Te explicamos cuáles eran los principales dioses aztecas, las características de cada uno, su origen y diversos mitos y rituales.
¿Cuáles eran los principales dioses aztecas?
Los aztecas, también llamados mexicas, constituyeron una de las civilizaciones mesoamericanas más importantes del período Posclásico tardío (1325-1521). Se establecieron en la región central de Mesoamérica, donde fundaron la ciudad de México-Tenochtitlán (actual Ciudad de México), y se convirtieron en el Estado más poderoso de la región, conocido como Imperio azteca, Imperio mexica o Imperio tenochca.
Dicho imperio era regido por la llamada Triple Alianza, de la que formaban parte los mexicas junto con sus aliados de Texcoco y Tlacopan. Sin embargo, los mexicas acabaron por liderar la alianza y, para el momento de la llegada de los conquistadores españoles a Mesoamérica en el siglo XVI, el imperio era claramente administrado desde Tenochtitlán.
Los aztecas eran una tribu nahua dotada de una identidad propia, con sus creencias y divinidades, que llevaron consigo en su marcha hacia el valle de México,en el siglo XIV. Aunque originalmente eran nómadas, en apenas doscientos años formaron uno de los imperios más importantes de la América precolombina.
A medida que iban conquistando y sometiendo pueblos,entraron en contacto con una amplia herencia cultural mesoamericana, que integraron a su propia cultura. De este modo, se fue desarrollando la religión azteca, una religión politeísta con un fuerte componente guerrero, en la que eran frecuentes los sacrificios humanos.
A continuación, se presenta una lista de los principales dioses a los que rendían culto los mexicas. Algunos de ellos eran dioses específicamente aztecas, mientras que otros eran divinidades de otras culturas mesoamericanas que incorporaron a su panteón y mitología.
Ver además: Culturas mesoamericanas
Huitzilopochtli
La principal deidad de la religión mexica era Huitzilopochtli, dios solar de la guerra, cuyo culto llegó al valle de México y al altiplano central mesoamericano junto con los mexicas. Para el momento en que llegaron los españoles, su culto estaba extendido entre algunos pueblos sometidos al Imperio azteca.
Su nombre puede traducirse como “colibrí del sur” o “colibrí izquierdo”, y su templo principal se hallaba en Huitzilopochco (actual Churubusco, en el sur de la Ciudad de México). Las fiestas en su honor eran celebradas por los aztecas una vez al año bajo el nombre de panquetzaliztli e incluían sacrificios humanos.
Según el mito, Huitzilopochtli ordenó a los aztecas marchar desde el norte del actual México hacia las tierras del sur, es decir, hacia lo que luego fue Tenochtitlán. Su indicación fue que avanzaran hasta hallar sobre un nopal a un águila, pues esa sería la señal que les marcaría el lugar donde establecerse. Así lo hicieron y fundaron Tenochtitlán. Por esta razón dicha imagen se encuentra hoy en el escudo y la bandera de México.
Uno de los mitos del nacimiento de Huitzilopochtli lo presenta como hijo de la diosa terrestre Coatlicue, despreciado por sus cuatrocientos hermanos mayores (las estrellas del sur) y su hermana Coyolxauhqui, quienes se propusieron matar a Coatlicue. Pero Huitzilopochtli nació armado y venció fácilmente a sus hermanos. Posteriormente, tomó la cabeza cortada de su hermana Coyolxauhqui y la arrojó al cielo, donde se convirtió en la Luna, mientras que Huitzilopochtli permaneció asociado al Sol.
A pesar de la enorme importancia que tenía Huitzilopochtli para los mexicas, no sobreviven muchas representaciones de este dios. Se cree que esto se debe a que su imagen solía ser tallada en madera, un material más perecedero que la piedra. Además, al tratarse de un dios originario de los mexicas, no tenía equivalentes en los dioses de otras civilizaciones mesoamericanas.
Quetzalcóatl
Uno de los grandes dioses compartidos por casi todos los pueblos de Mesoamérica y uno de los principales dioses del panteón mexica era Quetzalcóatl. Se lo consideraba el dios de la luz, la fertilidad, los vientos, la creación y el conocimiento, asociado al color blanco.
Su nombre se traduce como “serpiente emplumada”, y esa era la forma más común de representarlo: la serpiente simbolizaba el aspecto terrenal y las plumas los principios celestiales o espirituales.
En la mitología azteca, Quetzalcóatl era uno de los cuatro dioses primigenios (junto con Tezcatlipoca, Huitzilopochtli y Xipe Tótec), hijos de los dioses Ometecuhtli y Omecíhuatl (partes masculina y femenina de una sola divinidad dual llamada Ometéotl).
También tenía presencia en las religiones tolteca, olmeca, maya, pipil y teotihuacana, entre otras. Su forma semejante a la de un dragón puede hallarse en ruinas y fragmentos de muy diferentes regiones de Mesoamérica.
Tláloc
Conocido como Chaac por los mayas, Tláloc era el dios del agua y la lluvia, a quien los mexicas responsabilizaban por la fertilidad del suelo, pero también por las tormentas y los terremotos que causaban destrucción. Como muchas otras deidades mesoamericanas, Tláloc reunía condiciones contradictorias: podía ser un dios generoso y dador de vida, pero también destructivo y aniquilador. A él también se atribuían los relámpagos, las inundaciones, las heladas y las sequías.
Lo honraban durante el primer mes de cada año nuevo, y su culto también lo practicaban los teotihuacanos, los toltecas, los mayas, los totonacas, los tlaxcaltecas y otros pueblos mesoamericanos, dado que era una de las deidades más antiguas de Mesoamérica. Se lo representaba frecuentemente con la cara azul o negra, a veces verde, pues estos colores simbolizaban la naturaleza y el agua. Además, en sus vestidos solían pintarse símbolos que representaban gotas de agua.
Las fiestas en honor a Tláloc se celebraban mediante marchas a las cimas sagradas, entre personas danzantes y sacrificios de niños bellamente adornados, acostados en camillas con flores y plumas. Sus lágrimas durante el camino eran interpretadas como buenos augurios de abundantes lluvias. Una vez en la cima, los sacerdotes de Tláloc procedían a sacrificarlos para ofrendarlos al dios. Según algunas fuentes, les arrancaban el corazón, pero otras mencionan que eran ahogados o degollados.
Tezcatlipoca
Tezcatlipoca era un dios proveniente de la mitología tolteca, pero compartido por muchos pueblos mesoamericanos, entre ellos, los aztecas. Era el dios de la providencia, de lo invisible, de la oscuridad y de la creación. Junto con Huitzilopochtli, Quetzalcóatl y Xipe Tótec, conformaban los cuatro dioses creadores, descendientes de la pareja primigenia formada por Ometecuhtli y Omecíhuatl (es decir, la divinidad dual Ometéotl).
A Tezcatlipoca se lo representaba con una o más franjas negras en el rostro y a menudo con un espejo de obsidiana en el pecho o en lugar del pie izquierdo, en el que se podían ver reflejadas las acciones y los pensamientos humanos y del que podía brotar humo. Estaba asociado con la parte norte del universo, con la noche y con todas las cosas materiales. Uno de sus símbolos era el cuchillo de obsidiana.
También era el señor del mundo natural y se oponía a la espiritualidad del luminoso Quetzalcóatl, por lo que era asociado al color negro. En algunas versiones del mito, ambos hermanos combatían entre sí.
Por otro lado, Tezcatlipoca era un dios de la guerra y el patrón de los guerreros. Las fiestas en su honor eran las segundas en importancia para los aztecas, después de las consagradas a Huitzilopochtli. En esas ocasiones, se tomaba a un prisionero de guerra y se lo trataba como a un noble durante un año, en preparación para su sacrificio ritual, llevado a cabo luego de recorrer las calles del pueblo al ritmo de una flauta. Finalmente, en un templo de Tenochtitlán, se rompían cuatro flautas y se le extraía el corazón con un cuchillo de obsidiana.
Coatlicue
Diosa de la fertilidad, guía del renacimiento y madre de Huitzilopochtli, Coatlicue era comúnmente venerada como Tonantzin (madre de los dioses). Se la representaba como a una mujer de pechos caídos que vestía una falda de serpientes y un collar de manos y corazones humanos. Estaba casada con Mixcóatl, dios de las tempestades.
Según el mito, fue la madre de cuatrocientos dioses que representaban a las estrellas del sur. Un día, mientras barría su templo, cayó una bola de plumas del cielo y ella la recogió. Cuando la colocó en su pecho, quedó embarazada. Así dio a luz a Huitzilopochtli. Esto ofendió a sus hijos, que, instigados por su hija Coyolxauhqui, decidieron asesinar a su madre. Sin embargo, no lo lograron: fueron todos asesinados por Huitzilopochtli recién nacido.
Ehécatl
Ehécatl era un dios compartido por varias culturas mesoamericanas, entre ellas, los mexicas. Estaba asociado con el viento y era descrito como una de las manifestaciones de la serpiente emplumada Quetzalcóatl.
Se lo identificaba con los puntos cardinales, el aliento vital de los seres vivos y la brisa que llevaba la lluvia para favorecer la agricultura, de modo que era un dios fundamental en los mitos de la creación. Además, según la mitología azteca, a su soplo se debían el movimiento del Sol y de la Luna, pues se contaba que originalmente estos astros estaban fijos en el firmamento.
Otro relato sobre Ehécatl afirmaba que había convencido a una joven diosa de acompañarlo a la tierra, donde ambos se abrazaron con la forma de dos ramas de un árbol hasta que la abuela de la joven los descubrió y mandó destruir la rama de la joven. Ehécatl reunió sus restos y los enterró, y de allí nació la planta del maguey.
Se lo representaba con una máscara dotada de un pico rojo y un caracol en el pecho, y se lo veneraba en templos circulares, probablemente porque, a diferencia de los típicos templos piramidales de planta rectangular, ofrecían menor resistencia al viento.
Mixcóatl
También conocido entre los tlaxcaltecas como Camaxtli, Mixcóatl era el dios mexica de las tempestades, la cacería, las estrellas y la guerra, padre de Quetzalcóatl y esposo de Coatlicue.
Los aztecas creían que la Vía Láctea era una de sus manifestaciones y, dado que era un dios patrono de los otomíes y los chichimecas, era considerado como un dios extranjero. En general, no es sencillo distinguir el culto a Mixcóatl de sus variantes, pues diversos pueblos honraban a deidades similares con otros nombres.
Mixcóatl era representado con rayas blancas y rojas sobre su cuerpo, y generalmente con un equipo de caza (arco, flechas y una red). También se lo asociaba con la introducción del fuego entre los seres humanos y, en ciertas fechas, los aztecas realizaban fiestas en su honor que incluían cacerías, el encendido de fuego para asar la carne y el sacrificio de un hombre y una mujer.
Xipe Tótec
Deidad de la vida, la muerte, el renacimiento y la primavera, el nombre de Xipe Tótec se puede traducir como “nuestro señor el desollado”. Estaba asociado a la agricultura, la vegetación, la juventud y el maíz, que el dios hacía crecer al invocar la lluvia con su chicahuaztli, un instrumento musical de percusión. También era el patrón de los orfebres y propiciaba algunas enfermedades.
Xipe Tótec encarnaba la idea de la regeneración de la naturaleza, de la necesidad de desprenderse de lo viejo para dar lugar a lo nuevo, del cambio de las estaciones y del paso del suelo seco a la tierra fértil. Esto estaba representado en el desollamiento de las víctimas sacrificiales ofrecidas a Xipe Tótec, cuya piel era usada como atuendo por el dios, lo que evocaba la renovación o el “cambio de piel” de la naturaleza.
Esta deidad era compartida por los aztecas con otros pueblos, como los zapotecas y los yopes. En la cosmogonía mexica, Xipe Tótec era uno de los dioses primigenios y creadores, hijo de la pareja primigenia Ometecuhtli y Omecíhuatl (es decir, de la deidad dual Ometéotl).
Ometéotl
Dios de la creación en la mitología mexica, Ometéotlera entendido como un dios doble:Ometecuhtli(“dos señor” en náhuatl) y Omecíhuatl (“dos señora” en náhuatl). Esta dualidad masculina y femenina representaba la pareja primigenia que engendró a los cuatro dioses de la creación, llamados “los cuatro tezcatlipocas” y asociados cada uno con un color: Tezcatlipoca (negro), Quetzalcóatl (blanco), Huitzilopochtli (azul) y Xipe Tótec (rojo). De esta creación provenía absolutamente todo.
Se lo conocía también como Tloque Nahuaque (“amo de lo próximo y lo lejano”) y como Moyocoyatzin (“el creador de sí mismo”). Era considerado por los mexicas como el creador y ordenador de todas las cosas que existen. Al tratarse de un dios de carácter más bien metafísico y antiguo, carecía de templos en el Imperio azteca.
Sigue con: Dioses mayas
Referencias
- AA.VV. (2024). Arqueología e Historia. Los aztecas, (53).
- Cartwright, M. (2020). 15 Aztec Gods. World History Encyclopedia. https://www.worldhistory.org/
- López Austin, A. y López Luján, L. (2001). El pasado indígena. Fondo de Cultura Económica y El Colegio de México.
- Taube, K. (1997). Aztec and Maya Myths. University of Texas Press.
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2023). Aztec Religion. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
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