Características de un texto expositivo

Te explicamos cuáles son las características que definen un texto expositivo, con ejemplos claros y fáciles de entender.

¿Cuáles son las características de un texto expositivo?

Los textos expositivos se caracterizan por su propósito de informar al lector de manera directa y objetiva, para lo cual suelen emplear explicaciones, ejemplos e incluso figuras retóricas, normalmente en un registro formal. Todo esto responde a la voluntad de transmitir la información ofrecida de la manera más clara, precisa y eficaz posible.

En este sentido, los textos expositivos se diferencian de otros tipos de texto, como el texto narrativo, que cuenta un relato, o el texto argumentativo, que busca convencer al lector.

Por eso, podemos afirmar que las principales características de un texto expositivo son las siguientes:

1. Presentan información al lector
2. Aspiran a la objetividad
3. Sostienen un registro más o menos formal
4. Pueden ser de dos tipos: divulgativos o especializados
5. Emplean diferentes estrategias y recursos retóricos
6. Constan de una estructura de tres partes

Puede servirte: Texto expositivo

1. Presentan información al lector

El énfasis de los textos expositivos está puesto en transmitir información al lector sobre un tema determinado. Así, su objetivo principal es comunicar al receptor un conjunto de conocimientos específicos sobre la temática que aborda.

Por ejemplo, un artículo de una enciclopedia debe ir al grano y aclarar el concepto del que trata, sin desviarse del tema y priorizando la transmisión concreta de la información.

Ver también: Texto informativo

2. Aspiran a la objetividad

Los textos expositivos aspiran a la objetividad, de modo que no hay en ellos espacio para opiniones, argumentos ni estrategias de convencimiento, como tampoco para subjetividades y relatos con intenciones estéticas. Por este motivo, además, suelen priorizar el lenguaje denotativo por sobre el connotativo, es decir, aquel que establece del modo más claro posible sus significados.

Por ejemplo, una noticia periodística debe describir los hechos acontecidos y ofrecer información contextual sin dar nunca cabida a la opinión del periodista ni a sus gustos o subjetividades.

Ver también: Texto periodístico

3. Sostienen un registro más o menos formal

Con el propósito de sostener la objetividad y la imparcialidad, es usual que los textos expositivos se escriban en tercera persona (él/ella/ellos/ellas) o en primera persona del plural (nosotros/nosotras), y siempre tratando de usar fórmulas impersonales (como “tal y como se puede ver” o “tal y como vemos”). El uso de la primera persona del singular no se aconseja, ya que da paso muy fácilmente a la subjetividad o los puntos de vista del autor.

4. Pueden ser de dos tipos

Dependiendo de si su público objetivo requiere de conocimientos específicos o no, es posible clasificar los textos expositivos en dos categorías:

• Textos divulgativos. Sus lectores no requieren de ningún conocimiento previo para poder captar el mensaje transmitido. Este tipo de textos suelen tener un lenguaje más sencillo y directo, así como explicaciones elementales y accesibles. Por ejemplo: un artículo de divulgación científica que intenta aproximar a los lectores a nociones básicas de astronomía.
• Textos especializados. Sus lectores requieren de cierto nivel de formación técnica o académica para poder comprender el mensaje transmitido. Este tipo de textos suelen tener un lenguaje complejo, con tecnicismos, neologismos y academicismos, y además dan por sentados algunos conceptos que el común de la población no maneja. Por ejemplo: un artículo científico en una revista académica de astronomía.

Ver también:

• Artículo de divulgación científica
• Texto científico

5. Emplean diferentes estrategias y recursos retóricos

Siempre y cuando estén al servicio de la explicación y de lograr que el lector capte de mejor manera la información, los textos expositivos pueden emplear diferentes recursos retóricos y estilísticos, como ejemplos, comparaciones, descripciones, definiciones, metáforas u otros giros del lenguaje que faciliten la comprensión lectora. Asimismo, suelen usar conectores discursivos para pasar de una idea a otra de una manera cohesiva y articulada.

Por ejemplo, en un artículo divulgativo sobre el sistema circulatorio del cuerpo humano, se lo puede comparar con las cañerías de una casa para que el lector pueda hacerse una idea de cómo funciona.

Más en: Figuras retóricas

6. Constan de una estructura de tres partes

Los textos expositivos deben buscar que las ideas fluyan de manera organizada y lógica, de modo que la explicación sea fácil de seguir por el lector. Normalmente, están estructurados en tres partes, cada una de las cuales se dedica a un cierto tipo de contenido:

• Introducción. Ofrece al lector la información básica y previa que necesita para entender el contenido de los segmentos posteriores.
• Desarrollo. Ofrece al lector el grueso de la información, con los datos necesarios para entender el tema.
• Conclusión. Ofrece al lector un repaso o resumen de lo dicho anteriormente, junto con algunas consideraciones posteriores de importancia.

Por ejemplo, en una entrada de enciclopedia se suele ir directo a la definición general del concepto buscado, luego se ofrece una explicación más profunda y específica, que se adentra en temas secundarios, para finalmente señalar algunas consideraciones posteriores que el lector podría detallar con mayor profundidad en otras entradas de la enciclopedia.

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Referencias

• Escoriza Nieto, J. (2006). Estrategias de comprensión del discurso escrito expositivo. Evaluación e intervención. Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.
• Marimón Llorca, C. (2006). El texto explicativo/expositivo. Liceus.
• Mendoza Fillola, A. (Coord.). (2003). Didáctica de la Lengua y la Literatura para Primaria. Pearson Educación.