la práctica islámica, el llamado quíntuple a la oración a lo largo del día, tiene como fundamento demostrar a Dios el agradecimiento de sus seguidores.
Beneficios de la gratitud

En las últimas décadas, ha habido un creciente interés en el estudio de la gratitud y su impacto positivo en la vida, tanto desde la psicología como desde la medicina. Diversas investigaciones, en particular del ámbito de la denominada psicología positiva, se han llevado a cabo con el fin de determinar si realmente existe una relación entre la gratitud y la calidad de vida, y según distintas fuentes, los resultados podrían ser prometedores.
Entre los beneficios que se atribuyen a la práctica de la gratitud (o sea, a asumir una actitud agradecida en la vida), se encuentran:
- Mayores niveles de felicidad cotidiana, mejor trato con los demás y una disposición más afable y menos pesimista de la vida.
- Mayores márgenes de crecimiento personal, de resiliencia y crecimiento ante las circunstancias, así como una mayor facilidad para la aceptación de sí mismo y una mejor disposición ante el cambio.
- Mejor disposición para el reposo y el sueño, y, por ende, menor desgaste físico y psíquico del organismo.
- Menores niveles de estrés y mejor manejo de las emociones, lo cual incide en mejores tasas de presión arterial.
- Una actitud más positiva frente a los retos de la vida, lo cual contribuye a una personalidad más flexible y a menos sufrimiento existencial.
Frases sobre la gratitud
- “La gratitud es la memoria del corazón” – Lao Tsé (604 a.C.), filósofo chino.
- “Cuando bebas agua, recuerda la fuente” – Proverbio chino.
- “Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto” – Esopo (ca. 600-ca. 564 a. C.), fabulista griego.
- “La gratitud es la madre de todas las demás virtudes” – Marco Tulio Cicerón (106 a.C.-43 a. C.), político y escritor romano.
- “Nada es más honorable que un corazón agradecido” – Lucio Anneo Séneca (4 a. C.-65 d. C.), filósofo y político romano.
- “Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud” – Jean de la Bruyère (1645-1696), filósofo y escritor francés.
- “La gratitud es la flor más bella que brota del alma” – Henry Ward Beecher (1813-1887), clérigo estadounidense.
- “Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices; ellas son los encantadores jardineros que hacen florecer nuestra alma” – Marcel Proust (1871-1922), escritor francés.
- “A menudo damos por hecho las cosas que más merecen nuestra gratitud” – Cynthia Ozick (1928), novelista y ensayista judíoamericana.
- “Lo que separa el privilegio del derecho es la gratitud” – Brené Brown (1965), autora estadounidense.
Sigue con: Cualidades de una persona
Referencias
- “Gratitud”, en Wikipedia.
- “Gratitude”, en Stanford Encyclopedia of Philosophy.
- “What Is Gratitude? Ingratitude Provides the Answer”, de J. L. Navarro y J. R. H. Tudge, en Karger.
- Psicología de la gratitud, de Gloria Bernabé Valero, en Course Hero.
- “Beneficios de la gratitud” (video), en Intimind.
- “¿Qué es la gratitud?”, en Teens Health.
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