Tsunami

Te explicamos qué es un tsunami y cómo se produce este fenómeno oceánico. Además, el tsunami de Japón y qué es un terremoto.

¿Qué es un tsunami?

Tsunami es un término proveniente del japonés (tsu, “puerto o bahía” + nami, “ola”), sinónimo de maremoto (del latín: mare, “mar” + motus, “movimiento”), y con ambos se describe a un fenómeno oceánico complejo, caracterizado por olas de gran tamaño y energía, que movilizan gigantescas cantidades de agua, llegando a internarse en tierra firme y arrasando todo lo que esté en su camino.

No hay que confundir los tsunamis con otros movimientos marítimos como los macareos, las mareas o las crecidas consecuencia de tormentas, temporales, huracanes o tormentas tropicales. Los tsunamis no se generan por acción del viento, como en esos casos, sino como consecuencia de un movimiento sísmico submarino, un terremoto subacuático.

Los tsunamis poseen enorme capacidad destructiva y por lo general son, junto con los incendios y los derrumbes, algunas de las mayores preocupaciones posteriores a un terremoto de magnitud considerable. Por eso suele darse alerta de tsunami inmediatamente después de que termine un temblor o terremoto cuyo epicentro esté en el océano o en una localidad costera.

La zona del mundo con mayor frecuencia de tsunamis en el planeta está en el océano Pacífico: el llamado “cinturón de fuego” de gran actividad sísmica y volcánica, que abarca parte de los territorios de Argentina, Bolivia, Brunéi, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, Honduras, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nicaragua, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Samoa, Singapur, Taiwán, Timor Oriental y Tonga, así como las Islas Aleutianas, Islas Salomón.

Puede servirte: Corrientes marinas

¿Cómo se produce un tsunami?

Como hemos dicho, un tsunami es consecuencia directa de un temblor submarino, cuyas ondas telúricas se transmiten al agua y se magnifican lo suficiente para generar una ola gigantesca. Un mínimo desnivel del lecho marino basta para ello, pues la enorme masa de agua oceánica se mueve y, al recuperar su equilibrio, genera una onda marina con energía suficiente como para de recorrer kilómetros en muy poco tiempo.

Dichas ondas son prácticamente invisibles en alta mar, hasta que alcanzan aguas menos profundas. Allí deben perder velocidad gracias a la fricción con el suelo marino, compensándolo sin embargo con altura: el resultado son una secuencia de olas colosales que rompen en la costa y que inundan tierra firme.

Tsunami de Japón

En el año 2011, Japón fue escenario de uno de los más violentos tsunamis conocidos en tiempos contemporáneos. Este fenómeno formó parte del denominado Terremoto de la Costa del Pacífico en la Región de Töhoku de 2011 (según la agencia meteorológica del Japón), el cual fue particularmente desastroso para la nación asiática.

Este terremoto tuvo una intensidad de 9,0 Mw y creó olas de maremoto de hasta 40,5 metros de altura. Su epicentro estuvo localizado en el mar, a las costas de Honshu, Japón, a una profundidad de 32 kilómetros, y ocurrió a las 2:46 pm (hora local), durando aproximadamente unos 6 minutos. Inmediatamente después del temblor hubo dos o tres réplicas de más de 7 puntos de intensidad, y en luego unas 1230 réplicas menores.

En el incidente murieron unas 15.893 personas, resultaron heridas unas 6.152 y desaparecieron unas 2556 en total. Se trata del mayor terremoto sufrido por Japón hasta ahora y el cuarto más grande registrado en el mundo entero.

Tsunami y terremoto

Los tsunami son, como hemos visto, consecuencias de un terremoto. Sin embargo, no todos los terremotos producen necesariamente tsunamis.

Un terremoto es, fundamentalmente, un movimiento repentino de las placas tectónicas de la superficie terrestre, que al reacomodar su posición suelen chocar, empujarse o tensionarse, generando vibraciones que se transmiten a lo largo de su superficie, maximizándose a medida que avanzan hacia afuera.

Pueden ser algunos de los fenómenos naturales más catastróficos e impredecibles conocidos por la humanidad.

Más en: Terremoto