Te explicamos qué es la inteligencia emocional y cuáles son sus características. Además, el origen del concepto y su importancia.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y gestionar las emociones. Implica habilidades como la autoconciencia, el reconocimiento de las expresiones de otras personas y la regulación de las emociones propias para impulsar las conductas deseadas.
El concepto se relaciona con la teoría de las inteligencias múltiples, que describe las competencias intelectuales como conjuntos de habilidades destinadas a resolver distintos tipos de problemas. Así,la inteligencia emocional permite a las personas procesar información sobre las emociones y utilizarla para guiar el comportamiento. En 1995, el psicólogo Daniel Goleman (1943) presentó su libro Inteligencia emocional, lo que popularizó el término.
Una persona emocionalmente inteligente es aquella capaz de gestionar las emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.
Ver también: Habilidades sociales
Preguntas frecuentes
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias, y responder adecuadamente a las de los demás.
¿Cuáles son las habilidades que caracterizan la inteligencia emocional?
Las habilidades centrales de la inteligencia emocional son la autoconciencia, la autorregulación, la automotivación, la empatía y la sociabilidad.
¿Cuál es la importancia de la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es fundamental para establecer relaciones saludables con otras personas, resolver conflictos de forma armoniosa y enfrentar desafíos. Contribuye al bienestar profesional y educativo.
Origen del concepto de inteligencia emocional
Tradicionalmente, se han considerado los elementos cognitivos como los únicos indicadores de inteligencia. Sin embargo, varios autores, como Edward Thorndike (1874-1949) y David Wechsler (1896-1981), incluyeron los factores sociales como componentes importantes del intelecto. Más adelante, el psicólogo Howard Gardner introdujo la idea de que los indicadores como el coeficiente intelectual resultan insuficientes para lograr una apreciación integral de la inteligencia.
Gardner describió distintos tipos de inteligencia. Dos de ellas están relacionadas con factores sociales y emocionales:
- Inteligencia interpersonal. Implica comprender las emociones, intenciones y deseos de otras personas, y tener la habilidad de reaccionar adecuadamente.
- Inteligencia intrapersonal. Implica comprender las propias emociones, motivaciones y temores, y tenerlos en cuenta al momento de tomar decisiones.
La relevancia de las emociones impulsó diversas investigaciones. En 1995, David Goleman publicó el libro Inteligencia emocional, que tuvo grandes repercusiones y difundió masivamente el término. Esto fomentó la aparición de seminarios, artículos y programas educativos vinculados al aprendizaje de esta forma de inteligencia.
La divulgación del concepto también impulsó la aparición de numerosos test, con el objetivo de medir, calcular y comparar las habilidades emocionales de las personas. En 2004, los psicólogos Peter Salovey, John Mayer y David Caruso diseñaron una serie de pruebas para evaluar la capacidad de las personas para regular sus emociones, el Emotional Intelligence Test (MSCEIT).
Características de las personas con inteligencia emocional
Existen cinco habilidades fundamentales que desarrollan las personas con inteligencia emocional:
- Autoconciencia. Es la capacidad de reconocer y evaluar las propias emociones y sentimientos.
- Autorregulación. Es la aceptación de las emociones y la posibilidad de regular su intensidad.
- Automotivación. Es la capacidad de impulsar acciones y decisiones, a partir de objetivos y deseos propios.
- Empatía. Es la habilidad para comprender cómo se sienten otras personas y responder de forma adecuada.
- Sociabilidad. Es la capacidad de interactuar con otras personas, considerando sus circunstancias y emociones.
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Importancia de la inteligencia emocional
La inteligencia emocional desempeña un papel central en el desarrollo de las relaciones humanas, porque facilita la comunicación y el entendimiento mutuo. Además, ayuda a abordar y resolver conflictos de forma armoniosa, contribuyendo al bienestar general.
También es un factor determinante en el funcionamiento de todo tipo de organizaciones, ya que la empatía, el autocontrol emocional y la motivación de las personas pueden condicionar el trabajo en equipo, haciéndolo más o menos eficiente y satisfactorio. Las personas con alta inteligencia emocional suelen ser más colaborativas y flexibles.
Estas habilidades también son importantes en el ámbito educativo y la educación emocional es parte de los currículos escolares. Cada vez más, se tienen en cuenta los elementos emocionales en la relación entre docentes y alumnos, y se fomentan habilidades como el reconocimiento de emociones, la empatía y la regulación emocional. De esta forma, se promueve tanto el aprendizaje de contenidos académicos como el de actitudes que colaboran con el bienestar emocional.
Inteligencia emocional y neurociencias
Los avances en neurociencias proporcionan un fundamento biológico a la inteligencia emocional. Los estudios de imágenes cerebrales permiten observar que existen áreas asociadas a las emociones que se activan durante las tareas emocionales, como la amígdala y la corteza prefrontal.Estos aportes, junto con los fundamentos psicológicos, pedagógicos y sociológicos, contribuyen a comprender la inteligencia emocional.
El manejo de las emociones está relacionado con las funciones ejecutivas del cerebro,como la planificación, la flexibilidad, la reflexión y la toma de decisiones. Todas ellas se relacionan con el bienestar y la adaptación eficiente al entorno. La capacidad para gestionar pensamientos y la capacidad para gestionar emociones se desarrollan de manera conjunta e interconectada.
Conocer las bases biológicas de esta inteligencia facilita la creación de programas educativos pertinentes y el diseño de técnicas terapéuticas para fortalecer las áreas cerebrales implicadas, como la meditación o la terapia cognitivo-conductual.
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Referencias
- Bisquerra, R. (2010). Educación emocional y bienestar. Wolters Kluwer.
- Bueno, D. (2021). La neurociencia como fundamento de la educación emocional. Revista Internacional de Educación Emocional y Bienestar,(1)1, 47-61. https://rieeb.ibero.mx
- Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Kairós.
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