Te explicamos qué es una metonimia, cuáles son sus tipos y en qué se diferencia de la metáfora. Además, algunos ejemplos y otras figuras retóricas.

¿Qué es una metonimia?
Una metonimia, también llamada transnominación, es una figura retórica que consiste en nombrar una cosa con el nombre de otra, siempre que exista entre ambas una relación evidente en cuanto al significado. Esto último puede consistir en una relación de causa y efecto, de la parte por el todo, o del autor por la obra, entre otras.
En general, la metonimia se considera una forma de metáfora que suele emplearse tanto en el lenguaje formal, literario o estilístico, como en el informal y cotidiano.
¿Por qué se llama “metonimia”?
La palabra “metonimia” proviene de los vocablos griegos metá (“más allá” o “cambio”) y onomazein (“nombrar”). Originalmente, el término aludía al cambio de nombre entre dos referentes distintos.
- Ver además: Figuras literarias
Tipos de metonimias
Como muchas otras figuras retóricas, la metonimia consiste en un cambio o desplazamiento semántico, es decir, en un intercambio aparente de sentidos entre una palabra y otra. Dependiendo del tipo de desplazamiento semántico del que se trate, puede distinguirse entre:
- La parte por el todo. Se intercambia un segmento o una porción del referente por su totalidad. Por ejemplo: “El difunto dejócuatro bocasque alimentar” (en lugar de cuatro hijos).
- El efecto por la causa. Se intercambia un efecto o resultado por el referente que lo ocasiona. Por ejemplo: “En 1920, el pintor conoció a su gran inspiración” (en lugar de nombrar a la joven que lo inspiró).
- El contenido por el contenedor. Se intercambia el recipiente por aquello que está adentro. Por ejemplo: “Déme un whisky” (en lugar de un vaso de whisky).
- El símbolo por su referente. Se intercambia un signo o ícono por aquello que representa. Por ejemplo: “Te lo juro por la cruz” (en lugar de por Dios).
- El lugar por la persona. Se intercambia el nombre de un espacio o una geografía por la gente que lo habita o las instituciones que lo ocupan. Por ejemplo: “Japón se negó a evaluar la rendición” (en lugar de el gobierno de Japón).
- El todo por la parte. Se intercambia la unidad mayor por la parte o segmento específico que pertenece a ella. Por ejemplo: “En Estados Unidos hubo una inundación” (en lugar de en una ciudad del sur de Estados Unidos).
- La materia por el objeto. Se intercambia el elemento constitutivo por el objeto. Por ejemplo: “El espadachín desenvainó su acero” (en lugar de su espada).
- El autor por su obra. Se intercambia el nombre del autor por el de la obra que produjo. Por ejemplo: “Estamos leyendo a Cervantes” (en lugar de una novela de Cervantes).
- El instrumento por quien lo usa. Se intercambia el objeto empleado por la persona que lo usa. Por ejemplo: “María es el primer violín de la orquesta” (en lugar de la violinista principal).
Metonimia y metáfora
La metonimia puede ser considerada como un tipo específico de metáfora, ya que ambas figuras proceden, esencialmente, de la misma manera: sustituyendo un referente por otro, o lo que es lo mismo, un nombre por el de otro referente distinto.
Sin embargo, el funcionamiento de la metáfora es mucho más general, y no necesariamente requiere de una relación lógica y comprensible entre los términos sustituidos. Mientras que en la metonimia esta relación es cercana y puede apreciarse con mayor facilidad.
Por ejemplo, la frase “el fuego iluminó la habitación” intercambia “fuego” (causa) por “luz” (efecto). Como preserva una relación lógica entre ambos referentes (ya que el fuego genera luz), se trata de una metonimia.
En cambio, la frase “el fuego abandonó su cuerpo” intercambia “fuego” por “vida”. Como no existe una relación lógica entre ambos términos, se trata en este caso de una metáfora, es decir, de una manera original o poco convencional de referirse a la muerte.
- Más en: Metáfora
Ejemplos de metonimia
Algunos ejemplos de metonimia son los siguientes:
- ¿Viste el Modigliani que había en la entrada?
(Metonimia del autor por la obra). - Esa persona no tiene cerebro.
(Metonimia de una cosa por sus funciones). - La Casa Blanca rechazó las declaraciones del Imán.
(Metonimia de un lugar por las personas que lo habitan). - Prestadme vuestros oídos.
(Metonimia de una parte del cuerpo por el todo). - Cómprame una Coca-Cola.
(Metonimia de la marca por el producto). - Los ladridos retumbaron en la habitación.
(Metonimia de la causa por el efecto). - Los chinos clonaron a una vaca.
(Metonimia de todo el pueblo por un segmento especializado). - No tengo estómago para ver esto.
(Metonimia de la cosa por el sentimiento). - Estuvimos toda la tarde escuchando a Beethoven.
(Metonimia del autor por la obra). - Hay que ganarse el pan.
(Metonimia de la cosa por su función).
Otras figuras retóricas
Además de la metonimia, existen otras figuras retóricas, como son:
- Hipérbole o exageración. Consiste en llevar al extremo algún rasgo del referente para resaltar una apreciación subjetiva. Por ejemplo: “Era tan alto como una montaña”.
- Sinécdoque. También considerada un tipo de metáfora, consiste en la sustitución de un referente por otro bajo una relación de inclusión, o sea, de un término más amplio por uno más singular. Por ejemplo: “El gato se alimenta de ratones” (“el gato” se refiere a toda la especie).
- Aliteración. Consiste en reiterar ciertos sonidos dentro de una oración o una frase, a la manera de un juego interno. Por ejemplo: “Con el ala aleve del leve abanico”.
- Personificación o prosopopeya. Consiste en otorgar rasgos humanos a animales u objetos inanimados. Por ejemplo: “El sol me saludó en la mañana”.
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Referencias
- Barrientos, J. L. (1998). El lenguaje literario. Las figuras retóricas. Arco Libros.
- Martínez Cachero, J. M. (1998). Diccionario de grandes figuras literarias. Espasa.
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