Te explicamos qué es el participio, cómo se compone, sus diversos usos y características de cada tipo. Además, oraciones con participio.
¿Qué es el participio?
En lengua española, el participio es una de las tres formas impersonales de los verbos (también llamadas verboides), junto al gerundio y al infinitivo. Se llaman formas no personales porque no suelen conjugarse, y son modos en que los verbos se adaptan a sentidos muy específicos, similares a los de otros tipos de palabras.
A diferencia de sus dos compañeros, el participio se compone añadiendo los sufijos -ado (aloj-ado) o -ido (desped-ido) a la raíz de los verbos regulares, mientras que en los casos irregulares presenta formas específicas que pueden ser muy distintas entre sí (como di-cho en lugar de “decido” o muer-to en lugar de “morido”).
El participio es una forma verbal muy importante en el español y en otras lenguas romances, pues entre sus usos se encuentra el de formar verbos compuestos, mediante la incorporación de un verbo auxiliar (en español, el verbo “haber”), como en el caso de las frases “hemos partido” o “lo han recordado”.
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Usos del participio
Los usos del participio en el español son varios y muy importantes para el idioma:
- En la construcción de tiempos verbales compuestos. Los tiempos verbales simples son aquellos que no requieren de un auxiliar (el verbo haber), mientras que los compuestos sí precisan de su participación. En estos últimos casos, se conjuga el auxiliar y el verbo principal se coloca en forma de participio. A continuación, algunos ejemplos:
- Hemos acordado no volver a pelear (pretérito perfecto compuesto).
- Él había padecido una enfermedad muy larga (pretérito pluscuamperfecto).
- Tan pronto hubieron desentrañado el misterio (pretérito anterior).
- Mañana ya habrá dejado de llover (futuro perfecto).
- Lo habrías tenido que confesar (condicional perfecto).
- Como adjetivo dentro de la oración. Todos los verboides tienen un sentido similar al de otras categorías de palabras: el infinitivo opera como un verbo-sustantivo, el gerundio como un verbo-adverbio y el participio como un verbo-adjetivo. Esto quiere decir que muchas veces el participio basta por sí mismo para operar como adjetivo, o sea, para calificar a un sustantivo. En esos casos, deberá coordinar su género y número con el sustantivo que acompaña. Por ejemplo: “Mi madre estaba tan emocionada de verme” o “Ayer tus hermanos estaban enfadados contigo”.
- Como parte de conjunciones. Es común hallar el participio dentro de frases conectoras como “visto que”, “dado que” o “debido a que”.
- En la formulación de la voz pasiva. A diferencia de la voz activa (la normalmente empleada), la voz activa convierte al sujeto oracional en un receptor pasivo de la acción, y para ello requiere que intercambie su lugar con el objeto directo de la oración, y que el verbo sea reemplazado por una formulación particular que usa excepcionalmente el auxiliar ser y el participio. En este caso, también debe concordar con el sujeto paciente. Por ejemplo: “Los delincuentes fueron detenidos por la policía” o “El partido fue suspendido por lluvia”.
- En las perífrasis verbales. Se llama así a cierto tipo de alocuciones o frases “hechas” que nos sirven para expresarnos más eficazmente, y en las que el participio suele combinarse con otros verbos que cumplen el rol de auxiliares, para formar una estructura que se emplea de manera fija. Por ejemplo: “La guerra se dio por perdida” o “El juego se dio por terminado”.
Tipos de participio
Existen dos tipos de participio, dependiendo de si los verbos en cuestión son regulares o irregulares.
PARTICIPIOS REGULARES. Aquellos en los que se cumple la norma de reemplazar la terminación verbal por el sufijo -ado para los verbos terminados en -ar; y el sufijo -ido para los verbos terminados en -er o -ir. Así, “hablar” se corresponde con hablado, pero “comer” con comido y “dormir” con dormido.
PARTICIPIOS IRREGULARES. Estos son participios que no siguen la norma anterior y que exigen ser tratados de manera particular. Por ejemplo:
- En los casos en que la raíz del verbo acaba en vocal, y le corresponde el sufijo -ido para formar el participio, se debe acentuar la letra í, para romper el diptongo. Como en los casos de leer (leído), traer (traído).
- En otros casos, los verbos pueden tener dos participios, uno regular y otro irregular, aunque comúnmente uno solo sea “canónico” o aceptado por la academia, o incluso puede que se empleen en situaciones contextuales distintas. Es el caso del verbo freír (freído o frito) o proveer (proveído o provisto).
- Finalmente, están los verbos que exigen un participio irregular, como ver (visto), volver (vuelto), morir (muerto), decir (dicho), abrir (abierto).
Oraciones con participio
A continuación, y a modo de ejemplo, algunas oraciones con verbos en participio en sus distintos roles:
- Mi madre me ha pedido que no sea tan malhumorado.
- Hemos enviado a un equipo de rescatistas a buscar el barco perdido.
- Los soldados han visto mucha destrucción en el país invadido.
- Han encontrado el libro que se me había perdido en la escuela.
- Es hora de dar por finalizado el examen.
- Tu sobrino habría querido verte en su graduación.
- Habría podido llegar temprano, de no haberse roto una cañería en casa.
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Referencias
- “Participio” en Wikipedia.
- “Participio” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “Participio” en Wikilengua Español.
- “El participio” (video) en Aula Abierta.
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