Te explicamos qué es un contenido en un sentido general y su significado en arte y literatura. Además, qué es un creador de contenidos.
¿Qué son los contenidos?
En términos muy generales, cuando hablamos de contenido nos referimos a la esencia de las cosas, en oposición a su forma o contenedor. Por ejemplo, si consideramos un vaso de agua, el vidrio será el contenedor, mientras que el líquido será el contenido. Se trata de una palabra proveniente del latín, fruto de la unión de las voces con– (“completamente”) y tenere (“retener”).
Sin embargo, diariamente utilizamos la palabra “contenido” con un sinfín de connotaciones diferentes, dependiendo del ámbito específico del que hablemos. Por ejemplo, cuando decimos que alguien “es muy contenido”, estamos diciendo que es comedido, cauteloso, prudente, o sea, que se mantiene lo más posible en sus cabales o dentro de los límites de las cosas y las situaciones.
Este mismo sentido se usa cuando nos referimos a la contención. Supongamos que un niño viene a nosotros llorando desconsolado, y lo abrazamos y escuchamos para hacerlo sentir reconfortado. En términos psicológicos, a eso se le conoce como “dar contención”, ya que el niño tiene, figuradamente hablando, sus sentimientos puestos “afuera”, y al escucharlo y abrazarlo lo ayudamos a devolverlos a su lugar. Esto no quiere decir que los sentimientos necesariamente deben ser reprimidos, sino que se trata de un uso metafórico, figurado.
Algo similar ocurre cuando buscamos al final o al comienzo de un libro la “tabla de contenidos” o “índice de contenidos”, que se refiere, justamente, a la información que hay en las páginas del libro o, dicho de otro modo, a la información que el libro contiene. En este caso, el contenedor es el libro y la información es el contenido. Esta misma lógica puede aplicarse también a las películas, cuyo contenido vendría a ser la trama (el relato narrado) o a veces el subtexto de dicho relato, es decir, el “mensaje” o la interpretación que una persona hace del filme.
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Estructura y contenido de un texto
A la hora de comentar un texto, generalmente, se distingue entre su estructura y su contenido. Como hemos dicho, el contenido es el total de la información que contiene el texto, o sea, sus palabras y los significados de dichas palabras. Por otro lado, la estructura es el modo en que dichos contenidos aparecen en el texto, o sea, el lugar que les asignamos y el orden en el que el lector los suele leer.
Así, la estructura de un texto tiene que ver con cosas tan simples como el orden de sus párrafos y la secuencia de las oraciones dentro de cada uno. Un texto bien estructurado, por lo tanto, es un texto que brinda al lector una lectura ordenada, lógica, secuencial, sin saltos ni rupturas del hilo discursivo. Es un texto que tiene, por así decirlo, las cosas en su lugar correcto.
En cambio, un texto de buen contenido es más difícil de definir. Es posible que nos parezca bueno el contenido de un texto simplemente porque nos gustó lo que dice, o nos resultó interesante el tema que aborda. Pero es más difícil plantear una definición universal en estos términos tan subjetivos. En todo caso, podríamos decir que un texto de buen contenido es aquel que cumple con las expectativas del lector.
Forma y contenido en arte y literatura
Desde la antigüedad clásica, los textos literarios y otras formas de arte se han pensado a partir de su forma y su contenido, y se ha hecho evidente la dificultad de separar una cosa de la otra, como sí puede hacerse en textos de otra naturaleza. Esto se debe a que, en arte y literatura, la forma y el contenido tienden a constituir una unidad indivisible.
Pensemos, por ejemplo, en un poema que nos guste. ¿Cuál es la forma? Sin duda, la disposición de los versos, la manera de ordenarlos, la estructura del poema. ¿Y cuál es el contenido? Posiblemente lo que digan esos versos. Pero al mismo tiempo, ¿sería el mismo poema si alteramos la forma, es decir, si cambiamos el orden de aparición del mismo contenido? No, no lo sería. Porque ese poema existe únicamente en su forma y con su contenido.
Esto se hace mucho más evidente si pensamos en un cuadro, cuya forma sería el entramado de los colores y cuyo contenido sería aquello que se decidió pintar, o quizá los colores con que se pinta. No resulta tan sencillo separar una cosa de la otra. Lo mismo ocurre con una sinfonía de Beethoven: ¿podemos separar la forma (el orden de las notas) del contenido (las notas en sí mismas)? No, no podemos, porque justamente la sinfonía existe cuando esas notas están en ese orden, o sea, que la forma es el contenido.
Además, en las obras artísticas y literarias, el “mensaje” de la obra, de haberlo, tiende a ser misterioso y a quedar a la interpretación del lector o espectador, o bien del crítico especializado. De modo que el supuesto contenido de la obra no siempre es evidente o puede incluso que varíe de una persona a la otra.
¿Qué es un creador de contenidos?
Un creador de contenido es una persona dedicada al oficio de generar información para su consumo masivo, generalmente a través de internet u otros canales de comunicación contemporáneos. Dichos contenidos pueden ser relatos, reflexiones, imágenes, animaciones, videos o cualquier otra cosa que pueda ser, justamente, contenida en este tipo de plataformas o servicios.
Existe, sin embargo, una diferencia entre un creador de contenidos y un artista o un escritor. En general, se piensa al artista como un artesano dedicado a la producción de piezas únicas y singulares, irrepetibles y de valor estético profundo. Un creador de contenidos, en cambio, persigue aspiraciones más mundanas, como alimentar una página web, entretener a un público, o brindar información útil a una audiencia. Sin embargo, los límites de esta distinción pueden ser a menudo difusos.
La creación de contenidos es, a inicios del siglo XXI, un oficio común y en auge, especialmente en internet y en los servicios de streaming, cuya popularización ha cambiado los términos en que se habla del consumo cultural: en lugar de hablar de “obras” (término reservado para el arte y la literatura), se habla de “contenidos”, a pesar de que muchos de ellos puedan ser tan originales, interesantes y estéticamente valiosos como una obra de arte.
Contenidos digitales
Los contenidos digitales son aquellos que están contenidos en plataformas digitales, o sea, en internet. Se trata de un término puesto muy de moda a partir de la explosión de las redes sociales y los llamados TICs (Tecnologías de Información y Comunicaciones) de comienzos del siglo XXI. Por lo tanto, los contenidos digitales pueden consistir en información en formatos diversos: texto, audio, video, animaciones, software, videojuegos y diversas combinaciones de todas estas categorías.
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Referencias
- “Contenido” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “Radicación de la palabra Contenido” en el Diccionario Etimológico Castellano En Línea.
- “Contenidos digitales: qué son, tipos y cómo utilizarlos en tu estrategia de marketing” en Inbound Marketing.
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