Te explicamos qué son las conclusiones de un proyecto, cómo se hacen y cuáles son sus errores más comunes. Además, algunos ejemplos.

¿Qué son las conclusiones de un proyecto?
Las conclusiones son el apartado de cierre de un proyecto de investigación. Allí se le ofrecen al lector las perspectivas finales del proyecto, es decir, la interpretación de los resultados a la luz del tema y del área de estudio. Por esa razón, es uno de sus apartados finales.
No obstante, más que un resumen de los resultados, en las conclusiones se elabora una reflexión final sobre el tema investigado. Esto puede traducirse en una descripción de la importancia de los hallazgos, de sus contribuciones al saber de la humanidad o bien de las potenciales implicaciones que pueda tener en futuras investigaciones, por dar algunos ejemplos.
Por otro lado, las conclusiones suelen establecer algún tipo de diálogo con lo expuesto en la introducción del proyecto, a manera de apertura y cierre del documento.
- Ver además: ¿Cómo hacer un proyecto?
¿Cómo se hacen las conclusiones?
La redacción de las conclusiones debe empezar cuando el cuerpo del trabajo esté listo y desarrollado. Una vez alcanzado este punto, se tendrá el suficiente conocimiento como para mirar el proyecto en retrospectiva y señalar lo que salió bien, lo que salió mal y el porqué de ambas situaciones.
Para redactar correctamente las conclusiones, conviene seguir los siguientes lineamientos:
Hacerse las preguntas adecuadas
Un buen punto de partida para redactar las conclusiones es responder ciertas interrogantes fundamentales, a las que se intentará dar respuesta. Por ejemplo:
- ¿Qué se aprendió una vez realizado el proyecto? ¿En qué ha cambiado la comprensión del tema investigado?
- ¿Se confirmaron las sospechas iniciales respecto al resultado? ¿Son valiosos, reveladores o sugerentes los resultados obtenidos?
- ¿Qué cosas podría hacerse distinto si hubiera que repetir el proyecto y por qué? ¿Qué aspectos tuvieron debilidades y cómo podrían subsanarse a futuro?
- Una vez observado el resultado del proyecto, ¿qué nuevos proyectos podrían emprenderse? ¿Hacia dónde tendría que marchar una continuación del proyecto y por qué?
Organizar el texto
El siguiente paso consiste en organizar las respuestas obtenidas en el paso anterior de acuerdo a su importancia, es decir, de las más generales a las más específicas.
De este modo, se obtendrá un esquema textual que servirá de guía para la redacción de las conclusiones. De hecho, es posible organizar la información utilizando subtítulos o acápites que anuncien y permitan abordar de manera conjunta los temas afines.
Corregir y verificar
El paso final en la redacción de las conclusiones implica releer, revisar y corregir lo escrito, atendiendo a que funcione de manera conjunta y que sea fluido. También se puede pensar qué reflexiones personales añadir a lo dicho y qué detalle final se quiere dejar al lector como imagen de cierre.
Errores comunes en las conclusiones

Algunos de los errores más comunes a la hora de redactar unas conclusiones son:
- Hablar de cualquier cosa. Las conclusiones deben ofrecer información general, contextualizada y puesta en perspectiva, y no un mero apartado de resultados. Tampoco puede ser un texto que se vaya por las ramas. Una vez finalizado el proyecto, es vital tener algo que decir a modo de cierre, una perspectiva más amplia de la materia.
- No añadir nada nuevo. Debe evitarse repetir lo dicho y señalar obviedades. La idea es añadir información suplementaria que no podría ser comprendida sin haber leído antes el proyecto. En este sentido, las conclusiones forman la contrapartida de la introducción: si aquella brinda lo necesario para empezar a leer el trabajo, las conclusiones deben ofrecer lo necesario para poner en perspectiva lo leído.
- Limitarse a un esquema. Las conclusiones no son necesariamente un conjunto de premisas que podamos resumir en un esquema. Al contrario, pueden incluir varias páginas de explicaciones que giren en torno a un hallazgo central del proyecto.
Ejemplos de conclusiones de un proyecto
Las siguientes son algunas conclusiones que podrían ser desarrolladas y adecuadas a la naturaleza de diversos proyectos:
- Síntesis. Se resalta un rasgo común de todos los resultados del proyecto y se lo explica poniéndolo en relación con otras investigaciones, otros textos teóricos y algunos antecedentes, para ofrecerlo como el hallazgo central de la investigación.
- Control de daños. Partiendo del hecho de que los resultados no fueron los esperados, se ofrece al lector una explicación de los aspectos que salieron “mal”. Si es posible, se sostiene además que, a pesar de no ser los resultados que se buscaban, son mucho más interesantes y revolucionarios por lo que significan en la materia.
- Mirar a futuro. Se ponen en relación los resultados del proyecto con los resultados tradicionales o con los que han obtenido investigadores previos. Se intenta dar con el elemento diferenciador, para ofrecer a futuros investigadores una manera de preverlos o un nuevo camino a seguir.
- Cuestionar el método. A partir de la experiencia del proyecto, se cuestiona parcial o totalmente el método empleado, para tratar de proponer uno nuevo y mejor, o bien para desecharlo como inválido, al menos en el tema específico del proyecto.
- Resumir y profundizar. Se presenta un resumen explicativo de los resultados hallados, que establezca las semejanzas y diferencias entre ellos. Finalmente, se ofrece una lectura o una visión más profunda o creativa del tema del proyecto, que sirva de base para una nueva investigación por venir.
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Referencias
- Eco, U. (2014). Cómo se hace una tesis. Gedisa.
- Walker, M. (2000). Cómo escribir trabajos de investigación. Gedisa.
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