Te explicamos qué es la exactitud, su importancia en los instrumentos de medición y ejemplos. Además, diferencias con la precisión.
¿Qué es la exactitud?
Por la palabra exactitud comprendemos, en diversos sentidos, la capacidad de algo o alguien de ser exacto, es decir, de ser preciso, certero, puntual, de dar en la diana o dar justamente con aquello que se busca.
Es una palabra que nuestro idioma heredó del latín exactus, participio del verbo exigere, el cual es traducible como “empujar”, “hacer salir”, “discutir” o “reclamar”, y que a su vez estaba compuesto por las voces ex- (“hacia afuera”) y agere (“realizar” o “llevar adelante”). Como se verá, es una palabra históricamente emparentada con exigir o exigencia, pero que posee un significado radicalmente diferente.
Se dice que algo es exacto, así, o que algo posee exactitud, cuando es muy semejante o idéntico respecto de un modelo (sea la realidad, o simplemente un valor deseado), que es adecuado, correcto o rigurosamente cierto. Dicho en otras palabras, la exactitud tiene que ver con la proximidad de una cosa con la verdad.
Por ejemplo, si pintamos un retrato exactamente igual a su modelo, estamos diciendo que es lo más parecido posible al original; o si decimos que un diagnóstico médico resultó ser exacto, estamos afirmando que a partir de la lectura de los síntomas del paciente, dio justamente con la enfermedad o la dolencia que los causaba.
Desde luego, esta palabra posee significados más específicos dependiendo del ámbito en el que la usemos, sobre todo cuando se refiere a disciplinas científicas. En matemáticas, por ejemplo, se conocen como operaciones exactas aquellas que arrojan como resultado un número entero, o sea, sin partes decimales.
Este mismo criterio se aplica en la práctica en el ámbito financiero: “pagar el importe exacto” significa que debemos pagar de manera tal que ni nos excedamos con el dinero ofrecido, ni nos quedemos cortos, sino que debemos entregar la cifra justa.
Ver además: Ciencias exactas
Exactitud en los instrumentos de medición
Los instrumentos de medición son herramientas y aparatos que permiten expresar en valores numéricos alguna magnitud de la naturaleza, es decir, medir.
Dichas mediciones, sin embargo, pueden contener cierto margen de error, atribuible a factores externos o contextuales: un termómetro siempre nos indicará la temperatura corporal, pero puede que lo haga con cierto margen de proximidad, o sea, que registre un valor cercano al real. En la medida en que dicho valor sea más parecido al real, podremos decir que es más o menos exacto, esto es, que posee mayor o menor exactitud.
Así, algunos instrumentos tienen mayores márgenes de error que otros, o sea, tienen mayor o menor exactitud. Una cinta métrica, fabricada según los estándares internacionales de cuánto mide un metro, sin duda nos ofrecerá mayores márgenes de exactitud que si medimos el mismo objeto usando las cuartas de una mano: los valores aproximados son, lógicamente, muy poco exactos, y es por ello que en las ciencias e ingenierías se prefiere la exactitud.
Más en: Medición
Ejemplos de exactitud
Algunos ejemplos para ilustrar la noción de exactitud son los siguientes:
- Un amante furtivo arroja piedras a la ventana de su amada, para que se asome y puedan verse a hurtadillas. Si sus piedras dan en la ventana correcta, habrá hecho el tiro con exactitud.
- Un arquero tensa su arco para intentar dar en la diana, y dependiendo de qué tan cerca del centro impacte su flecha, se podrá medir su exactitud.
- Un médico debe diagnosticar una enfermedad a partir de un conjunto de síntomas. Si logra dar con la enfermedad correcta, su análisis habrá sido exacto. Si en cambio se trata de una enfermedad semejante, pero distinta, habrá sido menos exacto al diagnosticar.
Precisión y exactitud
En el mundo científico, en la ingeniería y en la estadística, la noción de exactitud se suele distinguir de la de precisión, si bien en el habla cotidiana es posible usarlas como sinónimos. La diferencia entre los dos resulta importante a la hora de comprender e interpretar los resultados experimentales o las mediciones, y depende de lo siguiente:
- La exactitud tiene que ver, como hemos dicho ya, con la cercanía del valor medido o registrado respecto de un valor real. Es decir, qué tanto se aproxima a la realidad una medición, o en todo caso, al valor de referencia.
- La precisión, en cambio, tiene que ver con la capacidad de un instrumento o una técnica de registrar valores similares en mediciones sucesivas, ya que éstas pueden variar entre sí dependiendo del margen de error, o sea, de ciertas variables del contexto.
Esta diferencia puede comprenderse más fácilmente con un ejemplo. Supongamos que un golfista intenta hacer un hoyo en uno para romper un récord local. Se trata de un buen golfista, pero por buena que su técnica sea, hay variables que influyen en cada disparo: el viento, la humedad, la perfección de la pelota de golf o la fuerza que imprima en el golpe; así que deberá intentarlo muchas veces hasta por fin lograrlo.
Pues bien, si juzgamos qué tan cerca del hoyo han caído sus pelotas, daremos con la medida de su exactitud, pues sabemos que el valor de referencia es el hoyo mismo. En cambio, si cotejamos la cantidad de veces que sus disparos estuvieron cerca del hoyo, en contra del total de intentos realizados, podremos hallar su precisión, o sea, qué margen de error tienen sus disparos en general.
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Referencias
- “Exactitud” en Wikipedia.
- “Precisión y exactitud” en Wikipedia.
- “Etimología de exactitud” en el Diccionario Etimológico Castellano En Línea.
- “Exactitud, precisión y error” en la Universidad de Murcia (España).
- “¿Precisión o exactitud? ¿Qué es lo más importante para tu equipo?” (video) en COMINTEC (México).
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