Te explicamos qué es la luz natural, sus diferentes fuentes y la potencia de la luz solar. Además, te contamos qué es la luz artificial.
¿Qué es la luz natural?
La luz natural es aquella luminosidad que proviene directa o indirectamente de fuentes naturales, específicamente del sol. Por eso se la conoce también como luz diurna, luz del día o luz solar.
En diferentes ámbitos de la vida, la luz natural puede ser aprovechada. La agricultura requiere de ella, por ejemplo, para la fotosíntesis de las plantas, y en la arquitectura es común dejar espacios abiertos o traslúcidos para permitir su entrada a los espacios, evitando así la necesidad de recurrir a fuentes artificiales de iluminación (luz artificial) durante el día.
La luz solar más brillante tiene una potencia de alrededor de 120.000 lux (unidad del Sistema Internacional para medir el nivel de iluminación), pudiendo descender a unos 20.000 lux en caso de días nublados al mediodía. Esto es un indicativo de la cantidad de luz solar que traspasa la atmósfera terrestre, ya que los cuerpos celestes reciben la radiación solar de manera proporcional a la distancia que los separa de la estrella.
Un dato curioso es que la luz solar reflejada en la Luna, conocida como “claro de luna”, no se suele considerar como luz diurna, aunque también es un caso de luz natural.
Otras fuentes de luz natural son los relámpagos, el fuego (siempre no sea provocado por el humano) y algunos animales dotados de bioluminiscencia, o sea, de generar luz a partir de la superficie de sus cuerpos. Sin embargo, la luz de las antorchas y las velas (a pesar de provenir del fuego), no se suele considerar luz natural, ya que en su elaboración ha intervenido el ser humano.
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Luz artificial
La luz artificial es la que se obtiene de fuentes no naturales, producidas por el ser humano de manera explícita o indirecta. La principal y más importante forma de luz artificial es la luz eléctrica, que se obtiene a través del manejo de la electricidad, como es el caso de la luz de los bombillos.
En ausencia de luz natural, la luz artificial le permite al ser humano iluminarse, lo cual es fundamental en situaciones de tránsito y exploración, o para perpetuar la actividad productiva, social o intelectual más allá de la puesta del sol.
Las principales fuentes de luz artificial disponibles son:
- La electricidad. Se produce luz haciendo circular una corriente de electrones a lo largo de un filamento metálico en el vacío, esto es, dentro de un bombillo. Existen diferentes formas de luz eléctrica, dependiendo de la tecnología puntual con que opere el bombillo: luz incandescente, luz fría, luz LED, luz de halógeno, etcétera.
- El fuego. Se produce luz sometiendo a una combustión controlada algún tipo de material inflamable, especialmente ciertos derivados de hidrocarburos como el keroseno, la benzina, el gas natural licuado, entre otros. Este sistema es el más antiguo que conoce la humanidad: desde las antorchas de la Antigüedad hasta la iluminación urbana a gas durante el siglo XIX.
- Las pantallas electrónicas. La retroiluminación de las pantallas electrónicas, sean de una computadora, un televisor o un teléfono celular, generan una forma de luz blanca de origen artificial. Esta luz artificial no suele ser idónea para iluminar un ambiente, y es capaz de interrumpir el ritmo circadiano del cuerpo humano, retardando la llegada del sueño y produciendo un insomnio artificial.
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Referencias
- “Luz diurna” en Wikipedia.
- “Iluminación natural” en Wikipedia.
- “Iluminación natural y artificial, tipos y sistemas” en Autopromotores.
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