Te explicamos qué es la dirección administrativa, cuáles son sus características, etapas y clasificación. Además, sus principios e importancia.
¿Qué es la dirección administrativa?
La dirección administrativa es la conducción de la organización hacia el cumplimiento de sus metas. Se trata de una de las etapas clave del proceso administrativo, que consiste en la toma de decisiones para asegurar el rumbo adecuado de la empresa.
La dirección administrativa es una labor complicada y de alta responsabilidad, que generalmente llevan a cabo gerentes y otras figuras de liderazgo y autoridad dentro de las organizaciones. Su objetivo fundamental es garantizar que los objetivos organizacionales se cumplan, lo cual implica lidiar con imprevistos, hacer cambios sobre la marcha y a menudo apostar por soluciones estratégicas.
La dirección empresarial está muy vinculada con los procesos de control y retroalimentación de la organización. Las dinámicas de evaluación del funcionamiento de la empresa permiten la toma de decisiones informadas y pertinentes que conduzcan a una mayor probabilidad de éxito.
Las 4 etapas del proceso administrativo son: la dirección, la planificación, la organización y el control.
- Ver además: Gestión en administración
Características de la dirección administrativa
En términos generales, la dirección administrativa se caracteriza por lo siguiente:
- Equivale a la conducción de la empresa. Los encargados de la conducción administrativa enfrentan una gran responsabilidad, pues deben tomar las decisiones acertadas para que la empresa cumpla con éxito sus metas.
- Depende del suministro adecuado de información. La toma de decisiones requiere de buenos insumos informativos, o sea, de dinámicas eficaces de control, para conocer el rumbo adecuado de la organización.
- Requiere de liderazgo y pensamiento estratégico. El responsable de la dirección debe poder inspirar, motivar y convencer al equipo de trabajo, para lo cual es indispensable una buena estrategia de comunicación interna.
- Equivale a la ejecución de lo planeado. La dirección consiste en la materialización de los planes ya diseñados en etapas administrativas previas.
Etapas de la dirección administrativa
La dirección administrativa es un proceso complejo, que involucra diferentes etapas, como son: la toma de decisiones, la integración, la motivación y comunicación, y la supervisión y el liderazgo.
1. La toma de decisiones
El proceso administrativo tiene su inicio ante algún tipo de imprevisto, situación retadora o evaluación de la organización, que impone la necesidad de algún tipo de adaptación, o sea, de replantearse algún esquema organizacional. Esto conduce a una toma eficiente de decisiones, lo cual implica a su vez las siguientes etapas
- Definir el problema. El instante inicial de la toma de decisiones pasa por comprender la situación: los retos surgidos, los objetivos que se persiguen o las deficiencias a enfrentar. Dado que es imposible enfrentar un problema sin comprenderlo, se impone la necesidad de recopilar la información necesaria, tanto de evaluaciones históricas de la empresa, como de algún otro tipo de instrumento.
- Evaluar las alternativas. Todo problema puede abordarse desde distintos puntos de vista y puede resolverse o enfrentarse de modos distintos Revisar todas las opciones disponibles es fundamental para elegir la más adecuada, no solo porque se evitan acciones apresuradas, sino porque puede llegar a combinarse alternativas y dar así con una solución creativa.
- Tomar una decisión. La toma de decisión propiamente dicha ocurre en esta tercera etapa, donde se elige la opción adecuada y el modo específico de aplicarla, teniendo en cuenta un panorama de consecuencias posibles y previsiones anticipadas.
- Más en: Toma de decisiones
2. Integración
La etapa de integración consiste en la preparación para los cambios, o sea, en la disposición de los elementos y recursos necesarios para ejecutar la decisión previamente tomada. Esto puede involucrar diversas estrategias, como son:
- Reclutamiento. Consiste en el agrandamiento o la renovación del capital humano de la organización, en busca del personal necesario para llevar a cabo las labores que acarrea la decisión. En ocasiones se puede también acudir a outsourcings, o sea, profesionales del área contratados temporalmente.
- Capacitación. Consiste en brindar al personal ya existente las herramientas técnicas, sociales, conceptuales o prácticas para llevar a cabo las labores que acarrea la decisión.
- Renovación. Consiste en la adquisición de nuevos materiales, equipos, herramientas y utensilios, tanto tangibles como intangibles, para ajustar la empresa a los nuevos objetivos trazados.
- Ver también: Mano de obra
3. Motivación y comunicación
El espíritu empresarial y la moral de equipo son también aspectos fundamentales para lograr los nuevos objetivos y materializar el plan decidido. Un equipo necesitará acompañamiento y estimulación por parte del sector directivo.
Por ese motivo, en esta etapa se deberá llevar a cabo una revisión de las dinámicas motivacionales de la organización, para diseñar algunas nuevas, reforzar las existentes o eliminar las contraproducentes.
Asimismo, la correcta comunicación de las decisiones tomadas es fundamental para su éxito, razón por la cual se debe diseñar una estrategia informativa tanto a lo interno como a lo externo de la empresa. Esto tiene un impacto directo en la motivación de los empleados, como en la fidelización de los clientes y el buen trato con los proveedores.
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4. La supervisión y el liderazgo
Una vez implementadas todas las dinámicas de cambio necesarias para el replanteamiento de la organización, se debe ofrecer un margen de supervisión y asesoría a los diferentes equipos de trabajo, con el fin de resolver dudas y recibir feedback.
Este proceso se puede comprender como una dinámica de control a corto plazo, que depende a menudo de conservar ciertos canales de comunicación abiertos, en especial hacia los cargos directivos y jerárquicos.
Tipos de dirección administrativa
Existen diferentes tipos o estilos de dirección administrativa, cada uno de los cuales tiene que ver directamente con el modo de liderazgo ejercido. Sin embargo, más que categorías definidas y concretas, se trata de tendencias más o menos generales, o sea, maneras de ejercer la dirección que a menudo pueden combinarse. En ese sentido, es posible diferenciar entre:
- Dirección jerárquica. La autoridad impone sus normas, criterios y decisiones sin consultar a sus subordinados, por lo que puede generar ambientes de trabajo tensos.
- Dirección liberal o laissez-faire. Los empleados tienen un alto grado de autonomía y decisión.
- Dirección democrática. Se inspira en los principios de la igualdad de oportunidades y de la consulta masiva para tomar decisiones.
Principios de la dirección administrativa
El ejercicio de la dirección se sostiene en base a una serie de principios fundamentales, como son:
- Coordinación de intereses. Dado que una organización implica un conjunto organizado de seres humanos trabajando en torno a un objetivo común, el foco de las energías debe mantenerse puesto en la meta, haciendo así converger los objetivos individuales o sectoriales en un macroproyecto común.
- Impersonalidad del mando. Las organizaciones tienen estructuras y jerarquías que no deben depender de quién las ejerce, sino que deben ser impersonales, objetivas, no depender de simpatías y consideraciones, sino de la lógica interna de la organización.
- Supervisión directa e indirecta. La dirección puede ser ejercida, al mismo tiempo, en comunicación estrecha con los miembros del equipo, o sea, brindándoles información para estar motivados y productivos; o en comunicación jerárquica, a través de una estructura de autoridad que permita el uso eficiente de la información y la toma oportuna de decisiones.
- Aprovechamiento y resolución de los conflictos. La dirección de toda organización enfrentará situaciones conflictivas a las que debe poder dar solución o que, mejor aún, podrá reconvertir en situaciones ventajosas o provechosas. Para ello es clave la gestión del cambio y de la variabilidad, en lugar de un apego excesivo a la norma.
- Más en: Principios de la dirección
Importancia de la dirección administrativa
La dirección es un aspecto vital para el correcto funcionamiento administrativo. En parte porque se ocupa de ejecutar los lineamientos proyectados en fases previas (como la planeación y la organización), pero también porque permite obtener de la estructura organizacional el mejor desempeño posible.
Una buena dirección administrativa comprende el proceso administrativo como un todo organizado y jerarquizado, y está capacitada para llevar a cabo los cambios oportunos que lo aproximen al cumplimiento de sus objetivos. Cualquier proceso administrativo sin dirección es propenso al desorden y a la ineficiencia.
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Referencias
- Chiavenato, I. (2002). Administración: teoría, proceso y práctica. McGraw Hill.
- García Peña, F. (2017). Descubriendo las áreas ciegas de la alta dirección empresarial. IMCP.
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