Te explicamos qué son las expectativas, qué función cumplen y qué tipos hay. Además, cómo gestionarlas para que se conviertan en una herramienta de crecimiento personal.

¿Qué son las expectativas?
Las expectativas son creencias o anticipaciones que tienen las personas sobre lo que puede ocurrir en el futuro. Combinan aspectos objetivos, como experiencias y conocimientos previos, con otros subjetivos, como deseos, emociones y valores personales.
En psicología, las expectativas no se consideran simples suposiciones, sino elementos que guían conductas, decisiones y reacciones frente a situaciones futuras. Por ejemplo, imaginar el resultado de un examen o prever cómo será una entrevista de trabajo.
La forma en que se construyen estas creencias influye directamente en la interpretación de los resultados y en las emociones que generan.
Origen del término expectativa: La palabra expectativa proviene del latín exspectare, que significa “esperanza de que ocurra algo”.
Puntos clave
- Las expectativas son creencias o anticipaciones sobre lo que puede ocurrir en el futuro.
- Se construyen a partir de experiencias, conocimientos, deseos y valores personales.
- Sus principales funciones son orientar la conducta, regular las emociones, fortalecer la motivación, facilitar la adaptación social e influir en la autoestima.
- Si las expectativas se gestionan de manera adecuada, se convierten en una herramienta que impulsa el crecimiento personal, mientras que si son irreales o ajenas a los propios valores pueden generar frustración y desilusión.
- Ver también: Sistema de creencias
Función de las expectativas
Las expectativas cumplen diferentes funciones en la vida cotidiana y profesional:
- Guían la conducta. Ayudan a planificar acciones y tomar decisiones.
- Regulan emociones. Permiten prepararse emocionalmente frente a logros o dificultades.
- Motivan. Cuando son realistas, fomentan la constancia y el esfuerzo.
- Refuerzan el aprendizaje social. Facilitan la adaptación a normas de convivencia y la interacción.
- Influyen en la autopercepción y la autoestima. Afectan la confianza personal y la satisfacción con los logros.
- Puede servirte: Identidad personal
Tipos de expectativas
Las expectativas se pueden clasificar en dos grandes grupos: expectativas internas y expectativas externas.
Expectativas internas
Las expectativas internas son las que una persona construye a partir de sus creencias, juicios y experiencias. Dentro de este grupo se incluyen:
- Expectativas normativas. Se basan en normas sociales y culturales, y suelen mantenerse estables en el tiempo. Reflejan lo que se considera correcto o habitual en determinados contextos. Por ejemplo, se espera un comportamiento respetuoso en un acto escolar.
- Expectativas predictivas. Son proyecciones sobre lo que se cree que sucederá en una situación concreta. Por ejemplo, anticipar un buen resultado en un examen para el cual se estudió lo suficiente.
- Expectativas justas. Se fundamentan en juicios personales sobre lo que se considera que corresponde recibir según el esfuerzo o las capacidades. Por ejemplo, un empleado que cumple con sus metas puede esperar un ascenso o un aumento de sueldo.
Expectativas externas
Las expectativas externas son las que los demás proyectan sobre una persona. Pueden influir positiva o negativamente, según se alineen o no con sus valores e intereses personales.
Por ejemplo, si los padres tienen expectativas demasiado altas sobre el rendimiento académico de su hijo o que no coinciden con sus intereses o habilidades, esto puede afectar su autoestima y reducir su motivación.
¿Cómo se generan las expectativas?
Las expectativas se forman a partir de cómo el cerebro procesa la información y genera predicciones sobre el mundo. Para hacerlo, se basa en experiencias pasadas, conocimientos previos y señales sensoriales.
Cuando lo que percibimos coincide o difiere de estas predicciones, el cerebro ajusta sus expectativas para mejorar la comprensión del entorno. Así, las expectativas resultan de un aprendizaje continuo, que nos permite anticipar y adaptarnos a lo que podría suceder.
Por ejemplo, si una persona ha aprendido que tocar una estufa caliente causa dolor, su cerebro anticipa que tocarla nuevamente será peligroso y guía su conducta para evitar quemaduras.
¿Cómo gestionar las expectativas?
Las expectativas moldean la manera en que percibimos el mundo y orientan nuestras acciones. Aprender a gestionarlas permite que sean un motor de crecimiento personal y, a su vez, evita que se conviertan en fuente de frustración o desilusión.
Algunas estrategias útiles para gestionar las expectativas son:
- Diferenciar expectativas realistas e irreales. Evaluar si se basan en hechos objetivos o en ilusiones subjetivas.
- Centrarse en el presente. Evitar anticipar escenarios futuros negativos y enfocarse en lo que se puede hacer en el momento actual.
- Priorizar expectativas propias. Definir metas y aspiraciones basadas en objetivos y valores personales, en lugar de ajenos.
- Comunicar expectativas. Expresar claramente lo que se espera para que los demás comprendan nuestras necesidades y coordinen sus acciones con nuestros intereses.
- Ajustarlas a la acción. Vincular las expectativas con pasos concretos y medibles para que sean alcanzables.
Ejemplos de expectativas
Las expectativas también se pueden clasificar según el ámbito de la vida en que se manifiestan:
- Expectativas personales. Se refieren a lo que una persona espera alcanzar en su vida privada o en su desarrollo personal. Por ejemplo, alguien puede aspirar a llevar un estilo de vida saludable.
- Expectativas laborales. Se refieren a lo que una persona espera lograr dentro de su empleo o carrera profesional. Por ejemplo, un empleado puede aspirar a crecer en su trabajo y asumir más responsabilidades.
- Expectativas sociales. Se refieren a lo que una persona espera en sus relaciones e interacciones con los demás. Por ejemplo, alguien puede aspirar a integrarse en espacios culturales de su comunidad.
- Expectativas académicas. Se refieren a las metas o logros que una persona espera alcanzar en relación con su aprendizaje y desempeño escolar o universitario. Por ejemplo, un estudiante puede aspirar a disfrutar su proceso de aprendizaje, además de sacar buenas calificaciones.
- Expectativas profesionales. Se refieren a lo que una persona espera en su proyección de carrera. Por ejemplo, un profesional puede aspirar a desarrollar sus habilidades y crecer en su campo laboral.
- Expectativas empresariales. Se refieren a los resultados que un individuo, equipo o empresa espera alcanzar en el contexto de un negocio u organización. Por ejemplo, una empresa puede aspirar a fortalecer su posición en el mercado.
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Referencias
- Anders, V. et al. (2024). Etimología de expectativa. Etimologías de Chile. https://etimologias.dechile.net/
- Morales Domínguez, J. F., Moya Morales, M. C. y Gaviria Stewart, E. (2007). Psicología social. McGraw-Hill.
- Pelegrín-Borondo, J., Juaneda-Ayensa, E., Olarte-Pascual, C. y Sierra-Murillo, Y. (2016). Diez tipos de expectativas. Perspectiva Empresarial, 3(1), 109-124. https://revistas.ceipa.edu.co/
- Real Academia Española. (2024). Expectativa. Diccionario de la lengua española. https://dle.rae.es/
- Treviño Villegas, M. (2024). Procesamiento predictivo en el cerebro. Ciencia, 75(1), 54–59. https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/
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