Te explicamos qué es el home office, su historia y beneficios. Además, recomendaciones para realizarlo de forma productiva y eficaz.
¿Qué es el home office?
Home office (del inglés “oficina en casa”, literalmente) es un término proveniente del inglés que hace alusión al trabajo de oficina realizado desde casa, es decir, al teletrabajo o trabajo a distancia que se realiza desde el hogar, generalmente a través de herramientas informáticas y de telecomunicaciones (TIC). Como todos los anglicismos o préstamos del inglés, home office debe escribirse siempre con cursivas.
A lo largo del siglo XX, el home office constituyó una rareza, ya que existía la tendencia a centralizar los procesos de una empresa en sus oficinas o sede principal. Sin embargo, el avance hacia un modelo productivo descentralizado, propio de la era global y de la incorporación de internet a la vida laboral, permitió el surgimiento del trabajo a distancia o teletrabajo, ya sea desde el hogar o desde otras ubicaciones.
Esta tendencia fue clave durante la pandemia de Covid-19 de 2020, en la cual se dieron numerosas cuarentenas nacionales y regionales, y esto obligó a replantear la dinámica laboral. El home office fue la solución provisional para hacer frente a dicho contexto.
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Beneficios del home office
Entre los beneficios y virtudes del home office, se encuentran:
- Permite conservar la dinámica de trabajo en situaciones extraordinarias, siempre que los trabajadores posean un servicio estable de internet.
- Le ahorra al trabajador tiempo y dinero al no tener que desplazarse desde su casa hasta la oficina, ni tener que comer en la calle. Dicho tiempo puede ser invertido en ocio, momentos familiares, estudios o la atención de otras obligaciones.
- Le ahorra al empleador el pago de alquileres y servicios, ya que el trabajador no necesita un puesto físico de trabajo.
- Le provee de mayor autonomía e independencia al trabajador, ya que puede organizar su vida laboral y estructurar su día de manera más flexible.
- La mejoría en la calidad de vida de los trabajadores trae consigo un incremento en su productividad.
Desafíos del home office
Así como tiene claras virtudes, el home office también implica ciertos retos o desafíos, como son:
- Requiere de un mobiliario, una infraestructura y a menudo de un servicio de internet de calidad que no todos los trabajadores tienen o pueden pagarse.
- Obliga al trabajador a estructurar su día por propia cuenta, lo cual requiere de autodisciplina y de ciertas estrategias para separar lo laboral de lo hogareño.
- Puede implicar una inversión en herramientas físicas y digitales por parte del trabajador y/o del empleador, como laptops o programas de gestión remota.
- La empresa debe disponer de los procedimientos y sistemas necesarios para organizar y acompañar el trabajo hecho.
- Fomenta el aislamiento y la desconexión de los empleados, lo cual puede ir en contra de su sentido de pertenencia organizacional.
- Expone el trabajo a todo tipo de distracciones familiares y hogareñas.
- La dinámica de trabajo puede invadir los espacios vitales del hogar, por lo que se requiere de límites muy claramente establecidos. Eso hace que, por ejemplo, las horas extra sean difíciles de calcular.
Recomendaciones para un buen home office
Para lograr una dinámica de home office saludable, productiva y eficaz, conviene tener en cuenta los siguientes consejos:
- Crear un espacio de trabajo. Esto quiere decir que debes crear una oficina dentro de tu casa, un espacio exclusivo para dedicarte al trabajo, aislado en lo posible del resto de las áreas del hogar. No es conveniente trabajar en la misma mesa en que se come o en la cama, sino en un lugar donde estén contenidos los asuntos laborales. Dicho ambiente debe ser, sin embargo, tan grato como sea posible: buena iluminación, entorno cómodo, y debe contar con las herramientas laborales indispensables.
- Aplicar la ergonomía. Hay una razón por la cual las empresas invierten en sillas, mesas y otros implementos para sus empleados: la ergonomía. Una silla ordinaria nunca será un reemplazo verdadero de una silla de oficina, y por eso quizá sea buena idea invertir en los implementos y muebles apropiados para no dañar el cuerpo ni agotar tan rápidamente las energías disponibles.
- Invertir en un buen servicio de internet. Si la conexión digital será la principal fuente de ingresos, es lógico invertir en una conexión estable, confiable y veloz, que no nos defraude en momentos clave como una videoconferencia o una reunión de alto nivel. También es una buena idea invertir en una computadora adecuada y en los implementos de trabajo que hagan falta.
- Respetar el horario de trabajo. Incluso si no existe un horario formal, es conveniente fijar un horario de “entrada” y de “salida” del trabajo, para estructurar el día laboral e impedir que los asuntos de la oficina invadan la vida privada. A fin de cuentas, no por trabajar en el hogar se debe convertir el hogar en una oficina de tiempo completo. Pero esto tampoco puede ser una excusa para la irresponsabilidad o la impuntualidad.
- No abandonar el ejercicio físico. El hecho de que la oficina esté dentro de casa puede hacernos olvidar que estamos pasando horas sentados en el mismo lugar. Ello supone un riesgo severo para la salud. De modo que debemos cada hora de trabajo pararnos, caminar un poco, hacer ciertos estiramientos y, al final del día, salir a trotar o realizar alguna actividad física para fortalecer el organismo.
- Mantener la comunicación con el equipo de trabajo. El aislamiento y la soledad son grandes inconvenientes del home office, por lo que se deben conservar las dinámicas de comunicación entre empleados, jefes y colegas, para sostener la motivación. Del mismo modo, los trabajadores deben incentivar su vida social, ya que pasar el día entero trabajando en casa puede traer consigo sentimientos de soledad, irrelevancia y abandono.
Home office y teletrabajo
Aunque sean similares, el teletrabajo y el home office no son necesariamente la misma cosa. Los dos consisten en llevar a cabo las tareas laborales por fuera de la oficina, pero en el caso específico del home office, estas se realizan en el hogar. Podría decirse, así, que el home office es un tipo de teletrabajo, como hay otros.
De hecho, una tendencia entre los trabajadores digitales es lo que se conoce como el nomadismo digital, o sea, la posibilidad de trabajar a través de internet estando en lugares muy lejanos y distintos de la oficina: una playa en Maldivas, un hotel en Estados Unidos o una cafetería en Finlandia.
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