Te explicamos, paso a paso, cómo hacer un ensayo argumentativo. Además, te ofrecemos un ejemplo que incluye todas las partes del ensayo.
¿Cómo hacer un ensayo argumentativo?
Un ensayo argumentativo es un escrito riguroso y fundamentado en el cual se ofrece a los lectores una serie de razonamientos, juicios o demostraciones con el propósito de sostener un punto de vista. En ello se diferencia de los textos expositivos, en los cuales se aborda la información de manera objetiva y sin tomar partido por postura alguna, es decir, sin ofrecer argumentos.
Los siguientes pasos describen cómo redactar un ensayo argumentativo:
- Seleccionar el tema
- Investigar en profundidad el tema
- Analizar el tema y asumir una postura
- Redactar el ensayo y las referencias bibliográficas
- Revisar y corregir el ensayo
- Ver además: Ensayo
Paso 1: La selección del tema
La primera etapa en todo proceso de escritura involucra la selección del tema que se abordará. Esto puede parecer sencillo, pero es de crucial importancia para el resultado final, pues no se trata únicamente de optar libremente por un asunto de interés, sino también de delimitarlo de manera correcta. Esto implica:
- Elegir un tema adecuado. Un tema adecuado es aquel que despierta el interés del redactor, es decir, que le apasiona, le genera curiosidad, en fin, un tema del que pueda emitir un juicio informado y argumentado, y del que pueda opinar con propiedad.
- Delimitar un asunto específico. El asunto ha de ser un aspecto del tema lo más específico posible, esto es, que pueda ser resumido en un enunciado relativamente sencillo, dado que se dispondrá de un espacio y de recursos limitados para abordarlo.
Si un tema es excesivamente amplio, haría falta aportar demasiado contexto para poder llegar a las conclusiones importantes, o se corre el riesgo de tener que dejar mucho por fuera y acabar abordando el tema de un modo superficial, que no llegue nunca al meollo del asunto.
Ejemplo: Un autor desea abordar en su ensayo el tema de las mascotas, pues tiene mucho que decir al respecto, pero no puede abordarlo así, de manera absolutamente general, sino que debe elegir un aspecto de este. Entonces elige hablar únicamente sobre gatos y perros, y por qué considera mejor tener perros que gatos.
Paso 2: La investigación en profundidad
Una vez escogido el tema del ensayo, se debe entonces investigar al respecto, acudiendo a distintas fuentes y tomando nota de los datos, ejemplos y puntos de vista que puedan ser útiles durante la redacción. Se debe conocer el tema en profundidad para poder contar con argumentos sólidos y convincentes en el ensayo.
La investigación normalmente consiste en:
- La revisión de antecedentes, o sea, de otros escritos (libros, artículos, publicaciones) que hayan abordado antes la temática. No importa si comparten el punto de vista del ensayo o si tienen una mirada diferente, incluso contraria. Es necesario conocer las objeciones más comunes a los argumentos que se usarán en el ensayo.
- La consulta de material de apoyo, esto es, materiales audiovisuales (documentales, películas, programas de televisión, entrevistas) o de divulgación general (como artículos de enciclopedia) que no tienen directamente que ver con el tema del ensayo, pero sirven para abordarlo mejor.
Al mismo tiempo, es importante elaborar un listado de los materiales consultados, reuniendo todos los datos de cada uno, para luego poder consignar las fuentes con propiedad y elaborar las referencias bibliográficas.
Dependiendo del tema, es posible que haya mucha o poca información disponible, por lo que es fundamental saber cuáles son, a grandes rasgos, los principales y más serios referentes.
Ejemplo: Para su ensayo sobre perros y gatos, el autor consulta enciclopedias de animales, entrevistas a veterinarios, libros sobre la historia de la domesticación de los perros y de los gatos, y distintos portales web sobre mascotas. De cada uno extrae las citas que le resultan importantes y toma nota de sus datos bibliográficos y hemerográficos completos.
Paso 3: El análisis del tema y la selección de una postura
En esta etapa se deben formular la tesis, es decir, la postura que adoptará el investigador sobre el tema abordado, y los argumentos que la sostienen. Si bien esta postura en muchos casos está más o menos determinada desde el comienzo, es posible que las lecturas realizadas durante la investigación modifiquen y enriquezcan el punto de vista del autor. Por eso conviene hacer una revisión y un análisis de lo leído, basándose en las citas extraídas, además del criterio personal.
El objetivo en esta etapa es organizar las ideas para construir un discurso lógico que administre la información del mejor modo posible. Una buena opción para ello es construir un bosquejo, es decir, un esquema secuencial de las ideas generales del texto, las cuales podrían servir de subtítulos para sus distintos apartados.
Esto puede hacerse teniendo en cuenta que todo ensayo se compone de tres partes generales:
- Una introducción, donde se plantea el tema desde un punto de vista general y se ofrece al lector la información que necesitará para comprenderlo. Si existen términos o conceptos muy técnicos o elementos que deban conocerse de antemano, este es el lugar para exponerlos.
- Un desarrollo de los argumentos, donde se ofrece la mayor parte de la información y se explica en detalle el punto de vista sostenido en el ensayo. Aquí deben aparecer los argumentos centrales, y lo ideal es que estén acompañados con recursos argumentativos, como citas de autoridad, datos, ejemplos y contraejemplos, según se considere necesario.
- Una conclusión o cierre, donde se retoman los elementos iniciales del tema y se los vuelve a pensar a la luz de lo expuesto en el desarrollo, de modo de ofrecer al lector una interpretación global del tema abordado, es decir, una conclusión sustentada en lo ya leído.
Además, el ensayo debe contar con una sección de referencias bibliográficas al final, en hoja aparte, donde se precise la información de las fuentes citadas a lo largo del texto. Si se considera necesario, también se puede incluir una sección de bibliografía, en la que se mencionan los materiales que sirvieron de apoyo para la investigación y la redacción de la tesis pero que no fueron citados explícitamente en el texto.
Luego de identificar las ideas que compondrán cada una de estas secciones y plasmarlas en un borrador, será mucho más sencillo comenzar a redactar el texto. Este esquema puede ser tan específico como se desee.
Ejemplo: Para el ensayo sobre perros y gatos, el autor ya sabe que su postura personal es a favor de la adopción de perros, pero quiere llegar a ella luego de revisar la información recopilada, para no predisponer al lector desde el comienzo. Así, decide organizar su discurso de la siguiente manera:
- Introducción:
La domesticación en la historia humana
El eterno debate entre perros y gatos - Desarrollo:
La domesticación de los perros
Por qué el perro es “el mejor amigo del hombre”
La domesticación de los gatos
La mala fama de los gatos - Cierre:
Recapitulación de las ideas principales
Por qué es mejor tener un perro que un gato
Paso 4: La redacción del ensayo y de las referencias bibliográficas
Una vez identificados los segmentos que compondrán el ensayo, el siguiente paso es comenzar a escribirlo. Es importante que la redacción del ensayo obedezca al plan preconcebido, para que las ideas aparezcan de manera lógica y ordenada.
A su vez, se deben tomar ciertas decisiones respecto al tono y el estilo, como decidir si el ensayo será formal y técnico, o informal y coloquial. Para ello, es necesario tener en cuenta quién será el lector ideal al que el autor quiere dirigirse y cuál es el contexto de circulación del ensayo.
Además, todos los textos y materiales mencionados en el escrito deben aparecer en el segmento final que se corresponde con las referencias bibliográficas. Allí cada fuente citada tendrá una entrada aparte, organizada alfabéticamente según el apellido del autor, y se debe ofrecer la información necesaria para que el lector pueda recuperar esos materiales en caso de que así lo desee. De acuerdo al formato metodológico que se utilice, se suelen consignar el autor, el año de publicación, el título, la editorial, el nombre del traductor, el rango de páginas, entre otros datos.
Finalmente, en caso de ser necesario, también se puede incluir una bibliografía final, con el mismo formato que el de las referencias bibliográficas.
Ejemplo: Para escribir el ensayo sobre perros y gatos, el autor decide emplear un tono formal pero amigable, con un lenguaje impersonal, o sea, que sea serio pero fácil de leer. Sus argumentos a favor de los perros se reservarán para el final, una vez que haya explorado las diferencias entre unas mascotas y otras, mientras que las citas y los datos se utilizarán mayormente en el desarrollo.
- Ver además: Cómo iniciar un ensayo
Paso 5: La revisión y corrección del ensayo
La etapa final, una vez redactados el ensayo completo y su sección de referencias bibliográficas, consiste en la relectura, revisión y corrección del texto. Este es un momento vital para detectar y enmendar fallos de escritura (ortografía, redacción, puntuación, cohesión, coherencia), dar con mejores fórmulas para expresar alguna idea y revisar que no existan contradicciones en el discurso.
Una correcta revisión debe considerar que el autor no estará junto al lector para aclararle sus intenciones o explicarle lo que quiso decir, por lo que el texto deberá sostenerse por propia cuenta y dar cabida a la menor cantidad posible de ambigüedades.
Una vez finalizada la revisión, puede decidirse un título apropiado para el ensayo. Al contrario de lo que suele pensarse, dar con el título es mucho más simple una vez finalizada la producción del texto. Un buen título debe invitar a la lectura y dejar en claro rápidamente cuál será el enfoque general del ensayo.
Ejemplo: Una vez escrito el ensayo sobre perros y gatos, el autor lo lee desde el comienzo para ver si es coherente y cohesivo, es decir, si las ideas fluyen de un párrafo a otro y si no existen factores que entorpezcan la lectura. Aprovecha para corregir algunos signos de puntuación y para reescribir una oración que no estaba del todo clara. Luego vuelve a leer el texto una última vez, por si acaso, hasta darlo por terminado.
- Puede servirte: Texto argumentativo
Ejemplo de ensayo argumentativo
A continuación se presenta un ejemplo de ensayo argumentativo, señalando sus partes respectivas para una mejor comprensión.
[Título. Anuncia el asunto abordado en el ensayo e invita al lector a continuar leyendo el resto del texto.]
¿Perros o gatos? El debate más antiguo de la humanidad
[Introducción. Se plantea el tema desde un punto de vista general y se ofrece al lector la información que necesitará para comprender lo que vendrá a continuación.]
Alrededor del año 10.000 a. C., el ser humano primitivo abandonó su vida nómade y empezó su proceso de asentamiento, gracias al descubrimiento de la agricultura. En este momento, comprendió que requería de la ayuda de otras especies animales: bueyes, ovejas, gallinas y animales similares pronto se convirtieron en sus acompañantes en ese nuevo estilo de vida, del cual todos en general se beneficiaron, lo que dio lugar a la domesticación.
A cambio de seguridad y alimento, estos animales se adaptaron de tal manera a las distintas labores que el ser humano les asignó que sacrificaron muchos de sus rasgos originales y asumieron otros, más idóneos para vivir en nuestra compañía, y los transmitieron a las generaciones sucesivas.
Nuestros ancestros, además, participaron activamente en ese proceso: seleccionaron las especies más convenientes, cruzaron artificialmente razas distintas e incorporaron a su mundo nuevas y lejanas especies. A su vez, se acostumbraron a la presencia de estos animales, a cuidar de ellos, a valorarlos y comprenderlos, y en algunos casos, a considerarlos parte de sus familias. Así surgieron los primeros animales de compañía, es decir, las primeras mascotas.
Dos especies se destacan, a lo largo del tiempo, en este rol social tan privilegiado: los perros y los gatos. Estas son las principales especies que acompañan al ser humano moderno en sus hogares, a pesar de que no podrían ser más distintas entre sí. Pero su presencia es tan habitual y tan importante para la sociedad que existe incluso debate respecto a cuál de las dos es preferible tener. La respuesta, como veremos, es simple: perros.
[Desarrollo. Se ofrece la mayor cantidad de información y aparecen los argumentos a favor y en contra de la tesis planteada.]
El mejor amigo del hombre
El perro goza del prestigio de ser, probablemente, la primera especie domesticada por el ser humano. Es descendiente de los lobos (canis lupus), cazadores feroces e inteligentes del mundo salvaje, temidos y admirados por igual por las culturas antiguas, que fueron escogidos por el ser humano primitivo como el perfecto compañero de caza.
Esto ocurrió, según la Enciclopedia Británica, alrededor de 15.000 años atrás, en las regiones centrales de Asia. Otras fuentes, en cambio, señalan que la evidencia arqueológica más antigua de la convivencia entre perro y humano data de hace 30.000 años y se halló en la provincia canadiense del Yukón, en la llamada cuenca del Cuervo Viejo. Las dos especies, en todo caso, comenzaron a convivir desde muy temprano, y esta convivencia transformó dramáticamente al lobo, dando origen a una nueva especie de ser vivo: el perro (canis familiaris).
Así, el perro acompañó al ser humano en su tránsito hacia la civilización: lo acompañó en la cacería, en el pastoreo, y le sirvió de guardián cuando decidió asentarse en las primeras granjas. Prácticamente todas las culturas han valorado su lealtad, su versatilidad y su carácter frontal, y lo han incluido en emblemas y en relatos literarios y mitológicos. No es difícil entender, entonces, por qué se le conoce como “el mejor amigo del hombre”.
Un ejemplo de ello es Argos, el viejo perro de Odiseo, que fue el único que lo reconoció en su vuelta a Ítaca, según se cuenta en la Odisea de Homero. Pero podrían citarse muchos más. Como dice Raúl Valadez Azúa en La domesticación animal (1996), “nuestra historia deberá contarse […] con la idea de que hemos vivido con un perro a nuestro lado” (p. 52).
El gran depredador doméstico
La historia doméstica de los gatos, en cambio, es mucho más reciente. Se piensa que su adaptación a la compañía humana tuvo inicio en el Antiguo Egipto y, a diferencia de los perros, fue domesticado con fines sociales y religiosos más que prácticos.
Inicialmente, los egipcios vieron en estos pequeños felinos la encarnación de su diosa Bastet, representante de la fecundidad y la belleza, y apreciaron su carácter arisco, distante y agraciado. Además, la presencia del gato trajo consigo beneficios a la civilización egipcia, pues al ser depredadores solitarios cazaban a los roedores que podían comerse el trigo cosechado.
Se dice que era tanta la veneración que sentían los egipcios por ellos que, durante el asedio de la antigua ciudad de Pelusio por parte de los persas, los invasores ataron gatos a sus escudos y los egipcios, por miedo a herirlos, prefirieron deponer sus armas.
Por otra parte, el ancestro directo de los gatos domésticos (Felis catus) es, según explica Stephen Budiansky en La naturaleza de los gatos (2003), una especie de gatos monteses que “se muestran cordiales entre sí solo durante los cortos períodos de tiempo en los que macho y hembra se juntan para aparearse, y durante los cuatro o cinco meses de vida en los que los gatitos de una camada están juntos o con su madre” (pp. 19-20).
Quizá por ello la particular historia de amistad entre el gato y el ser humano está repleta de desconfianzas. Durante la Baja Edad Media, la Iglesia católica lo consideró un animal demoníaco, pagano. Se lo asoció a la mala suerte (especialmente al gato negro) y a la brujería, a tal punto que en su edicto de 1484, el papa Inocencio VIII ordenó el sacrificio de gatos en las fiestas religiosas.
Pero incluso luego del Renacimiento, cuando mejoró su reputación considerablemente, el gato continuó siendo percibido como un animal misterioso, insincero, poco sometido a la voluntad de sus dueños humanos, con los que más que convivir pareciera compartir un hábitat. Y esto es así hasta el día de hoy.
Como perros y gatos
En la actualidad, es común que los amantes de los perros y los de los gatos se sientan en orillas enfrentadas. De acuerdo con una investigación de Budget Direct de 2021, de 167 países estudiados, 91 demostraron preferencia por el gato (en particular, China y Rusia), y 76 por el perro (especialmente Estados Unidos y países de Europa y América del Sur). Otras fuentes, en cambio, afirman que los perros son la tendencia dominante.
Ello puede deberse a que el perro hace manada con sus dueños, mientras que el gato simplemente comparte con él su territorio, a cambio, eso sí, de que le sirva cuando y como lo amerite. Cualquiera que haya tenido la ocasión de interactuar con un gato sabe que son animales de límites claros y tajantes, que mantienen en su sitio a las personas mediante la agresión: no es casualidad que los dueños de gatos suelan tener las manos repletas de cicatrices.
Por otro lado, la proliferación de gatos en el mundo es una amenaza continua para las especies silvestres. Millones de aves, reptiles, roedores e insectos mueren año tras año presa de los instintos cazadores de estos felinos domésticos, a tal punto que el Museo Regionale di Scienze Naturali de Turín, en Italia, los considera una de las amenazas más graves para la conservación de la vida salvaje.
[Cierre. Se retoman los elementos iniciales del asunto y se los repiensa a la luz de lo expuesto en el desarrollo. Se ofrecen al lector ideas finales.]
No existe, en todo caso, una respuesta definitiva respecto a cuál es la mascota favorita, pero sí argumentos sólidos y científicos a favor del perro. No solo porque su presencia es mucho más antigua que la del gato y su especie ha tenido, por lo tanto, mucho más tiempo para adaptarse a nosotros (y nosotros a ella), sino porque su disposición naturalmente sociable los hace mejores acompañantes.
En conclusión, ya sea por el amor que recibimos de ellos, leales compañeros nuestros o de nuestra familia, o por el respeto que podamos profesarles a las demás criaturas silvestres de nuestro ecosistema, es preferible adoptar perros que gatos.
[Referencias bibliográficas. Se ofrecen al lector las fuentes de las que se obtuvo la información citada en el ensayo.]
Referencias bibliográficas
Budget Direct. (2021). Cats vs. Dogs: Which Does the World Prefer https://www.budgetdirect.com.au
Budiansky, S. (2003). La naturaleza de los gatos. Orígenes, inteligencia, comportamiento y astucia del Felis silvestris catus. Trad. Patricia Teixidor. Paidós.
The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2023). Domestication. En Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
Valadez Azúa, R. (1996). La domesticación animal. Plaza y Valdés.
Bibliografía
Reparaz, Guillermo. (2020). Los gatos son el gran depredador de nuestro siglo: millones de víctimas cada año. En Expansión. https://www.expansion.com/
Sigue con:
Referencias
- Giulianetti, L. (1996). Suggestions for Developing Argumentative Essays. Student Learning Center, University of California, Berkeley. https://slc.berkeley.edu
- Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. (s. f.). Ensayo argumentativo. Programa de Escritura para la Comunidad Universitaria.
- Universidad Católica de Oriente. (s. f.). Estructura del ensayo argumentativo. https://www.uco.edu.co/
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