Te explicamos qué son las barreras de la comunicación, cuáles son los elementos que intervienen en ella y cómo funcionan.
¿Qué son las barreras de la comunicación?
Las barreras de la comunicación son los obstáculos y dificultades que pueden existir durante el proceso comunicativo y que entorpecen la correcta comprensión del mensaje. Estas pueden ser:
- Barreras físicas. Son circunstancias ambientales que distorsionan la recepción del mensaje.
- Barreras semánticas. Son aspectos lingüísticos que entorpecen la transmisión del mensaje.
- Barreras fisiológicas. Son condiciones médicas que pueden dificultar la correcta comunicación entre emisor y receptor.
- Barreras psicológicas. Son aspectos psíquicos o emocionales de los interlocutores que entorpecen la comunicación.
La comunicación es un proceso de transmisión de ideas e informaciones, que involucra a un emisor (quien produce y codifica el mensaje), un receptor (quien lo recibe y decodifica), un canal físico a través del cual se transmite el mensaje y un código común que emplean los interlocutores para entenderse. Las barreras de la comunicación, así, son fallos o inconvenientes que involucran estos distintos elementos y que perturban o impiden el proceso comunicativo.
Por ejemplo, el canal debe ser el propicio para la transmisión del mensaje, es decir, debe estar abierto y libre de ruidos, y el código debe ser compartido por emisor y receptor. Además, estos últimos deben estar dispuestos a comunicarse, o sea, activos y dispuestos. Cualquier fallo en este sentido reducirá la eficacia del acto comunicativo o lo impedirá por completo.
Más en: Elementos de la comunicación
Tipos de barreras de la comunicación
Las barreras de la comunicación pueden ser muy distintas, dependiendo del tipo de elemento comunicativo que involucran. Es decir, no todas las barreras se producen en las mismas situaciones ni tienen, por lo tanto, la misma solución.
De acuerdo con su naturaleza, se puede diferenciar las barreras comunicativas del siguiente modo:
Barreras físicas
Las barreras físicas son las que se relacionan con las circunstancias del ambiente en que ocurre la comunicación, o sea, con el contexto comunicativo y, por ende, también con el canal. Estas barreras se relacionan con el aspecto material de la comunicación y afectan la transmisión de los signos del lenguaje, distorsionando o impidiendo la recepción del mensaje, ya sea de manera total o parcial. Los casos de impedimentos tecnológicos forman parte de esta categoría.
Algunos ejemplos de barreras físicas son:
- Un micrófono que no funciona y no permite que la voz del hablante llegue a todos los oyentes en un auditorio
- El deterioro de la cinta de una grabación magnética, que distorsiona la calidad de la grabación.
- Los ruidos ambientales que opacan la voz del emisor, como el rugido de una motocicleta o un camión.
- La presencia de numerosos emisores al mismo tiempo en un lugar, cuyas voces se superponen y se vuelven incomprensibles.
Barreras semánticas
Las barreras semánticas son aquellas que se relacionan con el idioma y su utilización, es decir, con el código de la comunicación. Dado que se trata del sistema de representación que utilizan el emisor y el receptor para entenderse, estas barreras también tienen que ver con aspectos culturales y dialectales, puesto que una misma palabra puede significar cosas distintas en diferentes variedades de una lengua.
Algunos ejemplos de barreras semánticas son:
- Un turista que trata de comunicarse con un lugareño, que habla un idioma distinto.
- Un mensaje escrito para un niño que aún no sabe leer.
- Una persona que emplea un lenguaje demasiado técnico como para que el interlocutor lo comprenda.
- Un mensaje formulado de manera poco clara o ambigua, que el receptor no logra descifrar.
Barreras fisiológicas
Las barreras fisiológicas son condiciones médicas de las personas que dificultan la correcta comunicación entre emisor y receptor. Puede tratarse de condiciones permanentes o enfermedades pasajeras (como una gripe o una disfonía).
Algunos ejemplos de barreras fisiológicas son:
- La sordera del receptor, tanto parcial como total.
- La afonía o falta de voz del emisor.
- Los problemas de visión que dificultan a una persona leer un mensaje escrito.
Barreras psicológicas
Las barreras psicológicas son disposiciones individuales de la mente que pueden alterar la comunicación. Al igual que las barreras fisiológicas, afectan al emisor y al receptor, pero en este caso se refieren a ciertas condiciones propias de su emocionalidad o su personalidad, que los predisponen de algún modo negativo para la comunicación.
Algunos ejemplos de barreras psicológicas son:
- Una persona que está angustiada o nerviosa y presenta dificultades para concentrarse en lo que le dicen.
- Una persona que siente prejuicios respecto de su interlocutor e interpreta el mensaje de manera errónea o sesgada.
- Una persona que siente antipatía por otra y hace poco esfuerzo por entender o por hacerse entender.
Barreras administrativas: En un contexto empresarial o corporativo, es posible también hablar de barreras administrativas que entorpecen la comunicación interna y/o externa de la organización. Estas barreras no se vinculan directamente con los elementos de la comunicación, sino con cuestiones propias de la estructura jerárquica u organizacional de cada empresa. Por ejemplo: el exceso de burocracia, la excesiva verticalidad entre jefe y empleado o la sobrecarga de información.
Ver también: Tipos de comunicación
¿Cómo evitar las barreras de la comunicación?
Para evitar o disminuir el efecto de las barreras comunicativas, es aconsejable:
- Verificar que el interlocutor utiliza el mismo código antes de hablarle. Esto pasa no solo por el idioma, sino por los dialectos de un mismo idioma, ya que una misma expresión puede significar cosas distintas en regiones diferentes.
- Enunciar el mensaje de la manera más clara posible. El habla suele ser accidentada e improvisada, pero conviene pensar con antelación lo que se dirá y expresarlo de manera sencilla, comprensible, evitando las ambigüedades y las contradicciones.
- Elegir el contexto ideal para una conversación. Ya que toda interacción se verá afectada por el entorno en donde ocurra, conviene elegir el momento y lugar que menos entorpezcan la comunicación.
- Procurar una retroalimentación eficaz. Esto significa intercambiar los lugares de emisor y receptor a menudo, es decir, lo contrario a monologar. De este modo, se sostiene mejor la atención de los interlocutores y se verifica que el mensaje esté siendo correctamente comprendido.
- Estar consciente del estado anímico. Esto se refiere a elegir el mejor momento para comunicarse con el interlocutor, de modo que las emociones tanto propias como ajenas no entorpezcan la comprensión del mensaje.
- Revisar que el canal sea propicio para iniciar la comunicación. Esto implica verificar que los medios que se han elegido para comunicarse estén disponibles y activos, por ejemplo, que un micrófono esté encendido durante una conferencia.
- Adaptar el mensaje al interlocutor. Esto puede pasar por emplear un lenguaje más o menos técnico, utilizar expresiones menos locales o incluso recurrir a un lenguaje simplificado, dependiendo de si uno va a dirigirse a un niño, a un entendido en la materia o a un extranjero que no habla bien el idioma.
- Ser consciente del lenguaje no verbal. Esto implica prestar atención a la postura corporal, los gestos faciales y otros elementos del cuerpo que podrían reafirmar lo dicho y ayudar al interlocutor a comprenderlo, o, por el contrario, enviar una señal contraria a lo que se está diciendo.
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Referencias
- Ballenato Prieto, G. (2006). Comunicación eficaz: Teoría y práctica de la comunicación humana. Pirámide.
- Berlo, D. K. (2000). El proceso de la comunicación. Introducción a la teoría y a la práctica. El Ateneo.
- Soler, J. I. (2021). ¿Cómo superar barreras comunicacionales? Herramientas de la Comunicación. Sultana del Lago Editores.
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