Te explicamos qué es la gratitud, su significado como valor, sus beneficios y diferencias con la deuda moral. Además, cómo es vista por diferentes religiones.
¿Qué es la gratitud?
La gratitud o el agradecimiento es un sentimiento de deuda o reconocimiento que se tiene hacia alguien de quien se ha recibido algo valioso: ayuda en un momento difícil, un consejo útil o un obsequio muy apreciado, u otro tipo de beneficios. A las personas que tienen y retribuyen este tipo de sentimientos, se las considera personas agradecidas.
Normalmente, un individuo siente gratitud hacia las personas que lo cuidan, acompañan, quieren o son generosas con él, como pueden ser sus padres, sus amigos, sus maestros o incluso guías espirituales. Pero también es posible experimentar la gratitud hacia una institución, un colectivo o un evento, como pueden ser un país, una religión o un suceso particularmente afortunado.
De hecho, muchas personas practican la gratitud como una manera de vivir. Estas personas procuran recordar todas las cosas buenas que les han sucedido, todas las cosas por las que deberían estar agradecidos con la vida, para así poder hacerles frente a las cosas malas con una mejor actitud.
En general, una persona agradecida suele ser más generosa, más comprensiva, más adaptable y más feliz que una persona que olvida todo lo bueno que tiene la vida y se centra en sus frustraciones y sus deseos insatisfechos.
Diversas disciplinas se ocupan de pensar la gratitud, como la psicología y la filosofía, pero también muchas religiones han hecho de ella un valor moral, es decir, una conducta a fomentar entre sus seguidores.
Ver también: Agradecimiento
Gratitud como valor
Un valor es un hábito o una actitud que obedece a ciertos principios morales, o sea, a una idea específica de lo que significa hacer el bien o hacer algo bueno. Generalmente, la gratitud es considerada como un valor o una virtud, razón por la cual es promovida entre los integrantes de una sociedad o de un colectivo.
Esto se debe a que las personas agradecidas tienden a retribuir a su entorno los motivos por los cuales sienten gratitud, generando así una dinámica de contagio positivo: una persona ayuda a otra, que se siente agradecida y ayuda a otro, quien a su vez se siente agradecido y así sucesivamente.
En cambio, lo contrario de una persona agradecida es alguien ingrato o desagradecido, es decir, alguien que olvida rápidamente la ayuda recibida o que no reconoce lo bueno de su vida. Estas personas suelen tener comportamientos negativos para con los demás.
Ver también: Valores
Tipos de gratitud
Pueden identificarse dos formas de la gratitud: la personal y la social.
- La gratitud personal. Es aquella que se produce en un individuo cuando es consciente del beneficio recibido, porque se trata de algo que valora, desea y necesita individualmente. Este tipo de gratitud es propio de la persona y, aunque puede transmitirse a sus allegados o conocidos, no suele hacerlo en un grupo social mayoritario.
Por ejemplo: una persona tiene un accidente y un desconocido le salva la vida. A partir de entonces, la persona se sentirá agradecida con ese individuo y le profesará amistad y solidaridad. Y es posible que sus familiares también se muestren agradecidos con el salvador. - La gratitud social. Es aquella que se produce en un grupo de personas y que se dirige a otro grupo, debido a ciertos beneficios recibidos. Este tipo de gratitud puede transmitirse de una generación a la siguiente.
Por ejemplo: una nación puede sentir agradecimiento hacia los individuos del país vecino, si durante una catástrofe histórica estos se mostraron particularmente solidarios y generosos. Este sentimiento de gratitud puede transmitirse de padres a hijos y convertirse en algo habitual en la cultura local.
Ejemplos de gratitud
Algunos ejemplos de gratitud y agradecimiento pueden ser:
- Dar las gracias a un familiar tras recibir un obsequio.
- Retribuir el gesto luego de ser invitado a almorzar por un conocido.
- Reconocer públicamente la orientación provista por un tutor de tesis.
- Compartir el reconocimiento obtenido con quienes brindaron ayuda en un proyecto exitoso.
- Dejarle propina a un camarero que brindó un buen servicio.
- Tener un gesto amable con un vecino que anteriormente se ha mostrado solidario.
- Darle dinero en recompensa a quien encuentra y devuelve una billetera a su dueño.
Ver además: Valores sociales
Beneficios de la gratitud
Se considera que la gratitud tiene un impacto positivo en la vida, y sus efectos son objeto de interés tanto para disciplinas científicas, como la psicología o la medicina, como para la autoayuda y otras disciplinas divulgativas. De hecho, los beneficios de la gratitud como postura ante la vida se encuentran presentes en diferentes doctrinas filosóficas desde tiempos antiguos.
Entre los principales beneficios de adoptar una postura agradecida ante la vida, se encuentran:
- Una mayor capacidad de resiliencia, es decir, de hacer frente a las situaciones difíciles o dolorosas sin quebrarse y con espíritu optimista.
- Una mayor suma de felicidad cotidiana, lo cual incide en los ánimos y permite una mejor disposición cotidiana.
- Una mayor capacidad de empatía, de compasión y de solidaridad, lo cual impacta positivamente en la sociedad y fomenta la sana convivencia.
- Una mayor capacidad para diferenciar las cosas importantes y trascendentales de la vida de aquellas en las que no conviene enfrascarse.
- Una mayor propensión al disfrute, la generosidad y a la tolerancia, lo cual hace que la propia compañía sea más deseable para los demás y facilita las relaciones sociales.
Ver también: Las virtudes humanas más importantes
Diferencia entre gratitud y deuda moral
La gratitud puede confundirse con la deuda moral u obligación moral, a pesar de que constituyen reacciones distintas ante una ayuda o un bien recibido. A diferencia de la gratitud, que entiende la retribución de lo recibido en términos positivos u optimistas, la deuda moral plantea la retribución de lo recibido como un peso, un deber o una obligación.
Una persona que siente gratitud estará dispuesta alegremente a retribuir lo recibido, y sus relaciones con quien la ayudó se verán beneficiadas por este sentimiento. En cambio, una persona que siente una deuda moral no necesariamente querrá cumplir con la obligación que contrajo, e incluso puede que perciba la ayuda recibida como algo que le ha sido impuesto, algo que no hubiera querido recibir.
En este sentido, la deuda moral puede empobrecer las relaciones entre quien ayuda y quien es ayudado: este último podría evitar el encuentro con la persona a quien le “debe”, ya que la gratitud se habrá transformado en obligación o en deuda.
Ver también: Antivalores
Gratitud según las religiones
Numerosas religiones cuentan con la gratitud entre sus valores morales y entre las actitudes que fomentan entre sus fieles. En general, esto responde a la idea de que el universo es una creación amorosa de Dios, y en ese sentido los seres humanos debemos estarle agradecidos, pues nos ha obsequiado la oportunidad de existir.
Aun así, cada religión suele tener su propia aproximación a la gratitud, por ejemplo:
- Gratitud en el judaísmo. La gratitud de los fieles es un elemento central de la visión del judaísmo. Se encuentra presente en la mayoría de sus oraciones, salmos y plegarias, sobre todo porque en su fe, el pueblo judío es el elegido de Dios entre todas las naciones del mundo. Un judío ortodoxo, a lo largo del día, dará al creador más de cien agradecimientos al día a través de bendiciones breves que se entonan antes de comer, dormir y otras actividades.
- Gratitud en el cristianismo. La gratitud es, como la definió el reformista cristiano Martín Lutero (1483-1546), “la actitud básica del cristiano”. Esto quiere decir que según el cristianismo, Dios no solo ha creado todo lo que existe, sino que rige sobre su obra y la protege amorosamente. De hecho, la gratitud y la humildad son valores centrales del cristianismo, comprendidos a imagen y semejanza de su profeta central, Jesucristo, quien se consideraba a sí mismo como un siervo de Dios.
- Gratitud en el islam. La gratitud se encuentra presente en el islam y en su texto sagrado, el Corán, comprendida como un mandamiento divino y un requisito para recibir los placeres y recompensas que Dios le depara al ser humano. El propio Mahoma, profeta central de la religión, afirma que la gratitud es necesaria para la perpetuidad de la abundancia. El rezo diario de los musulmanes, cinco veces al día, así como el mes de ayuno durante el Ramadán, son formas de cultivar la gratitud en los fieles a través del sacrificio y el esfuerzo físico.
- Gratitud en el budismo. La gratitud también se encuentra entre los valores de la tradición budista, aunque de un modo muy distinto al de las religiones monoteístas, dado que el budismo no tiene una deidad central a la que orarle. Sin embargo, en el recuento de la iluminación del Buda, el agradecimiento constituye la razón central de que el profeta haya transmitido su método espiritual: una vez que “despertó” del engaño de las pasiones cotidianas, lo primero que hizo Buda fue demostrar gratitud hacia sus antiguos maestros y compañeros, e incluso hacia el árbol que le brindó cobijo durante sus semanas ininterrumpidas de meditación.
Sigue con:
Referencias
- Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. (2023). “La gratitud, conciencia y apreciación de lo significativo y valioso”. Gaceta UNAM. https://www.gaceta.unam.mx/
- Manela, T. (2019). “Gratitude”. Stanford Encyclopedia of Philosophy. https://plato.stanford.edu/
- Organización de las Naciones Unidas. (s. f.). La ciencia de la gratitud. https://www.unodc.org/
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